34 kilómetros cuadrados de escenarios, más de 1500 personajes y más de 300 horas de juego (350 en la versión 360). Este martes tuve oportunidad de jugar 4 horas en las oficinas de Take Two a la versión de Xbox 360, y aún me estoy recuperando de la impresión de todo lo que he visto. ¿Quieres saber por qué?
El salir de una alcantarilla y encontrarte frente una pantalla HD de 32”, deslumbrado (literalmente gracias al HDR) viendo un paisaje bucólico y casi fotográfico, ha sido uno de los momentos que más me ha impactado desde que estoy en esta Revista Digital. Y es que si por algo se caracteriza este juego es porque continuamente piensas “¡Pero si parece real!”. Pero no sólo eso, dista mucho de ser sólo un cascarón con gráficos bonitos, su extensión, su variedad de posibilidades, de opciones, de misiones, lo convierten como mínimo en uno de esos juegos eternos y rejugables
El mundo virtual nunca fue tan real, bienvenidos a Oblivion.
Y es aquí cuando comienzan las sorpresas y vemos que este juego es lo que prometía, un juego enorme en todos los sentidos, que marca un antes y un después. Nada más salir de la alcantarilla nos hayamos en un bosque enorme, con montañas y un lago. A nuestro alrededor contemplamos cómo el viento mece las hojas de los árboles, las plantas del suelo, los pájaros y animales hacen su vida y reaccionando según nos acercamos... todo a nuestro alrededor logra trasmitir la sensación de que realmente nos encontramos allí.
Llegamos a la ciudad y empezamos a vagar por ella, aquí vemos asombrados cómo comienza a anochecer y toda la ciudad se vuelve rojiza. Observamos cómo los ciudadanos y los guardas hacen su vida, tienen conversaciones, nos miran con recelo e incluso desprecio (aunque según suba nuestra fama eso cambiara) e incluso nos saludan y hablan con nosotros. Es curioso por ejemplo cómo esto se realiza de una manera aleatoria, es decir, podemos cargar y volver a pasar por el mismo sitio, en el mismo momento y no escuchar la misma conversación (o ninguna) de la anterior carga. Podemos hablar con todos ellos, y de cada uno podemos sacar información interesante e incluso algunos nos encomiendan pequeñas misiones
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El juego consiste en elegir las opciones que aparezcan más rellenas y ver el efecto que conseguimos, si le gusta veremos que su cara se hace más amable y él numero sube y de lo contrario veremos gestos de ira, indignación o incluso nos hará callar. Si nos ganamos su confianza podemos incluso conseguir regalos, aunque lo más común son rumores que nos dan información de todo tipo, yo por ejemplo conseguí que un pastor me regalase un caballo.
Podemos vagar por cientos de mazmorras.., (...) luchar en torneos, convertirnos en lo que queramos y para cada una de las cosas, los chicos de Bethesda han pensando cómo hacerlo.
El juego tiene una barbaridad de detalles, que a buen seguro nos crearán cientos de anécdotas mientras lo jugamos. Por ejemplo, mientras íbamos a caballo, vimos cómo un hombre corría sin que supiésemos bien por qué, resultó que lo estaba persiguiendo un lobo, al vernos, el lobo nos prefiere a nosotros y comienza a perseguirnos, hasta que llegamos a una aldea y vemos como, en función de su rango y poder, actúan sus habitantes, unos huyendo, otros pidiendo ayuda y otras haciendo frente a la amenaza, dejando finalmente al lobo muerto y a la persona que salvamos (sin querer) eternamente agradecida.
Otro ejemplo: Se nos ocurre robar una lechuga y al descubrirnos somos denunciados, el guarda nos ofrece pagar una multa, resistirnos (un suicidio en nuestro nivel) o llevarnos a la cárcel, elegimos pagar y nos llevan arrestados a la ciudad, donde nos quitan todos los objetos robados y nos hacen pagar la multa.
En definitiva, un juego donde casi todo pasa como tiene que pasar y donde todo parece discurrir como debe, las personas se comportan con naturalidad, los enemigos reaccionan correctamente y los animales interactúan con nosotros (quizás los lobos nos persiguen demasiados kilómetros).