Katua y Pai-Mei, a vosotros os hará mucha gracia, pero yo no entiendo nada (y me imagino que los demás tampoco).
Pues la noche empezó bien, luego se torció, y finalmente se arregló un poco.
Cuando llegué a la fiesta (no era en una casa, sino en un pub) la chica se vino a hablar conmigo, me estuvo haciendo bastante caso, hasta que se torció la noche.
Resulta que un gilipollas se cayó en el baño y se abrió la cabeza, lo llenó todo de sangre, y la chica estuvo un buen rato allí a ver qué pasaba, luego volvió y me dijo que se le había quedado mal cuerpo (en sentido figurado, claro, por que ella de mal cuerpo nada, de hecho llevaba un escote que casi me hace salir los ojos de las cuencas) y que a lo mejor se iba a casa.
Se volvió a marchar para otro lado del garito, y al poco rato volvió con su abrigo y su bolso, se despidió de mí y se largó a toda prisa. Ante mi mirada interrogante, sólo me dijo "tengo que irme ya, ya te explicaré" y se fue pitando.
Yo me quedé con cara de imbécil, dos amigos míos que me acompañaron a la fiesta (gracias a dios) empezaron a descojonarse de mí, aunque luego me consolaron y tal, porque la verdad es que me quedé un poco chafado, no entendía por qué ella se había largado de esa forma tan repentina y sin darme una explicación.
Ya empezaba a cobrar fuerza la hipótesis de que ella hubiera quedado con un tío, y yo empezaba a cagarme en toda su estirpe (no por que estuviera con otro tío, que estaría en su perfecto derecho, entre ella y yo no hay nada de momento, sino por no decírmelo y hacerme ir a la fiesta a hacer el panoli)... tenía la sensación de que toda la gente de la fiesta eran Nelson señalándome con el dedo...
Pero entonces me llegó un sms de ella disculpándose por haberse marchado así, y explicándome que tenía que irse corriendo porque una amiga la llevaba en coche y tenía que irse a casa, y que ya me contaría...
En resumen, la noche fue un fiasco, pero yo creo que el hecho de que me mandase el sms significa que puede que haya algo. Si pasara de mí no me habría enviado el sms, creo yo.
La noche se torció, pero puede haber otras noches.