Siempre me he quejado de una vida sexual bastante aburrida, la postura del misionero acaba cansando y el que ha veces haga la del perrito o que ella este encima mia no arregla mucho las cosas sobre mi potencia sexual. Ni siquiera disfruto del sexo oral. Y mira que mi mujer esta como un cañon, pero nada que no se me levanta. Probe llendo al videoclub a alquilar peliculas pornograficas, pero obtuve nulos resultados.
Asique por consejo de un colega, decidi ir un dia a un sex-shop. Fui a uno que no andaba muy lejos de mi casa. Decidi meterme en una cabina para ver las actuaciones que el establecimiento me ofrecia. El primero una tia despanpanante haciendo un streaptease y justo cuando ya se habia denudado del todo, empezaba a jugar con una varita magica del tamaño de un brazo de gitano, que cada vez estaba mas metida dentro de ella "como por arte de magia". No me escite nada y decidi probar con el siguiente numero que era exactamente igul solo que en vez de una mujer era un hombre quien actuaba para el deleite de los pajilleros introduciendose la varita la varita con forma de bollo por la puerta trasera. Tampoco funciono e incluso termine viendo un numero de zoofilia pero nada.
Sali del sex-shop con muy mal humor, ya que como todos sabemos no desfogar tus instintos reproductivos te genera esa mala leche. De repente resbale por las escaleras con tan mala fortuna que cai encima de un fortin de cartones que formaban la chabola de una indigente que hay vivia. Algo se quedo quedo pegado en mi cara, algo maloliente y asqueroso pero que a la vez me escitaba de una manera como nunca habia sentido. Fue la mayor ereccion que nunca he tenido. Aquello que se me quedo pegado a la cara me lo produjoy era nimas ni menos que unas bragas que tenia la indigente. Eran amarillas, pero no porque las fabricaran con ese color no, sino de ese amarillo que se cuando una prenda blanca tiene mucha mierda. Ademas por lo que pude notar quedaban restos de orin y de sangre de la cual dudaba entre si era de que no hacia mucho que habia menstruado o de las heridas que se le generaba al inyectarse heroina en la vagina por no encontrar otro lado donde hacerlo.
No me lave la cara en todo el dia, su olor se quedo pegado en mi sien de tal manera que durante todo el dia estuve erecto. Me mate a pajas e intente hacerlo con mi mujer pero no habia manera ya que ella me decia que me cara olia fatal.
Al dia siguiente tuve que labarme la cara por motivos laborales, no estaria bien eso de entrar en la oficina oliendo a chmino de vagabunda heroinomano. Al salir pase por el lugar donde ella estaba, junto al sex-shop de la Gran Via. Mi interior empezo a notar como unas mariposas revoloteaban mi estomago, pero no era eso en realidad, era la sangre del cuerpo que bajaba en direccion al pene al ver a mi amor, la yonki estaba abierta de piernas vistiendo una falda cutre y llevando puestas aquellas bragas afrodisiacas.
Segui andando para ver si se me pasaba el calenton pero no, fue el ver a un indigente en una esquina y otro y otro y escitarme como un loco. Llegue incluso a eyacular en mis calzoncillos al ver a uno que agitaba un vaso del Starbucks en la boca para pedir limosna ya que el pobre tenia los dos brazos amputados.
No podia seguir asi, no tuve otra que dejar a mi mujer y acercarme a aquella indigente que me tenia loco, la ofreci un par de chutes a cambio de sexo y acepto. Fue el mejor polvo de mi vida sin dudarlo, nunca eyacule de la forma que lo hice aquella vez. Desde entonces mi vida a cambiado, yo soy enormemente feliz: monto orgias en albergues para sin techos, oragnizo fiestas eroticas en el poblado de las Barranquillas, hago trios con los indigentes de la etacion de Principe Pio... Soy todo un santo, en Caritas me tienen como a un heroe por mis trabajos sociales dedicados a los sin techo de Madrid, yo consigo sexo y ellos a cambio consiguen en un momento lo que les costaria todo un dia de mendicidad (drogas, alcohol, alimento...)
