Gent blaugrana en los gyms

Al gimnasio al que iba yo a ver pollas como el tobillo de mi abuela fue una vez Rosa López, bastante más menuda en persona a como se ve en la tele. Duró un día, abrumada por la cantidad de subnormales y subnormalas que no paraban de atosigarla.

También había un tío con un solo brazo, nunca le vi hacer dominadas ☹️.

Durante un tiempo estuvo yendo una ciega, joven y con dos tetones importantes. Había que estar constatemente guiándola de máquina en máquina cogida de la mano para que no se descalabrase. En una ocasíon que estaba el gimnasio vacío tuve que acompañarla a los vestuarios. Pensé en quedarme y ver como se desvestía pero al final no lo hice, puta conciencia.

P.D. Yo era como Apofis, siempre entraba como los butes, con la cabeza gacha y sin saludar a nadie. Nunca me tragaron.

También anduvo por mi atalaya de pollas la tal Rosa esa. Tenía un amigo maricón en mi gins y por allí estuvo la penca.

En mi ginlasio también hay un ciego, de los de vender cupones.
 
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Me suena que hubo un hilo parecido en el mancuernas, pero bueno.

Correto. Por si alguno quiere revisionarlo.

 
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En el mío hay un moro tipo refugee de afganistán (aquí hay muchos de esos) que tendrá 18 años y pesará 40kg se parece al ramón ese que se toma 2 o 3 red bull mientras da paseos y hace que boxea contra las máquinas :face: con gorrita para atrás estilo cani 2003 :137:
x1080
 
Como soy heterosexual, no he pisado uno desde la EGB.

No obstante, aún tengo clavado en la pituitaria el aroma a pintura plástica, sudor, cuero, colonia nenuco y sadismo atlético de ese último que pisé. También tengo clavada en la memoria la sonriente imagen delatora de un pequeño hijodeputa rechoncho y malparido.

El cabroncete en cuestión era el capricho adoptivo e importado de Canarias de uno de los profesores, y bien por el abuso de talidomida o de jaco paco de la madre que lo descartó, había mal nacido con solo dos dedos en cada mano. Los meñiques y los pulgares, como si de un eterno surfista se tratase. Recuerdo que escribía con el boli apoyado entre las dos manos, que no era especialmente hábil pillando las cosas al vuelo, y que lo que le faltaba en cantidad de dedos lo suplía con una hipertrofia de los cuatro que le quedaban. Por razones obvias le llamábamos el cangrejo, y pese a su tara se apañaba bastante bien y pegaba buenos pellizcos cuando se chinaba.

Frisábamos una época en la que empezábamos a pegarle fuego ocultos entre la cacharrería deportiva de ese lugar a nuestros primeros e inmundos BNs birlados del bolso de la torda que pretendía enseñarnos a hablar en ingles. Reconvertimos ese espacio de sumisión física a la autoridad docente en nuestro pequeño club de fumadores, y entre clase y clase unos cuantos caballeros nos dedicábamos a departir sobre lo divino y lo humano, a ponernos amarillos entre volutas de adolescente humo, y en definitiva, a dotar de un ápice de dignidad a esa pequeña y gimnástica fragua donde se empiezan a forjar los sodomitas.

Hasta que el puto cangrejo se chotó.

Llegó el chaparrón de mierda, pero como habíamos sido lo bastante hábiles como para recoger las colillas, nada pudo ser probado y aunque bajo la gruesa sombra de la sospecha, salimos bien librados de ese lance. Claro que de esa el soplón quedo marcado con el estigma de la delación, y aun más claro todavía que los planes para lavar tal afrenta empezaron a ser trazados.

De todos es sabido que el criminal vuelve siempre al lugar del crimen, y que si no lo hace, se le ayuda. Dos de nosotros se encargaron, como al descuido, de decir al alcance de los oídos del asqueroso chivato que en el siguiente descanso íbamos a ir echarnos un piti al gimlasio, dejando puesto el cebo sobre el cepo lobero. No pudo la alimaña dejar de asomar por allí las pinzas movido por la tentación de pillarnos en otro renuncio, y frustrado por el poco alcance de su primera y ultima traición.

