05 Diciembre 2005
Joder Richie, nen que alegría me has dado colega. Cinco años detrás de ti nen para entrevistarte para la página lila esta, nen, y por fin lo he conseguido en este hotel de gente con mucha “moya”, nen, de esos que ahora te molan, nen. Yo fui de los que estuve en Madrid hace cuatro años, nen, esperándote en el aeropuerto y nunca llegaste, nen, porque se te había muerto el gato pero alguien me sopló que te había dejado la churri, nen. Y yo que me digo a mi mismo en qué cabeza cabe dejar al Dios del minimal, nen. Pensé que igual era por esos ruiditos del copón a los que te dedicas últimamente, nen, que me tienen la cabeza loca, nen. Pero yo contigo siempre a muerte, nen. Incluso había pensado en dejarme el flequillo ese de Tintín que llevas, nen, pero la naturaleza no me lo permite, nen. Cinco años, nen.
Entonces una vez le saque el jugo a la partícula de micro-sonido que con tanto mimo trabaja en cada una de sus entregas como Plastikman, ¿con que nos quedaremos?
No se trata tanto de eso si no de saber cuanta información puede introducir en una de esas partículas. En cada track de “DE9” hay varios extractos de otros temas que conjuntamente dan un todo diferente al trabajo original. Si ese proceso de elaboración crea un todo, adelante con el experimento. Mira Kompakt, por ejemplo, esa mezcla entre pop y techno da como resultado algo nuevo.
No sé por qué no me imaginaba que se interesara por Kompakt usted también…
No me gustan todos los discos de Kompakt como tampoco me gustan todos los discos de cualquier otro sello porque es normal, todos absolutamente todos los sellos pasan por altibajos. Pero incluso cuando escucho algo de Kompakt que no me gusta siento respeto por ese trabajo.
Y usted también ha ayudado a Kompakt indirectamente porque con el tiempo y paciencia ha ayudado a dignificar según que minimal…
Para mi el concepto minimal siempre ha sido importante y ahora todavía más que vivimos una saturación de información escandalosa. Dispones de un montón de puertas que te abren un mundo de posibilidades infinito y en todo ese entramado el minimal te da la oportunidad de sentirte libre. Es un concepto que en términos musicales encaja muy bien con mi manera de ser. Porque te deja espacio para pensar por ti mismo. No te lo ofrece todo de golpe. Es música directa donde no cabe lo superficial, porque en seguida se nota.
No le gusta la sobreproducción vamos.
En todo tipo de arte es muy fácil y tentador ir añadiendo información a tu obra hasta el infinito. Pero lo realmente complicado es dar por acabado tu trabajo con la medida justa de información para expresar lo que quieres. “¿Cuándo debo dar por acabado mi trabajo?” Esa es la pregunta que debes hacerte como creador. Ese punto es el que define a un artista de alguien que no lo es. Se trata de saber cuando acabar más que en cómo empezar. Es el momento más difícil de cualquier proceso artístico, saber cuando tú idea artística ya no da más de si y para cuando se vuelve redundante. En los tiempos que corren el software y el hardware que tenemos a nuestra disposición nos facilitan mucho el trabajo pero no nos dicen cuando debemos finalizar nuestra obra.
A usted siempre se le relaciona con el término “futuro”, tal y como van de rápido las cosas, ¿no le da miedo el futuro?
No tengo miedo del futuro más inmediato, aunque es probable que le tema más al futuro lejano. Mi posible aprensión a lo que está por venir no estriba tanto en la tecnología si no en la mano que acciona esa tecnología. La tecnología no puede herir a menos que alguien de detrás quiera herir con ella. Tengo fe en la tecnología, en el hombre sólo a veces.
¿Qué opinión le merece pues la gente que busca su sonido en equipamientos analógicos?
Te respondo con los mismos argumentos que te comentaba antes. Si a partir de todo ese equipo son capaces de sacar un sonido futurista no tengo nada que decir, si se utiliza para representar el pasado hasta el infinito pues no le veo tanto la gracia. La elección de material analógico o digital debería ser una opción personal siempre para llevar la música un poquito más lejos.
¿Después de tres entregas de su colección “DE9” su público ya está preparado para escuchar en directo ese tipo de sonido más ajustado a su trabajo en estudio?
