Cocina Comecarnes Vs. Comehierbas. Broncochat powah!

Trismegisto rebuznó:
Oye, ¿qué paso con SLK, GPV, MCS, y toda esa fauna? ¿Han abandonado o están de vacas?

SLK es Rossot, buscalo en el rapiñas o en deportes. Los otros 2 estan Missing In Action...sobre todo MCS que era un forero que siempre aportaba algo interesante
 
Trismegisto rebuznó:
Me refiero a decisiones que toman, como alimentar a sus hijos sin derivados animales, exponiéndolos a carencias nutricionales, y desventajas sociales. Demandas legislativas que abanderan, como el cierre de granjas de explotación animal, que evitarían el nacimiento y sufrimiento de millones de animales, pero expondrían al hambre y a la deficiencia alimentaria a miles de familias de bajos recursos a causa del elevado encarecimiento que experimentarían esos alimentos. No ven las cosas con perspectiva, concentran toda su energía en 2 o 3 hechos sin pararse a pensar en las implicaciones sociales y económicas de sus demandas. Es más o menos lo que ocurre con los que por ejemplo salen a la calle a protestar porque se implanten mas energías renovables, gente que no conoce el mercado eléctrico, las técnicas de generación, y el impacto económico y medioambiental que supondría la implantación actual de esas tecnologías. En otras palabras, irresponsabilidad. Salen por la tele, gente sin formación y sueltan 3 o 4 gilipolleces, opiniones personales, sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal), sin contar con el aval de de gente seria y formada. Opinadores profesionales, diría yo.
Los partidos animalistas que desean representación parlamentaria, están deseosos de imponer una normativa muy restrictiva como primer paso para llevarnos a un paulatino abandono de la alimentación que actualmente tenemos, pero no tienen un plan de soporte y amortiguación para esos cambios, y cuando lo tengan, no será aplicable, ya que implica enormes cambios y regulaciones que están completamente fuera de su alcance, como en control de los precios de los cereales, y los tipos impositivos aplicados a los alimentos. Y la verdad es algo que temo, que en un par de décadas consigan representación parlamentaria como para intercambiar favores con el Gobierno de turno que no tenga la mayoría absoluta, y pongan en peligro la seguridad alimentaria de España y Europa.
No me quiero imaginar a alguien como Caótico con algo de poder. Un mono con pistola que va hablando de ética, de asesinatos, y de gente desalmada con moral amortiguada cuando habla de la aplastante mayoría que componemos los que comemos carne. Y como él conozco a muchos, personalmente, así que no esgrimen tanta amenaza ni tanta agresividad que otorga el anonimato en internet, pero el fondo es el mismo.

Pero esto es como todo, hombre. El padre educa a sus hijos como le sale de la polla, el estado adoctrina a sus ciudadanos como más rentable le salga y la iglesia pone el culo a la verga que más le caliente. Nada nuevo bajo el sol. De todas formas, prefiero que me gobierne un vegano idiota antes que un amante de los toreros. Cuestión de gustos, supongo.

Ah, y la seguridad alimentaria de España y Europa ya está actualmente en peligro. No hace falta que haya una revolución vegana para ello.
 
Uncle Meat rebuznó:
(...)prefiero que me gobierne un vegano idiota antes que un amante de los toreros. Cuestión de gustos, supongo. (...)

Cuestión de ser subnormal, más bien.

Es mucho más peligroso ser gobernado por un idiota que por "un malo".
 
Eddie Brock rebuznó:
Cuestión de ser subnormal, más bien.

Es mucho más peligroso ser gobernado por un idiota que por "un malo".

Hombre, yo es que doy por sentado que el amante de los toreros es también idiota perdido. ¿Dónde está tu dios ahora?

Aparte, eso de que es preferible un hijo de puta es más que discutible.
 
Trismegisto rebuznó:
No me refiero a eso, estaba planteando un futuro posapocaliptico, en esa situación, no habrán éxodos de comepechugas, por que hasta sus padres habrán olvidado el sabor de la carne. De todas maneras, puede que no me haya expresado correctamente, mis disculpas, acabo de cenar con 3 de estas:
gulden_draak_33cl.jpg

Si la has probado, entenderás mi estado.


