[RETARDS] Cagar en la calle ¿Puede convertirse en un vicio o mal hábito?

Eso de cagar y mear en la calle está muy feo. Las personas con clase y sentido del civismo lo hacemos en parques, ocultos tras arbustos después de comprobar que nadie nos ha visto meternos ahí. Así también ayudamos a mantener esa tierra bien abonada.
 
Los relatos están bien, un recurrente recurso poético del PL
Empero se echan en falta documentos gráficos que sustenten las narraciones.

Por lo que a mí respecta, un servidor , que es un afamado caganet PL, estoy en horas bajas, Después del acaso veraniego de tener que generar un Vinicio en Terelandia un día que salí con la bici, pues nada, todo en WCs normales, muy normie todo.

K#rma y cacas de hoy
 
Los relatos están bien, un recurrente recurso poético del PL
Empero se echan en falta documentos gráficos que sustenten las narraciones.

Por lo que a mí respecta, un servidor , que es un afamado caganet PL, estoy en horas bajas, Después del acaso veraniego de tener que generar un Vinicio en Terelandia un día que salí con la bici, pues nada, todo en WCs normales, muy normie todo.

K#rma y cacas de hoy
Pues tengo muy buen material en lo tocante a ñordis. De hecho estoy fraguando el hilo del Coproarte, una multidisciplina que engloba desde consejos nutricionales hasta psicología, interpretación de heces, arte holístico... Ahora que tengo mi inodoro con bandeja de inspección fecal, no tengo excusa, la verdad. Saber que es usthez un buen aficionado me incentiva, es un acicate para montar el hilo del Coproarte, no voy a negarlo
 
Pues tengo muy buen material en lo tocante a ñordis. De hecho estoy fraguando el hilo del Coproarte, una multidisciplina que engloba desde consejos nutricionales hasta psicología, interpretación de heces, arte holístico... Ahora que tengo mi inodoro con bandeja de inspección fecal, no tengo excusa, la verdad. Saber que es usthez un buen aficionado me incentiva, es un acicate para montar el hilo del Coproarte, no voy a negarlo
Pues nada, ponte a la tarea.
Recuerdo un giligif que hice hace lustros de una soberbia cagada del pana @El Cabezas sobre ladrillo. Una obra de harte PL

Kkarma
 
Esto me hace recordar un video que vi una vez. Fue en la tv, pero no recuerdo canal ni programa. Era un video totalmente amateur, grabado con el movis. Resulta que una chica entraba en un super, creo que no había nadie más adentro, lo cual hace suponer que de alguna manera se coló, estando el establecimiento cerrado, ni idea de cómo. La chica iba acompañada por algún amiguete, o amiguita, que se dedicaba a grabar, y tal vez alguno más.

El caso es que la chica corre buscando un rincón en el establecimiento donde poder aliviarse. Teniendo en cuenta la temática del hilo, se puede intuir cual será el final, pero en aquel momento, lo que yo y todos esperábamos es que la chica meara. Pero cual fue mi sorpresa cuando veo que en vez de mear, la tipa expulsa todo el paladín a la taza, diarrea total. La verdad es que lo que hubiera podido ser algo morboso, se convirtió más bien en algo asqueroso. Quizás no para todo el mundo, ya que hay gustos para todo, incluyendo amantes de lo escatológico.
 
¿Qué tal, amigos? Andaba yo esta mañana andurreando por la sierra con el perrete, aprovechando las fiestas en honor al generalísimo, en esas que en una subida noté que la barriga empezaba a rugir. No soy de cagar fuera de casa, intenté tranquilizarme y lanzar consignas relajantes a mis intestinos para que como, otras tantas veces, hiciesen un buen trabajo en equipo aguantando el zurrón lleno de chocolate.

