anecdotón incoming
 
 
Ayer por la noche, cogí los bártulos cual ILG y decidí que, aunque mis amigos no pudieran, yo iba a salir sí o sí.
 
Y salí.
 
Empecé poniendo música en uno de los garitos que frecuento y, como parecía que la noche no iba a dar demasiado de sí, a jugarme copas al mentiroso con el dueño y otro cliente.
 
En estas que entran dos tias que son ya no lobas, si no guarras auténticas. En otro post ya hablé de ellas. Me iban a proponer un trio, estaba seguro. Y lo más gracioso, es que les daba igual el saber que las tengo en no admitir en el messenger.
 
Y empezaron el acoso.
 
Se colocaron en la barra y empezaron a tirar coñas, que mostraban que, aunque saben que si las quería para algo era simple y exclusivamente para follarmelas y a la vez, encantadas me siguieron el juego.
 
Primero me invitaron a una copa que me debian.
 
Luego me llevaron a un garito y me pidieron que yo hiciera lo propio con ellas.
 
De ahí, a casa.
 
Les sirvo otra copa, y se lanzan como posesas contra mí.
 
Empiezo a besar y a morder a diestro y siniestro, a ver como ellas se morrean sin pudor mientras les estoy sobando el culo a ambas.
 
La más lanzada ya estaba manoseando mi paquete y preguntando si las iba a tener de pie toda la noche. 
 
 
Todo iba bien menos dos detalles:
 
a) la manía de reirse de todo con cinismo, es chocante que una tía a la que estás a punto de meterle un pollazo se ponga a hablar de las cosas que tienes en la cocina (en concreto del juego de cucharón y demás que son de plástico duro naranja en vez de ser totalmente metálicos) o de que no la tengo admitida en el messenger. En resumen, hablaba demasiado
 
b) mi estado de embriaguez
 
 
Y allí estaba, en la cama, con dos tias medio desnudas, comiéndonos mútuamente y tal.
 
Y una de ellas, empieza a reclamar caña de verdad.
 
Me las empiezo a apañar para intentar endiñársela mientras no dejo a la otra desatendida, pero, FAIL, se me pone la polla en ese estado semierecto en que se mete un poco en el coño pero se escurre cual anguila.
 
Seguimos jugando y pienso que igual con la otra sí que va, pero los nervios empiezan a jugar en contra.
 
Al final acabé llevándolas a casa y pensando a ver qué cojones me dirán hoy.
 
 
Pero estoy seguro de que intentarán repetir... Lo sé.