Kirot rebuznó:
Pues ya estas tardando en decirnos que tal te fue :)
No tengas prisa hamijo, aún es hoy y no mañana.
Lo que voy a hacer es contaros mi primera experiencia con las monguis, de las 3 veces que he ido fue en la que más me divertí y la que más me impactó emocionalmente puesto que nunca había sentido nada parecido.
Estábamos en la casa de campo de un colega, éramos como 6 o 7 que esperábamos con nuestras bolsitas de setas secas para metérnoslas cuando llegara otro colega. Yo me moría de dolor de cabeza, padezco de migraña y cuando me pongo muy nervioso aparte de entrarme la cagalera me dan muchas veces ataques de migraña, era insoportable, estaba ya amargado y me sudó la polla esperar a que llegara mi amigo así que me metí la bolsa entera entre sorbo y sorbo de agua para hacerlas pasar mejor.
Como me dolía la cabeza salí fuera y empecé a dar vueltas alrededor de la casa, vino el colega que faltaba y todos se las metieron, yo seguía dando vueltas alrededor de la casa para que me diera el aire cuando de repente empecé a tener ganas de vomitar pero seguí dando vueltas porque tenía la sensación de que si me paraba echaría la pota y no quería malgastar esas setillas hamijos.
Fue entonces cuando me empecé a notar muy liviano y seguía dando vueltas sin darme cuenta de que ya estaba empezando a ir ciego, de repente se me fueron las ganas de potar y me fui hacia la entrada de la casa donde mis colegas estaban empezando a tripar, entonces miré hacia arriba y donde estaba la bombilla vi una cara que se metía un microfono en la boca

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Me metí en la casa y uno de mis colegas estaba intentando salir por una ventana con un sombrero de paja, un saco de dormir y una escoba, decía que se iba de excursión y cuando me acercaba a él hacía amagos de irse por la ventana como diciendo "no te me acerques! me das miedo" entonces le dije, "tio pau que som jo" me sonrió, me acerqué y salimos los dos por la ventana


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Estabamos caminando por la carretera de noche hacia la aventura y me dijo a medio camino que no podía ir con el sin un palo así que me dió su escoba y me puso su sombrero, en ese mismo momento me convertí en sancho para toda la noche y así me llamaron, era su fiel escudero y nos metimos en un campo de naranjos a investigar, disfrutábamos como niños, nos partíamos el culo y cuando oíamos las voces de nuestros colegas que nos buscaban empezabamos a correr y a camuflarnos entre el follaje, todo esto entre risas brutales.
Hubo un momento en el que nos quedamos atascados, nuestros colegas se acercaban y las ramas nos cortaban el camino, almenos eso creiamos, entonces le dije a mi colega que apagara la luz de la linterna porque "a veces la luz no nos permite ver el auténtico camino" mi amigo flipó con la frase y a partir de ese momento decidimos prescindir de qualquier tipo de tecnología, nos habiamos convertido en dos criaturas del bosque, cuando apagamos la linterna nuestras megapupilas nos permitieron ver casi como de día y pudimos seguir ya que se nos abrió un camino entre las ramas. Nos paramos debajo de un naranjo y empezamos a flipar con la fauna del suelo, pequeños bichos y naranjitas secas del tamaño de una pelota de pinpon eran mega loleantes, me acuerdo que cogí una naranja de esas y la miré, vi una cara sonriente en ella y empecé a partirme, la deje cuidadosamente en el suelo para que la pudiéramos observar los dos, me partía el culo como nunca, hasta llorar.
Llegaron nuestros amigos, decidimos no seguir escapando y hacer unos cuantos loles juntos, y así fue, vimos como entre el follaje aparecía uno de nuestros colegas con un teléfono de ducha en la mano y otro con una rama de naranjo con una naranja en la punta, decía que era su arma. LOLES A MILES HAMIJOS.
Por ahí fuera había plantas de hinojo y empecé a recoger ramitas y las repartí entre mis colegas, el olor que desprendía nos hacía flipar, todos al final llevábamos una ramita detrás de la oreja

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Casi se me olvida, antes de meternos en el campo de naranjos nos encontramos un montón de gravilla enfrente de la casa del abuelo de mi colega aventurero, vi que estaba triste, lo sentí, estaba solo ahí enmedio, el único monton de gravilla en kilómetros a la redonda, nos acercamos y pude verle una cara triste formada de piedrecitas, empezamos a tocarla para trasmitirle amor y cariño y vi como la cara pasaba de estar triste a sonreir, era hora de seguir caminando y nos metimos campo a través, pero todo estaba muy seco, casi no había plantas y le dije a mi amigo que estábamos en el desierto, nos empezó a dar mal rollo, y más cuando llegamos a un torrente donde más allá de el flipé como maquinas abandonadas, barcos etc.. le dije a mi amigo que ahí estaba la muerte y que no debíamos cruzar, nos fuimos corriendo hacia los naranjos.
Despues de estar todos juntos y salir del campo de naranjos nos fuimos un par de colegas a un estanque que había por ahí , de estos que se usan para regar, que son grandes y anchos, nos subimos, asomamos la cabeza por el borde y sumergimos los brazos, flipábamos con lo que veíamos, estaba lleno de pececitos que nos daban mordisquitos en las manos y era muy loler, además, ese estanque esta lleno de algas y era como una jungla submarina, cogiamos pececillos de esos y caían loles a miles, era precioso y ya está, pasó poca cosa más, a partir de ahí fue decayendo el ciego, pasaron un par de más molonas pero ya estoy cansado de escribir.
Casi se me saltan las lágrimas al escribir esto de los bonitos recuerdos que me trae, teneis que probarlo almenos una vez en la vida, es como volver a tener 5 años y flipar con todo como si fuera la primera vez que lo ves.