Asique seguid mi consejo, no hay mayor afrodisiaco en el mundo que el olor de la pobreza, sino mirad a Bush como se le pone cada vez que deja en la ruina a un pais.
Asique por consejo de un colega, decidi ir un dia a un sex-shop. Fui a uno que no andaba muy lejos de mi casa. Decidi meterme en una cabina para ver las actuaciones que el establecimiento me ofrecia. El primero una tia despanpanante haciendo un streaptease y justo cuando ya se habia denudado del todo, empezaba a jugar con una varita magica del tamaño de un brazo de gitano, que cada vez estaba mas metida dentro de ella "como por arte de magia". No me escite nada y decidi probar con el siguiente numero que era exactamente igul solo que en vez de una mujer era un hombre quien actuaba para el deleite de los pajilleros introduciendose la varita la varita con forma de bollo por la puerta trasera. Tampoco funciono e incluso termine viendo un numero de zoofilia pero nada.
Sali del sex-shop con muy mal humor, ya que como todos sabemos no desfogar tus instintos reproductivos te genera esa mala leche. De repente resbale por las escaleras con tan mala fortuna que cai encima de un fortin de cartones que formaban la chabola de una indigente que hay vivia. Algo se quedo quedo pegado en mi cara, algo maloliente y asqueroso pero que a la vez me escitaba de una manera como nunca habia sentido. Fue la mayor ereccion que nunca he tenido. Aquello que se me quedo pegado a la cara me lo produjoy era nimas ni menos que unas bragas que tenia la indigente. Eran amarillas, pero no porque las fabricaran con ese color no, sino de ese amarillo que se cuando una prenda blanca tiene mucha mierda. Ademas por lo que pude notar quedaban restos de orin y de sangre de la cual dudaba entre si era de que no hacia mucho que habia menstruado o de las heridas que se le generaba al inyectarse heroina en la vagina por no encontrar otro lado donde hacerlo.
No me lave la cara en todo el dia, su olor se quedo pegado en mi sien de tal manera que durante todo el dia estuve erecto. Me mate a pajas e intente hacerlo con mi mujer pero no habia manera ya que ella me decia que me cara olia fatal.
Al dia siguiente tuve que labarme la cara por motivos laborales, no estaria bien eso de entrar en la oficina oliendo a chmino de vagabunda heroinomano. Al salir pase por el lugar donde ella estaba, junto al sex-shop de la Gran Via. Mi interior empezo a notar como unas mariposas revoloteaban mi estomago, pero no era eso en realidad, era la sangre del cuerpo que bajaba en direccion al pene al ver a mi amor, la yonki estaba abierta de piernas vistiendo una falda cutre y llevando puestas aquellas bragas afrodisiacas.
Segui andando para ver si se me pasaba el calenton pero no, fue el ver a un indigente en una esquina y otro y otro y escitarme como un loco. Llegue incluso a eyacular en mis calzoncillos al ver a uno que agitaba un vaso del Starbucks en la boca para pedir limosna ya que el pobre tenia los dos brazos amputados.
No podia seguir asi, no tuve otra que dejar a mi mujer y acercarme a aquella indigente que me tenia loco, la ofreci un par de chutes a cambio de sexo y acepto. Fue el mejor polvo de mi vida sin dudarlo, nunca eyacule de la forma que lo hice aquella vez. Desde entonces mi vida a cambiado, yo soy enormemente feliz: monto orgias en albergues para sin techos, oragnizo fiestas eroticas en el poblado de las Barranquillas, hago trios con los indigentes de la etacion de Principe Pio... Soy todo un santo, en Caritas me tienen como a un heroe por mis trabajos sociales dedicados a los sin techo de Madrid, yo consigo sexo y ellos a cambio consiguen en un momento lo que les costaria todo un dia de mendicidad (drogas, alcohol, alimento...)
Asique seguid mi consejo, no hay mayor afrodisiaco en el mundo que el olor de la pobreza, sino mirad a Bush como se le pone cada vez que deja en la ruina a un pais.