Ummita
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Ya he hablado en otros post sobre asuntos como 'Área 51', 'Roswell', 'Informe Matrix', las mutilaciones de ganado, etc. Piezas, posiblemente, de un mismo y tenebroso puzzle. Y también he mencionado la manipulación ejercida, por parte de determinados Servicios de Inteligencia como la CIA, sobre la información que se distribuye al gran público en materia OVNI, con el claro propósito de ocultar ciertos prototipos experimentales secretos y algunos proyectos científicos que tienen como objetivo el control mental. Pero eso no es todo. La utilización estratégica de la cuestión OVNI puede dar para mucho más...
A continuación os dejo un interesante y revelador artículo, escrito por el investigador Robert C. Girard . Fue publicado en marzo de 1989 en la revista ufológica norteamericana 'The MUFON UFO Journal'...
THIS IS A TEST...
Una ley vigente en los Estados Unidos obliga a la radio y televisión a interrumpir los programas en caso de desastre o calamidad pública, a fin de que la Defensa Civil imparta a los ciudadanos las instrucciones de rigor. Con objeto de preparar a los radioyentes y telespectadores para un momento de crisis, de vez en cuando las cadenas cortan por sorpresa sus transmisiones y emiten un típico zumbido durante diez segundos, seguido de la habitual explicación: "Atención , señoras y señores : acabamos de ofrecerles un simulacro del "Sistema Nacional de Emergencias" ("Emergency Broadcast System" o E.B.S ).
Un test de otro orden aunque también de alcance nacional tuvo lugar en la tarde del 14 de Octubre de 1988. De forma indirecta fue asímismo una constatación de previsibles actuaciones de emergencia, en la que se auscultaron las actitudes del hombre de la calle con respecto al sensible problema del contacto extraterrestre. Quién sabe si en el porvenir la información recogida con este experimento psicológico no será utilizada en las telecomunicaciones a través del citado "Emergency Broadcast System".
A diferencia de las rutinarias comprobaciones del "E.B.S.", que reiteran cada vez idéntica fórmula verbal buscando condicionar la memoria, en una suerte de monótono lavado de cerebros en relación con una hipotética catástrofe, en esta ocasión no se aportó a las cobayas televisivas el menor indicio sobre el propósito subyacente en la evaluación popular organizada el 14-10-88. Muy pocos de entre los millones de norteamericanos que tomaron parte sin advertirlo en este ensayo masivo se dieron cuenta -entonces o más adelante- de que han participado como sujetos pasivos en una sofisticada prospección psicosocial, que en un futuro pudiere causar un extraordinario impacto en sus vidas.
El presente artículo es una advertencia, y pretende aportar una interpretación personal, desde luego no sancionada por el "establishment", de lo que en verdad se tramó en aquel memorable atardecer otoñal.
Pese a la desafiante política reaccionaria de la administración Reagan, la guerra fría ha dado paso a un irreversible deshielo entre las superpotencias, y una epidemia de distendidas relaciones internacionales ha trastocado la vieja entente de la amenaza y la disuasión. Los americanos comienzan a vislumbrar que en un par de años -o tal vez antes- la Unión Soviética pudiera convertirse en una nueva tierra de promisión, donde la libertad y la igualdad de oportunidades florezcan con más pujanza aún que en la patria de Abraham Lincoln. Una imprevista revolución de paz y armonía flota en la atmósfera , y el peligro de una hecatombe nuclear parece haber remitido. Y todo ello de la mano de la URSS, implacable antaño con sus jactancias antiimperialistas.
Para contrarrestar -entre otras cosas- el inopinado descenso de la tensión internacional, fue orquestada la provocación televisiva del 14 de octubre, un show de costa a costa con un par de horas de duración, emitido también en Canadá , Australia y Nueva Zelanda, que bajo el título: "El encubrimiento oficial sobre OVNIs, en directo" ( “The UFO Cover-up: Live"), fue promocionado en Washington D.C. por Michael B. Seligman Productions. Este programa, repetido dos dias después en horas tardías , ha sido distribuido por "Lexington Broadcast Service" (LBS), y lo transmitieron 42 de las 200 emisoras afiliadas a la cadena NBC.
En los últimos tiempos venía dando la impresión de que los investigadores rusos se proponían adelantarse y confiar al mundo, antes que nadie, trascendentales revelaciones en torno a una supuesta colonización del orbe por comandos del espacio exterior, secretos que el gobierno americano resguarda bajo siete llaves desde el fin de la segunda guerra mundial.
El test de credibilidad de la presencia alienígena perpetrado el 14-O , diseñado en parte con miras a quitarle hierro a un posible "catecismo cosmosférico" a divulgar por la Union de Repúblicas Socialistas, fue uno de los espectáculos en directo más carentes de espontaneidad en la historia de la televisión. Consistió en un torpe aunque bien ensayado ejercicio de amateurismo audiovisual. Mostraba unos personajes actuando con evidente falta de naturalidad, como si el director de escena presintiera aterrorizado que los actores -en los que a todas luces no confiaba- iban a desertar en cualquier momento de su papel en el guión, como en el drama de Pirandello "Seis personajes en busca de autor", para encararse acto seguido con un público estupefacto endilgándole una lunática diatriba acerca de la "auténtica verdad tras el misterio de los OVNIs". Lo que a su vez daría pie a que los censores suspendieran de inmediato tan herética retransmisión.
El programa mostraba no obstante algo tan extraordinario que ni siquiera los cargos públicos más encumbrados habían visto hasta entonces: una grabación en vídeo cedida por William L. Moore, escritor en temas de ufología y a la vez colaborador encubierto de los servicios de inteligencia americanos, versión actualizada para la puesta en onda de Octubre. Se trataba de una cinta inédita para el gran público aunque ya conocida -al menos de oídas- por los profesionales mejor informados de la ovnilogía.
La película exhibía a una pareja de miembros de la inteligencia estadounidense, con nombres supuestos tomados de la ornitología, de espaldas a la cámara y con el rostro y la voz camuflados, que durante 120 minutos y a intervalos estratégicos van dando buena cuenta de sobrecogedores descubrimientos en torno a una pretendida interacción de los ocupantes de los objetos no identificados con la élite del poder de la sociedad terrestre. Confidencias que, de ser ciertas, resultarían sin duda altamente explosivas.
AVES DE PRESA
Falcon y Condor son presentados en la cinta como dos de los nueve agentes secretos adscritos a una trama de ocultación pública del contubernio que habría mantenido el gobierno U.S.A. con una determinada facción (o tal vez varias) de la abigarrada "fuerza de ocupación extraterrestre", desde una época tan remota como la década de los sesenta.
Tras colaborar un tiempo empleados como "topos" del camuflaje institucional de los ovnis, llegó un momento en el que estos "pájaros de cuenta" comprendieron -aducen ellos como falsa coartada justificativa- la abrumadora trascendencia de lo que se preserva al margen del conocimiento público. Actuando en conciencia y en pro del bien común, la pareja habría decidido denunciar la actitud paranoide de las autoridades en cuanto a un desfasado secretismo a ultranza sobre los UFOs, a sabiendas de que arriesgan en el intento sus puestos de trabajo e incluso la propia vida, al filtrar la verdad alienígena por la T.V. y del mismo modo a través de prestigiosos ufólogos como William L. Moore, Linda Moulton Howe y Robert Emenegger.
Falcon y Condor divulgan en el audiovisual eventos tan pasmosos como incomprobados:
- Recuperación por la U.S.Air Force de varios vehículos interplanetarios estrellados.
- Cadáveres de sus tripulantes, sometidos por reputados biólogos y otros especialistas a autopsias y toda suerte de análisis, se preservan desde entonces en instalaciones gubernamentales de alta seguridad.
- Descripción detallada de al menos un humanoide vivo mantenido bajo la custodia de Washington.
- Plena vigencia de un tratado en toda regla, con mutuas concesiones de intercambio , suscrito desde hace muchos años entre los EE.UU. y ciertos grupos de entre los viajeros siderales.
- Como mínimo un ser humano está siendo estudiado en otro planeta. Platillos volantes ensamblados con patente cedida por entidades del cosmos se han ensayado durante años con el mayor sigilo en Nuevo Méjico y en zonas del desierto de Nevada conocidas como Area 51 y Dreamland.