Que no, joder, la carne no sube de precio por impuestos ni pollas, es por el creciente precio de los cereales, así como el pescado sube por temas de explotación.


Pues eso no es mercado, eso es selección natural. El que pase hambre porque solo puede permitirse atún en lata, (beneficencia aparte)es gilipollas y merece morir. El kilo escurrido de atún en lata de la marca blanca más económica está sobre los 10€. Si me compro un bonito entero, pago por el no más de 6€ el kilo; primo del atún, y con buenas propiedades gastronómicas y proteínicas. El salmón fresco cuesta entre 6 y 8 € el kilo, el pollo de corral de la mejor calidad, no más de 6€, (y el más barato 2€/K) Yo voy a una distribuidora de carne que tiene la nave montada cerca de mi trabajo, y compro carne de primera calidad (chuletón, entrecot) a 10€/k. Luego está lo que los españoles llamáis casquería, hay cortes argentinos e italianos como las entrañas, el vacio parrillero, el matambre, el ossobuco, y mil más a precio de ganga, si eres un poco cocinillas, se convierten en un auténtico manjar. Otra cosa es que no sepan levantar cabeza de la paella, los macarrones y el cocido.

Pero donde cojones son esos precios ?
Ni comprando en superficies de venta esclusiva para restaurantes encuentras esos precios, un buen pollo de corral de los 9€ el kilo no baja ni loco, un buen chuleton con euskolabel menos de los 20€ el kilo no encuentras, ya ni hablar del pescado.
 
Uncle Meat rebuznó:
Ah, y la seguridad alimentaria de España y Europa ya está actualmente en peligro. No hace falta que haya una revolución vegana para ello.

¿Por qué está en peligro?
 
RichardYates rebuznó:
¿Por qué está en peligro?

Porque está empezando a faltar el papeo. Como la cosa no cambie, va a haber muchos veganos a la fuerza comiendo raíces.
 
Uncle Meat rebuznó:
Hombre, yo es que doy por sentado que el amante de los toreros es también idiota perdido. ¿Dónde está tu dios ahora?

Aquí.

Lo que sé sobre toros y toreros


Hace cosa de un mes, por una de esas emboscadas que a veces te montan los amigos, anduve metido en pregones y otros fastos taurinos sevillanos. Fue agradable, como lo es todo en esa ciudad extraordinaria; y quedé agradecido a la gente de la Maestranza, amable y acogedora. Pero todo tiene sus daños colaterales. Ayer recibí una carta desde una ciudad donde cada año, en fiestas, matan a un toro a cuchilladas por las calles, preguntándome con mucha retranca cómo alguien que se manifiesta contrario a la muerte de los animales en general, y a la de los toros en particular, habla a favor del asunto. También me preguntan, de paso, cuánto trinqué por envainármela. Y como resulta que hoy no tengo nada mejor que contarles, voy a explicárselo al remitente. Con su permiso.

En primer lugar, yo nunca cobro por conferencias ni cosas así; considérenlo una chulería como otra cualquiera. Las pocas veces que largo en público suelo hacerlo gratis, por la cara. Y lo de Sevilla no fue una excepción. En cuanto a lo de los toros, diré aquí lo que dije allí: de la materia sé muy poco, o lo justo. En España, afirmar que uno sabe de toros es fácil. Basta la barra de un bar y un par de cañas. Sostenerlo resulta más complejo. Sostenerlo ante la gente de la Maestranza habría sido una arrogancia idiota. Yo de lo único que sé es de lo que sabe cualquiera que se fije: animales bravos y hombres valientes. El arte se lo dejo a los expertos. De las palabras bravura y valor, sin embargo, puede hablar todo el mundo, o casi. De eso fue de lo que hablé en Sevilla. Sobre todo, del niño que iba a los toros de la mano de su abuelo, en un tiempo en que los psicoterapeutas, psicopedagogos y psicodemagogos todavía no se habían hecho amos de la educación infantil. Cuando los Reyes Magos, que entonces eran reyes sin complejos, aún no se la cogían con papel de fumar y dejaban pistolas de vaquero, soldaditos de plástico, caballos de cartón y espadas. Hasta trajes de torero, ponían a veces.

