Si esta legendaria banda no hubiese existido nunca, probablemente el metal más pesado que desde hace 25 años vienen practicando multitud de grupos en todo el mundo tampoco existiría, o al menos no como lo conocemos.
Desde Metallica hasta Soundgarden, Slayer, Ministry... todos los grupos que os podáis imaginar cuentan a Black Sabbath entre sus principales influencias. El impacto que tuvo el debut de este grupo en la escena rock y pop de la época es difícil de visualizar ahora, pero la legión de músicos que fueron hechizados por los monstruosos riffs de Tony Iommi pueden dar fé de que Black Sabbath no fué un grupo cualquiera.
Todo comienza en Aston, un barrio de la industrial Birmingham, donde en 1968 cuatro chavales de familia obrera dan rienda suelta a sus inquietudes musicales formando un grupo con el nombre de Polka Tulk. Estos cuatro chavales eran John Michael Osbourne, Frank Anthony Iommi, Terrence Michael Butler y William Thomas Ward. Probablemente es la 1ª banda de la historia que comprende la formación clásica de Black Sabbath, aunque hay dudas de si en el grupo Mythology, donde tocaba Tony Iommi, ya hubo una primera reunión.
Polka Tulk era primordialmente un grupo de blues, aunque a propuesta de Bill Ward el nombre de la banda cambia a Earth. Bajo este nombre empiezan su actividad musical de forma frenética, pues tocaban en cualquier sitio que les diera la oportunidad. Muchos conciertos de esta época los hacen en el norte de Inglaterra, concretamente en Carlisle, donde Mythlogy se habían labrado un pequeño número de seguidores.
El primer paso importante de su carrera se produce cuando el músico de jazz Jim Simpson les propone tocar en el Henry´s Blues Club y además les ofrece un contrato para representarlos. El grupo acepta, y empiezan a hacer sus primeros conciertos en Europa pues su nuevo mánager les consigue unos shows en el Star Club de Hamburgo.
Es en ese momento cuando descubren que ya hay otra banda tocando bajo el nombre de Earth y vuelven a cambiarlo, esta vez de forma definitiva, a Black Sabbath. Era el año 1969.
Sin mucha repercusión todavía en la escena musical del momento, tan sólo la compañía Vertigo les ofrece un más bien pobre contrato para grabar un disco. La banda no lo duda ni un instante y se meten en el estudio para realizar, en tan sólo tres días y con un presupuesto de 600 libras, su disco de debut y el que les marcaría para siempre, Black Sabbath.
Con una portada más bien tétrica, una cruz invertida apareciendo en el interior del disco (decisión de la compañía), las letras inspiradas en el escritor ocultista Dennis Wheatley (Geezer Butler mediante) y el propio nombre del grupo, los medios no tardaron en catalogar al grupo de "satánico". Esta etiqueta acompañaría a la banda el resto de su vida, a pesar de que sus miembros siempre trataron de demostrar lo equivocado de la misma. Lo cierto es que a la compañía le interesaba este tipo de polémica, pues de la misma obtenía bastante publicidad.
La realidad es que el disco recogía básicamente lo que el grupo hacía en sus directos de aquella época, incluyendo dos versiones (las únicas en la discografía de Black Sabbath) de Aynsley Dunbar´s Retaliation -The Warning- y de Crow -Evil Woman, su primer single-.
Pero si por algo destaca este álbum es, sin duda, por su impactante comienzo con la legendaria canción Black Sabbath. En una Inglaterra dominada por la psicodelia y el "flower power" (Woodstock prácticamente acababa de celebrarse), este disco comenzaba con el sonido de una tormenta y el inquietante repique de unas campanas fúnebres, para dar paso a un tema oscuro y siniestro, con una base rítmica bastante grave y un demoledor riff a cargo de Iommi en su parte final, que marcaría a partir de ahí el sonido del grupo.
Y es que no se puede pasar por alto el accidente que sufrió Tony Iommi trabajando en una fábrica y que le costó la pérdida de dos extremidades en los dedos de su mano derecha, lo que estuvo a punto de acabar con su carrera. La solución vino a través de una especie de dedales que hacían las veces de prótesis, pero que también obligaron al guitarra a aflojar la tensión de las cuerdas, forjando así el característico sonido del grupo.
Es curioso que Black Sabbath quedaran marcados por esa imagen oscura para siempre, pues la siguiente canción del disco, The Wizard, era totalmente opuesta a la que abría el álbum. Con Ozzy a la armónica y unas letras y ritmos francamente optimistas, el tema era el contrapunto perfecto a la siniestra canción citada. Pero el impacto había sido demasiado profundo como para que cayera en saco roto y Black Sabbath se acababan de convertir, por todo este cúmulo de factores, en una "banda satánica".