Indicios sobre el contenido de tan alarmistas declaraciones han venido circulando bajo cuerda desde hace décadas entre discretos y bien informados miembros de la comunidad ufológica. He tenido ocasión de conversar recientemente con numerosos investigadores de todo el país, y la impresión generalizada es que el programa resultó decepcionante al no satisfacer las expectativas despertadas, tal vez excesivas. Y lo que era de prever es que entre los millones de espectadores legos en la materia debería haber producido una conmoción inolvidable.
Las primicias aireadas en la película, si contuvieren algo de verdad, representan sin lugar a dudas el acontecimiento más trascendental en los últimos 2.000 años de la historia humana: el que se admita públicamente que desde el decenio de los sesenta los poderes fácticos han instituído un intercambio regular y sistemático con algunas facciones de seres inteligentes de otras regiones de la Vía Láctea , contacto que se mantiene en el día de hoy.
Paradójicamente esta nueva "Revolución de Octubre" no ha despertado la menor reacción detectable en su vasta audiencia. Ninguna reseña crítica ha aparecido que sepamos en la prensa ni en los populares magazines de programación que devoran los teleadictos. Tampoco se ha dado a conocer el menor comentario al respecto de portavoces autorizados de la Administración, ni se facilitó desmentido oficial alguno.
¿Se debió tan inexplicable falta de respuesta popular al hecho de que el impresionante espacio televisivo coincidió con las elecciones presidenciales de 1988, cuyas estrepitosas campañas acaparan a tope la atención de los americanos y se "comen" cualquier otra noticia? ¿Fue más bien la causa una sobreabundancia de comunicados acerca de los graves problemas que aquejan a la actualidad mundial, los cuales desplazan a los pintorescos eventos ufológicos y copan los medios de información? ¿U ocurrió simplemente que a la gente le traen sin cuidado los curiosos platos voladores, actitud popular que no le entra en la cabeza a los expertos , obcecados en su creencia en un mundo irreal con ovnis hasta en la sopa, prefabricado por su misma deformación profesional?... La respuesta a tales interrogantes es sin embargo algo que pocos sospechan.
Cuando nos referimos a personas reales aunque sin nombres y apellidos concretos, que por la autoridad que ostentan afectan a nuestras vidas, solemos identificarlas con el vocablo Ellos, pronombre ambiguo mas harto expresivo. Pues bien , en nuestro caso tras el aparatoso escenario del acontecer ufológico se esconden también Ellos, los coreógrafos sin rostro que dosifican al pueblo el extraño baile de máscaras del síndrome extraterrestre. A lo largo de medio siglo, han venido elaborando un vasto plan de adoctrinamiento de la alegre y confiada mentalidad popular.
El 14 de Octubre mandatarios del cónclave del poder oculto teatralizaron una prueba colectiva con ánimo de evaluar los resultados de su campaña de cuadriculación cerebral de las masas. Este magno esfuerzo de aleccionamiento global, aunque complejo y multifacético, es tan sólo uno de los aspectos de un ambicioso programa de mucho mayor alcance, delineado en orden a controlar todas las áreas de manifestación de la cultura humana. He aquí sus objetivos esenciales:
1. Toma de conciencia por el gobierno invisible de la súbita presencia en nuestra biosfera de escuadrillas de objetos volantes no conocidos , comandados por una inteligencia exterior , tras la explosión de las primeras bombas atómicas.
2. Ante la sorpresiva invasión transplutoniana en 1947, el Establishment reaccionó mediante oportunas correcciones estratégicas en el aparato de condicionamiento psicosocial de los ciudadanos, desplegado ya en la década de los cuarenta.
3. Asumir, con una pragmatismo muy americano, que las repentinas oleadas de enigmáticas aeroformas representaban una inesperada ventaja en relación con el plan del dominio del mundo, literalmente caída del cielo, un novedoso instrumento servido en bandeja que, aprovechado con inteligente maquiavelismo, bien podría ser utilizado como un atajo capaz de acortar, quizás en varias décadas , el complot del grupo dominante muñido con miras de infiltrar el conformismo en la civilización de la postguerra.
4. Establecimiento a tales efectos de un proyecto multidisciplinar a largo plazo, orientado a inducir en la mayoría de la población un radical desinterés por los hipotéticos habitantes de exóticas esferas de vida y sus incursiones en el hábitat terrestre. La erradicación de los objetos no identificados y sus ocupantes del alma terrenal se pondría en marcha mediante una sabia constelación de tácticas simultáneas y a veces contradictorias entre sí :
****Drástica censura de las pruebas incontrovertibles resguardadas en los archivos estatales ( evidencias sobre aterrizajes, encuentros con humanoides, contactados, aeronaves accidentadas, cuerpos de tripulantes, exoformas agresivas, etc.), con el socorrido pretexto de la "seguridad nacional", en la certeza -Goebbels lo sabía muy bien- de que un ganado humano desinformado abdica sin resistencia de sus responsabilidades y preferirá ser engañado a esforzarse en pensar por sí mismo y adoptar decisiones propias.
****Paradójicamente, otorgar libertad de expresión a los especialistas en ufología. Con tan hábil concesión se soslaya de entrada la fascinación que ejerce todo lo prohibido. Habido cuenta de que tan sólo una ínfima minoría de los expertos ha logrado averiguar la auténtica realidad del fenómeno E.T. y las turbias intrigas que se cuecen detrás de sus bambalinas, los contados estudiosos al cabo de la calle no constituyen una seria amenaza para el férreo corsé impuesto a la temática exobiológica. Sus descubrimientos, a primera vista tan extravagantes y fuera de contexto, son incapaces de despertar a una opinión sometida a narcosis por el grupo dominante, ya que el hombre de la calle, nos recuerda Jean-Pierre Petit , crea anticuerpos ideológicos capaces de defenderlo , ignorándolos y dándoles de lado, de las noticias y conceptos extraños y no familiares que pudieran perturbar su placentera tranquilidad mental y emocional. Entonces, ¿para qué perseguir a los ridículos platillólogos y convertirles así en mártires?.
****Financiar, con el dinero del contribuyente, un cuerpo de detractores profesionales y fabricantes de desinformación con respecto a los ovnis, oficiantes camuflados en esta gran ceremonia de la confusión impulsada por el baluarte del poder secreto, cuyos roles serían:
++++Enfriar eventuales recalentamientos excesivos del sentir popular en favor de nuestros homólogos interplanetarios, pergeñando al efecto una imagen demoníaca y perversa de los malditos E.T. .
++++Contaminar los genuinos datos ufológicos con niebla conceptual, semiverdades y toques de absurdo y ridículo, para lo que basta entreverar reportajes espúreos, flagrantes exageraciones e inverosímiles "bombas" sensacionalistas.
++++Desacreditar de rechazo a los servidores concienzudos y honrados del análisis exosférico, contratando a una nómina de platillistas excéntricos encargados de exhibiciones mediáticas a cual más demenciales, increíbles y disparatadas. De este modo la gente seria tomará a choteo no sólo a dichos estudiosos de opereta, sino también a todo lo que se relacione con extraterrestres.
++++Taponar, mediante una estratégica diseminación de noticias-antídoto, las eventuales fugas imprevistas de auténtica información sensible acerca de la fenomenología alienígena, datos prohibidos que se pudieran filtrar accidentalmente desde el santuario institucional de la contra-ufología.
++++Al mismo tiempo patrocinar en la sombra una secuencia de superproducciones cinematográficas, culebrones televisivos, comics y letra impresa, urdida, cuando interese llegado el caso, con miras de:
A) Blanquear con cínico oportunismo la maltrecha imagen de los marcianos. Reconvertirlos, cuando según las circunstancias resulte útil, de monstruos repulsivos y malévolos antihéroes en tantos filmes y tebeos, en inofensivos personajes rebosantes de ternura y bondad, "humanos" y normales (dentro de lo que cabe), criaturas razonables y encantadoras que sólo desean establecer lazos de amistad y cooperación con los terrícolas.
B) Amortiguar el previsible trauma social frente a una ostensible inmigración de ufonautas. Se pretende educar a las masas de tal modo que vayan asumiendo lentamente, con calma y sosiego y sin que se dispare una estampida social, que antes o después tendremos que relacionarnos pacíficamente con intrusos del espacio exterior.
