En mi experiencia el medio rural ha estado mejor de lo que está, y si ha empeorado es por culpa del Tinder.
Antes, ellas conscientes de que tampoco lo tenían tan fácil para conocer gente, se "conformaban" un poco más y eran algo más accesibles.
Ahora, con el maldito Tinder la que es interesante está disparadísima en sus pretensiones, con un ego tremendamente inflamado.
Claro, la gente abre el radio de la aplicación y les vienen de 200km a las que valen la pena.
Las que ya no están para exigir tanto ahora no tienen problemas para elegir entre multitud de candidatos.
Se acabó eso de descubrir tía que era como un "tesoro oculto", que ya había pocas, porque hace muchos años que vuelan a "estudiar" a la ciudad y viajar por el mundo para ser admiradas conscientes de que habría muchos más hombres entre los que ellas podrían elegir, e inconscientes de que también ellas tendrían muuucha más competencia y menos atención de la esperada...

De éstas, con los años y medio fracasadas, muchas volvían al pueblo, y he ahí la oportunidad del buscador de tesoros y buen conocedor del terreno.
Mejor momento ese, que antes de "emigrar" cuando estaban llenas de sueños de princesas Disney o casi...
Pillándo a verdaderas joyas en momento de bajón y/o de hambre y sed sexual había ocasiones ahora mismo impensables.
El puto Tinder, cuanto daño...
Me refiero a tías interesantes por su físico y su conjunto en este comentario.
De los especímenes de estos:
divorciadas cuarentonas no feas (pero tampoco guapas) y no gordas (todavía) a las que no se le note la edad demasiado y con hijos
...se puede decir lo mismo: Expectativas y exigencias disparadas para lo que ellas son.
No sé cómo pueden llegar a pensar que se pueden tener expectativas tan altas siendo lo que ellas son, y con sus condiciones, pero ahí están.
Personalmente no pierdo un segundo en un cesto cualquiera.
Antes acudo al servicio profesional sin la menor duda.
Yo inversión de tiempo y/o dinero no estoy dispuesto a hacer en una tía que no valga la pena un poco que tal.