Definitivamente ha sido la especie animal que más se me ha resistido a la hora de la cincelación. Escribo aquí para que me contéis vuestra experiencia en el tema, ya que me tiene algo preocupado.
Veréis, hasta ahora la táctica de dormir a la gallina me era suficiente para llevar a cabo una fornicación sana y placentera, pero con el paso de los días la relación se fué haciendo cada vez más monótona, su mirada ya no me provocaba aquellas irrigaciones seminales masivas -con sólo establecer contacto visual- de antaño, y queráis que no... el feeling, la magia, la química, todo se perdió, nada volvió a ser como antes, así que decidí explorar nuevos horizontes.
Tras experimentar con Trankimazines y varias razas de Pit Bull y Pastor Belga, noté la especie cánida fría e insulsa, las noches de amor eran irrecreables en mi mente, mientras oía gruñir a los animalillos me era imposible culminar la relación. Lo sentí mucho por ellos pero tuve que dejarlo... pero hoy tengo un nuevo reto, he dado con el clavo de la cuestión.
Necesito conocer el algoritmo temporal que resuma el espacio entre cagada y cagada de mi adorado pato Croky, para ensartar mi manubrio al tiempo de la defecación pudiendo aprovechar así sus propiedades lubricantes. He descubierto que hacerlo antes o después incomoda a mi compañero, y para nada pretendo crearle una situación angustiosa.
Espero vuestra ayuda amigos, estamos muy indecisos, y él cada día se siente menos seguro.
Gracias