Más vale curarse en salud y amaestrar a "la clientela" de antemano con respecto a los hombrecillos verdes, antes de que se desate un pánico irreversible. Mejor administrar de antemano y con cuentagotas arteras dosis de información cautelar que actúe a modo de vacuna, que el estallido de una incontrolable histeria colectiva que trastoque los fundamentos del orden social.
C) Con tamaño bombardeo hasta la saciedad de ufo-ficción, mezclado con andanadas paralelas de hechos contrastados ( ofrecidos por los ufólogos responsables, quienes gozarán de una privilegiada libertad para airear sus veraces opiniones), se consigue de paso anestesiar aún más a la audiencia mediante la saturación psíquica, por la via de una sobrealimentación de comunicados discrepantes que impregnen de confusionismo al paradigma extraplanetario.
D) Seguimiento de los resultados de la Operación Triple M (Moldear la Mentalidad de las Masas) por medio de auscultaciones periódicas de la opinión pública y la temperatura social. El kilotón informativo del otoño del 88, con efectos -asombrémonos- de simple pólvora de fogueo, fue uno de estos termómetros sociológicos.
E) En el propicio momento crítico, activar la penúltima fase del Plan MMM, que consistirá en anunciar de improviso, por boca de los presidentes de las grandes potencias, que la Tierra está siendo invadida por criaturas hostiles oriundas de otras dimensiones. Los partes de noticias deberán dramatizarse con documentales "en directo" que exhiban ovnis capturados, humanoides prisioneros y fingidas confrontaciones holográficas entre la aviación y supuestos discos interestelares. En tan provechoso escenario de crisis los líderes políticos gozarán de una oportunidad sin igual en orden a manipular a su mejor conveniencia el atribulado estado de ánimo de los ciudadanos. Para ello han de prodigar las arengas y urgentes llamamientos en pro de la hermandad incondicional de todos los pueblos en una suerte de confederación mundial regida por un fuerte gobierno único, con olvido por el momento de las diferencias religiosas, culturales, económicas, ideológicas y nacionalistas, como única opción defensiva ante la inventada “amenaza cósmica”.
El moderno trucaje de los "efectos especiales" (rayos láser tridimensionales, hologramas atmosféricos, simulacros de "batallas espaciales" filmadas con discos volantes montados en el desierto de Nevada) coadyuvará a demostrar a la atemorizada grey un inminente desembarco extrasolar. Sin tal espectacular despliegue histriónico en los cielos, no sería posible convencer a las más recalcitrantes naciones para que se aglutinen sin antagonismo en una sola patria de dimensión planetaria, única alternativa capaz de salvar a la especie humana de su inevitable destrucción a manos de los “invasores de mundos belicosos”.
F) Una vez lograda la voluntaria capitulación de las banderas nacionales (la unión hace la fuerza contra las hordas ultraterrestres), la cúpula de la "mano invisible" adoptaría draconianas medidas con tal de monopolizar el poder de forma permanente. En esta aparencial "coyuntura transitoria" procederá formular solemnes promesas de restauración de las soberanías territoriales y libertades democráticas, en cuanto haya remitido el acoso espacial.
Pero por de pronto, como una "decisión temporal" y bajo el imperio de alguna Ley de medidas excepcionales y poderes extraordinarios en tiempo de guerra , los países independientes dejarían de existir. En virtud de la simulada ofensiva galáctica, y a fin de evitar el colapso de la civilización, se decretaría seguidamente la expropiación inmediata de las libertades ciudadanas, de consuno con el secuestro sine die de los derechos humanos. Todo ello complementado con la neutralización tanto de los colaboracionistas con el atacante exterior como de los disidentes que con su contestación física o intelectual “traicionen a la Patria Terrestre ayudando a la extinción del homo sapiens”.
G) Una vez consolidado el flamante poder absoluto en el globo terráqueo, la dinámica imparable de una situación sin retorno exigirá la erradicación a perpetuidad del mapamundi y sistemas políticos del antiguo régimen. En tal emergencia, y por una lógica de hechos consumados, se organizaría con métodos científicos un nuevo Holocausto orwelliano: la callada y sistemática eliminación de los "saboteadores de nuestra legítima defensa contra el universo": ufólogos insumisos, radicales, inconformistas, librepensadores y otros perturbadores del orden establecido, cuya desaparición se disfrazaría como "bajas de guerra".
En un cierto período de "acomodación eugenésica" la población del orbe se desharía de los tarados genéticos, vagos y adinámicos, inadaptados al trabajo industrial, enfermos mentales y elementos improductivos del cuerpo social. Segmentos enteros de la "zoología erecta" acabarían borrados de la faz de la tierra, como los criminales, delincuentes , degenerados, drogadictos, "etnias irrecuperables" y menesterosos del tercer mundo.
El darwinismo impuesto por los "salvadores de la humanidad" dejaría la demografía del globo "estabilizada" en un ínfimo estamento dirigente, acaparador de los más escandalosos privilegios y con autoridad omnímoda sobre una saludable clase productiva, y millones de proletarios en aceptable estado físico, encargados de las labores manuales y de las más degradantes tareas. Semejante resíduo de "tracción sangre" sería mantenido de ahí en adelante en calidad de esclavos tratados con pragmática benevolencia, como un imprescindible factor de producción de crecimiento cero. A estas alturas se habría instaurado, al fin, la huxleyana utopía del "Mundo Unido".
A partir de la última contienda mundial el cenáculo de la "milla de oro" del poder inauguró la primera fase de un proceso gradual de domesticación de la cabaña homínida. Medio siglo de premeditada descerebración del homo-poco-sapiens ha puesto de relieve la enorme escala geopolítica y temporal de este ancestral proyecto de sojuzgamiento intelectual y dominio del mundo.
La maquinación hegemónica no se ha iniciado al finalizar la contienda 1939-45 (era de los turistas alienoides), sino que se inauguró en realidad siglos atrás, durante la Baja Edad Media y el Renacimiento, con el enriquecimiento de poderosas familias de mercaderes y banqueros europeos. Poco a poco, a lo largo de sucesivas generaciones de deliberada manipulación del entorno social, avanzando tres pasos en pro de sus objetivos acaparadores y retrocediendo a la fuerza otros dos, Ellos han sitiado a los cinco continentes y aguardan con paciencia la postrera rendición de su factor humano.
Unos pocos lustros más y el linaje bípedo acabará aherrojado por los grilletes del fin del milenio, siervos atrapados en una desesperación cuya única salida es la muerte. De ahí en adelante, si todavía respiramos, viviremos y pensaremos sólo para nuestros amos. Otra vez Ellos nos habrán arrebatado hasta el libre pensamiento, los derechos inalienables como indivíduos, y cualesquier medio de expresión disconforme con el código imperante. No será ya posible leer, aprender ni enseñar, y sólo se nos ofrecerá la dádiva y escape del trabajo, en beneficio exclusivo de los pocos dueños de todo. Cumplir órdenes a rajatabla serán los únicos actos lúdicos permitidos a la nueva raza de vasallos. Cualquier resistencia física o ideológica será contestada con severas condenas y pena de muerte.
He aquí el precio que la civilización del tercer milenio habrá de pagar al dejarse seducir por una abdicracia generalizada aunada a las sensualidades de lo mundanal, estímulos aletargantes inducidos por intangibles opresores de faz anónima, con idea de dopar a la manada antropomórfica y evitar de este modo que descubra por sí misma las tortuosas intrigas que se fraguan más allá del telón.
Por otro lado, los pasatiempos de la política y el opio religioso, una historia sesgada, la literatura y otras facetas de la vida cotidiana, son ofrecidos a la atención pública por los medios de difusión, después de arrebatarnos la capacidad de discernimiento, buscando que asimilemos la versión predigerida de la realidad que los monitores paternalistas decidan desplegar ante nuestros cinco sentidos narcotizados. La liturgia de la distorsión de la verdad, que ha funcionado tal como Maquiavelo predijo, no ha sido más que una treta pensada con ánimo de embaucar a millones de desprevenidos ignorantes víctimas del lavado de cerebros.
En este contexto de la subrepticia manipulación de la voluntad popular fue publicitado el globo sonda de la citada encuesta del 14 de octubre. Y la llamativa ausencia de respuesta entre los particulares y medios de difusión demuestra que una importante etapa del magno experimento psicosociológico ha culminado en victoria.
