Estando a unas decenas de kilómetros del círculo polar, estuve hablando con un cocinero del sitio donde comía. Ya no recuerdo cómo ni por qué.
-Coño, pues hablas muy bien español. ¿Has vivido allí?
El tipo me miró con infinita tristeza y me respondió:
-Pero si soy de (lugar de España que no recuerdo).
El tipo era más bien rubicundo y de ojos claros, lo que me despistó. Pero su español ya no sonaba español. Sino como el de alguien que lo habla muy bien, sin ser de allí. Me pareció brutal, perder tu propia lengua.
Era diciembre, y luego me estuvo contando sobre las Navibanes allí.
-Esta gente no se sabe divertir. En casa, como te descuides, están en la cama antes de las doce. Y en la calle los que salen son borrachos la mayoría.
Viendo que estaba mayormente amargado, le pregunté:
-¿Y qué coño haces aquí?
La respuesta habitual: tengo una vikinga, tuve críos... ya no puedo volver.
Sorry, amigos. Pero las historias que yo he conocido no son de Callejeros viajeros, y qué bien estoy aquí no quiero volver. Todo lo que yo conozco quería regresar, pero lo tenía muy jodido. Por lo laboral, lo familiar, o ambas cosas. Todos estaban colocados y currando bien, eso sí.
Ya lo he dicho alguna vez: el extranjero es para desbarrar de joven (y se puede ser joven mucho tiempo, dependiendo de genética, disciplina, inteligencia y suerte). Conforme las fuerzas menguan, más vale tener un lugar cálido y confortable al que regresar. "Búscate un buen lugar donde envejecer". El mejor consejo que me han dado nunca.
Léase mi opinión como la de otro retra más, of course.
P.D.: en el extranjero se folla más, y las mujeres son más abiertas, en todos los sentidos. Eres, además, de fuera, ergo exótico y mucho más follable. Como ya ha dicho antes, es una ocasión para reinventarte, y dejar de ser el puto luser que todo tu entorno quiere que sigas siendo, por su propio ego y seguridad. Que te reinventes, o no, y que folles, o no, dependerá, como siempre, de tu nivel de retraso y, por supuesto, del allmighty LOL, que a todos nos guarde y perdone.