Es que en la sociedad actual la “amistad” se limita a compartir momentos de consumo-ocio. El “amigo” es un articulo de consumo mas, como lo es la pareja.
Yo si creo en la amistad masculina (inserte replica de sauna aquí). Creo que el hombre tendió a desarrollar fuertes lazos con sus pares por la necesaria y constante colaboración en circunstancias muy jodidas. Te obligaban a confiar tu vida a otros y viceversa.
Tener que meterse cada pocos días en la espesura a acechar a bestias más grandes y fuertes, con tan solo la compañía de otros cuatro como tu y una puta rama afilada. Volver todos a salvo con carne fresca… tiene que forjar lazos a la fuerza. El que más y el que menos ha salvado el pellejo más de una vez gracias a otro, se ha compartido miedo y momentos jodidos. Todos han visto no volver a otros, al que no servia se lo comieron las circunstancias.
Es el nacimiento del concepto de camaradería masculina. Básicamente un “asociado” con objetivos comunes, en el que confías.
Y nos pasamos un par de cientos de miles de años haciendo eso.
Con la llegada de la civilización, pues bueno, la gente vivía toda su vida alrededor de la misma gente. La mayoría no se movía jamás de un rango de 60 km alrededor del lugar donde los parieron. Las mismas personas con las que cazaste pájaros a pedradas son las que rodean tu lecho de muerte. Entre medias has compartido un montón de momentos jodidos. Vidas en las que la supervivencia era una cuestión del día a día.
Y bueno, toda generación tenía su guerra, aquellos que volvían juntos, con el escudo desvencijado y la lanza quebrada, habiendo hecho frente al horror y sobrevivido juntos, habían pasado pruebas iniciaticas en sus sociedades: saqueado el ganado de los vecinos, robado-violado sus mujeres, evitado que otros lo hiciesen… en definitiva, vuelto con botín y asegurado la supervivencia de los suyos. Los que llegasen a viejos habrían compartido el peso de una gran losa. Algo fuerte en común.
Las mujeres nunca tuvieron eso. Por eso la amistad entre féminas es poco más o menos que una emulación. Sus lazos son sociales, de aceptación del grupo y de circunstancias.
Pero claro, en las sociedades actuales de filetes plastificados, individualismo y competitividad en un sistema económico-social que es como el juego de la silla (pocos sitios para cada vez mas gente), pues todo eso ya no pervive ni en el deporte (que en origen no era mas que una emulación-preparación para la guerra). Y desde luego nada tiene que ver ya con “
nos pasamos de los 16 a los 25 emborrachándonos juntos y saliendo por ahí jajaja, menudos pedos tío”.
El amigo es poco más que un complemento para los estilos de vida y patrones de consumo que nos venden como objetivos vitales. Son los extras que aparecen en nuestro anuncio de Estrella Damm. Por supuesto esto lleva a una depreciación del concepto y la palabra. Cualquier imbecil llama amigos a los tíos del gimnasio con los que sale a cenar un par de veces al año, con los que juega al padel, a la gente con la que se sienta en la mesa de un bar mirando cada uno su minipantalla o a los cuatro idiotas de la empresa con los que se toma de vez en cuando dos cañas.
Venancio rebuznó:
Bueno, sea como fuere son unos mierdas y los odio. Me ha llamado uno hace un rato para preguntarme que si nos vamos mañana al Xanadú a pasar la mañana. Al Xanadú, un centro comercial atestado de gente. A pasar la mañana. Y aprovechando que estamos allí, comer en el Vips. Claro, si, estoy yendo.
Tus “amigos” no tienen salvación. Han aceptado su papel de productores-consumidores y ya no son nada más. No son personas.