Desde que vine a Madrid y despues de haber estado enamorada, solo procuro disfrutar de mi sexualidad, me siento como un arbol vivo que se entrega a la humedad de la tierra con las ramas de mis brazos en alto para obtener el rocio de la mañana y el placer del joven roble que terminaba exhausto a mi lado yaciendo cual niño agotado despues de horas de exceso.
Me entregaba al placer intentando que los frutos de mi cuerpo queadaran al alcance de sus dedos y su lengua para que me dieran el mayor placer que pudiese obtener para satisfacerme y gozar plenamente y mantener ese extasis una vez que se hubiese marchado para no regresar nunca a mi vida.
Si la esperienza no llegaba al agrado que buscaba la ducha matutina me dejaba limpia de remordimientos, cortando las cadenas de mi conciencia y creando una imagen fantasmagorica y de esperpento satirico, que al final me conseguia sacar una gran sonrisa.
Pero algo ha cambiado.
Mi egoismo se esta perdiendo.
Ahora deseo las caricias, la calidez de un cuerpo a mi lado, la suavidad y la dulzura.
Prefiero la ternura al morbo y una mirada calida y tierna a embriagadores besos en mi zona pubica.
Añoro la perdida caricia mientras te tomas un cafe con un chico, los dedos de tacto suave de un hombre en enredandose en mi pelo mientras su mirada tierna y complice me indica que me comprende.
Y sobre todo sentirme a gusto acariciando y dejandome acariciar, besarle y siendo besada.
Deseo volver a contentarme con experimentar la dulce y postergada felicidad de compartir el goce con otro cuerpo lleno de ternura de un ser que me haga sentir de nuevo.
Me entregaba al placer intentando que los frutos de mi cuerpo queadaran al alcance de sus dedos y su lengua para que me dieran el mayor placer que pudiese obtener para satisfacerme y gozar plenamente y mantener ese extasis una vez que se hubiese marchado para no regresar nunca a mi vida.
Si la esperienza no llegaba al agrado que buscaba la ducha matutina me dejaba limpia de remordimientos, cortando las cadenas de mi conciencia y creando una imagen fantasmagorica y de esperpento satirico, que al final me conseguia sacar una gran sonrisa.
Pero algo ha cambiado.
Mi egoismo se esta perdiendo.
Ahora deseo las caricias, la calidez de un cuerpo a mi lado, la suavidad y la dulzura.
Prefiero la ternura al morbo y una mirada calida y tierna a embriagadores besos en mi zona pubica.
Añoro la perdida caricia mientras te tomas un cafe con un chico, los dedos de tacto suave de un hombre en enredandose en mi pelo mientras su mirada tierna y complice me indica que me comprende.
Y sobre todo sentirme a gusto acariciando y dejandome acariciar, besarle y siendo besada.
Deseo volver a contentarme con experimentar la dulce y postergada felicidad de compartir el goce con otro cuerpo lleno de ternura de un ser que me haga sentir de nuevo.