Aquel niño, como digo, se llenó los ojos y la memoria con el espectáculo del albero, ampliando el territorio de los libros que por aquel tiempo devoraba con pasión desaforada: la soledad del héroe, el torero y su enemigo en el centro del ruedo. De la mano del abuelo, el niño aprendió allí algunas cosas útiles sobre el coraje y la cobardía, sobre la dignidad del hombre que se atreve y la del animal que lucha hasta el fin. Toreros impasibles con la muerte a tres centímetros de la femoral. Toreros descompuestos que se libraban con infames bajonazos. Hombres heridos o maltrechos que se ajustaban el corbatín mirando hacia la nada antes de entrar a matar, o a morir, con la naturalidad de quien entra en un bar y pide un vaso de vino. Toros indultados por su bravura, aún con la cabeza erguida, firmes sobre sus patas, como gladiadores preguntándose si aún tenían que seguir luchando.

Así, el niño aprendió a mirar. A ver cosas que de otro modo no habría visto. A valorar pronto ciertas palabras -valor, maneras, temple, dignidad, vergüenza torera, vida y muerte- como algo natural, consustancial a la existencia de hombres y animales. Hombres enfrentados al miedo, animales peligrosos que traían cortijos en los lomos o mutilación, fracaso, miseria y olvido en los pitones. El ser humano peleando, como desde hace siglos lo hace, por afán de gloria, por hambre, por dinero, por vergüenza. Por reputación.

Pero ojo. No todo fue admirable. También recuerdo las charlotadas, por ejemplo. Ignoro si todavía se celebran esos ruines espectáculos: payasos en el ruedo, enanos con traje de luces, torillos atormentados entre carcajadas infames de un público estúpido, irrespetuoso y cobarde. Nada recuerdo allí de mágico, ni de educativo. Quizá por eso, igual que hoy aprecio y respeto las corridas de toros, detesto con toda mi alma las sueltas de vaquillas, los toros embolados, de fuego, de la Vega o de donde sean, las fiestas populares donde un animal indefenso es torturado por la chusma que se ceba en él. Los toros no nacen para morir así. Nacen para morir matando, si pueden; no para verse atormentados, acuchillados por una turba de borrachos impunes. Un toro nace para pelear con la fuerza de su casta y su bravura, dando a todos, incluso a quien lo mata, una lección de vida y de coraje. Por eso es necesario que mueran toreros, de vez en cuando. Es la prueba, el contraste de ley. Si la muerte no jugase la partida de modo equitativo, el espectáculo taurino sería sólo un espectáculo; no el rito trágico y fascinante que permite al observador atento asomarse a los misterios extremos de la vida. Sólo eso justifica la muerte de un animal tan noble y hermoso. Ahí está, a mi juicio, la diferencia. Lo demás es folklore bestial, y es carnicería.

Lo que sé sobre toros y toreros | Web oficial de Arturo Pérez-Reverte



Aparte, eso de que es preferible un hijo de puta es más que discutible.

Me pregunto si aquí el compañero pensará realmente esto.
 
Ah, si lo dice Pérez Reverte, entonces sí que molan los toros. :? Por cierto, que tiene gracia eso de llamar chusma -que lo es- a, entre otros, los de los toros embolaos y, a la vez, poner casi en un pedestal la tauromaquia.
 
Uncle Meat rebuznó:
(...)Por cierto, que tiene gracia eso de llamar chusma -que lo es- a, entre otros, los de los toros embolaos y, a la vez, poner casi en un pedestal la tauromaquia.

No, no tiene gracia. La tendría si no hubiera explicado por qué una cosa sí y la otra no, pero como lo ha hecho, pues no la tiene. Justo al final, para aquellos que no lo hubieran pillado mientras leían, resume la diferencia entre lo uno y lo otro.