Allí fué empujado por la espalda por un oculto y vengador justiciero sobre una montaña de colchonetas tapizadas en verde en las que se derrumbó de cara, cubierto y a la vez emparedado con otra de ellas que un par de nosotros arrojó rápidamente sobre su desleal lomo. Inmovilizado y convertido en un sándwich de chatka asomando ridículamente por los extremos su cabeza y sus pies.

Así es como se aprende que la justicia puede llegar a veces y por turnos en forma de dorado néctar sobre tu puta cabeza de crustáceo.

Una vez lavado nuestro honor, amablemente se le advirtió con algún sopapo adicional al pequeño judas que mejor que se lavase, y que en lo sucesivo mejor cerrase la puta boca si quería conservar en su sitio sus cuatro deditos, que nos dábamos por satisfechos y que aquí paz y después gloria.

Sepan disculpar caballeros lo trasnochado de la anécdota, pero es la única que puedo aportar de tales lugares con gentes peculiares.
 
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Pues...

Panchis que se pegan whatsappeando 10 minutos y entrenan 1. (Vamos, que acabas la rutina diaria y ahí siguen en la misma maquina.)

Gente que piensa que las maquinas son suyas y no solo es que acapare una, pilla dos... coges una dado que no aparece y te monta el pitote "estaba yo... "

Las que van a que LES MIREN, literal, mojando mallas con el monitor y a saber...

Las marujas que decir, a grito pelao contando sus tontadas, todas en manadas a zumba.
(Lo horrible y que aun perdura lamentablemente en mi memoria es ver a una jauria de marujas DISFRAZADAS DE ABEJAS para hacer zumba. Si, el gimnasio al que iba tuvo la maravillosa idea de que fuera la gente disfrazada en Carnaval... )

Ya el hilo musical que decir.
En media hora escuchabas a Sabina, Metallica, panchitadas... joder que horror.
 
En el mío había uno que le faltaba la mano; hacia press de banca atándose la barra a una muñequera de cuero
El manco de mi gimnasio sólo usaba las mancuernas, tenía medio cuerpo mazao y el otro medio chuchurrío.
 
En uno al que fui también había un ciego que olía horrible. Como había que ayudarle un poco porque a la que se descuidase se ponía a cagar en el press de banca pensando que era el WC pues acababas hablando con él. Un día le pregunté si era ciego de nacimiento y me dijo que sí y le dije que qué soñaba, si nunca había visto nada qué era lo que soñaba y me dijo que si tanta curiosidad tenía lo mejor sería arrancarme los ojos y así lo sabría yo de primera mano.
No entendió el conceto, el saco de subvenciones ese
La de mi gimnasio tenía media cara como aplastada, supongo que tuvo un accidente de tráfico o algo parecido.
 
Esta es de cuando hacía Karate y compartíamos vestuario con los adictos a los hierros.

Tras acabar la clase me voy con el grupo a la ducha y ahí estaba, un hijoputa sudoroso afeitándose los huevos en la pica del lavabo de los vestuarios, silbando y todo.

Venía el entrenador con nosotros y le soltó un broncazo por puto cerdo, al punto que creí que lo iba a reventar ahí mismo, e hizo que lo banearan de por vida de allí.
 
Yo lo más cerca de entrar a un gimnasio fue mirando culos a través de la cristalera del dir de diagonal glorias.
 