La notoria realidad del fenómeno OVNI fue aprovechada por los marionetistas sociales con el propósito de incorporar tan influyente variable a sus tenebrosos designios. Esta decisión histórica fue adoptada tras advertir con justificada preocupación que la sorpresiva exhibición aérea a finales de los cuarenta podría obstaculizar sus planes en pos de suprimir la autonomía mental de las muchedumbres. Los responsables de cloroformizar a la ciudadanía contraatacaron sin pérdida de tiempo, reestructurando sus planes sobre la marcha a fin de reconvertir los novísimos objetos volantes no identificados en una flamante arma psicológica a su favor. Les ha costado más de cuarenta años de sofisticada ingeniería social, pero en la raya del siglo XXI han alcanzado un brillante éxito.
En esas cuatro décadas los conspiradores han desplegado ante los boquiabiertos espectadores perspicaces dosis de "Era del Espacio" , tecnología punta y desinformación exobiológica, entremezclándolas tan sutilmente con los estímulos aportados por los viajeros intergalácticos , que llegado el 14 de Octubre hemos sido incapaces de distinguir entre lo real y el montaje simulado por el lobby del poder. De algo han servido las 50.000 horas (420 minutos diarios) que el americano medio ha invertido en dejarse sofronizar por la "caja tonta" de propaganda encubierta durante los últimos cuatro lustros.
A la vista está el tributo que los incontables John Smith de este mundo han devengado por trasegar pasivamente, sin someterla a juicio crítico, cuanta desinformación emponzoñada les ofrecen los magos de las tinieblas desde la pequeña pantalla, a fuer de no molestarse en discriminar entre lo genuíno y lo amañado. Por tal causa, tras el happy end de la fábula del 14-O la audiencia se quedó inconmovible frente al televisor, con los ojos del alma en blanco entre la idiocia y la estulticia, huera de inquietudes y afán de plantearse preguntas, a la espera del próximo espacio de intoxicador atiborre de cráneos.
Por lo bien que hemos procesado dos horas de adoctrinamiento en un ya célebre catorce de Octubre, podemos deducir que estamos maduros para digerir con mansedumbre el siguiente acto del drama a representar por los controladores : la trepidante "Invasión del Enemigo Alienígena" , y la subsiguiente arriada de las banderas nacionales en pro de una coordinación política global , antesala de la unificación totalitaria.
Así pues el telón puede alzarse en cualquier momento, aunque según parece los vuelos de prueba de los superavanzados prototipos desarrollados con técnica foránea en el Area 51 no han dado hasta el presente resultados satisfactorios, tras años de pretendida puesta a punto. (¿Les están tomando el pelo los tecnócratas ultraterrestres a nuestros agentes de inteligencia, militares y sesudos hombres de ciencia?).
Esta dificultad podría retrasar una competente escenificación en el firmamento de la "guerra de las galaxias". Algo más de tiempo y costosos proyectos de investigación van a ser necesarios hasta botar los platillos volantes del Pentágono copiados de los oriundos de Ganímedes. No sabemos tampoco si se encuentran ya perfeccionados los dispositivos de proyección holográfica celeste , imprescindibles para siluetear en los cielos los rutilantes "efectos cinematográficos" de esta repetida simulación de La Guerra de los Mundos de H.G. Wells, que ni el genio imaginativo de Orson Welles se hubiera atrevido a soñar.
De cualquier manera la ingeniería básica para coreografiar el paranoide ejercicio de persuasión colectiva se ha venido fraguando con sigilo desde hace años. Sospecho que el verdadero papel de la llamada Alien Technology División de las fuerzas armadas de Washington no consiste como se ha insinuado en analizar discos interplanetarios siniestrados, sino más bien en optimizar la eficacia de vuelo de sus facsímiles terrestres en fase (¿perpetua?) de experimentación. Cuando los revolucionarios modelos salgan al fin de la línea de montaje del ejército americano, vuelen y no se caigan (¡ojo!, habrá que verlo), seis o siete centurias de paciente confabulación de los opresores ocultos contra los desposeídos habrán dado a la postre sus esperados frutos.
Por otra parte el ominoso silencio de los gobiernos sobre el proyecto en marcha de decepción colectiva lo interpretamos como el desvergonzado desdén que alimentan los arquitectos de la opinión pública hacia sus víctimas, las multitudes anónimas que trotan alegres y confiadas camino del matadero.
Hasta hace bien poco, cuando una persistente oleada de No Identificados atraía la atención en demasía, un portavoz de las altas esferas se encargaba de desdramatizar urbi et orbi el hostigamiento platillista. En los últimos tiempos, empero, se han invertido las tornas. De forma subrepticia, jerarquías en el vértice del ranking del poder han comenzado a propagar adrede, a través de hombres de paja, la más tremendista información -y/o desinformación- acerca de una supuesta relación bilateral gobierno/alienígenas.
Estas escandalosas revelaciones al estilo del Informe Matrix han sido complementadas por la aparición de una hornada de libros sensacionalistas sobre el impacto extraterrestre en la sociedad, que antaño hubieran sido secuestrados sin contemplaciones "en interés de la seguridad nacional", amén de la adopción de enérgicas medidas de represión contra los antipatriotas diseminadores de los arcanos de la CIA y los servicios secretos. Y sin embargo ahora... ¡ni un solo desmentido oficial!. Ni tampoco acción alguna intimidatoria contra los propagadores de rumores tan descabellados... que para colmo contienen mucho de verdad.
La pasividad de la oligarquía decisoria pone de manifiesto su profundo desprecio por los borregos con cabeza, tronco y extremidades que pagan sus impuestos , confiada hasta la insensatez en haber anulado para los restos toda disidencia pensante. Sus todopoderosos jerarcas conocían de antemano el "buen fin" del sondeo de Octubre, la inercia anímica inculcada en el pueblo mal llamado soberano. Cual avisados prospectores de la condición humana, han extraído el más despiadado provecho de las flaquezas del hombre.
Los corruptores psíquicos estaban en lo cierto. Ya no tendrán que contender con el sensible problema de los Nunca Identificados. Su significativo hermetismo tras el 14-O da a entender que el siguiente ciclo del colosal experimento de control mental está próximo a inaugurarse.
Por todo lo anterior, a los trabajadores avisados de la ufología , pensadores independientes y autónomos , les conviene permanecer alerta, y vigilar las próximas maniobras esperables en la aparatosa "ofensiva uránida" de ciencia-ficción. Instamos a los lectores de estas prevenciones a que reflexionen con rigor acerca del golpe de estado planetario, que so pretexto de una fantasmal "conjura extraterrestre", está siendo preparado por la crème de los conspiradores en la sombra, alias sabios de Sión.
Ellos orquestaron el tan mentado test del 14 de Octubre, y se aprestan a adueñarse de la conciencia y la voluntad de 5.000 millones de incautos. Pronto resultará peligroso ser tachado de ufólogo que no comulga con ruedas de molino, o simplemente comportarse como indivíduos de pensamiento propio ajenos a la manada. Preparémonos en consecuencia para el apocalipsis de la nueva Inquisición que se aproxima en el fin de siglo, el galope de cuyos cuatro jinetes se barrunta ya por los que gozan de oídos para escuchar.
Si ha tenido la suficiente paciencia de leer hasta aquí, ¿qué piensa de lo expuesto en este artículo?... ¿Verdad? ¿Ficción? ¿Es probable pero no posible?...
Quizás, si Vd. cree que los extraterrestres nos visitan en portentosas naves, puede estar siendo víctima de un complejo test psicosocial orquestado por el gobierno yanqui para medir el grado de credulidad del hombre actual (y así saber cómo mejor manipularlo). Tal vez, la docena de películas que Hollywood ha estrenado en los últimos años sobre la temática alienígena tenga, según plantean algunos, un oscuro fin: 'inyectar' determinadas ideas y creencias en la sociedad... Y hoy, curiosamente, el número de creyentes en OVNIs ha aumentado considerablemente respecto a décadas atrás...
Inquieta saber que, por muy absurda que nos parezca, cualquier técnica para controlar a la sociedad será bien recibida por quienes mueven los hilos de este mundo. Y, posiblemente, un tema tan marginal y aparentemente inofensivo como el Fenómeno OVNI, puede ser utilizado como un sutil pero eficaz medio para controlar a esta sociedad compuesta por millones de 'títeres' y dirigirlos hacia la senda marcada por ellos: por esos gobernantes titiriteros que prefieren permanecer en las sombras, marcando el destino de este decadente mundo...