Te reconozco el mérito, sin embargo, de habértelo mirado. Es un tocho y agradezco que al menos la respuesta sea algo más que el "me cago en tu padre y en tu madre" propio de Caótico.
 
Eddie Brock rebuznó:
No, no tiene gracia. La tendría si no hubiera explicado por qué una cosa sí y la otra no, pero como lo ha hecho, pues no la tiene. Justo al final, para aquellos que no lo hubieran pillado mientras leían, resume la diferencia entre lo uno y lo otro.

Te reconozco el mérito, sin embargo, de habértelo mirado. Es un tocho y agradezco que al menos la respuesta sea algo más que el "me cago en tu padre y en tu madre" propio de Caótico.

Mira, tú dices que no tiene guasa pero yo te digo que sí la tiene. En este país ha habido infinidad de debates sobre este tema, donde se han expuesto un montón de opiniones de todo tipo; que si es o no es arte, que si el toro ha nacido para esto o para lo otro, que si esto es más digno que aquello, que si degrada a la especie humana o la eleva, que si el toro de lidia se pega la gran vida y que si tiene la picha larga o corta. El problema de todos estos debates es muy sencillo: el protagonista principal, por razones obvias, nunca se sienta en la mesa. A resultas de esto último, con lo único que hay que quedarse es con la realidad objetiva: el toro es torturado y, en la inmensa mayoría de ocasiones, fulminado. Lo mismo da que el toro sea masacrado en Lepe que en el Louvre; lo mismo da que haya payasos y borrachos alrededor que haya un cuarteto de cuerdas y una ocarina; lo mismo da que se le mate en nombre de Dios que en nombre de Satán. Pero, claro, seguro que el señor Reverte ha encontrado el anillo que le otorga la potestad de erigirse portavoz de la realidad absoluta y de decidir qué clase de sufrimiento es necesario y justicado y cuál no lo es.
 
¿No veis que no hay nada meritorio en ese circo medieval que es la tauromaquia?

¿Valor? Hablamos de tíos que han mamado esa vida y llevan desde críos preparándose para estar delante de un toro y mantener la calma, no de un Amateur que se mete por primera vez. Señores apoyados por otros tantos señores y en clara ventaja contra un bicho asustado y "diseñado" para ser bravo al que torturan hasta la muerte. Por no hablar de las millonadas que se llevan.

¿Que pueden palmar? Si, bueno, y si me tiro en paracaídas o conduzco borracho también puedo palmar. Que hermoso todo.

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Esta puta mierda no tiene nada de artístico, y lo que es peor, sino lo pagasen todos los españoles estaría casi extinto como espectáculo, si se le puede llamar así.
 
Uncle Meat rebuznó:
Mira, tú dices que no tiene guasa pero yo te digo que sí la tiene. En este país ha habido infinidad de debates sobre este tema, donde se han expuesto un montón de opiniones de todo tipo; que si es o no es arte, que si el toro ha nacido para esto o para lo otro, que si esto es más digno que aquello, que si degrada a la especie humana o la eleva, que si el toro de lidia se pega la gran vida y que si tiene la picha larga o corta. El problema de todos estos debates es muy sencillo: el protagonista principal, por razones obvias, nunca se sienta en la mesa. A resultas de esto último, con lo único que hay que quedarse es con la realidad objetiva: el toro es torturado y, en la inmensa mayoría de ocasiones, fulminado. Lo mismo da que el toro sea masacrado en Lepe que en el Louvre; lo mismo da que haya payasos y borrachos alrededor que haya un cuarteto de cuerdas y una ocarina; lo mismo da que se le mate en nombre de Dios que en nombre de Satán. Pero, claro, seguro que el señor Reverte ha encontrado el anillo que le otorga la potestad de erigirse portavoz de la realidad absoluta y de decidir qué clase de sufrimiento es necesario y justicado y cuál no lo es.

Estamos de acuerdo en que hay sufrimiento animal que está justificado y lo hay que no lo está, ¿no?

Moporday rebuznó:
¿No veis que no hay nada meritorio en ese circo medieval que es la tauromaquia?

