Hilo Oficial Forobroncochat - ¿Pero esto qué es? ¿PERO ESTO QUÉ ES?

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Olav Gunnar rebuznó:
Panderettos manipulando

Pedro jETA y el periodismo de manipulación

Nada nuevo bajo el sol.

Noticias frescas!!! Anda que no tiene tiempo eso, por lo menos tres semanas que en tiempo internautico es mucho. Lo gracioso es que el personaje este dijo que la foto era de "pulitzer", pa cagarse.

Seguir a Pedro J. por twitter es fundamental porque por un lado es un comunicador cojonudo y por otro es un manipulador increible, hay que seguirlo sabiendo lo que hay porque por desgracia hay mucha gente que lo sigue tomando como dogmas de fe lo que suelta por su teclado (boquita). Tiene una cosa positiva y es que retuitea hasta cosas negativas que dicen contra el.
 
malgusto rebuznó:
Noticias frescas!!! Anda que no tiene tiempo eso, por lo menos tres semanas que en tiempo internautico es mucho. Lo gracioso es que el personaje este dijo que la foto era de "pulitzer", pa cagarse.

Seguir a Pedro J. por twitter es fundamental porque por un lado es un comunicador cojonudo y por otro es un manipulador increible, hay que seguirlo sabiendo lo que hay porque por desgracia hay mucha gente que lo sigue tomando como dogmas de fe lo que suelta por su teclado (boquita). Tiene una cosa positiva y es que retuitea hasta cosas negativas que dicen contra el.

Si le hablañs de Exuperancia Rapú, ¿también contesta?:lol:
 
Graciasporvenir rebuznó:
Si le hablañs de Exuperancia Rapú, ¿también contesta?:lol:

Lo dudo :D, siempre en temas de politica, noticias, etc... Porque yo mas de una vez le he preguntado si su mujer ha sacado alguna linea de corses dedicado a su persona y no me contesta :lol:
 
malgusto rebuznó:
Lo dudo :D, siempre en temas de politica, noticias, etc... Porque yo mas de una vez le he preguntado si su mujer ha sacado alguna linea de corses dedicado a su persona y no me contesta :lol:

Pregúntale un día si su mujer folla igual que diseña.
 
1984 reload rebuznó:
Pero vamos la discusión valenciano vs catalán es hilarante para culaquiera que viva en zona "fronteriza"y analice el fenómeno lo mas objetivamente posible, sin sectarismos ni "visceralismos".
Mas que hilarante es una pelea a cabezazos entre provincianos de la misma ralea. Una mezcla de ascopena que en realidad no importa a nadie que no viva del pesebre nacionalista y de derechas.

Valenciano = derechas

catalán = izquierdas
Supongo que será una broma, a estas alturas no hay nadie que se crea eso del izquierdismo catalán.

No hay mas ¿de que los yayos derechistas del norte de Castellón defenderian el castellano con tanto ahínco si ni siquiera saben hablarlo?

Pero vamos las dos Españas again and again and again.....
Solo en este país de mierda pasa algo así, que haya gente ensalzando lenguas provincianas que sirven para poco mas que optar a parásito funcionarial. :face: :93

Siendo el inglés la lengua franca internacional, y tanto el francés como el alemán lenguas muy útiles e incluso imprescindibles, tanto por proximidad como por necesidades laborales.

Dejad a los catetos que se rompan la cabeza entre ellos, cuantos mas se maten y antes lo hagan mejor para todos los demás ciudadanos sensatos.

De hecho estando las cosas como están, y si uno se lo puede permitir, sale mas a cuenta intentar trabajar en el extranjero que en Madrid, Barcelona, o las Vascongadas.
 
Head_Dancer rebuznó:
Supongo que será una broma, a estas alturas no hay nadie que se crea eso del izquierdismo catalán.
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Es lo que venden tanto los hunos como los othros y les funciona estupendamente oija: tanto a un lado como al otro del Rio Sénia hay hordas de chupopteros que instrumentalizan la lengua y enfrentan catetos entre si apartandolos de los autenticos problemas del territorio.

Un populismo de choripan similar al chilenos vs argentinos / colombianos vs venezolanos.

No se si en otras zonas hay una fractura social similar (aparte del PV y Navarra)
 
De un comentarista de noticias de Púbico:

Bonito del Norte 03-10-2011 13:24

Pese al maniqueismo de muchos, el Pueblo norteamericano es en muchos casos admirable.