Así que lo mejor es no creer en nada. Al menos, estaremos menos expuestos a ser manipulados... Queda Vd. avisado.
Ummita
A continuación os dejo un interesante y revelador artículo, escrito por el investigador Robert C. Girard . Fue publicado en marzo de 1989 en la revista ufológica norteamericana 'The MUFON UFO Journal'...
THIS IS A TEST...
Una ley vigente en los Estados Unidos obliga a la radio y televisión a interrumpir los programas en caso de desastre o calamidad pública, a fin de que la Defensa Civil imparta a los ciudadanos las instrucciones de rigor. Con objeto de preparar a los radioyentes y telespectadores para un momento de crisis, de vez en cuando las cadenas cortan por sorpresa sus transmisiones y emiten un típico zumbido durante diez segundos, seguido de la habitual explicación: "Atención , señoras y señores : acabamos de ofrecerles un simulacro del "Sistema Nacional de Emergencias" ("Emergency Broadcast System" o E.B.S ).
Un test de otro orden aunque también de alcance nacional tuvo lugar en la tarde del 14 de Octubre de 1988. De forma indirecta fue asímismo una constatación de previsibles actuaciones de emergencia, en la que se auscultaron las actitudes del hombre de la calle con respecto al sensible problema del contacto extraterrestre. Quién sabe si en el porvenir la información recogida con este experimento psicológico no será utilizada en las telecomunicaciones a través del citado "Emergency Broadcast System".
A diferencia de las rutinarias comprobaciones del "E.B.S.", que reiteran cada vez idéntica fórmula verbal buscando condicionar la memoria, en una suerte de monótono lavado de cerebros en relación con una hipotética catástrofe, en esta ocasión no se aportó a las cobayas televisivas el menor indicio sobre el propósito subyacente en la evaluación popular organizada el 14-10-88. Muy pocos de entre los millones de norteamericanos que tomaron parte sin advertirlo en este ensayo masivo se dieron cuenta -entonces o más adelante- de que han participado como sujetos pasivos en una sofisticada prospección psicosocial, que en un futuro pudiere causar un extraordinario impacto en sus vidas.
El presente artículo es una advertencia, y pretende aportar una interpretación personal, desde luego no sancionada por el "establishment", de lo que en verdad se tramó en aquel memorable atardecer otoñal.
Pese a la desafiante política reaccionaria de la administración Reagan, la guerra fría ha dado paso a un irreversible deshielo entre las superpotencias, y una epidemia de distendidas relaciones internacionales ha trastocado la vieja entente de la amenaza y la disuasión. Los americanos comienzan a vislumbrar que en un par de años -o tal vez antes- la Unión Soviética pudiera convertirse en una nueva tierra de promisión, donde la libertad y la igualdad de oportunidades florezcan con más pujanza aún que en la patria de Abraham Lincoln. Una imprevista revolución de paz y armonía flota en la atmósfera , y el peligro de una hecatombe nuclear parece haber remitido. Y todo ello de la mano de la URSS, implacable antaño con sus jactancias antiimperialistas.
Para contrarrestar -entre otras cosas- el inopinado descenso de la tensión internacional, fue orquestada la provocación televisiva del 14 de octubre, un show de costa a costa con un par de horas de duración, emitido también en Canadá , Australia y Nueva Zelanda, que bajo el título: "El encubrimiento oficial sobre OVNIs, en directo" ( “The UFO Cover-up: Live"), fue promocionado en Washington D.C. por Michael B. Seligman Productions. Este programa, repetido dos dias después en horas tardías , ha sido distribuido por "Lexington Broadcast Service" (LBS), y lo transmitieron 42 de las 200 emisoras afiliadas a la cadena NBC.
En los últimos tiempos venía dando la impresión de que los investigadores rusos se proponían adelantarse y confiar al mundo, antes que nadie, trascendentales revelaciones en torno a una supuesta colonización del orbe por comandos del espacio exterior, secretos que el gobierno americano resguarda bajo siete llaves desde el fin de la segunda guerra mundial.
El test de credibilidad de la presencia alienígena perpetrado el 14-O , diseñado en parte con miras a quitarle hierro a un posible "catecismo cosmosférico" a divulgar por la Union de Repúblicas Socialistas, fue uno de los espectáculos en directo más carentes de espontaneidad en la historia de la televisión. Consistió en un torpe aunque bien ensayado ejercicio de amateurismo audiovisual. Mostraba unos personajes actuando con evidente falta de naturalidad, como si el director de escena presintiera aterrorizado que los actores -en los que a todas luces no confiaba- iban a desertar en cualquier momento de su papel en el guión, como en el drama de Pirandello "Seis personajes en busca de autor", para encararse acto seguido con un público estupefacto endilgándole una lunática diatriba acerca de la "auténtica verdad tras el misterio de los OVNIs". Lo que a su vez daría pie a que los censores suspendieran de inmediato tan herética retransmisión.
El programa mostraba no obstante algo tan extraordinario que ni siquiera los cargos públicos más encumbrados habían visto hasta entonces: una grabación en vídeo cedida por William L. Moore, escritor en temas de ufología y a la vez colaborador encubierto de los servicios de inteligencia americanos, versión actualizada para la puesta en onda de Octubre. Se trataba de una cinta inédita para el gran público aunque ya conocida -al menos de oídas- por los profesionales mejor informados de la ovnilogía.
La película exhibía a una pareja de miembros de la inteligencia estadounidense, con nombres supuestos tomados de la ornitología, de espaldas a la cámara y con el rostro y la voz camuflados, que durante 120 minutos y a intervalos estratégicos van dando buena cuenta de sobrecogedores descubrimientos en torno a una pretendida interacción de los ocupantes de los objetos no identificados con la élite del poder de la sociedad terrestre. Confidencias que, de ser ciertas, resultarían sin duda altamente explosivas.
AVES DE PRESA
Falcon y Condor son presentados en la cinta como dos de los nueve agentes secretos adscritos a una trama de ocultación pública del contubernio que habría mantenido el gobierno U.S.A. con una determinada facción (o tal vez varias) de la abigarrada "fuerza de ocupación extraterrestre", desde una época tan remota como la década de los sesenta.
Tras colaborar un tiempo empleados como "topos" del camuflaje institucional de los ovnis, llegó un momento en el que estos "pájaros de cuenta" comprendieron -aducen ellos como falsa coartada justificativa- la abrumadora trascendencia de lo que se preserva al margen del conocimiento público. Actuando en conciencia y en pro del bien común, la pareja habría decidido denunciar la actitud paranoide de las autoridades en cuanto a un desfasado secretismo a ultranza sobre los UFOs, a sabiendas de que arriesgan en el intento sus puestos de trabajo e incluso la propia vida, al filtrar la verdad alienígena por la T.V. y del mismo modo a través de prestigiosos ufólogos como William L. Moore, Linda Moulton Howe y Robert Emenegger.
Falcon y Condor divulgan en el audiovisual eventos tan pasmosos como incomprobados:
- Recuperación por la U.S.Air Force de varios vehículos interplanetarios estrellados.
- Cadáveres de sus tripulantes, sometidos por reputados biólogos y otros especialistas a autopsias y toda suerte de análisis, se preservan desde entonces en instalaciones gubernamentales de alta seguridad.
- Descripción detallada de al menos un humanoide vivo mantenido bajo la custodia de Washington.
- Plena vigencia de un tratado en toda regla, con mutuas concesiones de intercambio , suscrito desde hace muchos años entre los EE.UU. y ciertos grupos de entre los viajeros siderales.
- Como mínimo un ser humano está siendo estudiado en otro planeta. Platillos volantes ensamblados con patente cedida por entidades del cosmos se han ensayado durante años con el mayor sigilo en Nuevo Méjico y en zonas del desierto de Nevada conocidas como Area 51 y Dreamland.
Indicios sobre el contenido de tan alarmistas declaraciones han venido circulando bajo cuerda desde hace décadas entre discretos y bien informados miembros de la comunidad ufológica. He tenido ocasión de conversar recientemente con numerosos investigadores de todo el país, y la impresión generalizada es que el programa resultó decepcionante al no satisfacer las expectativas despertadas, tal vez excesivas. Y lo que era de prever es que entre los millones de espectadores legos en la materia debería haber producido una conmoción inolvidable.