¿Valor? Hablamos de tíos que han mamado esa vida y llevan desde críos preparándose para estar delante de un toro y mantener la calma, no de un Amateur que se mete por primera vez. Señores apoyados por otros tantos señores y en clara ventaja contra un bicho asustado y "diseñado" para ser bravo al que torturan hasta la muerte. Por no hablar de las millonadas que se llevan.

¿Que pueden palmar? Si, bueno, y si me tiro en paracaídas o conduzco borracho también puedo palmar. Que hermoso todo.

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Esta puta mierda no tiene nada de artístico, y lo que es peor, sino lo pagasen todos los españoles estaría casi extinto como espectáculo, si se le puede llamar así.

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"Muy bien, bonito. Da gusto lo rápido que os lo aprendéis"
 
Eddie Brock rebuznó:
"Muy bien, bonito. Da gusto lo rápido que os lo aprendéis"

No se ni quien es esa señora, pero debo admitir que tus argumentos son devastadores.
 
Moporday rebuznó:
No se ni quien es esa señora, pero debo admitir que tus argumentos son devastadores.

Es que cuando leí la estupidez de que no hace falta valor para torear dejé de leer. Pero Bibi está orgullosa de ti, estoy seguro.
 
Eddie Brock rebuznó:
Es que cuando leí la estupidez de que no hace falta valor para torear dejé de leer. Pero Bibi está orgullosa de ti, estoy seguro.

No creo que Bibi tenga lo que hay que tener de declararse antitaurina teniendo en cuenta que su pueblo está en pleno corazón de la Ruta del Toro Bravo y, literalmente, rodeado de ganaderías de reses bravas. Alli se entiende mucho de toros y de caballos, recuerdo haber asistido a una conferencia de un paisano suyo DE CENCERROS!, que yo creía que era una gilipollez supina, y el tio estuvo dos horas hablando de como entrenaban los ganaderos a las dulas de cabestros según el tono que emitía el cencerro, agrupándolos como un ejercito para envolver y transportar a los toros, y resultó muy amena e instructiva la charla.

Antes del camión, lo mismo llevaban los ganaderos a las corridas a Bilbao por las carreteras perfectamente emboyados por los cabestros sin que se escapara ninguno. En fin, que bonita es la cultura campera, y que hijos de puta los hikikimoris que quieren abolirla de un plumazo desde sus colmenas de cemento.

Lo de no hace falta valor para torear, es típico de estos urbanitas que solo han visto un toro por la tele. Quien ve un morlaco de cerca sabe que hay que tenerlos cuadrados para acercarse a ellos. Yo he estado en ganaderías, y acojona cuando se quedan parados mirándote amenazadoramente en la distancia, mas en la plaza, cuando chocan los cuernos contra la tabla y suena que parece que vibra toda la estructura del edificio.

Si tiene razón Soporgay en que los toreros tienen un entrenamiento tan bueno y tanto conocimiento del toro que los percances se reducen al mínimo, pero eso no se aprende en un libro, sino de horas y horas tentando llevándote palizas de vaquillas resabiadas y puntazos de novillos, y además, no te garantiza que no vayas a comer abundante cuerno durante tu carrera. Si un lego intenta darle un pase a un toro, se llevaria mas de un metro en trayectorias de cornada en un visto y no visto.

Obviamente, el taurino cabal valora el conocimiento que tiene el matador y los riesgos que toma o no (por eso la fama de Joseph Thomas, por ejemplo), e incluso mucho desprecian a los que frecuentan la enfermería por ser malos lidiadores, ya que argumentan, el torero perfecto nunca habría de ser cogido.
 
Uncle Meat rebuznó:
Porque está empezando a faltar el papeo. Como la cosa no cambie, va a haber muchos veganos a la fuerza comiendo raíces.

No nos pongamos trágicos, que producción alimenticia hay de sobra, así que no veremos hambrunas africanas.

