Me explicaré: Si vas de bueno, de educado, de limpio, de culto, en teoría se supone que deberíamos tener más posibilidades de éxito que cualquiera de los sujetos que he nombrado más arriba, sin embargo paradojicamente, no es así.
:0)
Como ponía en otro post hace no mucho: antes si eras lo que se llama "un buen partido" (pelas, cultura, buen curro...), tenías mucho camino recorrido. Ahora no. Ahora además de eso y muuuchos otros requisitos más, tienes que estar mazo bueno.
Pero no todo son inconvenientes, míralo de esta forma: si te quitas a todos los tíos malolientes, babosos, salidos-violadores, inhibidos y demás morralla (que, sin generalizar, abundan bastante en el género masculino), al final quedan unos pocos, así que tú mismo puedes destacar sin muchos problemas.
Burp rebuznó:en el fondo sigo pensando que hay mujeres que valgan la pena aunque hay dias...que lo veo todo muy negro.
lo mismo digo, hermano, lo mismo digo...
PENTECOST rebuznó:Ahora bien, no porque una prostituta te acose y no te deje ni respirar, vamos a permitirnos la licencia de sentirnos superiores, ni despreciarlas, ni tratarlas como basura simplemente porque buscan algo que nosotros podemos ofrecerles, o sea, dinero. Y ahí es donde está la diferencia entre hombres y mujeres, los hombres rechazamos simplemente con un no, sin reírnos de nadie, sin menosprecios, ni tampoco nos sentimos superiores (por lo general) a esas prostitutas interesadas en nuestro dinero.
Según tu teoría, sería perfectamente normal que yo, al entrar en un club, pudiese sentirme superior a las putas y tratarlas como basura, ¿verdad?
Pues no, el ser educado y tratar bien o mal a los demás ya tiene que ver con cada uno.
Es difícil comparar si los hombres tuviésemos a todas las tías a nuestra disposición cómo nos comportaríamos, si como unos engreídos perdonavidas o en plan educado y humilde: "no, gracias, pero no quiero tu compañía esta noche". Lo poco que conozco me hace pensar que seríamos igual de subnormales y creídos que muchas tías buenas del sábado noche despreciando a sus babosetes. Es más bien naturaleza humana, más que una cuestión de sexos.