Bien, todo parecía indicar que en esta ocasión el resultado no sería distinto, entonces empecé a disfrutar de las hierbecillas que van saliendo, encontré algunos espárragos salientes ante el rocío y los livianos rayos del sol. En esas que me agacho tras haber apartado hacia un lateral una esparraguera con mi bota y tremendo retortijón, bufff, de esos que, al igual que el relámpago previo a la sucesión de un trueno rápido que avisa que la tormenta está encima, sabes que hay que vaciar ya irremediablemente. Oteé el horizonte buscando un cómplice en forma de hoja suave y de cierta proporción, era una cuestión rápida, no podía esperar mucho, solo vi varios acebuches, no daban el tamaño obviamente y una higuera, no estaba dispuesto a irritarme la mucosa anal. Velozmente me quité la mochila de la espalda y eché un rastreo a mis pertenencias, ningún pañuelo o servilleta, menos un rollo de papel, joder nada. Abrí un bolsillo pequeño y tachán, había un papelito bien doblado, lo abrí rápidamente y comprobé que era el recibo de hace unos días del pago de mi gimlasio. A todo esto me percaté de que los ojos de mi cánido se posaron en mi, se percató de mi nerviosismo y me contemplaba bien alerta, solté la mochila unos metros atrás y me dirigí cerca de la higuera, entre ella y un acebuche vi el sitio ideal para esos segundos satisfactorios y de tranquilidad, pero no iba a ser así. Mi fiel perrete me siguió alarmado, trataba de espantarlo vociferando y con aspavientos mientras estaba en posición de hacer de vientre, temi perder el equilibrio, reaccionó reculando, conseguí relajarme brevemente mientras noté como empezaba a salir el churro, lo bueno que tiene cagar en el campo es que ante la falta de contaminación ambiental puedes escuchar profundamente esos pequeños graznidos que sueltan los esfínteres al relajarse, después de soltarla la meadita de rigor y joder, hamijos, que puta sensación de paz, la gente se siente mal por no follar pero cagar con ganas y más mientras profanas un territorio ajeno al de casa es un orgasmo, una victoria moral. Agarré el papelito y me limpié el ojal como buenamente pude y lo dejé cerca de mi creación.

Al principio no le eché foto, a la vuelta me acordé de esta mierda de hilo y creí que era bueno documentarlo, por el foro. No es que sea un señor mierdón, he parido mierdas que no desmerecen a algunas plastas de confitería, pero no todos los días se caga una mierda con aspecto arcilloso y sobre todo dada la factura en el lugar del crimen, con nombre y apellidos, amigos.

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¿Qué tal, amigos? Andaba yo esta mañana andurreando por la sierra con el perrete, aprovechando las fiestas en honor al generalísimo, en esas que en una subida noté que la barriga empezaba a rugir. No soy de cagar fuera de casa, intenté tranquilizarme y lanzar consignas relajantes a mis intestinos para que como, otras tantas veces, hiciesen un buen trabajo en equipo aguantando el zurrón lleno de chocolate.

