Hostia, lo de Vargas Llosa
no fue una inocentada.
“Todas las noches, parece mentira, desde que cometí la locura de abandonar a mi mujer, pienso en ella y me asaltan los remordimientos. Creo que solo una cosa hice mal en la vida: abandonar a Carmencita por una mujer que no valía la pena (…). Todas las noches pienso en ella y le pido perdón”, dice Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 86 años) en Los vientos, un cuento con tintes autobiográficos que escribió hace más de dos años y que publicó en Letras Libres en 2021.
“Ya me olvidé del nombre de aquella mujer por la que abandoné a Carmencita. Nunca la quise. Fue un enamoramiento violento y pasajero, una de esas locuras que revientan una vida. Por hacer lo que hice, mi vida se reventó y ya nunca más fui feliz (…). Fue un enamoramiento de la pichula, no del corazón. De esa pichula que ya no me sirve para nada, salvo para hacer pipí”, continúa el escritor hispanoperuano en su relato.
Varguitas, sabiendo lo que había, que jodido estabas de la cabeza cuando dejaste a tu prima, encoñado por la China.
En fin, quién no haya leído Tía Julia y el escribidor que lo haga, ya verá lo que es reírse.