Hace ya tiempo que a Tarantino se le fue completamente la última neurona que tenía, sin duda Malditos Bastardos es un paradigma de la ignorancia, el fraude hacia la memoria histórica y la torpeza de un director de cine completamente equivocado, que por falta de creatividad recurre constantemente a la violencia hiperrealista en sus películas, pero su nula formación no le supone verguenza para pronunciarse sobre los temas donde no tiene ni idea, ni puede llegar a comprender. Antes que profanarlo todo desde el cine estadounidense sin conocimiento del uso del símbolo, algunos deberían quedarse callados para al menos no vulnerar lo que más debería enseñarnos a tener la historia siempre presente en nuestra conciencia.