Creo que nos van a dar a los del 15M muchas lecciones.

Por cierto, compañeros del 15M, cuando la policia cargue, no hay que salir corriendo despavoridos.. Permanece quieto en tu sitio y se chocarán contigo, pero ya no se chocará con el que ocupa la 2ª fila, la 3ª fila, la 4ª ...

De esa manera se paran. Si para querer avanzar a disolver se ponen a aporrear a gente en el suelo, ya sabeis, a grabar. Eso provocará la indignación de cualquier ciudadano de bien, y lo podrán hacer una, dos veces, no más.

NO CORRER CUANDO AMAGUEN O CARGUEN. QUE APECHUGUEN CON SU VERGÜENZA Y QUEDEN EN EVIDENCIA.

De verdad, en todos los movimientos que se producen en el Mundo, no he visto correr tanto a los manifestanttes a la menor señal de violencia policial. Eso se para permaneciendo en tu sitio. Sí, nos van a pegar a dos, a 14, a 125, y esto una o dos veces, pero así se los para. El que no se hace respetar es carne de cañón.

APARTE, ESO DE SALIR CORRIENDO DEBILITA ENORMEMENTE TODA LA RAZÓN QUE TIENES Y TE QUITA MORAL.

Lo dicho, atentos a la evolución del movimiento en USA, creo que nos van a dar muchas sorpresas, yo espero buenos acontecimientos. Y además, que nos enseñen muchas cosas.

Hay una izquierda en ese país que ya quisiéramos en España y en Europa. Mis simpatías a esa izquierda consciente.

Lol, me ha recordado a la yonkarra que perseguía al notas ese de "auxili!", que cada vez que el tio giraba la cabeza para mirar si la seguían salía por patas.
 
condrossam rebuznó:
Al parecer, sólo el herrenvolk alemán tenía el derecho:lol: a invadir y sojuzgar a otros pueblos.

No mi rei no, es al reves, al parecer solo Alemania no tenía derecho a invadir a nadie. Porque los aliados eran todos potencias coloniales que cometían genocidios a lo largo y ancho del mundo entero al que tenían sojuzgado, antes, durante y despues de la guerra.


condrossam rebuznó:
A tu führer le importaban tres pepiños los eslovacos y las minorías húngaras, polacas y ucranianas, excepto como instrumentos de su política imperial.

So what? Pero le importaban las minorías alemanas.

"Si el principio de libre determinación hubiera sido lealmente empleado con Alemania, los Sudetes, Austria, Dantzig, el Corredor y diversas partes de Polonia hubieran debido ser incorporadas al Reich".
Lord Lothian

Philip Kerr, 11th Marquess of Lothian - Wikipedia, the free encyclopedia



condrossam rebuznó:
Ucrania no era un país independiente en aquella época.
¿Quién se supone que presentó quejas en su nombre?

Una nación no independiente puede hacer muchas cosas, hasta puede declararle la guerra a la primera potencia mundial:

judea20declares20war20-800px.jpg


Qué atrevidos ¿no? Qué valientes, siempre de frente y en desventaja, como en los tiempos de David el gnomo.


condrossam rebuznó:
FAIL.
Los polacos ocuparon ese territorio DOS DÍAS DESPUÉS del Pacto de Munich.
No hicieron más que sacar tajada de una situación provocada por Hitler.

Hay cosas que no se pueden explicar con uno o dos párrafos:
Checoslovaquia fue creada en Versalles. Para formar el extraño «salchichón» checoslovaco fue necesario colocar a 3.600.000 alemanes, 800.000 húngaros, 500.000 ucranianos, 806.000 polacos y 2.500.000 eslovacos bajo la despótica soberanía de 6.000.000 de checos, que representaban aproximadamente el 43% de la población del artificial Estado y ocupaban un territorio equivalente al 40 % del área total del mismo.

