Ayer escuché en la radio la cosa más sensata de todas cuantas se han dicho estos días, y ha habido muchísimas (¡hasta mi Arcadi se ha metido a suegra!): «El debate acabará cuando juegue Casillas». Efectivamente yo también lo creo. Incluso, como se añadió después, que debe jugar aunque esté mejor otro. En realidad todos los problemas del Madrid se acabarían si el club hiciese lo que le ordena la gente que lo odia, pero pasan los años y sigue esa manía de tener a un entrenador en el banquillo, con lo fácil que es llamar a un hincha del Atlético para que diga a quién fichar, a quién poner y a cuánto vender las entradas en Segunda.