Eddie Brock rebuznó:
Por eso es necesario que mueran toreros, de vez en cuando. Es la prueba, el contraste de ley. Si la muerte no jugase la partida de modo equitativo, el espectáculo taurino sería sólo un espectáculo; no el rito trágico y fascinante que permite al observador atento asomarse a los misterios extremos de la vida. Sólo eso justifica la muerte de un animal tan noble y hermoso. Ahí está, a mi juicio, la diferencia. Lo demás es folklore bestial, y es carnicería.

Aquí ha rematado fatal la faena el señor Reverte. En primer lugar, porque el toreo de equitativo tiene poco, más bien nada si miramos un poco cómo se desarrolla todo y cuál es el resultado, es una partida con las cartas marcadas. En segundo lugar, si lo que pide es una muerte de cuando en cuando como tributo para diferenciarlo del "folklore bestial" y la carnicería, nuestro querido Ratón ha dado cuenta de unos cuantos y habrá dignificado los actos de la turba, ¿no?

La verdad es que los argumentos son endebles hasta decir basta, por bien escritos que estén. Que hay que tener valor para ponerse delante de un toro, aunque sea con espada y capote, nadie lo discute. El toro tiene la fuerza suficiente para destrozar al torero sin hacer mucho esfuerzo, pero raramente lo hace. Aquí tenemos que el toro es notablemente más noble que el cabrón que se lo carga usando engaños. Dice mucho del ser humano, desde luego.

Y esto te lo dice alguien que ha estado delante de toros el doble de corpulentos que los que se torean, eso sí, sin tan mala hostia, pero igualmente peligrosos si se ven acorralados, y cuyo destino era el matadero municipal.
 
Eddie Brock rebuznó:
Estamos de acuerdo en que hay sufrimiento animal que está justificado y lo hay que no lo está, ¿no?

Desde mi punto de vista, la única justificación para hacer sufrir a un animal es evitar un mal mayor.

Por cierto, que, en relación a eso de "la valentía" a la hora de salir a la plaza, no sólo jugaría ahí un papel fundamental la experiencia y la pericia con el toro -eso que le garantiza a uno, hasta cierto punto, que va a salir vivo de allí-, también lo juegan otros factores como la salud mental del torero, su biología, su grado de inteligencia e, incluso, sus creencias religiosas. No creo que haga falta decir que también hay que tener unos "cojones" muy grandes para jugar a la ruleta rusa, hacer carreras en plan James Dean, forrarse el cuerpo de dinamita o estrellar adrede un avión contra un rascacielos. Pero, vamos, que está demostrado científicamente que hay gente que, por la naturaleza de su cerebro, sienten poco o ningún miedo, así que eso de la "valentía" dejó hace tiempo de tener algún mérito para mí.


RichardYates rebuznó:
Que hay que tener valor para ponerse delante de un toro, aunque sea con espada y capote, nadie lo discute.

Pues lamento joder la marrana :lol:.
 
Uncle Meat rebuznó:
Desde mi punto de vista, la única justificación para hacer sufrir a un animal es evitar un mal mayor.

Por cierto, que, en relación a eso de "la valentía" a la hora de salir a la plaza, no sólo jugaría ahí un papel fundamental la experiencia y la pericia con el toro -eso que le garantiza a uno, hasta cierto punto, que va a salir vivo de allí-, también lo juegan otros factores como la salud mental del torero, su biología, su grado de inteligencia e, incluso, sus creencias religiosas. No creo que haga falta decir que también hay que tener unos "cojones" muy grandes para jugar a la ruleta rusa, hacer carreras en plan James Dean, forrarse el cuerpo de dinamita o estrellar adrede un avión contra un rascacielos. Pero, vamos, que está demostrado científicamente que hay gente que, por la naturaleza de su cerebro, sienten poco o ningún miedo, así que eso de la "valentía" dejó hace tiempo de tener algún mérito para mí.




Pues lamento joder la marrana :lol:.

Los toreros pasan muchísimo miedo, no son para nada el típico descerebrado capaz de jugar a la ruleta rusa. Yo he hablado con algunos y leido muchas entrevistas de ellos, y lo pasan fatal en vísperas de la corrida por el miedo que tienen. La mayoría de toreros son gente tímida y retraida (José Tomás, Morante, Castella...) nada hamija de aspavientos y bravuconerías.

