Recuerdo cuando Uma y Aiko, dos prostitutas obesas catalanas, se pelearon porque Aiko había intentado pasarse de puta a madame y sacar dinero a otras chicas poniendo las habitaciones del piso. Dentro de la legislación que afecta a la prostitución, se persigue a los puteros con campañas de concienciación y multas, se castiga judicialmente a los proxenetas, lo que incluye madames y chulos, mientras se protege a quienes ejercen la prostitución, aunque no se legalice su actividad profesional, lo cual dificulta la protección social. Bell por ejemplo se quedaba todo dinero de puterío y bukkakes sin declararlo, pero cotizaba a la seguridad social y pagaba impuestos por el contrato de las webcams.
Siempre me ha llamado la atención cómo los dueños de clubs o burdeles escapan a sanciones por proxenetas, mientras que los pisos con madames o chulo sí son perseguidos por esto. ¿Alguien lo puede explicar?