Bien, todo parecía indicar que en esta ocasión el resultado no sería distinto, entonces empecé a disfrutar de las hierbecillas que van saliendo, encontré algunos espárragos salientes ante el rocío y los livianos rayos del sol. En esas que me agacho tras haber apartado hacia un lateral una esparraguera con mi bota y tremendo retortijón, bufff, de esos que, al igual que el relámpago previo a la sucesión de un trueno rápido que avisa que la tormenta está encima, sabes que hay que vaciar ya irremediablemente. Oteé el horizonte buscando un cómplice en forma de hoja suave y de cierta proporción, era una cuestión rápida, no podía esperar mucho, solo vi varios acebuches, no daban el tamaño obviamente y una higuera, no estaba dispuesto a irritarme la mucosa anal. Velozmente me quité la mochila de la espalda y eché un rastreo a mis pertenencias, ningún pañuelo o servilleta, menos un rollo de papel, joder nada. Abrí un bolsillo pequeño y tachán, había un papelito bien doblado, lo abrí rápidamente y comprobé que era el recibo de hace unos días del pago de mi gimlasio. A todo esto me percaté de que los ojos de mi cánido se posaron en mi, se percató de mi nerviosismo y me contemplaba bien alerta, solté la mochila unos metros atrás y me dirigí cerca de la higuera, entre ella y un acebuche vi el sitio ideal para esos segundos satisfactorios y de tranquilidad, pero no iba a ser así. Mi fiel perrete me siguió alarmado, trataba de espantarlo vociferando y con aspavientos mientras estaba en posición de hacer de vientre, temi perder el equilibrio, reaccionó reculando, conseguí relajarme brevemente mientras noté como empezaba a salir el churro, lo bueno que tiene cagar en el campo es que ante la falta de contaminación ambiental puedes escuchar profundamente esos pequeños graznidos que sueltan los esfínteres al relajarse, después de soltarla la meadita de rigor y joder, hamijos, que puta sensación de paz, la gente se siente mal por no follar pero cagar con ganas y más mientras profanas un territorio ajeno al de casa es un orgasmo, una victoria moral. Agarré el papelito y me limpié el ojal como buenamente pude y lo dejé cerca de mi creación.

Al principio no le eché foto, a la vuelta me acordé de esta mierda de hilo y creí que era bueno documentarlo, por el foro. No es que sea un señor mierdón, he parido mierdas que no desmerecen a algunas plastas de confitería, pero no todos los días se caga una mierda con aspecto arcilloso y sobre todo dada la factura en el lugar del crimen, con nombre y apellidos, amigos.

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Después de leer esto, el que no esté deseando ir al monte a cagar es que no es persona. Este relato invita a ello
 
¿Qué tal, amigos? Andaba yo esta mañana andurreando por la sierra con el perrete, aprovechando las fiestas en honor al generalísimo, en esas que en una subida noté que la barriga empezaba a rugir. No soy de cagar fuera de casa, intenté tranquilizarme y lanzar consignas relajantes a mis intestinos para que como, otras tantas veces, hiciesen un buen trabajo en equipo aguantando el zurrón lleno de chocolate.

Bien, todo parecía indicar que en esta ocasión el resultado no sería distinto, entonces empecé a disfrutar de las hierbecillas que van saliendo, encontré algunos espárragos salientes ante el rocío y los livianos rayos del sol. En esas que me agacho tras haber apartado hacia un lateral una esparraguera con mi bota y tremendo retortijón, bufff, de esos que, al igual que el relámpago previo a la sucesión de un trueno rápido que avisa que la tormenta está encima, sabes que hay que vaciar ya irremediablemente. Oteé el horizonte buscando un cómplice en forma de hoja suave y de cierta proporción, era una cuestión rápida, no podía esperar mucho, solo vi varios acebuches, no daban el tamaño obviamente y una higuera, no estaba dispuesto a irritarme la mucosa anal. Velozmente me quité la mochila de la espalda y eché un rastreo a mis pertenencias, ningún pañuelo o servilleta, menos un rollo de papel, joder nada. Abrí un bolsillo pequeño y tachán, había un papelito bien doblado, lo abrí rápidamente y comprobé que era el recibo de hace unos días del pago de mi gimlasio. A todo esto me percaté de que los ojos de mi cánido se posaron en mi, se percató de mi nerviosismo y me contemplaba bien alerta, solté la mochila unos metros atrás y me dirigí cerca de la higuera, entre ella y un acebuche vi el sitio ideal para esos segundos satisfactorios y de tranquilidad, pero no iba a ser así. Mi fiel perrete me siguió alarmado, trataba de espantarlo vociferando y con aspavientos mientras estaba en posición de hacer de vientre, temi perder el equilibrio, reaccionó reculando, conseguí relajarme brevemente mientras noté como empezaba a salir el churro, lo bueno que tiene cagar en el campo es que ante la falta de contaminación ambiental puedes escuchar profundamente esos pequeños graznidos que sueltan los esfínteres al relajarse, después de soltarla la meadita de rigor y joder, hamijos, que puta sensación de paz, la gente se siente mal por no follar pero cagar con ganas y más mientras profanas un territorio ajeno al de casa es un orgasmo, una victoria moral. Agarré el papelito y me limpié el ojal como buenamente pude y lo dejé cerca de mi creación.