Checoslovaquia había sido creada con una única finalidad: servir de portaaviones contra Alemania. No se trata de una simple frase de propaganda alemana: en la Memoria 1ª de la delegación Checa en Versalles, se decía, sin tapujos: «La situación especial de Checoslovaquia convierte a esta, necesariamente, en la enemiga mortal de Alemania». Clemenceau, Poincaré, Briand y Pierre Cot, ministro francés del Aire, habían en diversas ocasiones manifestado que Checoslovaquia estaba destinada, en caso de guerra, a servir de base desde la que se podría bombardear, con toda facilidad, a Alemania.
Lloyd George fue el primer político en reconocer (Discurso pronunciado en el Guildhall, de Londres, el 7 de octubre de 1928) que "toda la documentación que nos fue proporcionada por ciertos aliados nuestros en Versalles, era falsa y tendenciosa. Sobre todo, en los casos checoslovaco y polaco, dictaminamos basándonos en flagrantes falsificaciones".


Alemania y Austria, así como Hungría, se habían negado siempre a reconocer las fronteras checoslovacas, y el Consejo Nacional de Ucrania había reclamado, repetidamente, a Benes, que reconociera el derecho de autodeterminación a la Rutenia Transcarpática. Polonia, por su parte, presentó varias reclamaciones a propósito de la comarca de Téscheno. En cuanto a los eslovacos, cordiales enemigos históricos de los checos, reclamaban igualmente su autonomía interna y hasta su separación pura y simple del artificial Estado en que habían sido integrados por la fuerza. El mismo Massaryk reconocía (Jan Massaryk: La résurreetion d´un état.) que, mientras una minoría de eslovacos deseaban ser incorporados a Rusia o a Hungría, la gran mayoría aspiraba a la independencia nacional, pero que, de hecho, el eslovaco partidario de una unión con Chequia (Bohemia y Moravia) era una especie muy rara.

Preciso es rendirse a la evidencia de que, de entre las muchas arbitrariedades cometidas en Versalles, la invención del Estado checoslovaco ocupaba, al lado del «Corredor» de Dantzig, el lugar de honor. El mismo Tardieu, el más acérrimo defensor de las secuelas de Versalles reconocerá (Gringoire, 23 noviembre 1938):
«Los Aliados no crearon a Checoslovaquia por sí misma, sino para levantar una barrera contra el germanismo.»
Y Lansing, secretario de Estado norteamericano, dirá, el 1º de abril de 1919, en Versalles:
«La delimitación de las fronteras en función de su valor estratégico y bélico, como se ha hecho en los casos checoslovaco y polaco, se opone al espíritu esencial de la Sociedad de Naciones y de la política de los Estados Unidos, según ha sido expresada por boca del presidente Wilson».


La propaganda de Benes y Massaryk, apoyados por la Prensa anglofrancesa pretendió demostrar que las reivindicaciones alemanas sobre los Sudetes no tenían otro fundamento que las invenciones hitlerianas. Nada más falso. Ya en 1880, los alemanes sudetes, entonces bajo soberanía austrohúngara, habían reclamado su Anschluss con el Reich, molestos por la política proeslava del emperador Francisco-José. En 1931, Conrad von Heinlein, organizó el frente nacional de los Sudetes, que reclamaban el cumplimiento de las promesas hechas por Benes cuando, en 1919, garantizaba la autonomía interna a las minorías nacionales de Checoslovaquia (recordemos que tales minorías representan, juntas, el 57% de la población y ocupan las dos terceras partes del territorio), promesa ratificada legalmente en la Constitución del Estado checoslovaco.

Heinlein que, al igual que su contemporáneo en Austria, Seyss-Inquart, no era miembro del N.S.D.A.P., había logrado constituir un Partido político que, con sus 57 diputados y más de 200.000 afiliados era, con mucho, el primer Partido político de Checoslovaquia. Esa fuerza política se había constituido a pesar de las medidas arbitrarias e ilegales de los señores Benes y Massaryk y de las represiones de la soldadesca checa. El 4 de marzo de 1919, por orden personal de Benes, las tropas ametrallaron a las manifestantes alemanes que reclamaban su derecho a estar legalmente representados en el Parlamento (Praga había invalidado las elecciones, que habían representado un triunfo para Heinlein).

