Hay varios trucos básicos en el análisis del fraude en las fotos: el contexto (si el mobiliario, gadgets eléctricos, electrodomésticos, apariencia de la ubicación...son habituales en España o no), el realismo (si hay demasiado retoque o perfección), la coherencia (si aparece una foto de una tía buenísima enseñando la cara pero en otras la oculta ¿por qué?, si en unas es delgada y en otras más contundente, si cambia tonalidades de la piel o color del pelo...), las marcas o tatuajes en la piel (si cambian o desaparecen según la foto), el estilo (las fotos caseras o selfies reales tienen una estética básica fácil de captar que las hace creíbles). También hay que tener en cuenta que las lumis suelen ocultar sus defectos cuando ponen fotos reales, si tienen estrías en el vientre siempre aparecen con ropa o bikini, si el culo no es gran cosa se presentan sólo de frente, si el aspecto global no es muy atractivo sólo muestran fotos parciales de las zonas más sugerentes de su anatomía, muy elegidas...
Aún teniendo en cuenta todos esos datos es fácil equivocarse, Instagram y la inmensidad de Internet hacen fácil utilizar fotos robadas, es aconsejable hacer una búsqueda por imagen para descartarlo. Cuando una chica parezca fiable, es importante leer el texto del anuncio, aquellos anuncios groseros o demasiado explicitos en la presentación de los servicios no son recomendables. Es algo sutil, pero una buena profesional intenta eludir excesiva vulgaridad en el lenguaje a la hora de publicitarse, sabe que le resta buenos clientes.