Acabé hasta la polla del gilnasio en el que empecé a entrenar por la turba de gilipollas que iban allí a hacer más vida social que otra cosa. Tirados hablando encima de las máquinas ocupando la mayoría que querías usar y si les decias que si la estaban usando se ponían a hacer el movimiento por inercia sin dejar de hablar con el otro subnormal.
Entre ellos un albañil que iba con el pelo manchado de polvo de cemento y que a la hora que fueses estaba allí por no estar en su casa con la mujer.Decía que queria ser topbox pero no sabía leer con fluidez ni las etiquetas de las marcas de proteina en polvo y se metía en todas las conversaciones ajenas para llevar la contraria y discutir. Acabó echando a la mitad de la clientela hasta que se mudó a la capital para trabajar de guardia de seguridad en un Carrefour cuando la obra se fue a tomar por culo con la crisis.
También iba un ciego al que su mujer lo llevaba hasta la puerta y que al principio todos ayudaban a cambiar los pesos y llevarle de un sitio a otro hasta que a la semana nadie hacia ni puto caso mientras se desgañitaba pidiendo ayuda para ir hasta el vestuario o salir de la prensa de piernas.
 
Yo estuve apuntando en un gimnasio que usaba para ducharme después de salir a correr básicamente. Como iba a mediodía en época de calor iba a la sala, a la sala de spinning o a la piscina. En invierno después de correr sí usaba la sauna/baño turco y las piscinas de contrastes porque te dejaba las piernas nuevas (en aquel entonces corría entre 11 y 20km diarios, los 20 en dos salidas de 10 mediodía y noche). Pues en el baño turco comencé a coincidir con una británica hippie, la típica delgaducha sin muchas tetas. A veces se le salían los pelos del coño. Un día se despelotó y me preguntó si me importaba, que no me importaba, pero nunca he visto una selva más salvaje. Desde entonces si coincidíamos solos la tía a veces se despelotaba porque decía que había confianza. Pero era de lo menos erótico que he visto nunca, un saco de huesos.
 
Allá por el Pleistoceno, cuando se hacía una cosa llamada “mili”, tuve el honor de servir a la patria con una recua de tarados hijos de puta que bien podría configurar la génesis de este cagadero exputalocuriense. Contra toda previsión de condición física, el lugar donde procediamos a henchir nuestro pechos al son de la turuta, órdenes y comandas, estaban acompañado de un – no se lo van a creer- gimnasio con todos sus complementos: plinto, una barra semidoblada, mancuernas de cubo relleno de cemento, un póster de Lo Suaves, otro de Samntha Fox y la inconfudible presencia de Braulio. Braulio no era un muñón ( novato), ni una mascota, ni el camarero de la cantina. Braulio era un ente que velaba y cuasi volaba por todos los soldados que por aquel infecto lugar pasaron en pos de ejercitar sus músculos mas allá del antebrazo. Braulio media un metro de altura, tenía una mirada escrutadora, era un puro desafío a la naturaleza indómita y un cuerpo duro como una semana de arresto. En realidad, mas que duro estaba amojamao porque estaba disecado y se trataba de un mochuelo castellano.

Cada vez que entrabas al egregio lugar de recreo sicomotriz había que cuadrarse ante la fatídica mirada de Braulio. Y luego de haber presentado los respetos al insigne prócer ya podías abandonarte del culturalismo sentadillero. Pobre de ti si olvidabas entregar la sumisión a Braulio: veinte minutos tuvieron a un imcauto de Santoña cantando el himno de Infantería por hacerle el feo a Braulio.

Ah, aquello sí que eran principios sólidos y taxonomícos, y no como ahora que las pausas gimnásticas tienen mas que ver con la necesidad de oxigenar el celebro por haber visto en leggins a una pedorra. Si Braulio viera en que se ha convertido los gimlasios.
 

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No debí haber ido a aquella cena pero me dejé convencer. Intuía que él estaría también allí aunque tampoco era totalmente seguro. Lo había visto casualmente en una ocasión anterior y sabía que también entrenaba en ese gimnasio, aunque por suerte solía acudir a diferente hora y nunca coincidí con él.

En realidad ya lo conocía, habíamos compartido vestuario hacía unos diez años en plena adolescencia (ya con vello en los genitales) cuando fuimos compañeros en un equipo de baloncesto.