Las primicias aireadas en la película, si contuvieren algo de verdad, representan sin lugar a dudas el acontecimiento más trascendental en los últimos 2.000 años de la historia humana: el que se admita públicamente que desde el decenio de los sesenta los poderes fácticos han instituído un intercambio regular y sistemático con algunas facciones de seres inteligentes de otras regiones de la Vía Láctea , contacto que se mantiene en el día de hoy.
Paradójicamente esta nueva "Revolución de Octubre" no ha despertado la menor reacción detectable en su vasta audiencia. Ninguna reseña crítica ha aparecido que sepamos en la prensa ni en los populares magazines de programación que devoran los teleadictos. Tampoco se ha dado a conocer el menor comentario al respecto de portavoces autorizados de la Administración, ni se facilitó desmentido oficial alguno.
¿Se debió tan inexplicable falta de respuesta popular al hecho de que el impresionante espacio televisivo coincidió con las elecciones presidenciales de 1988, cuyas estrepitosas campañas acaparan a tope la atención de los americanos y se "comen" cualquier otra noticia? ¿Fue más bien la causa una sobreabundancia de comunicados acerca de los graves problemas que aquejan a la actualidad mundial, los cuales desplazan a los pintorescos eventos ufológicos y copan los medios de información? ¿U ocurrió simplemente que a la gente le traen sin cuidado los curiosos platos voladores, actitud popular que no le entra en la cabeza a los expertos , obcecados en su creencia en un mundo irreal con ovnis hasta en la sopa, prefabricado por su misma deformación profesional?... La respuesta a tales interrogantes es sin embargo algo que pocos sospechan.
Cuando nos referimos a personas reales aunque sin nombres y apellidos concretos, que por la autoridad que ostentan afectan a nuestras vidas, solemos identificarlas con el vocablo Ellos, pronombre ambiguo mas harto expresivo. Pues bien , en nuestro caso tras el aparatoso escenario del acontecer ufológico se esconden también Ellos, los coreógrafos sin rostro que dosifican al pueblo el extraño baile de máscaras del síndrome extraterrestre. A lo largo de medio siglo, han venido elaborando un vasto plan de adoctrinamiento de la alegre y confiada mentalidad popular.
El 14 de Octubre mandatarios del cónclave del poder oculto teatralizaron una prueba colectiva con ánimo de evaluar los resultados de su campaña de cuadriculación cerebral de las masas. Este magno esfuerzo de aleccionamiento global, aunque complejo y multifacético, es tan sólo uno de los aspectos de un ambicioso programa de mucho mayor alcance, delineado en orden a controlar todas las áreas de manifestación de la cultura humana. He aquí sus objetivos esenciales:
1. Toma de conciencia por el gobierno invisible de la súbita presencia en nuestra biosfera de escuadrillas de objetos volantes no conocidos , comandados por una inteligencia exterior , tras la explosión de las primeras bombas atómicas.
2. Ante la sorpresiva invasión transplutoniana en 1947, el Establishment reaccionó mediante oportunas correcciones estratégicas en el aparato de condicionamiento psicosocial de los ciudadanos, desplegado ya en la década de los cuarenta.
3. Asumir, con una pragmatismo muy americano, que las repentinas oleadas de enigmáticas aeroformas representaban una inesperada ventaja en relación con el plan del dominio del mundo, literalmente caída del cielo, un novedoso instrumento servido en bandeja que, aprovechado con inteligente maquiavelismo, bien podría ser utilizado como un atajo capaz de acortar, quizás en varias décadas , el complot del grupo dominante muñido con miras de infiltrar el conformismo en la civilización de la postguerra.
4. Establecimiento a tales efectos de un proyecto multidisciplinar a largo plazo, orientado a inducir en la mayoría de la población un radical desinterés por los hipotéticos habitantes de exóticas esferas de vida y sus incursiones en el hábitat terrestre. La erradicación de los objetos no identificados y sus ocupantes del alma terrenal se pondría en marcha mediante una sabia constelación de tácticas simultáneas y a veces contradictorias entre sí :
****Drástica censura de las pruebas incontrovertibles resguardadas en los archivos estatales ( evidencias sobre aterrizajes, encuentros con humanoides, contactados, aeronaves accidentadas, cuerpos de tripulantes, exoformas agresivas, etc.), con el socorrido pretexto de la "seguridad nacional", en la certeza -Goebbels lo sabía muy bien- de que un ganado humano desinformado abdica sin resistencia de sus responsabilidades y preferirá ser engañado a esforzarse en pensar por sí mismo y adoptar decisiones propias.
****Paradójicamente, otorgar libertad de expresión a los especialistas en ufología. Con tan hábil concesión se soslaya de entrada la fascinación que ejerce todo lo prohibido. Habido cuenta de que tan sólo una ínfima minoría de los expertos ha logrado averiguar la auténtica realidad del fenómeno E.T. y las turbias intrigas que se cuecen detrás de sus bambalinas, los contados estudiosos al cabo de la calle no constituyen una seria amenaza para el férreo corsé impuesto a la temática exobiológica. Sus descubrimientos, a primera vista tan extravagantes y fuera de contexto, son incapaces de despertar a una opinión sometida a narcosis por el grupo dominante, ya que el hombre de la calle, nos recuerda Jean-Pierre Petit , crea anticuerpos ideológicos capaces de defenderlo , ignorándolos y dándoles de lado, de las noticias y conceptos extraños y no familiares que pudieran perturbar su placentera tranquilidad mental y emocional. Entonces, ¿para qué perseguir a los ridículos platillólogos y convertirles así en mártires?.
****Financiar, con el dinero del contribuyente, un cuerpo de detractores profesionales y fabricantes de desinformación con respecto a los ovnis, oficiantes camuflados en esta gran ceremonia de la confusión impulsada por el baluarte del poder secreto, cuyos roles serían:
++++Enfriar eventuales recalentamientos excesivos del sentir popular en favor de nuestros homólogos interplanetarios, pergeñando al efecto una imagen demoníaca y perversa de los malditos E.T. .
++++Contaminar los genuinos datos ufológicos con niebla conceptual, semiverdades y toques de absurdo y ridículo, para lo que basta entreverar reportajes espúreos, flagrantes exageraciones e inverosímiles "bombas" sensacionalistas.
++++Desacreditar de rechazo a los servidores concienzudos y honrados del análisis exosférico, contratando a una nómina de platillistas excéntricos encargados de exhibiciones mediáticas a cual más demenciales, increíbles y disparatadas. De este modo la gente seria tomará a choteo no sólo a dichos estudiosos de opereta, sino también a todo lo que se relacione con extraterrestres.
++++Taponar, mediante una estratégica diseminación de noticias-antídoto, las eventuales fugas imprevistas de auténtica información sensible acerca de la fenomenología alienígena, datos prohibidos que se pudieran filtrar accidentalmente desde el santuario institucional de la contra-ufología.
++++Al mismo tiempo patrocinar en la sombra una secuencia de superproducciones cinematográficas, culebrones televisivos, comics y letra impresa, urdida, cuando interese llegado el caso, con miras de:
A) Blanquear con cínico oportunismo la maltrecha imagen de los marcianos. Reconvertirlos, cuando según las circunstancias resulte útil, de monstruos repulsivos y malévolos antihéroes en tantos filmes y tebeos, en inofensivos personajes rebosantes de ternura y bondad, "humanos" y normales (dentro de lo que cabe), criaturas razonables y encantadoras que sólo desean establecer lazos de amistad y cooperación con los terrícolas.
B) Amortiguar el previsible trauma social frente a una ostensible inmigración de ufonautas. Se pretende educar a las masas de tal modo que vayan asumiendo lentamente, con calma y sosiego y sin que se dispare una estampida social, que antes o después tendremos que relacionarnos pacíficamente con intrusos del espacio exterior.
Más vale curarse en salud y amaestrar a "la clientela" de antemano con respecto a los hombrecillos verdes, antes de que se desate un pánico irreversible. Mejor administrar de antemano y con cuentagotas arteras dosis de información cautelar que actúe a modo de vacuna, que el estallido de una incontrolable histeria colectiva que trastoque los fundamentos del orden social.
