Los yipsis son mucho más comunitarios y funcionan de manera mucho más orgánica que nosotros, aunque luego eso sí, se lían a tiros por cualquier asunto matándose si hace falta.
Todavía recuerdo aquel vídeo de un par de policías nacionales durante la plandemia tratando de obligar a un gitano a que se pusiera el bozal, teniendo que largarse por patas cuando el lolailo terminó por cabrearse, después de que se le sumasen más etnianos.
Luego encima se casan con 15 años, matrimonios concertados, prueba del pañuelo para garantizar la virginidad de la gachí y a parir desechos genéticos como si no hubiera mañana. Comunidad cerrada, sin moroniggas ni panchis y cuando mueren tumbas dignas de jefes de Estado, con la foto del Richal de turno rodeado de coronas de flores y aderezos decorativos chillones que destacan sobre los nichos del pobre payo del que no se acuerda nadie.
Eso sí, que te inviten a una boda etniana debe ser un drama, duran 3-4 días, comidas asquerosísimas, bailoteo, canturreo y demás. Lo único divertido debe ser lo de la prueba del pañuelo, especialmente si la tipa no lo pasa y la terminan crujiendo las etnianas de mayor edad en una buena sesión de paloterapia.