Ambas cosas tienen sus pros y sus contras. La contra de la cocina abierta no son los olores ni las fritangas. Hay campanas para eso. Ahora bien, si te empeñas en pensar que no hay campanas silenciosas y de buena extracción y te empeñas sólo en una campana de cocina cerrada pero puesta en una cocina abierta, pues allá tú, qué quieres que te diga. Ya dijiste que hasta que no lo vieras con tus ojos no lo creerías, y ya te dijeron otros que sí, y hasta te pusieron fotos, pero tú sigues empeñado en negar la existencia de lo que no has visto.
La pega de la cocina abierta son los ruidos, como bien acaba de decir
@miliu. Las cocinas cerradas aíslan a la persona que cocina del resto de la casa, de la acción que haya en ella, de las conversaciones y del resto de personas, cosa que está fea. Quizá una solución sea una cocina que pueda cerrarse y abrirse a voluntad, algo con panelados de vidrio o similar, que también las hay.