C) Con tamaño bombardeo hasta la saciedad de ufo-ficción, mezclado con andanadas paralelas de hechos contrastados ( ofrecidos por los ufólogos responsables, quienes gozarán de una privilegiada libertad para airear sus veraces opiniones), se consigue de paso anestesiar aún más a la audiencia mediante la saturación psíquica, por la via de una sobrealimentación de comunicados discrepantes que impregnen de confusionismo al paradigma extraplanetario.
D) Seguimiento de los resultados de la Operación Triple M (Moldear la Mentalidad de las Masas) por medio de auscultaciones periódicas de la opinión pública y la temperatura social. El kilotón informativo del otoño del 88, con efectos -asombrémonos- de simple pólvora de fogueo, fue uno de estos termómetros sociológicos.
E) En el propicio momento crítico, activar la penúltima fase del Plan MMM, que consistirá en anunciar de improviso, por boca de los presidentes de las grandes potencias, que la Tierra está siendo invadida por criaturas hostiles oriundas de otras dimensiones. Los partes de noticias deberán dramatizarse con documentales "en directo" que exhiban ovnis capturados, humanoides prisioneros y fingidas confrontaciones holográficas entre la aviación y supuestos discos interestelares. En tan provechoso escenario de crisis los líderes políticos gozarán de una oportunidad sin igual en orden a manipular a su mejor conveniencia el atribulado estado de ánimo de los ciudadanos. Para ello han de prodigar las arengas y urgentes llamamientos en pro de la hermandad incondicional de todos los pueblos en una suerte de confederación mundial regida por un fuerte gobierno único, con olvido por el momento de las diferencias religiosas, culturales, económicas, ideológicas y nacionalistas, como única opción defensiva ante la inventada “amenaza cósmica”.
El moderno trucaje de los "efectos especiales" (rayos láser tridimensionales, hologramas atmosféricos, simulacros de "batallas espaciales" filmadas con discos volantes montados en el desierto de Nevada) coadyuvará a demostrar a la atemorizada grey un inminente desembarco extrasolar. Sin tal espectacular despliegue histriónico en los cielos, no sería posible convencer a las más recalcitrantes naciones para que se aglutinen sin antagonismo en una sola patria de dimensión planetaria, única alternativa capaz de salvar a la especie humana de su inevitable destrucción a manos de los “invasores de mundos belicosos”.
F) Una vez lograda la voluntaria capitulación de las banderas nacionales (la unión hace la fuerza contra las hordas ultraterrestres), la cúpula de la "mano invisible" adoptaría draconianas medidas con tal de monopolizar el poder de forma permanente. En esta aparencial "coyuntura transitoria" procederá formular solemnes promesas de restauración de las soberanías territoriales y libertades democráticas, en cuanto haya remitido el acoso espacial.
Pero por de pronto, como una "decisión temporal" y bajo el imperio de alguna Ley de medidas excepcionales y poderes extraordinarios en tiempo de guerra , los países independientes dejarían de existir. En virtud de la simulada ofensiva galáctica, y a fin de evitar el colapso de la civilización, se decretaría seguidamente la expropiación inmediata de las libertades ciudadanas, de consuno con el secuestro sine die de los derechos humanos. Todo ello complementado con la neutralización tanto de los colaboracionistas con el atacante exterior como de los disidentes que con su contestación física o intelectual “traicionen a la Patria Terrestre ayudando a la extinción del homo sapiens”.
G) Una vez consolidado el flamante poder absoluto en el globo terráqueo, la dinámica imparable de una situación sin retorno exigirá la erradicación a perpetuidad del mapamundi y sistemas políticos del antiguo régimen. En tal emergencia, y por una lógica de hechos consumados, se organizaría con métodos científicos un nuevo Holocausto orwelliano: la callada y sistemática eliminación de los "saboteadores de nuestra legítima defensa contra el universo": ufólogos insumisos, radicales, inconformistas, librepensadores y otros perturbadores del orden establecido, cuya desaparición se disfrazaría como "bajas de guerra".
En un cierto período de "acomodación eugenésica" la población del orbe se desharía de los tarados genéticos, vagos y adinámicos, inadaptados al trabajo industrial, enfermos mentales y elementos improductivos del cuerpo social. Segmentos enteros de la "zoología erecta" acabarían borrados de la faz de la tierra, como los criminales, delincuentes , degenerados, drogadictos, "etnias irrecuperables" y menesterosos del tercer mundo.
El darwinismo impuesto por los "salvadores de la humanidad" dejaría la demografía del globo "estabilizada" en un ínfimo estamento dirigente, acaparador de los más escandalosos privilegios y con autoridad omnímoda sobre una saludable clase productiva, y millones de proletarios en aceptable estado físico, encargados de las labores manuales y de las más degradantes tareas. Semejante resíduo de "tracción sangre" sería mantenido de ahí en adelante en calidad de esclavos tratados con pragmática benevolencia, como un imprescindible factor de producción de crecimiento cero. A estas alturas se habría instaurado, al fin, la huxleyana utopía del "Mundo Unido".
A partir de la última contienda mundial el cenáculo de la "milla de oro" del poder inauguró la primera fase de un proceso gradual de domesticación de la cabaña homínida. Medio siglo de premeditada descerebración del homo-poco-sapiens ha puesto de relieve la enorme escala geopolítica y temporal de este ancestral proyecto de sojuzgamiento intelectual y dominio del mundo.
La maquinación hegemónica no se ha iniciado al finalizar la contienda 1939-45 (era de los turistas alienoides), sino que se inauguró en realidad siglos atrás, durante la Baja Edad Media y el Renacimiento, con el enriquecimiento de poderosas familias de mercaderes y banqueros europeos. Poco a poco, a lo largo de sucesivas generaciones de deliberada manipulación del entorno social, avanzando tres pasos en pro de sus objetivos acaparadores y retrocediendo a la fuerza otros dos, Ellos han sitiado a los cinco continentes y aguardan con paciencia la postrera rendición de su factor humano.
Unos pocos lustros más y el linaje bípedo acabará aherrojado por los grilletes del fin del milenio, siervos atrapados en una desesperación cuya única salida es la muerte. De ahí en adelante, si todavía respiramos, viviremos y pensaremos sólo para nuestros amos. Otra vez Ellos nos habrán arrebatado hasta el libre pensamiento, los derechos inalienables como indivíduos, y cualesquier medio de expresión disconforme con el código imperante. No será ya posible leer, aprender ni enseñar, y sólo se nos ofrecerá la dádiva y escape del trabajo, en beneficio exclusivo de los pocos dueños de todo. Cumplir órdenes a rajatabla serán los únicos actos lúdicos permitidos a la nueva raza de vasallos. Cualquier resistencia física o ideológica será contestada con severas condenas y pena de muerte.
He aquí el precio que la civilización del tercer milenio habrá de pagar al dejarse seducir por una abdicracia generalizada aunada a las sensualidades de lo mundanal, estímulos aletargantes inducidos por intangibles opresores de faz anónima, con idea de dopar a la manada antropomórfica y evitar de este modo que descubra por sí misma las tortuosas intrigas que se fraguan más allá del telón.
Por otro lado, los pasatiempos de la política y el opio religioso, una historia sesgada, la literatura y otras facetas de la vida cotidiana, son ofrecidos a la atención pública por los medios de difusión, después de arrebatarnos la capacidad de discernimiento, buscando que asimilemos la versión predigerida de la realidad que los monitores paternalistas decidan desplegar ante nuestros cinco sentidos narcotizados. La liturgia de la distorsión de la verdad, que ha funcionado tal como Maquiavelo predijo, no ha sido más que una treta pensada con ánimo de embaucar a millones de desprevenidos ignorantes víctimas del lavado de cerebros.
En este contexto de la subrepticia manipulación de la voluntad popular fue publicitado el globo sonda de la citada encuesta del 14 de octubre. Y la llamativa ausencia de respuesta entre los particulares y medios de difusión demuestra que una importante etapa del magno experimento psicosociológico ha culminado en victoria.
La notoria realidad del fenómeno OVNI fue aprovechada por los marionetistas sociales con el propósito de incorporar tan influyente variable a sus tenebrosos designios. Esta decisión histórica fue adoptada tras advertir con justificada preocupación que la sorpresiva exhibición aérea a finales de los cuarenta podría obstaculizar sus planes en pos de suprimir la autonomía mental de las muchedumbres. Los responsables de cloroformizar a la ciudadanía contraatacaron sin pérdida de tiempo, reestructurando sus planes sobre la marcha a fin de reconvertir los novísimos objetos volantes no identificados en una flamante arma psicológica a su favor. Les ha costado más de cuarenta años de sofisticada ingeniería social, pero en la raya del siglo XXI han alcanzado un brillante éxito.
