ClásicoSí amiguitos, aquí quien más quien menos alguna vez ha tropezado en sus correrías nocturnas y ha acabado metiéndole la lengua (o más cosas) a algún truño (truño = mujer extremadamente fea a la que en circunstancias normales no le darías ni la hora).
Pues bien, aquí abro este hilo para que os confeseis y podais volver a dormir una vez que hayais abierto vuestro corazón. Por supuesto, empezaré yo.
Fue hace ya unos cuantos años, cuando era más joven y dedicaba las noches a probar cosas nuevas. Aquel día tocó speed (y visto lo que me pasó, jamás he vuelto a probarlo). El caso es que andábamos los colegas por ahí más contentos que la hostia y nos encontramos con la novia de uno de ellos que me dice "tengo que presentarte a una amiga, que es así alta como tú (mido 1,93) y muy guapa". Por supuesto, ante este planteamiento, dije sí y allí me fui a que me presentara a su amiga, pensando en encontrarme con una tía buena. Pero en mi ciego propiciado por la sustancias consumidas no caí en la cuenta de que, obviamente, su amiga mentiría y así fue: ante mí se presentó una montaña de 1,90 y cerca de 100 kilos, así a ojo. Fue entonces cuando las drojas empezaro a actuar por mí y en vez de salir huyendo como alma que lleva el demonio, me quedé y acabé metiéndole la lengua hasta la campanilla y debo reconocer que no fui más lejos por dos motivos:
a) me daba cosa no poder abarcarla con los brazos
b) la hija de puta no se dejó tocar las tetas y apenas el culo
En resumen, en cuanto vi un hueco, me revolví como Ronaldo y me fui de allí sin decirle ni adiós.
Pues bien, aquí abro este hilo para que os confeseis y podais volver a dormir una vez que hayais abierto vuestro corazón. Por supuesto, empezaré yo.
Fue hace ya unos cuantos años, cuando era más joven y dedicaba las noches a probar cosas nuevas. Aquel día tocó speed (y visto lo que me pasó, jamás he vuelto a probarlo). El caso es que andábamos los colegas por ahí más contentos que la hostia y nos encontramos con la novia de uno de ellos que me dice "tengo que presentarte a una amiga, que es así alta como tú (mido 1,93) y muy guapa". Por supuesto, ante este planteamiento, dije sí y allí me fui a que me presentara a su amiga, pensando en encontrarme con una tía buena. Pero en mi ciego propiciado por la sustancias consumidas no caí en la cuenta de que, obviamente, su amiga mentiría y así fue: ante mí se presentó una montaña de 1,90 y cerca de 100 kilos, así a ojo. Fue entonces cuando las drojas empezaro a actuar por mí y en vez de salir huyendo como alma que lleva el demonio, me quedé y acabé metiéndole la lengua hasta la campanilla y debo reconocer que no fui más lejos por dos motivos:
a) me daba cosa no poder abarcarla con los brazos
b) la hija de puta no se dejó tocar las tetas y apenas el culo
En resumen, en cuanto vi un hueco, me revolví como Ronaldo y me fui de allí sin decirle ni adiós.
