jorgevm
Asiduo
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La realidad es que la lapidación de una mujer no tiene el efecto de repulsa mundial que tiene la quema un libro. Un pirado que no tenía influencia ni en su pueblo y ahora los medios de comunicación le han investido de un poder con el que puede debilitar la seguridad nacional de varios países. La lectura que se hace de esto es demasiado simple, se está pintando a Terry Jones como un alto líder religioso con poder suficiente para iniciar una guerra santa, un Hitler del cristianismo, pero no es más que un paleto que quiere quemar un libro que no le gusta. Han sido los musulmanes y también los americanos quienes han hecho depender de ese simple acto que algo gordo vaya a pasar. De momento, y a modo de aviso, en estos días ya se deben haber quemado más banderas de EEUU que Coranes haya editados en toda Florida. Tal vez el problema no sea el acto que desencadene una crisis internacional mediante un efecto mariposa hiperamplificado, sino quién quiere que eso se produzca.
No nos engañemos, los musulmanes radicales quieren ver esos libros arder. Quieren tener la imagen del odio que represente a todo occidente. Hasta ahora ellos nos brindaban a nosotros unas aterradoras imágenes de odio, imanes alentando a la guerra santa, ataques indiscriminados... Pero ellos no tenían de occidente ninguna ofensa representativa del supuesto antiislamismo que guía nuestra moral, salvo un monigote del profeta dibujado por un danés y poco más.
Lo que no saben ellos es que están haciendo una guerra contra unos rivales que están en el gobierno de lo políticamente correcto. Ellos, que sólo conocen el discurso del enfrentamiento, no se dan cuenta de que el efecto de quemar una bandera de la Unión Europea en Irán no hará que ni un solo letón o un portugués salga a la calle lleno de ira. No, aquí tenemos el discurso del buen rollo, la alianza de civilizaciones y su puta madre. Y es eso lo que más o menos nos salvará el culo. Ante las muertes de soldados que se vaticinan como consecuencia del "Koran Burning Day", no habrá ninguna represalia. No les pasará nada porque no se puede hacer enfrentamiento religioso. En nuestros países, los humoristas locales se pedorrearán en la Biblia y en nuestra bandera, pues la automofa es la única vía libre de la libertad de expresión. Se harán foros de diálogo con los musulmanes de la rama más radical. Gadafi volverá a Italia y dirá entre aplausos que Europa debe ser islamizada. Porque sabemos que si les llevamos la contraria, despertaremos la ira del profeta, y eso no queremos.
No nos engañemos, los musulmanes radicales quieren ver esos libros arder. Quieren tener la imagen del odio que represente a todo occidente. Hasta ahora ellos nos brindaban a nosotros unas aterradoras imágenes de odio, imanes alentando a la guerra santa, ataques indiscriminados... Pero ellos no tenían de occidente ninguna ofensa representativa del supuesto antiislamismo que guía nuestra moral, salvo un monigote del profeta dibujado por un danés y poco más.
Lo que no saben ellos es que están haciendo una guerra contra unos rivales que están en el gobierno de lo políticamente correcto. Ellos, que sólo conocen el discurso del enfrentamiento, no se dan cuenta de que el efecto de quemar una bandera de la Unión Europea en Irán no hará que ni un solo letón o un portugués salga a la calle lleno de ira. No, aquí tenemos el discurso del buen rollo, la alianza de civilizaciones y su puta madre. Y es eso lo que más o menos nos salvará el culo. Ante las muertes de soldados que se vaticinan como consecuencia del "Koran Burning Day", no habrá ninguna represalia. No les pasará nada porque no se puede hacer enfrentamiento religioso. En nuestros países, los humoristas locales se pedorrearán en la Biblia y en nuestra bandera, pues la automofa es la única vía libre de la libertad de expresión. Se harán foros de diálogo con los musulmanes de la rama más radical. Gadafi volverá a Italia y dirá entre aplausos que Europa debe ser islamizada. Porque sabemos que si les llevamos la contraria, despertaremos la ira del profeta, y eso no queremos.