Llevo un par de años tratando de inculcar esta “minimaximalización” de mi propio sonido, pero debo reconocer que España ha sido uno de los países más duros de conquistar en estos términos. La transición ha sido más difícil en España que en otro sitio tal vez porque aquí la cultura de clubs es muy joven y ya se sabe que a los adolescentes les atrae mucho más la excitación de según que sonidos que la introspección de según qué otros. Pero cada país, cada ciudad, cada club tiene unas características diferentes a las que uno debe adaptarse primero, para poder moldear después. A mi en sesión lo que me gusta es anticiparme siempre a mi público. Mi propuesta musical es como un libro que te cuenta una historia en la que cuesta entrar pero una vez dentro ya está atrapado de por vida. De todas maneras también aquí se ha aprendido a distinguir y apreciar los detalles que, a fin de cuentas, es lo importante de la vida.
¿Se podría llegar a la (peligrosa) conclusión de que el minimal es una música más “adulta”?
No lo sé. Es para gente que le dedica tiempo a la música. Si, es para gente que llega al entendimiento a partir de la “contemplación” musical porque no es inmediata. No, definitivamente no está hecha para la gente que sólo sale a divertirse y sin prestarle un mínimo de atención a la música.
¿Cómo lleva su relación con la escena pura de techno de Detroit? En el apartado agradecimientos de su “DE9:Transitions” le dedica un misterioso “incluso a ti, Eddie” al mítico 'Flashin' Fowlkes.
Eddie me ha estado insultando durante muchos años y provocándome de manera gratuita por ser blanco y dedicarme a lo que me dedico. Pero incluso siendo tan desagradable conmigo a Eddie, como a Atkins o May, le debo lo que soy. De lo que no se da cuenta Eddie es que yo soy resultado de su música. Es tan paradójico como que gracias a él puedo hacer música que le cabrea. En otras palabras, Eddie me creó a mi con discos como “Goodbye kiss”, una de las pocas producciones que hizo para Metroplex. Es uno de los discos más importantes de mi vida.
¿Cree que Detroit siempre le ha mirado de reojo por un exceso de ardor conservacionista?
Porque siempre han tenido que luchar con una paradoja y es que crearon algo para el resto del planeta pero a la vez quisieron protegerlo del resto del mundo. Muchas veces decían que se dirigían al resto de la humanidad cuando en realidad producían para ellos mismos. Es una cuestión de egoísmo. ¿Snobismo? Egoísmo y snobismo son dos conceptos que a veces están muy cerca.
Es cierto que de todo su estudio y en caso de un hipotético incendio que Dios no lo quiera, usted salvaría una de sus
TR-303.
Ummm… Si, puede ser. En realidad tengo varias pero me quedaría con la que grabé “Sheet one” porque para mi fue un álbum muy especial ya que significó el principio de todo lo que soy ahora.
¿Le gustaría ser menos popular?
Me gusta ser popular y las grandes fiestas, por supuesto. Es muy humana esa especie atracción por trascender en una comunidad. Pero claro que pierdes privacidad y, además, estoy jodidamente ocupado. Me gusta estar ocupado en mil cosas, lo malo es que esas tareas me impiden encerrarme en el estudio durante seis meses como hace 10 años. Pero que más da si ya no puedo cambiar mi vida. Lo importante es que pese a no editar tanto como solía, lo poco que produzco me deja feliz.
Le pregunto esto porque según los entendidos su música ha ganado en seriedad con el tiempo pero su figura sigue sujeta, creo que cada vez más, a especulaciones de todo tipo que muchas veces no tiene nada que ver con la música…
Lo que quiero que entienda la gente es que yo puedo estar actuando al lado de Ricardo (Villalobos) pasándomelo de puta madre pero que eso no quiere decir que no me tome en serio lo que hago.
Me ha parecido ver a Villalbos por aquí por el hall del hotel…
No lo digas ni en broma, además me hubiese dicho que estaba en Barcelona porque es muy buen amigo mío.
¿Y como van la relación con su íntimo amigo John Acquaviva?
Seguimos colaborando en la promoción del Final Scratch y en el desarrollo de la web de descargas de música Beatport, pero poco más. Se puede decir que somos amigos para siempre que decidieron partir por separado.
Tantas habladurías despiertan un interés malsano hacia su figura. Como hace cuatro años cuando canceló una gira por España porque según aseguraba la nota de prensa, se le había muerto el gato. Entonces nadie se lo creyó y empezó a especular con su vida sentimental.
La misma noche que tenía que volar hacia Madrid tuve que dejar a mi gato en una incubadora porque se quedó seco de repente sin ninguna explicación médica. A punto de subir al avión me paré en seco y dije que moralmente no podía dejar un ser vivo en ese estado se pusiera la gente como se pusiera. Me dijeron que diera otra excusa porque esa era inaudita y la gente no la toleraría pero era la pura verdad y no creía ético inventarme que se me había muerto un pariente. El gato murió al día siguiente y aún hoy sigo alegrándome de mi acto. La gente que no tiene ni gato ni perro en casa no puede entenderlo.
Texto: David Puente