Al principio no le eché foto, a la vuelta me acordé de esta mierda de hilo y creí que era bueno documentarlo, por el foro. No es que sea un señor mierdón, he parido mierdas que no desmerecen a algunas plastas de confitería, pero no todos los días se caga una mierda con aspecto arcilloso y sobre todo dada la factura en el lugar del crimen, con nombre y apellidos, amigos.

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Bien, todo parecía indicar que en esta ocasión el resultado no sería distinto, entonces empecé a disfrutar de las hierbecillas que van saliendo, encontré algunos espárragos salientes ante el rocío y los livianos rayos del sol. En esas que me agacho tras haber apartado hacia un lateral una esparraguera con mi bota y tremendo retortijón, bufff, de esos que, al igual que el relámpago previo a la sucesión de un trueno rápido que avisa que la tormenta está encima, sabes que hay que vaciar ya irremediablemente. Oteé el horizonte buscando un cómplice en forma de hoja suave y de cierta proporción, era una cuestión rápida, no podía esperar mucho, solo vi varios acebuches, no daban el tamaño obviamente y una higuera, no estaba dispuesto a irritarme la mucosa anal. Velozmente me quité la mochila de la espalda y eché un rastreo a mis pertenencias, ningún pañuelo o servilleta, menos un rollo de papel, joder nada. Abrí un bolsillo pequeño y tachán, había un papelito bien doblado, lo abrí rápidamente y comprobé que era el recibo de hace unos días del pago de mi gimlasio. A todo esto me percaté de que los ojos de mi cánido se posaron en mi, se percató de mi nerviosismo y me contemplaba bien alerta, solté la mochila unos metros atrás y me dirigí cerca de la higuera, entre ella y un acebuche vi el sitio ideal para esos segundos satisfactorios y de tranquilidad, pero no iba a ser así. Mi fiel perrete me siguió alarmado, trataba de espantarlo vociferando y con aspavientos mientras estaba en posición de hacer de vientre, temi perder el equilibrio, reaccionó reculando, conseguí relajarme brevemente mientras noté como empezaba a salir el churro, lo bueno que tiene cagar en el campo es que ante la falta de contaminación ambiental puedes escuchar profundamente esos pequeños graznidos que sueltan los esfínteres al relajarse, después de soltarla la meadita de rigor y joder, hamijos, que puta sensación de paz, la gente se siente mal por no follar pero cagar con ganas y más mientras profanas un territorio ajeno al de casa es un orgasmo, una victoria moral. Agarré el papelito y me limpié el ojal como buenamente pude y lo dejé cerca de mi creación.

Al principio no le eché foto, a la vuelta me acordé de esta mierda de hilo y creí que era bueno documentarlo, por el foro. No es que sea un señor mierdón, he parido mierdas que no desmerecen a algunas plastas de confitería, pero no todos los días se caga una mierda con aspecto arcilloso y sobre todo dada la factura en el lugar del crimen, con nombre y apellidos, amigos.

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Cagar en el campo es lo mejor. Yo últimamente lo hago siempre que salgo.

Por cierto, es de primero de campología llevar pañuelos o papel del water para tal menester, al igual que navaja y otros aperos, así que ya sabes.
 
@Sonic88 eso de llevar mochila sin pañuelos...

Ya dije que no soy de cagar fuera, siempre suelo salir con el canasto vacío, pero está vez se presentó así la ocasión. Ya tengo algún que otro vicio siniestro, no quiero que la filia a soltar el muñeco de barro fuera se una.
 
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