Lluvia de Estrellas con Paola
Traté de resistirme a marcar el número, pero la visión a diario de esas aldabas que posteaba reiteradamente dia tras día acabaron por anular mi capacidad de raciocinio.
A las 3 horas de nuestra primera conversación telefónica, me hallaba en el sófá de su casa a escasos 3 cms de ella.
Qué mujer.... tuvo el detalle de cubrirse con un poco de ropa para mostrarse ante mi de un modo diferente y caldear aún más el ambiente.
A los 12 segundos se volvió a desnudar, su hábitat natural no incluía el estar vestida, me fuí acercando a su vieira impolutamente depilada, el calor se iba haciéndo más intenso, aquello estaba más caliente que la caldera de una locomotora.
El olor a gorrino quemado de mis cejas, pestañas e incipiente barba nos embriagaban a ambos, su pulcra depilación era una consecuencia del calor que emanaba de su sacrosanto lugar.
Me retiré un poco y comenzé la tarea de desollinador con los restos calcinados que rodeaban su cloaca, me dejé las uñas en ello, ostia puta, pero mereció la pena. El ollín al caer y debido al calor emanado por su chochet, prendió en una lluvia de estrellas, una cascada de tizones al rojo vivo que logró arrancarme una lagrimilla.
Me fuí en ese momento, después de tamaño espectáculo de la naturaleza cualquier intento de coito era estéril.
Una experiencia con gran carga emotiva.