Él era un ganador, no tenía vergüenza ni miedo a nada, cuando uno no podía hacer otra cosa que ruborizarse solamente con tener una chica al lado o cruzar un par de palabras con ellas, él contaba historias y anécdotas subidas de tono a ese respecto y probablemente ya la hubiese metido en caliente. Era desvergonzado, astuto, chulesco, despectivo, con una eterna expresión burlona en el rostro, trilero, fiel y leal con sus amigos pero implacable con sus enemigos.

En principio no debíamos ni haber coincidido, pero una lesión le obligó a perderse el inicio de la temporada y por consiguiente no pudo ser elegido en el equipo alfa de los cadetes de esa temporada, viéndose relegado al de los perdedores, entre los cuales me encontraba yo. He dicho perdedores aunque no es del todo cierto, también había algún otro alfa en el equipo con el que hacía buenas migas.

No es difícil imaginar lo que debió de suponer para @turis (lo llamaremos así aunque no es su verdadero nombre) todo aquello. Romperse el tobillo dos veces, tener problemas de espalda y perderse también media temporada. Para colmo un familiar de @turis sin motivo aparente me tomó simpatía. "Tenéis que hacer como eider" "Muy bien eider" "eider juega para el equipo" eran elogios que me dirigía dicho familiar de @turis en algunos partidos.

@turis no pudo soportarlo y la tomó conmigo de forma despiadada. No podía entender como se podía elogiar a un chico como eider. Tímido, rarito, de perfil bajo, con poca confianza en sí mismo y con escasas dotes para el baloncesto. A un chico que nunca lo habían elegido para ningún equipo, que era suplente y no destacaba en nada. Mediocre aunque no pésimo.

Los insultos, los desprecios y las burlas eran constantes. Por suerte dejamos de vernos...

Dejamos de vernos pero nos encontramos unos años después en aquella cena. La cena de un gimnasio de un deporte marcial. Allí estaba él, destacando. Con esa misma sonrisa insolente de años atrás, tenía un par de hijos con dos mujeres distintas e innumerables aventuras, relatos e historias de follador y macho alfa. La conversación en la mesa giraba en torno a él, a su magnetismo y su carisma. Sus chistes y chascarrillos eras secundados por un clamor de carcajadas. A mí apenas nadie me prestaba atención. Tal vez como producto de la incomodidad acabé tirando con el codo un vaso con bebida.

Posteriormente, en un establecimiento de ocio nocturno me vi completamente solo. Se formaron diferentes grupos y corrillos, todos bailaban, reían y alternaban. Yo me quedé en un rincón y traté de pedir un vaso de cubata. @turis se fijó casualmente en mí y al ver que la camarera no me hacía caso me echó un cable con su gracia y donaire hasta que me sirvieron la bebida. Agradeciendo ese gesto pretendidamente amistoso traté de darle algo de conversación y cruzar un par de palabras. Craso error. Después de cruzar dos frases random pude observar a @turis riéndose en mi cara al ver mi situación. Completamente solo, fuera de lugar y tratando de sacarle conversación a un tío que se había cagado en mi puta madre en innumerables ocasiones y que se reía de mí a mandíbula batiente mientras se alejaba nuevamente de mí volviendo con su grupo de amigos.

Decidieron cambiar de local y ahí que se marcharon sin ni siquiera prestarme algún tipo de atención y contar conmigo para nada. Como pude cogí mi abrigo y me dirigí a casa mientras hacía uso del teléfono móvil sin hablar con nadie para disimular.
 
El cabroncete en cuestión era el capricho adoptivo e importado de Canarias de uno de los profesores, y bien por el abuso de talidomida o de jaco paco de la madre que lo descartó, había mal nacido con solo dos dedos en cada mano. Los meñiques y los pulgares, como si de un eterno surfista se tratase. Recuerdo que escribía con el boli apoyado entre las dos manos, que no era especialmente hábil pillando las cosas al vuelo, y que lo que le faltaba en cantidad de dedos lo suplía con una hipertrofia de los cuatro que le quedaban. Por razones obvias le llamábamos el cangrejo, y pese a su tara se apañaba bastante bien y pegaba buenos pellizcos cuando se chinaba.
:121turbo: Digno de Eduardo Mendoza

El personaje más raro que vi en mi ex-gimnasio fue Joaquín Reyes, raro porque se le montan los meñiques de los pies, como a las viejas juanetosas.
 
