Slk
Extremadamente Imbécil
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- 27 Feb 2008
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El final. Hay que ir al final para entender todo esto.
Básicamente tenemos a un príncipe guapo, chulazo y engreído.
Si la memoria no me falla una misteriosa anciana mendiga le pide una limosna y este la desprecia, "jajaja lárgate anda mendiga", y le chapa la puerta en las narices.
La anciana le mete un hechizo y lo convierte en un ser feo y peludo.
Conocemos el relato. La belleza está en el interior. Lo mismo da feo que guapo, normal que muy guapo y muy guapo que muy feo, incluso da lo mismo llegar a ser liachu.
Es absurdo, porque todos sabemos que esto es mentira, pero además principalmente esta película está destinada a la mente femenina, que al final es quien elige siempre aunque incluso no lo parezca algunas veces.
Nos vamos al final, el vídeo, que acaba contradiciendo a la moraleja.
Porque el momento mágico sabemos cuál es. Es el minuto 1.45. Ahi se confirma lo que hacia segundos nos temiamos: ha vuelto el mojabragas, el guapo, el príncipe chulazo y cachas. Y ha vuelto para quedarse, para besarla y casarse con ella y todas esas cosas.
Es el momento de la lágrima, de la emoción, del aplauso y de la satisfacción femenina de toda chiquilla que está viendo esta película y para la cual, recordemos, se ha creado.
Se suponía que la belleza daba igual, así que la coherencia dicta que la bestia, fea y peluda, debería haber permanecido en su desagradable cuerpo, pudiendo hacer feliz a la bella, pudiendo besarla, y pudiendo acabar todo en boda porque que más da que la bestia sea fea. Pero todos sabemos que eso crearía una frustración en esa mente femenina para cual se ha trabajado en la película. Por qué? Porque todo es mentira, y acaban delatandose tratando de colar una moraleja a la que ni siquiera son fieles.
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