Jesus Quintana
Clásico
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- 6 Abr 2006
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Hola, queridos compañeros foriles:
Voy a contaros una bonita historia.
Resulta que yo siempre había creído que no podía mantener una relación de simple amistad con una chica que me atrajera sexualmente. Pero últimamente estoy empezando a pensar que sí es posible.
Los que llevéis un tiempo en este subforo y tengáis buena memoria quizá recordéis que tuve una follamiga guineana (sí, ya sé, los negros no son humanos, huelen mal y me gusta la zoofilia, podéis ahorraros las estupideces de ese calibre). La follamistad duró 4 idílicos meses, tras los cuales ella decidió que ya no quería follar más conmigo y que sólo quería que fuésemos amigos.
Mi primer impulso fue pasar de ella, por el motivo que he expuesto al principio: no me creía capaz de ser amigo de una chica que me atraía sexualmente (y mucho, porque la tía está impresionante). Sin embargo, de vez en cuando nos llamábamos por teléfono, yo descubrí que me gustaba charlar con ella, y además después de algunos meses quedamos para tomar una copa. Por supuesto, yo intenté volver al folleteo, pero ella seguía inflexible en su postura: sólo amigos.
Para mi sorpresa, por el momento estoy moderadamente contento con ser amigo de ella. Es decir, por supuesto que estoy deseando volver a acostarme con ella, de hecho, le tiro los tejos prácticamente cada vez que la veo o hablo con ella, pero no hay manera. Yo creo que ya se ha convertido en un juego entre los dos, a ella le hace mucha gracia, y a mí la verdad es que también. Por supuesto que preferiría que el juego terminase con los dos retozando entre las sábanas, pero he de decir que tampoco me disgusta ese tonteo con ella. Yo soy el primer sorprendido, pero es así. Creo que estoy en disposición de decir que soy capaz de mantener una amistad con esta chica.
Para mí es una gozada quedar con ella, porque además de llevarnos muy bien y pasarlo bien juntos, es todo un chute de autoestima sólo ir por la calle con ella y notar las miradas de admiración, e incluso envidia, que se dirigen a nosotros (porque no quiero ser repetitivo, pero es que es un monumento de mujer).
Hace poco, quedamos un día y ella estuvo muy juguetona, me calentó cosa mala, yo pensaba que por fin íbamos a follar de nuevo, pero al final ella se echó atrás. Por supuesto eso me jodió, pero no tanto como cabría esperar. Luego me pidió perdón, debió ser un momento de debilidad que tuvo, pero después volvió a su postura de querer sólo amistad. Y repito, me sorprende, pero ese calentón sin culminación no me molestó tanto. Lo pasé tan bien volviendo a tontear con ella, que no me enfadé.
Claro que seguramente en eso influye que tenga otras follamigas por ahí con las que desfogarme. Pero éste no es el tema. Lo que quería contar es que sí, el paso de follamiga a amiga es posible. Y no es tan malo, después de todo.
Voy a contaros una bonita historia.
Resulta que yo siempre había creído que no podía mantener una relación de simple amistad con una chica que me atrajera sexualmente. Pero últimamente estoy empezando a pensar que sí es posible.
Los que llevéis un tiempo en este subforo y tengáis buena memoria quizá recordéis que tuve una follamiga guineana (sí, ya sé, los negros no son humanos, huelen mal y me gusta la zoofilia, podéis ahorraros las estupideces de ese calibre). La follamistad duró 4 idílicos meses, tras los cuales ella decidió que ya no quería follar más conmigo y que sólo quería que fuésemos amigos.
Mi primer impulso fue pasar de ella, por el motivo que he expuesto al principio: no me creía capaz de ser amigo de una chica que me atraía sexualmente (y mucho, porque la tía está impresionante). Sin embargo, de vez en cuando nos llamábamos por teléfono, yo descubrí que me gustaba charlar con ella, y además después de algunos meses quedamos para tomar una copa. Por supuesto, yo intenté volver al folleteo, pero ella seguía inflexible en su postura: sólo amigos.
Para mi sorpresa, por el momento estoy moderadamente contento con ser amigo de ella. Es decir, por supuesto que estoy deseando volver a acostarme con ella, de hecho, le tiro los tejos prácticamente cada vez que la veo o hablo con ella, pero no hay manera. Yo creo que ya se ha convertido en un juego entre los dos, a ella le hace mucha gracia, y a mí la verdad es que también. Por supuesto que preferiría que el juego terminase con los dos retozando entre las sábanas, pero he de decir que tampoco me disgusta ese tonteo con ella. Yo soy el primer sorprendido, pero es así. Creo que estoy en disposición de decir que soy capaz de mantener una amistad con esta chica.
Para mí es una gozada quedar con ella, porque además de llevarnos muy bien y pasarlo bien juntos, es todo un chute de autoestima sólo ir por la calle con ella y notar las miradas de admiración, e incluso envidia, que se dirigen a nosotros (porque no quiero ser repetitivo, pero es que es un monumento de mujer).
Hace poco, quedamos un día y ella estuvo muy juguetona, me calentó cosa mala, yo pensaba que por fin íbamos a follar de nuevo, pero al final ella se echó atrás. Por supuesto eso me jodió, pero no tanto como cabría esperar. Luego me pidió perdón, debió ser un momento de debilidad que tuvo, pero después volvió a su postura de querer sólo amistad. Y repito, me sorprende, pero ese calentón sin culminación no me molestó tanto. Lo pasé tan bien volviendo a tontear con ella, que no me enfadé.
Claro que seguramente en eso influye que tenga otras follamigas por ahí con las que desfogarme. Pero éste no es el tema. Lo que quería contar es que sí, el paso de follamiga a amiga es posible. Y no es tan malo, después de todo.