Cincuenta y dos alemanes sudetes fueron asesinados, sin que la conciencia universal encontrara motivo suficiente para sus llantos. ¡Paradójica situación en verdad! Los alemanes sudetes, amparándose en la Constitución del Estado checoslovaco, solicitan la autonomía interna. El tal Estado se niega. Se celebran las elecciones generales, y el frente nacional de los Sudetes logra una mayoría aplastante en su región -el 93% de los votos emitidos- y la mayoría relativa en todo el territorio del Estado. A Conrad von Heinlein le corresponde presidir el nuevo Gobierno, los alemanes de Checoslovaquia deben administrarse a sí mismos. Esto es pura democracia. Pues bien: el democrático Benes anula las elecciones, y cuando los alemanes se manifiestan en protesta pacífica, la soldadesca checa dispara contra la multitud.

El dictador Hitler pide que se respeten los resultados de las elecciones, y los políticos democráticos de Londres, París y Moscú, apoyan a Benes. Los alemanes de los Sudetes envían veintidós notas de protesta a la Sociedad de Naciones, que se limita a archivarlas sin tomar resolución alguna.
En Praga «reina», el déspota absoluto, Votja Benes, el artífice de la pequeña Entente. Su historia política está jalonada de favores al bolchevismo, En 1920, en ocasión del ataque de la U.R.S.S. contra Polonia, Votja Benes que, por otra parte, suministraba armamentos a los soviéticos, prohibió el paso a través de Checoslovaquia de los convoyes de armas y municiones enviados por el almirante Horthy desde Hungría: si Rumania no hubiera permitido el tránsito y contribuido con su propia ayuda, la contraofensiva de Pilsudski a las puertas de Varsovia hubiera fracasado, y Polonia hubiera sido bolchevizada ya entonces.

Más adelante, Benes es, con Titulesco, el artífice de la admisión de la U.R.S.S. en la Sociedad de Naciones... Después, ayudará a limar aristas entre Litvinoff y el ministro francés Alexis Léger, facilitando la firma del pacto francosoviético. El 16 de mayo de 1935, firmará con el judío Alexandrowski, embajador soviético en Praga, un tratado de asistencia mutua entre Checoslovaquia y la U.R.S.S., calcado del pacto suscrito entre Léger y Litvinoff unos meses atrás. Finalmente, Benes morirá a manos de los verdugos soviéticos, que él más que nadie contribuyó a instalar en Praga. ¡Así paga Moscú! El 24 de abril de 1938, Conrad Heinlein anunció, en Carlsbad, las reivindicaciones de los alemanes sudetes, las cuales, por otra parte, no contenían nada que no estuviese garantizado por la Constitución checa. Benes, que debe afrontar las demandas de las minorías húngara y ucraniana, aparte de la presión exterior de Polonia sobre Téscheno y el malhumor de los eslovacos quiere salvar la situación, aplazando las elecciones hasta el 22 de mayo. Pretende, durante este tiempo ganado, obtener garantías formales por parte de Francia, Inglaterra y la U.R.S.S. Stalin es formal en su respuesta: ayudará a Checoslovaquia si los Estados occidentales lo hacen a su vez. El zar rojo no quiere la guerra con Alemania, y menos si debe hacerla sólo, pero no le desagrada la idea de que Inglaterra y Francia se metan en el avispero checo y se enzarcen en una lucha a muerte con el Reich.

Massaryk y Benes declaran al Times de Londres -que, aún en el caso de que el 100 % de los alemanes sudetes pidan, democráticamente, el Anschluss con Alemania, Checoslovaquia se opondrá a ello, con las armas, si es preciso. La respuesta de Hitler es inmediata. Invita a los Gobiernos británico, francés e italiano a hacer de árbitros en la cuestión. Significativamente, Hitler deja fuera de tal arbitraje a Moscú.

Chamberlain, Primer Ministro británico, acepta en el acto la propuesta del Führer. Chamberlain es, probablemente, el último Premier auténticamente británico que tendrá Inglaterra, en el sentido de que para él sólo cuenta el interés de las Islas. Político realista, siente el máximo desprecio por las transitorias ideologías; no tiene ningún interés en organizar «cruzadas antifascistas», de las que entrevé que el único beneficiario será el comunismo. Hablando en los Comunes de la cuestión checa, Chamberlain dirá que, en buena lógica democrática, no puede negarse a los alemanes de los Sudetes el derecho a disponer de sí mismos de la manera que mejor les plazca. Las demandas de Hitler se basan no sólo en una razonable lógica y en principios absolutamente democráticos, sino incluso en los términos del propio Tratado de Versalles, cuyo articulo 19 prevé la solución de los conflictos que se planteen mediante el recurso de los plebiscitos populares".

