Joder qué excentricidad. Esforzarse por tener una polución.
Yo las tuve de jovencito, y luego ya nada, afortunadamente, porque menuda mierda levantarse tó pringao. Si te coincide con un sueño erótico pues bueno, pero a veces te levantabas emplastao sin recordar nada. Y al fin y al cabo, como la realidad de un buen polvo no hay nada (aunque algunos sueños puedan acercarse bastante).
Pienso que poluciones un tío cerca de los 40 igual ya no puede tener, sufra la abstinencia que sufra. Aunque cada cuerpo es un mundo. Yo me levanto casi siempre hard as a rock, echaría un polvo prácticamente todas las mañanas si pudiera y algunas noches hasta me despierto molestado por el empalme de marras. O sea, que por falta de ganas no será.
De abstinencia yo rondé la increíble cifra de 90 días, estando en el extranjero. No tenía internet, ni nada, y era una época en la que me maltrataba mucho, así que tampoco tenía ganas. Eso sí, la falta de sexo me ponía de mala hostia y se me iba la olla. Un día, tó rallao, le dije a un compañero de apartamento:
-Dame un puñetazo en el hombro.
-¿Eh?
-Que me des un puñetazo en el hombro. Lo más fuerte que puedas.
-Mira que te voy a dar una hostia del copón.
-Dame lo más fuerte que puedas, maricón.
Y me metió una chufa que todavía me está doliendo. Qué hijo de puta. Tampoco es un objetivo tan fácil el hombro. Pues me dio con precisión milimétrica. Golpe seco y duro. Pensé que me había hecho alguna microrotura, o algo, pero a los días se me pasó el dolor.
Aguanté el tipo, of course, como si no me hubiera hecho nada. Pero joder qué hostia.