redhousepainters
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Antes de discutir la eyaculación femenina comentaré algo sobre los fluidos corporales femeninos en general. Nuestra sociedad, así como muchas otras, ve a todas las formas de líquido que produzca el cuerpo de la mujer con gran desdén. A las mujeres no se les permite llevar a cabo la mayoría de las funciones corporales normales; no es visto como femenino. Los fluidos corporales femeninos son vistos incluso dañinos por muchos; hay sociedades en las que se piensa que las mujeres durante la menstruación arruinan los cultivos y hacen morir el ganado. Esto crea una barrera significativa para su placer sexual.
Se espera que las mujeres mantengan una apariencia seca y perfecta, independientemente de sus actividades físicas. Las madres decían a sus hijas que no era atinado involucrarse en deportes porque los muchachos podrían verlas sudando y desarregladas y esto era visto como poco atractivo. Aún hoy, los anuncios de desodorantes y antitranspirantes persiguen la idea de "no dejar que te vean sudar." Se les dice a las mujeres que necesitan desodorantes especialmente fuertes, hechos sólo para ellas. Los avisos de tampones y toallas íntimas enfatizan la capacidad de sus productos para "ocultar" la menstruación de la vista de los demás más que su tarea original que es la de absorber el menstruo. La mayoría de las mujeres preferirían que les arrancaran sus uñas una a una a ser vistas teniendo un "accidente", esto es, menstruando en público. Hay chicas y mujeres que aprenden a disgustarse con la idea de orinar en un baño público, aguantando su orina todo el día hasta que llegan a su casa. ¿Quizá tengan temor de ser vistas menos puras?
Los hombres sudorosos son vistos como sexuales, viriles. Su masculinidad se mide por su capacidad de producir grandes cantidades de semen. Escriben su nombre en la nieve utilizando su orina y miran quién puede eyacular más lejos. Que el hombre ensucie todo con su eyaculación es visto como inevitable, normal, y nunca se cuestiona. Incluso se idolatra en películas para adultos. Los hombres pueden eyacular en la cara, en la boca, encima y adentro del cuerpo de su pareja, y esto es visto como normal. Si la mujer lleva sus fluidos corporales sobre su pareja, ella ha hecho una chanchada. Una interesante doble pauta. Si el hombre puede cubrir a su pareja con sus fluidos corporales, la mujer debe poder hacer lo mismo.
La sexualidad femenina se estropea por estas leyes no escritas. Es difícil relajarse y disfrutar del sexo si estás preocupada por sudar mucho o por producir demasiada lubricación vaginal. Se ha sabido que las mujeres que producen grandes cantidades de lubricación vaginal, sudor, y que eyaculan evitan el sexo más que exponer a su pareja o a ellas mismas a estos fluidos. Como las mujeres no poseen control sobre la liberación de estos fluidos durante las actividades sexuales, algunas directamente evitan el sexo en vez de arriesgarse a ser vistas como menos femeninas por su pareja. Aunque el deseo de la mujer por el sexo pueda aumentar durante su período menstrual ella puede no tener relaciones durante este tiempo porque teme hacer una chanchada y está indeseable. Las normas sociales referidas a los fluidos corporales de la mujer pueden limitar significativamente la sexualidad y el placer femeninos.
Antes de que una mujer pueda aprender a eyacular, a disfrutar de eyacular, o a disfrutar del sexo en general, debe aceptar como normales sus fluidos corporales. No debe cuestionar la naturaleza o cantidad de su humedad, sea ésta sudor, lubricación vaginal, menstruación, eyaculación u orina. Estos fluidos son una parte normal y natural de las vidas de las mujeres. No hay nada que sea inherentemente malo en ellos. Una mujer no podrá permitirse eyacular y experimentar orgasmos que potencialmente hagan añicos la tierra si ella no puede dejarse ir cuando surge la presión o las ganas de eyacular. Señoras, dense permiso para gozar y disfrutar del sexo.
Como resultado de los tabúes respecto a los fluidos corporales femeninos, la motivación principal detrás de los estudios sobre la eyaculación femenina parece ser la de determinar si el fluido expelido es orina o no. Si una mujer eyacula un líquido que no es orina, como un hombre, eso es normal y ella no puede remediarlo; ella es normal. Si es orina, ella tiene un problema médico; ella no es normal. Los autores que escriben sobre el punto-G se esfuerzan en persuadir a sus lectores que la eyaculación femenina no es orina. ¿Por qué le dan tanta importancia a la naturaleza exacta de este fluido lanzado de los cuerpos de las mujeres? ¿Importa realmente si es orina o eyaculación? Si una mujer se excita de disparar orina en el momento del orgasmo, ¿diremos que tiene un problema? ¿Le quitaremos este placer? Si una mujer lanza orina en el momento del orgasmo, dejémosla; si eyacula descontroladamente, que sea así. No está en nosotros juzgar el placer sexual de la mujer.
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