Hitler y Chamberlain se entrevistan en Berchtesgaden. El Premier británico recibe, días más tarde, en Londres, al presidente del Consejo de Ministros francés, Daladier, y a su ministro de Asuntos Exteriores, Bonnet, para estudiar en común el caso checo. Chamberlain y Daladier publican un comunicado conjunto, en el que, entre otras cosas, se manifiesta que «...estamos de acuerdo en que, después de los recientes acontecimientos, se ha llegado a un punto en el cual... ya no puede continuar efectivamente la permanencia de los territorios Sudetes dentro del Estado Checoslovaco, sin poner en serio peligro la paz de Europa. Ambos Gobiernos han llegado a la consideración final de que el mantenimiento de la paz y la seguridad de los intereses vitales de Checoslovaquia no pueden ser garantizados a no ser que la región de los Sudetes sea incorporada al Reich».

Al día siguiente, estas proposiciones francobritánicas se transmiten a Praga, que las acepta «con el corazón dolorido».
Hitler y Chamberlain celebran una segunda entrevista en Godesberg. Chamberlain propone unos plazos de entrega muy largos. La región de los Sudetes deberá ser cedida a Alemania al cabo de varios meses. Hitler no acepta. Teme que Benes utilice a los civiles de los Sudetes como rehenes; en los últimos días se han producido violentos choques entre el Ejército y la policía checos y la población civil en Carlsbad. Más de cincuenta mil alemanes han abandonado sus hogares. Hitler, acusa a Benes de tergiversar, una vez ha dado su acuerdo para la devolución de los Sudetes al Reich.

El Führer escribe a Chamberlain:
«Su Excelencia me confirma que la base del acuerdo de la cesión de los territorios de los Sudetes alemanes ha sido débilmente aceptada. Lamento tener que recordar a Su Excelencia que el reconocimiento teórico de derechos, a nosotros, los alemanes, se nos ha efectuado en numerosas ocasiones anteriores a ésta. En 1918 se firmó el Armisticio sobre la base de la aceptación de los catorce puntos del presidente Wilson que fueron reconocidos fundamentalmente por todos. Pero más tarde fueron violados de un modo humillante al llevarlos a la práctica. Lo que a mí, me interesa, Excelencia, no es el reconocimiento de unos derechos y de que estas regiones sean cedidas al Reich, sino solamente la puesta en práctica del acuerdo que ponga fin a los sufrimientos de las desgraciadas víctimas de la tiranía checa, que esto se haga lo más pronto posible y que, por otra parte, se cumpla con la dignidad de una gran potencia.»
Chamberlain se entrevista nuevamente con Hitler. Cuando se hallan en plena discusión, llega un telegrama anunciando que Benes acaba de dar, por radio, la orden de movilización general del Ejército checoslovaco. El Consulado británico en Praga interviene, y es retirada la orden de movilización, pero esto no anula los efectos de la «gaffe» de Benes. Éste intenta un nuevo aplazamiento de las elecciones generales, pero Chamberlain le aconseja desistir, pues, de lo contrario, no puede asegurar que logrará frenar la impaciencia de Hitler. Las elecciones tienen lugar en los días fijados: el éxito de los alemanes sudetes es total. A pesar de las medidas coercitivas empleadas por el Gobierno checo, logran el 91,5 % de los votos alemanes. El 70 % de la población eslovaca ha votado por los nacionalistas del padre Tisso; en Rutenia y Teschen, donde las minorías ucraniana, húngara y polaca no presentaban candidaturas propias, las abstenciones son del orden del 60%. A pesar de que la importante minoría israelita ha votado en bloque por el Partido gubernamental, el fracaso del dúo Benes-Massaryk es absoluto.

Benes se muestra, ahora, dispuesto a entrevistarse con Chamberlain y su ministro de Asuntos Exteriores, Runciman, que, primero, visitan a Hitler en Berchtesgaden. El Führer se limita a pedir que los demócratas de Praga cumplan con su propio credo político y apliquen los resultados de los sacrosantos comicios populares. Afirma que ya ha tenido demasiada paciencia con los señores Benes y Massaryk y que no piensa seguir tolerando que los checos continúen asesinando indefensos civiles alemanes. No obstante, acepta los buenos oficios de Inglaterra para que ésta convenza al Gobierno checo de la necesidad de devolver, de una vez, los Sudetes a Alemania. Simultáneamente, Polonia y Hungría presentan sus reivindicaciones a Praga.

