Ahora ya no te rajan con bisturí, te dejan desgarrarte libremente porque luego cura mejor un desgarro natural, y luego cosen más estrecho de lo que estaba en un principio. Yo no me cagué, lo pregunté expresamente al terminar y todo el personal estuvo de acuerdo en que no, que entre la sangre y la placenta no habían visto caca ninguna. Cierto es que suelo tener estreñimiento y a veces para hacer caca he tenido que empujar más que para parir.
Y el tocinillo ese con el que salen untados los bebés huele bien (vernix caseosa), en contra de lo que pueda parecer, como a productos de panadería.