Si es cierto que hay toreros bufones que se acercan a ese perfil (El Cordobés, Hezulín...), pero las cornadas y los hospitales se encargan de meterles dentro la jindama que a lo mejor no traían de serie.

Luego está el caso de los toreros cobardes (normalmente de etnia gitana) que dificilmente superan el miedo para saltar ruedo, como el bueno de Curro Romero, que se descomponía antes de las corridas, y durante ellas, simplemente se negaba a seguir en algunos casos cuando sus instintos le decían que su vida corría grave peligro porque el toro que le había tocado en suerte le había transmitido alguna señal que ellos consideraban de mal agüero.


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jamesdeantoreando.jpg
 
Uncle Meat rebuznó:
Pues lamento joder la marrana :lol:.

Entiendo tu razonamiento, pero incluso los suicidas descerebrados que se inmolan tienen miedo, dudas y demás.

Ni que decir tiene que yo he estado delante de unos cuantos charolais de más de una tonelada con un simple palo de madera de chopo para que se subieran al puto camión, y me han temblado las piernas cuando se han abalanzado contra los tres o cuatro tíos que lo rodeábamos. Eso por no hablar de las veces que he recibido hostias serias por terneros de poco más de diez o doce meses, con costillas fisuradas y demás. Lo cierto es que en el momento de la hostia apenas duele, entre la excitación y las endorfinas, no te enteras de que tienes el costado sangrando. Eso sí al día siguiente odias respirar. Por eso tampoco me parece nada del otro mundo lo de los toreros que se levantan después de una pequeña cogida y siguen toreando.
 
Uncle Meat rebuznó:
Desde mi punto de vista, la única justificación para hacer sufrir a un animal es evitar un mal mayor. (...)

Entonces supongo que eres vegetariano, como Caótico. Yo no pienso así exactamente; jamás fui capaz de torturar a gatos y tal como sí hacían otros críos, pero sí puedo justificar las corridas de toros, que si bien no evitan un "mal mayor" sí tienen muchas cosas buenas (me refiero al artículo que copipasteé antes).
 
RichardYates rebuznó:
Entiendo tu razonamiento, pero incluso los suicidas descerebrados que se inmolan tienen miedo, dudas y demás.

Ni que decir tiene que yo he estado delante de unos cuantos charolais de más de una tonelada con un simple palo de madera de chopo para que se subieran al puto camión, y me han temblado las piernas cuando se han abalanzado contra los tres o cuatro tíos que lo rodeábamos. Eso por no hablar de las veces que he recibido hostias serias por terneros de poco más de diez o doce meses, con costillas fisuradas y demás. Lo cierto es que en el momento de la hostia apenas duele, entre la excitación y las endorfinas, no te enteras de que tienes el costado sangrando. Eso sí al día siguiente odias respirar. Por eso tampoco me parece nada del otro mundo lo de los toreros que se levantan después de una pequeña cogida y siguen toreando.

Supongo que ya sabrás que es muy frecuente que los soldados, en el frente, cuando reciben un disparo, apenas sientan dolor. No sé si el chute de adrenalina y endorfinas será parecido al que recibe el torero al entrar en una plaza abarrotada de gente y encontrarse con un morlaco. De todas formas, y en mi empeño en restarle méritos a estos gilipollas, tengo que añadir también que creo que el valor para enfrentarse a una de estas criaturas reside en todos nosotros, sólo que de forma más racional y selectiva. Basta para entender esto el ejemplo siguiente: yo veo a mi hijo delante de un toro que va a embestirle, y no me hace falta ni capote ni espada para tirarme al pescuezo del bicho y dejarme allí la vida. El resultado es el mismo: un tío enfrentándose a un toro; pero lógicamente por razones distintas. Supongo que para cualquier observador externo mi conducta parecerá infinitamente menos estúpida que la de un torero -por lo menos, hoy en día, que antes algunos no tenían más remedio que meterse a toreros por aquello de "más cornás da el hambre"-.
 