En esas cuatro décadas los conspiradores han desplegado ante los boquiabiertos espectadores perspicaces dosis de "Era del Espacio" , tecnología punta y desinformación exobiológica, entremezclándolas tan sutilmente con los estímulos aportados por los viajeros intergalácticos , que llegado el 14 de Octubre hemos sido incapaces de distinguir entre lo real y el montaje simulado por el lobby del poder. De algo han servido las 50.000 horas (420 minutos diarios) que el americano medio ha invertido en dejarse sofronizar por la "caja tonta" de propaganda encubierta durante los últimos cuatro lustros.
A la vista está el tributo que los incontables John Smith de este mundo han devengado por trasegar pasivamente, sin someterla a juicio crítico, cuanta desinformación emponzoñada les ofrecen los magos de las tinieblas desde la pequeña pantalla, a fuer de no molestarse en discriminar entre lo genuíno y lo amañado. Por tal causa, tras el happy end de la fábula del 14-O la audiencia se quedó inconmovible frente al televisor, con los ojos del alma en blanco entre la idiocia y la estulticia, huera de inquietudes y afán de plantearse preguntas, a la espera del próximo espacio de intoxicador atiborre de cráneos.
Por lo bien que hemos procesado dos horas de adoctrinamiento en un ya célebre catorce de Octubre, podemos deducir que estamos maduros para digerir con mansedumbre el siguiente acto del drama a representar por los controladores : la trepidante "Invasión del Enemigo Alienígena" , y la subsiguiente arriada de las banderas nacionales en pro de una coordinación política global , antesala de la unificación totalitaria.
Así pues el telón puede alzarse en cualquier momento, aunque según parece los vuelos de prueba de los superavanzados prototipos desarrollados con técnica foránea en el Area 51 no han dado hasta el presente resultados satisfactorios, tras años de pretendida puesta a punto. (¿Les están tomando el pelo los tecnócratas ultraterrestres a nuestros agentes de inteligencia, militares y sesudos hombres de ciencia?).
Esta dificultad podría retrasar una competente escenificación en el firmamento de la "guerra de las galaxias". Algo más de tiempo y costosos proyectos de investigación van a ser necesarios hasta botar los platillos volantes del Pentágono copiados de los oriundos de Ganímedes. No sabemos tampoco si se encuentran ya perfeccionados los dispositivos de proyección holográfica celeste , imprescindibles para siluetear en los cielos los rutilantes "efectos cinematográficos" de esta repetida simulación de La Guerra de los Mundos de H.G. Wells, que ni el genio imaginativo de Orson Welles se hubiera atrevido a soñar.
De cualquier manera la ingeniería básica para coreografiar el paranoide ejercicio de persuasión colectiva se ha venido fraguando con sigilo desde hace años. Sospecho que el verdadero papel de la llamada Alien Technology División de las fuerzas armadas de Washington no consiste como se ha insinuado en analizar discos interplanetarios siniestrados, sino más bien en optimizar la eficacia de vuelo de sus facsímiles terrestres en fase (¿perpetua?) de experimentación. Cuando los revolucionarios modelos salgan al fin de la línea de montaje del ejército americano, vuelen y no se caigan (¡ojo!, habrá que verlo), seis o siete centurias de paciente confabulación de los opresores ocultos contra los desposeídos habrán dado a la postre sus esperados frutos.
Por otra parte el ominoso silencio de los gobiernos sobre el proyecto en marcha de decepción colectiva lo interpretamos como el desvergonzado desdén que alimentan los arquitectos de la opinión pública hacia sus víctimas, las multitudes anónimas que trotan alegres y confiadas camino del matadero.
Hasta hace bien poco, cuando una persistente oleada de No Identificados atraía la atención en demasía, un portavoz de las altas esferas se encargaba de desdramatizar urbi et orbi el hostigamiento platillista. En los últimos tiempos, empero, se han invertido las tornas. De forma subrepticia, jerarquías en el vértice del ranking del poder han comenzado a propagar adrede, a través de hombres de paja, la más tremendista información -y/o desinformación- acerca de una supuesta relación bilateral gobierno/alienígenas.
Estas escandalosas revelaciones al estilo del Informe Matrix han sido complementadas por la aparición de una hornada de libros sensacionalistas sobre el impacto extraterrestre en la sociedad, que antaño hubieran sido secuestrados sin contemplaciones "en interés de la seguridad nacional", amén de la adopción de enérgicas medidas de represión contra los antipatriotas diseminadores de los arcanos de la CIA y los servicios secretos. Y sin embargo ahora... ¡ni un solo desmentido oficial!. Ni tampoco acción alguna intimidatoria contra los propagadores de rumores tan descabellados... que para colmo contienen mucho de verdad.
La pasividad de la oligarquía decisoria pone de manifiesto su profundo desprecio por los borregos con cabeza, tronco y extremidades que pagan sus impuestos , confiada hasta la insensatez en haber anulado para los restos toda disidencia pensante. Sus todopoderosos jerarcas conocían de antemano el "buen fin" del sondeo de Octubre, la inercia anímica inculcada en el pueblo mal llamado soberano. Cual avisados prospectores de la condición humana, han extraído el más despiadado provecho de las flaquezas del hombre.
Los corruptores psíquicos estaban en lo cierto. Ya no tendrán que contender con el sensible problema de los Nunca Identificados. Su significativo hermetismo tras el 14-O da a entender que el siguiente ciclo del colosal experimento de control mental está próximo a inaugurarse.
Por todo lo anterior, a los trabajadores avisados de la ufología , pensadores independientes y autónomos , les conviene permanecer alerta, y vigilar las próximas maniobras esperables en la aparatosa "ofensiva uránida" de ciencia-ficción. Instamos a los lectores de estas prevenciones a que reflexionen con rigor acerca del golpe de estado planetario, que so pretexto de una fantasmal "conjura extraterrestre", está siendo preparado por la crème de los conspiradores en la sombra, alias sabios de Sión.
Ellos orquestaron el tan mentado test del 14 de Octubre, y se aprestan a adueñarse de la conciencia y la voluntad de 5.000 millones de incautos. Pronto resultará peligroso ser tachado de ufólogo que no comulga con ruedas de molino, o simplemente comportarse como indivíduos de pensamiento propio ajenos a la manada. Preparémonos en consecuencia para el apocalipsis de la nueva Inquisición que se aproxima en el fin de siglo, el galope de cuyos cuatro jinetes se barrunta ya por los que gozan de oídos para escuchar.
Si ha tenido la suficiente paciencia de leer hasta aquí, ¿qué piensa de lo expuesto en este artículo?... ¿Verdad? ¿Ficción? ¿Es probable pero no posible?...
Quizás, si Vd. cree que los extraterrestres nos visitan en portentosas naves, puede estar siendo víctima de un complejo test psicosocial orquestado por el gobierno yanqui para medir el grado de credulidad del hombre actual (y así saber cómo mejor manipularlo). Tal vez, la docena de películas que Hollywood ha estrenado en los últimos años sobre la temática alienígena tenga, según plantean algunos, un oscuro fin: 'inyectar' determinadas ideas y creencias en la sociedad... Y hoy, curiosamente, el número de creyentes en OVNIs ha aumentado considerablemente respecto a décadas atrás...
Inquieta saber que, por muy absurda que nos parezca, cualquier técnica para controlar a la sociedad será bien recibida por quienes mueven los hilos de este mundo. Y, posiblemente, un tema tan marginal y aparentemente inofensivo como el Fenómeno OVNI, puede ser utilizado como un sutil pero eficaz medio para controlar a esta sociedad compuesta por millones de 'títeres' y dirigirlos hacia la senda marcada por ellos: por esos gobernantes titiriteros que prefieren permanecer en las sombras, marcando el destino de este decadente mundo...
Así que lo mejor es no creer en nada. Al menos, estaremos menos expuestos a ser manipulados... Queda Vd. avisado.
Ummita
Asiduo
Forero del todo a cien
Veterano
Novato de mierda