El Consejo Nacional de Ucrania pide la autonomía interna para la Rutenia Transcarpática. El artificial Estado inventado en Versalles hace aguas por todas partes. Pero Benes, hombre de recursos inagotables, pretende todavía ganar tiempo. Ahora propone a Hitler y a Chamberlain que la cuestión de los Sudetes sea llevada ante el Tribunal Permanente de Justicia Internacional de La Haya. El embajador británico, Sir Basil Newton, visita a Benes en su domicilio y le notifica que, si a consecuencia de la actitud equívoca de su Gobierno estalla un conflicto europeo, Inglaterra considerará que no se halla obligada a asistir a Checoslovaquia, a pesar del Tratado de mutua ayuda que las une. Benes recibe, a continuación, a los jefes del Ejército checoslovaco, que le traen malas noticias. Hitler se ha entrevistado con el presidente del Consejo de Hungría, Bela Imredy, mientras Goering y el regente Horthy se encontraban en Raminden. El gobierno polaco ha enviado una nota a Londres, París, Roma Y Berlín. haciendo saber que reivindica la posesión de la Silesia de Tescheno. En caso de conflicto, Checoslovaquia sería atacada desde tres lados diferentes, mientras, en el interior, la actitud de los ucranianos de Rutenia y de los propios eslovacos es cada vez más hostil. Los militares aconsejan pues la aceptación del plan anglofrancés que ya ha sido aprobado por Hitler. Checoslovaquia perderá los Sudetes y concederá amplia autonomía interna a las zonas fronterizas con Hungría y Polonia. Benes accede. Mejor dicho, lo hace ver.

Una vez aceptado el principio de la devolución del territorio de los montes Sudetes a Alemania, Chamberlain y Hitler se entrevistan de nuevo, en Godesberg, con objeto de fijar los límites exactos de la nueva frontera. El Führer propone que se celebre un nuevo plebiscito y que sea éste quien decida. Una vez celebrados los comicios, la Wehrmacht procederá a ocupar los territorios que se hayan pronunciado por el Anschluss con Alemania.
Chamberlain propone en Godesberg, que la ocupación de los territorios en litigio no se realice inmediatamente, para dar tiempo a la minoría checa de los Sudetes y a los funcionarios del Estado checoslovaco a partir, si así lo desean. Pero cuando Hitler y Chamberlain parecen a punto de llegar a un acuerdo, surge una nueva maniobra de Praga. El Gabinete Hodza dimite y Benes asume legalmente, los plenos poderes.

La primera medida de Benes desde su nuevo cargo consiste en rechazar el proyecto Chamberlain, que ya había sido aceptado por todos los interesados. incluyendo el anterior Gobierno de Praga. He aquí un nuevo motivo para que Hitler insista en sus pretensiones de ocupación inmediata. Si se pierde más tiempo, Benes y su Gobierno complicarán aún más la situación y sin duda utilizarán como rehenes a los civiles alemanes de Checoslovaquia. En vano protesta Chamberlain de su buena fe, «Su buena fe es una cosa, y su influencia sobre Benes es otra, mi querido Primer Ministro», le responde Hitler.

Ante la estupefacción de la delegación británica que acompaña a Chamberlain, Hitler hace oír a sus huéspedes los discos en que se han registrado las conversaciones habidas entre Benes y el embajador soviético en París, Rossenberg. Resulta que la política exterior de Praga es dirigida telefónicamente, por los señores del Kremlin, vía París. He aquí por qué Hitler quiere terminar de una vez el «affaire» checoslovaco. Chamberlain acepta. ahora, «casi» todo. Pero existe una discrepancia: Hitler exige un plebiscito en todo el territorio checo, y no solamente en la región de los montes Sudetes. Como los checos sólo representan el 43% de la población de «su» Estado, el plebiscito en todo el territorio significa el fin de Checoslovaquia. Pero significa también la estricta aplicación de los principios democráticos. Chamberlain pregunta a Hitler qué porcentaje de votos consideraría él necesarios para adjudicar un territorio checoslovaco a uno de los Estados reclamantes, es decir, Alemania, Polonia y Hungría. Sin contar a los nacionalistas ucranianos y eslovacos. El Führer responde que se halla muy sorprendido de que tal pregunta se la formule un estadista democrático. Para él, de toda evidencia la mitad más uno de los votos son suficientes. Aparece, así, como muy probable, que los partidarios de la intangibilidad del Estado checoslovaco serán puestos en minoría incluso en Praga, la capital del Estado, donde residen muchos alemanes, ucranianos y eslovacos.

