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- 29 Ago 2007
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Hablas y hablas, como si tu novia estuviese más buena y tuviese mejor culo. O como si pudieras juzgar a los demás con severidad dejando de soslayo que Chicote te explotó laboralmente en sus restaurantes con un salario de trabajador en prácticas pese a que eras el cocinero encargado del local. O que cuando trabajabas en Madrid no te atreviste a vestir la equipación del Athletic de Bilbao por si algún retrasado se metía contigo.
Todos los artistas cambian su verdadero nombre por algo más comercial y mediático. ¿Cómo crees que se llama Norma Duval? ¿Joaquín Cortés? ¿Natalie Portman? ¿Queda mejor el apellido Trump o Drumpf para alquilar viviendas a judíos en Nueva York? El tema del nombre o apellido es fácil de adaptar dentro de la imagen que se quiera proyectar. Mi asesoramiento como manager incluye bastante más. Como dije, retiraría todas las fotografías y vídeos donde sale desnuda o poniendo el culo en pompa, con tangas o estilismos chabacanos como el maquillaje de ojos con el rabillo casi pintado hasta la sien o los pantalones horteras. Todas las imágenes eróticas irían a un álbum privado fuera de las cuentas de uso profesional, donde sólo se actualizarían proyectos de teatro, televisión y cine, rodajes, ensayos, etc. Junto con fotografías de su faceta deportista en contra del consumo de drogas y voluntariado con niños pobres en zonas de África subsahariana.
Tristemente los actores reciben guiones y oportunidades de trabajo en función de sus contactos, de cómo manejen las relaciones públicas, a quien conozcan, las influencias que tengan en el mundillo. No tienen trabajo según su valía, sino por mediatización y recomendación. Un poco como cuando Vanessa Romero descarriló a otra actriz en la serie Aquí no hay quien viva porque se follaba al director de la productora audiovisual. En los perfiles de redes sociales para actrices de teatro y cine puede haber espacio para la cotidianidad, sin que eso signifique caer en lo chabacano y lo ordinario. A continuación unos ejemplos aclaratorios:
Estas fotos muestran a una Jessica González pizpireta y divertida, cool y buen rollista, moderna y tradicional. Sin embargo, la siguiente imagen vulneraría la línea roja del buen gusto, el standard of taste:
Un escote es aceptable, marcar pezones con la prenda mojada mientras se juntan los pechos es de mal gusto, poco elegante para una refinada señorita. Ni qué decir tiene que los estilismos de pantalones rotos y ropa choni serían retirados.
En cambio la estrategia se basara en mostrar facetas solidarias, benéficos y de compromiso social con los desfavorecidos, además de recibir ánimos como cuando tuvo que ser intervenida en quirófano por una fractura de tibia y peroné:
Increíble melena con un pelazo hasta las puntas.
Su labor como voluntaria con una ONG en África subsahariana, y no meramente para sacarse la foto como hacen muchas famosas:
Voy a mandar un mensaje para ofrecerme como manager.
Muerto por dentro
Frikazo
Freak
Freak total
Clásico
Veterano
