Recuerdo que hace unos doce años me leí el libro de 'El Método', y me gustó más como novela de "aventuras locas" que como cualquier manual de ligue.
Especialmene cuando están por Europa del Este y, yendo por una carretera de Moldavia, acaban en
Transnistria, una especie de reducto soviético militarizado y totalmente anacrónico. Allí no hacen más que ser parados cada dos kilómetros por los soldados que les sacan la pasta hasta que se quedan sin nada de metálico y casi los llevan a la cárcel.
Respecto al tema de la seducción, es una rompida de pelotas, es ponerse al nivel de ellas.
Cuando salía de bares y tenía una presencia más decente, no pensaba en ligar, era todo bastante natural. También porque tanto ellas como yo íbamos pedo y eso facilitaba las cosas. No forzaba nunca las situaciones, iba de aquí para allá saludando a la gente como pollo sin cabeza, hasta que pillabas conversación con alguna que compartías algo en común.
A día de hoy paso de salir, dejarme el dinero y la salud en alcohol (no sé salir sin ponerme pedo), además teniendo que conducir.
Lo primero, he aprendido a controlar la libido y no ser un puto salido. A una mala, te haces una paja y se te pasan las ganas, que ya no tenemos veinte años. Si llevo mucho de sequía me voy de putas, aunque no es lo común.
Lo que hago es explorar nuevos lugares, como poblados hippies o actividades municipales de darse caminatas, pero no para ligar, sino para conocer gente nueva en general. El 95% son gilipollas, pero siempre acabas encontrando a alguien interesante.
Lo que sí tengo seriamente pensado es hacer un falso fondo en la bodega y, cuando esté todo fortificado y bien preparado, pincharle un Valium 20 a una runner nocturna de parque y meterla allí hasta que el Síndrome de Estocolmo haga sus efectos.