Calentita, de hace un rato... Un negro (parroquiano habitual), está haciendo sus cosas nazis y lo veo rondando el press banca. Yo sigo con lo mío y veo que monta 40 kilos a cada lado (1 disco de 20 y 2 de 10). Me llama un poco la atención porque, lo poco que he coincidido con él, no le he visto nunca mover esos pesos ni está muy fuerte. No le doy mayor importancia... Hasta que compruebo que del soporte donde se colocan los discos para que los cojan los usuarios mueve varios de ellos para poner ahí el teléfono y que no se caiga. Fija el móvil, se va al banco, coloca las manos en la barra cargada como si fuera a hacer reps, se levanta a los dos segundos, vuelve al móvil, ve que la foto/video sale ok y vuelve a desmontar hasta dejar 20 kilos a cada lado, con los que luego sí tira. Lo comento con el dueño y nos cachondeamos un rato. Él sigue haciendo sus negradas (comer sandía, recoger algodón, etc.) y al rato, veo que repite aquella operación tan ridícula, pero está vez con dos discos de 20 kgs. por lado. Muy Black LoL Matters todo.
 
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Yo llevo un mes en uno de crossfit y gente rara no he visto aún, aunque... en términos gimnasticos me llamó la atención un tirillas enchepao, con piernas como mi muñeca. Me dije que ya veras tú que risa con este cuando se ponga con el peso y tal, el caso es que el tío este empieza a meterle discos... se marca unas series de clean and jerk que me deja flipando, cuando termina todos aplaudiendo y él riéndose con ruidos así como los gorrinos ...

Otra, hace 20 años en el Holygay Gym de Azca... estaba copado al 70% por manfloros. El caso es que en los baños ahí he visto hasta follar en las duchas... tíos dándose por culo, gemidos por todo lo alto, pollas iniestas... había un tío que en la sauna se quedaba en la puerta con todo el cipote largo haciendo de barrera como los tornos del metro, el tío buscaba rozar el nardo a todo el que quisiera pasar a la sauna... si no querías roce le tenías que decir "por favor me dejas pasar?" y se apartaba pero había gente que no, que tiraba para adelante y se llevaba todo el cipotazo en la cadera.
 
Calentita, de hace un rato... Un negro (parroquiano habitual), está haciendo sus cosas nazis y lo veo rondando el press banca. Yo sigo con lo mío y veo que monta 40 kilos a cada lado (1 disco de 20 y 2 de 10). Me llama un poco la atención porque, lo poco que he coincidido con él, no le he visto nunca mover esos pesos ni está muy fuerte. No le doy mayor importancia... Hasta que compruebo que del soporte donde se colocan los discos para que los cojan los usuarios mueve varios de ellos para poner ahí el teléfono y que no se caiga. Fija el móvil, se va al banco, coloca las manos en la barra cargada como si fuera a hacer reps, se levanta a los dos segundos, vuelve al móvil, ve que la foto/video sale ok y vuelve a desmontar hasta dejar 20 kilos a cada lado, con los que luego sí tira. Lo comento con el dueño y nos cachondeamos un rato. Él sigue haciendo sus negradas (comer sandía, recoger algodón, etc.) y al rato, veo que repite aquella operación tan ridícula, pero está vez con dos discos de 20 kgs. por lado. Muy Black LoL Matters todo.

Ese modus operandi se ha normalizado mucho en los gimnasios, más que nada en los comerciales, los de barrio aún guardan un poco de esencia de la old school. En el mio hay uno que rondará los 50 y pico años, para su edad está bien,lo lamentable es que tiene el día de subida hormonal en el que se siente pletórico y se dedica más tiempo a buscar los ángulos para grabarse que a entrenar. En el que estaba antes había otro elemento que tenía este defecto pero a lo bestia unido a que hedia a zorro tanto corporalmente como de vestimenta, ya que los pantalones del sudor de varios días parecían cartón corrugado.
 