Eddie Brock rebuznó:
Entonces supongo que eres vegetariano, como Caótico. Yo no pienso así exactamente; jamás fui capaz de torturar a gatos y tal como sí hacían otros críos, pero sí puedo justificar las corridas de toros, que si bien no evitan un "mal mayor" sí tienen muchas cosas buenas (me refiero al artículo que copipasteé antes).

No, no soy vegetariano. Verás, creo que es ético matar para alimentarse y para temas como la investigación médica -ojo: siempre que se tenga respeto por el animal y no se le torture-. Aparte de esto, en legítima defensa y poco más. Como podrás ver, esto encaja perfectamente en lo que dije antes de evitar males mayores, y no significa necesariamente que alguien que piense así sea vegetariano. Mi razonamiento se apoya en el hecho de que vivimos en un mundo cruel y limitado en el que, si no fuese por los depredadores, los no depredadores terminarían con el reino vegetal y, como es lógico, consigo mismos. Por otra parte, si el ser humano decide un día no comer carne, quedaría toda ésta para el resto de depredadores, con lo cual tampoco íbamos a evitar el sufrimiento animal con nuestra renuncia. Siguiendo estas premisas, que incluyen que el mundo es una puta mierda, lo único que queda por evitar es el sufrimiento innecesario -y, por supuesto, y mucho más, los espectáculos basados en el sufrimiento innecesario-.
 
Uncle Meat rebuznó:
No, no soy vegetariano. Verás, creo que es ético matar para alimentarse y para temas como la investigación médica -ojo: siempre que se tenga respeto por el animal y no se le torture-. Aparte de esto, en legítima defensa y poco más. Como podrás ver, esto encaja perfectamente en lo que dije antes de evitar males mayores, y no significa necesariamente que alguien que piense así sea vegetariano. Mi razonamiento se apoya en el hecho de que vivimos en un mundo cruel y limitado en el que, si no fuese por los depredadores, los no depredadores terminarían con el reino vegetal y, como es lógico, consigo mismos. Por otra parte, si el ser humano decide un día no comer carne, quedaría toda ésta para el resto de depredadores, con lo cual tampoco íbamos a evitar el sufrimiento animal con nuestra renuncia. Siguiendo estas premisas, que incluyen que el mundo es una puta mierda, lo único que queda por evitar es el sufrimiento innecesario -y, por supuesto, y mucho más, los espectáculos basados en el sufrimiento innecesario-.

Y esto amigos es lo que yo llamo una postura sensata.

Ahora volvamos al puto tema del hilo, que no es el toreo de los cojones, sino exponer los principales vectores de subnormalidad de los subnormales que se niegan a comer carne.

1) Baja autoestima. Insatisfacción. Compasión por uno mismo
2) Arraigo del sentimiento de culpabilidad. Extensión del pobre reflejo que se tiene de uno mismo al resto de la humanidad (algo parecido al beato que ve pecados por todos lados)
3) Pérdida de contacto con el medio natural
4) Crianza en ambientes malsanos poco cercanos a la realidad biológica del ser humano
4A) Ambientes proclives al florecimiento de ideologías infantiles, perniciosas y poco ligadas con la realidad del hombre como especie (huíd de todo aquél que pronuncie demasiadas veces la expresión manifestación cultural)
4B) Ambientes rodeados de una carga testosterónica muy baja, que sólo hace que empeorar retroalimentada por una alimentación pobre en vitamina D y colesterol
 
Mezorvió comentar las fotos de James Dean. Al parecer el notas estaba apasionado por los toros, y hay muchas anécdotas al respecto, como que dejaba colgados los rodajes si había corrida en Tijuana. Tenía un capote que le regaló su amigo el torero norteamericano Sidney Franklyn (otro pájaro de vida novelesca que fué asistente de Hemingway durante la guerra civil) sobre el que dormía enrollado.

Le encantaba practicar toreo de salón en su apartamento, y utilizaba a sus ligues como toro. Si fracasaba en el cine, decía que se iría a Mexico a intentar ser torero.
 
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