La leyenda comenzaba...
Desde Metallica hasta Soundgarden, Slayer, Ministry... todos los grupos que os podáis imaginar cuentan a Black Sabbath entre sus principales influencias. El impacto que tuvo el debut de este grupo en la escena rock y pop de la época es difícil de visualizar ahora, pero la legión de músicos que fueron hechizados por los monstruosos riffs de Tony Iommi pueden dar fé de que Black Sabbath no fué un grupo cualquiera.
Todo comienza en Aston, un barrio de la industrial Birmingham, donde en 1968 cuatro chavales de familia obrera dan rienda suelta a sus inquietudes musicales formando un grupo con el nombre de Polka Tulk. Estos cuatro chavales eran John Michael Osbourne, Frank Anthony Iommi, Terrence Michael Butler y William Thomas Ward. Probablemente es la 1ª banda de la historia que comprende la formación clásica de Black Sabbath, aunque hay dudas de si en el grupo Mythology, donde tocaba Tony Iommi, ya hubo una primera reunión.
Polka Tulk era primordialmente un grupo de blues, aunque a propuesta de Bill Ward el nombre de la banda cambia a Earth. Bajo este nombre empiezan su actividad musical de forma frenética, pues tocaban en cualquier sitio que les diera la oportunidad. Muchos conciertos de esta época los hacen en el norte de Inglaterra, concretamente en Carlisle, donde Mythlogy se habían labrado un pequeño número de seguidores.
El primer paso importante de su carrera se produce cuando el músico de jazz Jim Simpson les propone tocar en el Henry´s Blues Club y además les ofrece un contrato para representarlos. El grupo acepta, y empiezan a hacer sus primeros conciertos en Europa pues su nuevo mánager les consigue unos shows en el Star Club de Hamburgo.
Es en ese momento cuando descubren que ya hay otra banda tocando bajo el nombre de Earth y vuelven a cambiarlo, esta vez de forma definitiva, a Black Sabbath. Era el año 1969.
Sin mucha repercusión todavía en la escena musical del momento, tan sólo la compañía Vertigo les ofrece un más bien pobre contrato para grabar un disco. La banda no lo duda ni un instante y se meten en el estudio para realizar, en tan sólo tres días y con un presupuesto de 600 libras, su disco de debut y el que les marcaría para siempre, Black Sabbath.
Con una portada más bien tétrica, una cruz invertida apareciendo en el interior del disco (decisión de la compañía), las letras inspiradas en el escritor ocultista Dennis Wheatley (Geezer Butler mediante) y el propio nombre del grupo, los medios no tardaron en catalogar al grupo de "satánico". Esta etiqueta acompañaría a la banda el resto de su vida, a pesar de que sus miembros siempre trataron de demostrar lo equivocado de la misma. Lo cierto es que a la compañía le interesaba este tipo de polémica, pues de la misma obtenía bastante publicidad.
La realidad es que el disco recogía básicamente lo que el grupo hacía en sus directos de aquella época, incluyendo dos versiones (las únicas en la discografía de Black Sabbath) de Aynsley Dunbar´s Retaliation -The Warning- y de Crow -Evil Woman, su primer single-.
Pero si por algo destaca este álbum es, sin duda, por su impactante comienzo con la legendaria canción Black Sabbath. En una Inglaterra dominada por la psicodelia y el "flower power" (Woodstock prácticamente acababa de celebrarse), este disco comenzaba con el sonido de una tormenta y el inquietante repique de unas campanas fúnebres, para dar paso a un tema oscuro y siniestro, con una base rítmica bastante grave y un demoledor riff a cargo de Iommi en su parte final, que marcaría a partir de ahí el sonido del grupo.
Y es que no se puede pasar por alto el accidente que sufrió Tony Iommi trabajando en una fábrica y que le costó la pérdida de dos extremidades en los dedos de su mano derecha, lo que estuvo a punto de acabar con su carrera. La solución vino a través de una especie de dedales que hacían las veces de prótesis, pero que también obligaron al guitarra a aflojar la tensión de las cuerdas, forjando así el característico sonido del grupo.
Es curioso que Black Sabbath quedaran marcados por esa imagen oscura para siempre, pues la siguiente canción del disco, The Wizard, era totalmente opuesta a la que abría el álbum. Con Ozzy a la armónica y unas letras y ritmos francamente optimistas, el tema era el contrapunto perfecto a la siniestra canción citada. Pero el impacto había sido demasiado profundo como para que cayera en saco roto y Black Sabbath se acababan de convertir, por todo este cúmulo de factores, en una "banda satánica".
La leyenda comenzaba...