Me apunté hace un año al Basic Fit. Era la tercera vez que me apuntaba a un gimnasio, la primera fue con 17 años y duré una semana. La segunda fue a los 26, duré un día y me llevé una lesiòn en el manguito rotador derecho que si pido la cuenta del bar sin haber camentado antes me deja jodido dos días.
Pero desde entonces vengo de hacer deporte regularmente y estaba muy motivado a ponerme guais, tengo facilidad para moldear mi peso y gano músculo rápido, así que pagué todo el año de golpe para ir con todo y cumplir.
Había un moro que iba con su novia, una pechugona de esas que se comprimen el pecho de enorme que lo tienen, y aún así la presa Hoover esa no aguantaba, vaya melones. Pues un día oigo gritos de lejos entre la puta música del gimnasio y la de mis cascos para no escuchar mierda, me quito estos y está el moro siendo invitado a salir por un monitor mientras insulta a su novia y la pone de guarra, y la otra en la bici estática respondiéndole pero no muy subidita, como con miedo.
Luego había un viejo delgado maricòn que xon todos hablaba, con todos, aconsejando posturas, dando palique, sobre todo a jovenzanos. Yo le solté una mirada de asco el primer día y jamás se acercò.
Los típicos sudamericanos ciclados que siempre van de tres en tres, que olvídate de coger poleas si las cogen ellos.
Y también había un cieguete, pero era sutosuficiente. Tenía controlado el espacio y a veces le veías que acechaba la máquina que estabas usando pero rápido te detectaba. Yo tosía un poquito lo le decía "me quedan nosecuantitas series".
En fin, que iba yo cumpliendo a rajatabla y estaba ya cogiendo forma cuando se empezò a poner fea la cosa de los contagios y dije que si ya me daba un poco de asco compartir sudor antes, ahora ya ni hablar del peluquín.
Yo era de los invisibles, pasaba de todos y todos pasaban de mi, y tan a gusto. Solo hablaba con una chica que yo pensaba que seguía siendo la novia de un colega pero lo acababan de dejar, y ella me decía "ya se te nota eh? Vaya brazos" Está muy buena esa chica, me alegraba la mañana. Tonteaba pero sin calientapollismo, era su forma de hacer cumplidos.