wolframita
Novato de mierda
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- 31 Ene 2013
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Pues eso, que estoy esperando a que me baje un video ponno en jay definision de una tía de esas que encuentran por la calle "y consiguen convencer" para que se marce un culo a boca como dios manda. Por supuesto no es un vídeo de torbe, 1º porque jamás se me ocurriría robarle la propiedad intelectual a semejante gurú del html, y 2º porque su polla enana y atrofiada en pantalla es lo más anti-erótico con lo que he topado por internez por delante del goatse, del tío del tarro en el culo que se rompe y las fotos de Maili Sairus con la lengua fuera.
El caso es que aquí con la espera me he puesto a pensar en las diferentes variedades de porno con que me he picado el dalle desde la adolescencia, cuando me pasaba los fines de semana en el ciber bajando megas y megas de vídeos de 30 segundos de petardas o alguna página de esas, los metía todos en una carpeta y lo comprimía con contraseña y cambiando la extensión por un .mp3 o algo así para camuflarlo. Un proto anonimus en potencia.
Y entonces me he dado cuenta de que he seguido una constante desde aquel primer día que encontré las revistas porno de mi padre escondidas entre los trastos y la herramienta del garaje: las tías a las que le petan el ojaldre. En serio, creo que llevo toda la vida sodomizando en mis fantasías a cualquier tía que me haya dirigido la palabra. Recuerdo incluso aquel primer vistazo a la revista, la tía a cuatro patas con unos cuantos centímetros de choped culo adentro y ella mirando a la cámara sonriente y satisfecha, feliz.
Desde entonces he pasado por muchas fases, porno amateur, tríos, culonas del Bang Bros (ay! mi Alexis Texas), P.o.v... el mundo está lleno de porno, pero el primer filtro que le aplico antes de ponerme a lo mío se resume en un tag: anal. No anal no party.
Ale que ya bajó. Es uno de una tal Linda de publicangel. Qué marrana.
El caso es que aquí con la espera me he puesto a pensar en las diferentes variedades de porno con que me he picado el dalle desde la adolescencia, cuando me pasaba los fines de semana en el ciber bajando megas y megas de vídeos de 30 segundos de petardas o alguna página de esas, los metía todos en una carpeta y lo comprimía con contraseña y cambiando la extensión por un .mp3 o algo así para camuflarlo. Un proto anonimus en potencia.
Y entonces me he dado cuenta de que he seguido una constante desde aquel primer día que encontré las revistas porno de mi padre escondidas entre los trastos y la herramienta del garaje: las tías a las que le petan el ojaldre. En serio, creo que llevo toda la vida sodomizando en mis fantasías a cualquier tía que me haya dirigido la palabra. Recuerdo incluso aquel primer vistazo a la revista, la tía a cuatro patas con unos cuantos centímetros de choped culo adentro y ella mirando a la cámara sonriente y satisfecha, feliz.
Desde entonces he pasado por muchas fases, porno amateur, tríos, culonas del Bang Bros (ay! mi Alexis Texas), P.o.v... el mundo está lleno de porno, pero el primer filtro que le aplico antes de ponerme a lo mío se resume en un tag: anal. No anal no party.
Ale que ya bajó. Es uno de una tal Linda de publicangel. Qué marrana.