Lo que algunos hemos encontrado en el gimnasio, otros lo encuentran montando en bici, haciendo escalada, yoga o diseñando páginas web. Me sorprende y entristece que haya tanta gente negándose a verlo solamente para justificar su pereza.
Os voy a decir una cosa que creo que ya he dejado caer más de una vez, el levantamiento de pesos es uno de mis deportes menos favoritos. Pero es que amo el deporte, en cada cosa que hago en mi vida, busco una analogía con él y la competición para verle sentido.
A lo mejor si nos ponemos profundos resulta que sí, que necesito una aprobación y una recompensa en forma de reconocimiento porque de pequeño me inculcaron que era así como se conseguía la atención paterna. Pero el resultado es que cuando he participado en una competición, de lo que sea, sólo lo he hecho por GANAR.
Sin embargo, a lo largo de los años, he recibido más palmaditas en la espalda y más atención cuando he perdido que cuando he ganado, más consuelo y más premio cuando he fracasado. Así se educa hoy día, así parece que algunos hasta se creen con la razón cuando tiran por tierra la
dedicación extrema de quienes tienen muchos más arrestos que ellos. Palabras, muchas palabras.
Ese tío es un ciclao, ese es un empollón, ese otro es un friki...
La vida cotidiana en sociedad es un martillo para el alma. El trabajo, las mujeres, la familia, te forjan una personalidad que te encasilla y te tiene preso de un molde que sabes que no está hecho para ti. Cuando bates un récord, cuando haces algo mejor que el día anterior, tu cuello se endereza un poco más, ves un poco más guapo a ese tío del espejo y algo en su mirada te dice "Que se jodan los que dijeron que no se podía. Y ¡que se jodan mañana otro poco más!".
Miguel Ángel rebuznó:
Me parece cojonudo que no os gusten las pesas, me parece de puta madre que argumentéis que el deporte no sirve para nada. A mí me ha servido para no perder la cabeza tras días enteros entre cosas que pensé que nunca podría aprender, me ha servido para recorrer en paralelo el camino de mis estudios y de mi vida personal, me ha recordado que cada gota de sudor derramada es un paso hacia un bien mayor.
Quizá otros lo logren a través del trabajo o de las clases de salsa, lo que tengo claro es que yo no voy a ir a un foro de baile a decirles que pierden el tiempo y que sus aspiraciones son vacuas y únicamente orientadas al apareamiento, porque si hay algo que nunca voy a tener la desvergüenza de criticar, es la constancia y la pasión por lo que se hace.
Levantar un kilo más que el día anterior no te hace mejor persona. Recorrer un km más en bici que el día anterior no te hace mejor persona. Salvar otra vida más en un quirófano no te hace mejor persona, tampoco. Pero dedicar un esfuerzo continuo e imparable a convertir la mejora en un hábito y la superación en una constante,
SÍ TE HACEN MEJOR, que no os quepa la más mínima duda.
Si no sois capaces de empatizar con esto, si no os da al menos un poco de rabia estar leyéndome en lugar de estar siendo
MEJORES que ayer, os compadezco profundamente.