saca-al-tarado
Clásico
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- 22 Mar 2006
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Y ahora llegamos al punto sin retorno en que la sexualidad femenina explota o implota, que lo mismo da a los efectos de mantener la cordura, aunque en este caso particular hemos visto cómo se rompe uno de los principios elementales que rigen la conducta de todo coño, como es optar por la calidad en lugar de la cantidad.
En este momento Tools, contraviniendo su instinto secular y bien aprendido de zorrupia, percibe signos de alfismo en saca-al-tarado y por ello lanza mensajes hacia quien de ordinario no los dirigiría, pues bastante tiene de cuando en cuando con tirar los tejos, y quien sabe si por MP, a otros hipotéticos alfas del foro, pero todo siempre con un cuentagotas debidamente graduado, pues su coñito (como el de todas) persigue ante todo factores cualitativos y no cuantitativos. Es por ello que desde un punto de vista puramente analítico la evidente oferta anal/vaginal/bucal que Tools ejerce supone un mensaje al macho presuntamente asertivo y exitoso, incluso sin pararse que detrás de la pantalla probablemente sólo existan toneladas de rencor, fracaso, misogina, odio y tal vez algún que otro cuerpo desmembrado en el sótano.
Si Tools recapacitase un momento, y ello siempre y cuando le concedamos a un hembra tal capacidad - que ya es admitir- no cabe duda de que retiraría los posts citados porque lisa y llanamente con ello contradice su actitud de prejuicio y preselección que por naturaleza siente que debe adoptar ante un macho sobre el que no disponga de datos objetivos acerca de su alfismo, tales como saldo de cuenta corriente y anotaciones del Registro de la Propiedad; tras esos mensajes puramente lábiles reside un riesgo que teme como un nublado de haber malgastado sus cartuchos hacia un macho de rango medio-bajo, lo cual por otra parte altera el efecto de harén inverso al que está acostumbrada toda hembra, en el que tiene la disponibilidad efectiva y electiva de múltiples hombres-simios dispuestos a pugnar por cuanto coño salga a oferta sin tener que mover un dedo.
Mucho habría que escudriñar sobre este asunto, pero probablemente la fase menstrual en la que se hallaba en el momento de escribir tenga mucho que ver, ya que lo que le pareció divertido y liberador en fase folicular pasa después por el filtro de la censura encontrándose en fase lútea. Es por ello que no hay que hacer mucho caso a lo que una hembra diga porque todo mensaje que lanza está sujeto a caducidad acelerada, cuestión en la que por otra parte no sólo influyen factores biológicos sino también de índole psicosocial, dado que la validez de dichos mensajes ha de pasar el filtro de la aprobación grupal y los ánimos de grupo también son oscilantes como las mareas, de tal modo que si se produce una reunión de hembras la actitud implícita o explícita de quien adopte el rol de lideresa condicionará de modo decisivo la actitud del resto del rebaño. Esto último explica por ejemplo que, incluso con independencia de los niveles de ingesta de alcohol, en una cena de antiguas compañeras de estudios la misma colectividad que se mostraba selectiva e intransigente hacia los machos que revolotean, con una dignidad propia de matronas romanas, pase al cabo de pocas horas al de desmadradas chupapollas en cualquier antro infecto; en tales contextos una vez lanzadas al aire frases del estilo "qué guarra eres, tía", ello puede ser objeto de odios seculares y tirones de pelo o de carcajeo histérico propio de gallinas cluecas, según sople el viento en ese instante.
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