Necesitamos a pringuis como la Amy para que nos entretengan. Y no lo podrían hacer tan bien si su vida no fuese caótica y llena de excesos.
Nirvana fue un grupo mediocre en cuanto a conocimientos de música y luego un producto para masas, pero lo que hacían era de verdad y tuvo que ser un puto jonko que se volase la tapa de los sesos. Pues de eso se trata, destrúyete abrumado por tu fama, llega al límite, revienta y entonces habrás hecho una buena carrera.
Y los Pistols, AC/DC (sí hablo del Scot) y todos los putos mártires del rock.
Necesitamos su muerte.
Y esta tía apunta maneras, la escucho. Y como no soy un puto enterado modelno de la música, la he conocido por su destrucción, que hace que pueda tener ese talento, el talento de los que tienen un pie en la tumba.
Pero la he conocido porque ha saltado a las listas.
Es que no voy a la facu con mis coleguis gafapasta y me dictan las últimas tendencias que tienen que gustarme y las que no ¿saes?