Las putarracas amateur son un buen caladero que descubrí años ha.
Siempre que estén empezando a ejercer, porque aunque todas sean putas, algunas bajo esa etiqueta de "no profesional" llevan más horas de vuelo que las chinas del Azarías cochambroso.
El último caso ha sido con una cordobesa recién llegada a la capital para estudiar. Un bombón por el que perder la cabeza que decidió probar a estar 1h cerrando fuerte los ojos mientras le daban a cambio de 300€.
Si han repuesto casi 30 veces en tv el bodrio de Pretty Woman, es porque ese cuento funciona, no hay más que emularlo.
En un anuncio similar al de la cochina esta de Milanuncios, seleccioné a esta pajarraca, con la condición de vernos previamente sin compromiso para conocernos, ya que dije que nunca me vi en una situación similar y me daba miedito. No le pareció mala idea y quedamos una tarde frente al Corte Inglés de Princesa.
Con una demora calculadísima de 5 min, llamé a la guarrilla diciéndole que me disculpase, que me había surgido un imprevisto de última hora y que estaba en un coche azul en doble fila a 50 mts, que se acercase si quería y seguíamos hablando. Si Richard Gere cogió a su furcia en la acera con un Lotus Spirit, a ver porqué no la podía subir yo al Panamera.
Se acercó y me disculpé por una reunión en la que me habían retenido y algunas paridas más, que ya sentía llegar tarde y que encima tenía que ir al parking, que comprendía que su tiempo era muy valioso y entendía si decidiera irse.
La tipa se montó encantada en el coche y dijo que me acompañaba a aparcar. Camino del parking le pregunté si ya que estábamos en el coche, qué le parecía ir a una terraza de esas de mierda de hotel donde se ve el skyline madrileño y tal.
Ella tan encantada que le costó bajar del coche cuando llegamos por la ventosa que le hizo el chichi en el asiento.
Donde íbamos no era al albur, se trata de una terraza donde me dan gorrazos el director y la RRPP. Así que allí nos tomamos una copa mientras notaba cómo le palpitaba el lacasito.
Mientras tanto me dediqué a trabajar, imposté unos escrúpulos, principios y nerviosismo que no tenía. Le hice saber lo mucho que me atraía, pero que nunca había mantenido relaciones a cambio de dinero y que me estaba echando atrás, que todo me parecía muy violento, mecánico y precipitado, que si el hotel por horas y blao blao.
Ella entre caídas de ojos y cruces de piernas e inclinaciones de torso cuidadosamente medidas, también trabajaba. Y en algún momento debió pensar en invertir esos 300€ en tener a plazo fijo a un capullo pagafantas llevándola en Porsche a los mejores garitos y restaurantes de gañote y quién sabe qué más.
Total, que despidiéndome de ella hasta un remoto otro día, y albergando muchas dudas al respecto de dar el paso por mi parte de llevar a cabo la transacción. Me pidió si me importaba llevarla al Colegio Mayor donde residía y que se encontraba bastante cerca, a lo que accedí como el caballero que soy.
Llegamos, me dió un morreo y me pidió que le acompañase a la habitación, y no creerán lo que pasó después...
Y no sólo esa tarde, hubo varias de esas. Hasta que se dió cuenta que lo único que podría sacarme era leche y encontraría un pagafantas de verdad, ahí ya pasó de mí.