Pero la desaparición de Checoslovaquia, que sería una catástrofe para Moscú, representada, igualmente, un durisimo golpe para la City, muy interesada en las grandes fábricas de armamento checas y en el complejo industrial Skoda. Por eso Chamberlain intenta ahora poner en práctica el viejo sistema político inglés consistente en alternar las zalamerías con las amenazas. Pero Hitler le responde:
«Lo que me interesa a mí, Excelencia, no es el reconocimiento del principio que concede a Alemania la devolución de ese territorio, sino únicamente la realización de ese principio... Yo no pido un favor a nadie, yo pido a unos gobernantes que se dicen demócratas que apliquen su propio credo político y a los gobernantes de Checoslovaquia que apliquen los principios de su propia Constitución referente a sus minorías nacionales... Yo, querido Primer Ministro, no regateo unos kilómetros cuadrados de territorios; tampoco sugiero que tres millones y medio de ingleses sean arbitrariamente colocados bajo la tiranía del señor Benes; únicamente exijo que tres millones y medio de alemanes vuelvan a la soberanía alemana».


Georges Champeaux, en el tomo II de La Croisade des Démocraties, comenta:
"El Chamberlain que, el 22 de septiembre se encaminaba al Hotel Dreesen para entrevistarse con Hitler era un árbitro soberano -o creía serlo - en razón de un derecho hasta entonces indiscutido para Inglaterra. Era el digno sucesor de Lord Palmerston, aquél Primer Ministro que envío un ultimátum al rey de Grecia, culpable de haber dejado saquear, en Atenas, la tienda del judío Pacifico; de aquél Disraelí que le comunicaba a Rusia que el Tratado de San Stéfano, impuesto por aquélla a Turquía, no era del agrado del Gobierno británico; de aquél Lloyd-George que, en 1919, obligaba al Japón abandonar sus conquistas en el Chang-Tung. Pero Hitler le hizo notar desde el principio, que el tiempo de Palmerston, Disraelí y Lloyd-George había pasado, y que Alemania se consideraba con derecho a tratarla de igual a igual. Por primera vez desde Waterloo, un jefe de Estado europeo rehusaba inclinarse ante el dogma de la supremacía política de Londres".

Hitler envía un ultimátum a Benes. El 1º de octubre de 1938, los Sudetes deben haber sido devueltos a Alemania. En caso contrario, la Wehrmacht entrará en acción. Praga responde con la movilización general. Y, el 28 de septiembre, Hitler ordena, a su vez, la concentración del grueso de sus tropas ante las fronteras checas. Un día antes, en Inglaterra, Su Majestad Jorge V decreta el estado de excepción, el Ministerio de la Marina anuncia la movilización de la Armada, que se encuentra ya en estado de alerta. El día 28, se anuncia la movilización de las reales fuerzas aéreas y de la milicia territorial femenina. Por su parte, Mussolini publica un comunicado anunciando que sostendrá a Alemania pase lo que pase y coloca a sus fuerzas armadas en pie de guerra. Hungría llama a filas a tres reemplazos y concentra tropas ante las fronteras checas. Desde Varsovia informan que se han producido incidentes antipolacos en la región de Téscheno y se rumorea que Polonia va a romper sus relaciones diplomáticas con Checoslovaquia.

En Francia, el generalísimo Gamelin y el almirante Darlan, comunican a Daladier Primer Ministro, que el Ejército y la flota están preparados.
No así el general Vuillemin, jefe del Estado Mayor de las fuerzas aéreas, que afirma que sería ridículo pretender enfrentar a la aviación francesa con la Luftwaffe. Inmediatamente, se acusa a Vuillemin de ser un agente de Hitler. LíHumanité es el portaestandarte de esta acusación absurda.

