Les visité y así me fue.
Cliente: yo mismo, en carne y hueso.
Edad: muy viejo.
Te consideras atractivo : depende con quien me compares. O con qué .
Lumi.
Nombre artístico: Coco.
Edad: mujer que con seguridad estará por los 30, diría yo.
Valoración física de la chica: 7.
Vestimenta: vestido típico del sector, ajustadito y escotado en colores diversos, estampado mejor dicho. Sandalias en los pies.
CONTACTO
Lugar del encuentro: casa pareada de fachada en ladrillo rojo, con acceso desde la calle directamente, detrás de una puerta blanca. Son 3 pisos, comunicados todos ellos con una escalera de obra, pero con terminaciones en madera, barandilla y suelo. Primer piso estancias comunes de la casa, lo intuyo ya que me subieron directamente hacia arriba, sala de estar en la 2ª, donde ellas hacen vida, cubierto por una cortina, y 3ª planta las habitaciones. Ví 2, intuyo más. Lavabo en condiciones.
Ambiente/decoración: típica decoración del sector, la típica austeridad funcional, sin nada que sobrara y sin muchas alharacas.
Valoración: correcto dentro de los cánones del sector.
SERVICIO
Fecha de la experiencia: hace algunos días.
Tarifa contratada: 60€ 1 hora.
Otras tarifas ofertadas: la estándar 40/60 del sector en el área metropolitana, aunque no pregunté, fui directo a por la hora.
Duración real del servicio: 60 minutos de reloj. Porque me quedé yo a hacer la hora tumbada, ella había dado por cerrado en encuentro, por su cuenta y riesgo 10’ antes.
Besos/morreos? ni, uno.
Francés/garganta profunda? (sin/con protección) horrible, mecánico, sin gracia, sin ánimo ni implicación, más abajo los detalles.
Cunnilingus? ni ganas de ir por ahí.
Sexo anal? diría que no, según su hojaldre.
Deja acabar en su boca/cara? ni pude terminar. Todo horrible.
Relato del encuentro:
Piso nuevo y el abuelo tiene que ir para allá si no se aburre. Les llamé, analicé la zona y busqué parking en las cercanías en las zonas de mayor probabilidad de encontrar sitio. Cosa de por sí bastante complicada por la zona en la que está. Pasé por la calle Río Rosas, uno de mis pisito asiduos en mis inicios, aunque ya cerrado y olvidado en los sótanos de la nostalgia de este hilo.
Pico y espero, se enciende la luz del exterior y me abre una mamasán cordial y afable. Por teléfono 5 chicas, en modo marketing telefónico, en modo presencial 2. Normalmente al número por teléfono que suelen dar de chicas se debe dividir por la mitad y redondearlo al entero superior, con un margen de error de ±1. Otro día pongo el término general de la serie numérica que hoy no tengo ganas, si alguien tiene tiempo y ganas, pues adelante, y si no da igual.
Paseíllo de 2, Sasa, chinita estándar, de mirada algo huidiza e insegura, en un vestido negro, y Coco. Elijo a Coco y la cagué. Cómo es Coco, es alta y delgada, aunque con algo de tripita, uñas de centro de estética de la zona, culo carpeta, pecho algo menor que la media del sector, y con un visible y algo gastado por los años tatuaje de una mariposa en color oscuro en lado izquierdo del pecho.
Pago vuelve al rato, con cara de malas ganas, sin el más mínimo atisbo de cordialidad o calidez, siempre imprescindible en estos encuentros, que te hagan sentir mínimamente cómodo para intentar pasar un buen rato, pues de esto, nada de nada. Ahí la cagué yo. Debería haber cambiado de chica, aunque elegí, cagándola, repito, a ésta, por la mirada huidiza e insegura de la otra chica. Debería haberme marchado al principio.
Al baño en una habitación contigua, ni toalla ni nada, en bolas por el pasillo, me medio lava ella en una ducha con mampara, me seca con una micro toalla de tocador, vuelvo, la espero, se tumba, nada de besos, ante el panorama, le pido que me la chupe, y sin pena ni gloria, mejor dicho con más pena que gloria.
Mecánico, para nada fluido, sin gracia, ni el más mínimo atisbo de placer llegue a intuir, no a sentir. Todo lo contario. Para endurecerme yo, le pido que me estimule los webs, y peor todavía. Con eso os lo digo todo.
Consigo la auto erección y me cabalga, nada que destacar, misionero, menos aún, a4, peor todavía y finalicé como se pudo. Me tumbo, ella lo hace a mi lado, se empieza a mirar el pelo y las uñas unos instantes, y le pido masaje. Una serie de friegas sin ganas, con cara mala y de mala gana, con golpes sin sentido sin la más mínima sensación ni predisposición para ser un masaje de suficiente.
A 10’ del final, se levanta y se va a la ducha, dando por terminado el encuentro, aunque para ser objetivos ni tan siquiera empezó.
Tengo la suerte de que bastantes chicas me suelen tratar bastante bien, competencia entre pisos, etapa económica en la que vivimos,…, por estas razones siempre soy partidario fehaciente de ver el vaso siempre medio lleno, pero esta vez es imposible al 100%. No hay por donde coger el asunto. Y como me va, así lo explico.
Lo Mejor: esta vez ni la coca cola, nada que destacar, pero nada, nada. Siempre soy partidario de ver el vaso medio lleno, pero esta vez resulta del todo imposible ni tan siquiera como mera hipótesis, elucubración, o historia de ciencia ficción, poner algo bueno en este apartado. Para no tirar el dinero.
Lo peor: ella, la hora que pasé allí, la falta de implicación, de ganas, entró de malas formas y molesta en la habitación, puedo entender que el trabajo sea pesado, pero ni intentó remontar o mejorar la situación, algunas lo intentan, como mínimo eso, y obviamente no hizo nada para ello. Recordad delgada, alta y el tatuaje en la parte izquierda del pecho, que no os tanguen como a mí.