Calentita, de hace un rato... Un negro (parroquiano habitual), está haciendo sus cosas nazis y lo veo rondando el press banca. Yo sigo con lo mío y veo que monta 40 kilos a cada lado (1 disco de 20 y 2 de 10). Me llama un poco la atención porque, lo poco que he coincidido con él, no le he visto nunca mover esos pesos ni está muy fuerte. No le doy mayor importancia... Hasta que compruebo que del soporte donde se colocan los discos para que los cojan los usuarios mueve varios de ellos para poner ahí el teléfono y que no se caiga. Fija el móvil, se va al banco, coloca las manos en la barra cargada como si fuera a hacer reps, se levanta a los dos segundos, vuelve al móvil, ve que la foto/video sale ok y vuelve a desmontar hasta dejar 20 kilos a cada lado, con los que luego sí tira. Lo comento con el dueño y nos cachondeamos un rato. Él sigue haciendo sus negradas (comer sandía, recoger algodón, etc.) y al rato, veo que repite aquella operación tan ridícula, pero está vez con dos discos de 20 kgs. por lado. Muy Black LoL Matters todo.
La próxima, hacerse una fotografía haciendo como que lee un libro.
 
Ese modus operandi se ha normalizado mucho en los gimnasios, más que nada en los comerciales, los de barrio aún guardan un poco de esencia de la old school. En el mio hay uno que rondará los 50 y pico años, para su edad está bien,lo lamentable es que tiene el día de subida hormonal en el que se siente pletórico y se dedica más tiempo a buscar los ángulos para grabarse que a entrenar. En el que estaba antes había otro elemento que tenía este defecto pero a lo bestia unido a que hedia a zorro tanto corporalmente como de vestimenta, ya que los pantalones del sudor de varios días parecían cartón corrugado.
No, si lo del teléfono y eso ya ni me hace fijarme (y eso que en mi gins, como usted dice, aún no está muy extendido), lo que nos ha hecho jij es lo de montar, posar y desmontar... Y dos veces además.

A ver, que es negro, bastante tiene ya con lo suyo...

Edito: @FUMANCHU, daría risa que fuera El Libro de la Selva. O Cotton Club. Bueno, más risa daría que supiera sujetarlo correctamente... Sin cagarse encima.
 
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Jijij, polla Iniesta, jijiji

ENHIESTA, ME CAGO EN MI VIDA, ENHIESTA, CON HACHE INTERCALADA.

enhiesto, ta
Del lat. infestus 'levantado'.

1. adj. Levantado, derecho.


Toda la vida desasnando.
Creía que se daba por hecho en este sacrosanto foro que escribir polla iniesta realmente uno se refiere a polla enhiesta.
 
Anécdotas buenas no tengo. Hay un hombre de unos cincuenta y pico años que va con auriculares y se pone a cantar un poco mientras se mueve como si bailase. Dá un poco el cante pero ya siendo habitual uno ni se extraña.
Las típicas tias que están cañón y entrenan con top tipo bikini de playa y mallas que acaban justo en el culo. Haciendo mamadas a mi vecino o otros ejercicios... despistan al personal.
 
Anécdotas buenas no tengo. Hay un hombre de unos cincuenta y pico años que va con auriculares y se pone a cantar un poco mientras se mueve como si bailase. Dá un poco el cante pero ya siendo habitual uno ni se extraña.
Las típicas tias que están cañón y entrenan con top tipo bikini de playa y mallas que acaban justo en el culo. Haciendo mamadas a mi vecino o otros ejercicios... despistan al personal.

Hay un hilo llamado el harte de la fotoninja, esperamos que hagas acopio de todo tu valor y pases las instantáneas de dichas zorritas, de nada.
 
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