La psicosis de guerra se ha apoderado de todas las Cancillerías. Su Santidad el Papa dirige un llamamiento a los estadistas para que eviten una guerra que será fatal para todos los que en ella tomen parte.

En tan dramática situación, una iniciativa de Mussolini salva la paz. Propone a Chamberlain, Daladier y Hitler, una reunión, en Munich, para decidir, de una vez, el problema checo. Mussolini asistirá también, pero no así Benes. Sin asistir el principal interesado, se decidirá de la suene del artificial Estado checoslovaco. Hitler cede en varios puntos. Renuncia a un proceder unilateral por parte de Alemania y se muestra de acuerdo en que una organización internacional, por ejemplo, la Sociedad de Naciones, controle la ejecución de los acuerdos. Checoslovaquia cederá a Alemania toda población donde el frente nacional sudete haya obtenido la mayoría absoluta de votos en las últimas elecciones. Así mismo, se firma un acuerdo naval germanobritánico, cuyas cláusulas aseguraban a Inglaterra su hegemonía marítima. Hitler pretende demostrar, así, su voluntad de dirigirse hacia el Este, hacia la Rusia soviética, voluntad ya impresa en el «Mein Kampf». Para una tal contienda no se precisaba una gran flota. Eso debía tranquilizar a los belicistas ingleses, con Churchill, Eden y Attlee a la cabeza.

Chamberlain y Daladier fueron entusiásticamente recibidos a su retorno a Londres y París. La paz había sido salvada, y no existía ningún inglés ni ningún francés que deseara ir a la guerra por defender a un pequeño tirano, como Benes. Churchill refiere, en sus Memorias que «... turbas vociferantes aplaudieron a Chamberlain y a Daladier a su regreso de Munich».

La pérdida de los Sudetes representaba, para Checoslovaquia, prácticamente, el fin de su existencia como Estado soberano. El cuarenta por ciento de la industria se hallaba concentrado allí, lo mismo que un tercio -el mas activo- de la población. En cuanto a Benes, demolido por la pérdida de los territorios alemanes de «su» Estado, había caído en el ostracismo político.

Inmediatamente, Polonia se ponía en movimiento y, sin previa declaración de guerra, ocupaba «manu militari», la región de Téscheno donde, si es cierto que habitaban ochenta mil polacos, no es menos cierto que con ellos convivían ciento cincuenta mil ucranianos, alemanes, eslovacos, húngaros y checos. En París esto causa un disgusto mayúsculo. Y, en seguida, se acusa a los gobernantes de Varsovia -que las exigencias de la alta coyuntura política exigirán sean presentados como demócratas y como mártires unos meses más tarde- de ser unos reaccionarios fascistas y unos fanáticos antisemitas.

Hungría procede de modo menos violento que Polonia, y deja al arbitraje de Mussolini y Hitler, representados por sus ministros de Asuntos Exteriores Ciano y Ribbentrop, la decisión de la delimitación exacta de sus fronteras con Checoslovaquia. El 6 de octubre, Eslovaquia proclama su autonomía, dentro del Estado checoslovaco. Praga reconoce al Gobierno eslovaco, presidido por el padre Tisso. Días después se forma, en Uzhorod, un Gobierno autónomo cárpato-ucraniano, presidido por Andrej Brody, que también es reconocido, de momento, por Praga. Pero al cabo de una semana Brody es detenido por la policía checa. El doctor Hacha, que ha sustituido a Benes al frente del Gobierno checoslovaco, envía a un general checo, Leo Prchala, a Bratislava, nombrándole miembro del Gobierno autónomo eslovaco. Esta medida es anticonstitucional.

El 10 de marzo, Praga descarga otro golpe contra Ucrania Transcarpática, anulando su régimen autónomo. Simultáneamente, el padre Tisso y sus ministros Adalbert Tuka y Alexander Mach, son detenidos por la policía checa. Estalla la crisis política. Praga libera a Tisso, encargándole que forme Gobierno en Bratislava, pero éste se niega a actuar bajo la presión policiaca. Tres gobiernos constituidos por Hacha se derrumban en el espacio de unas semanas.

A pesar de representar a un importante núcleo de población, el secretario de Estado, Karmassin, representante de la minoría alemana en Eslovaquia, no es llamado para ocupar ningún cargo en los tres gobiernos.

Hitler interpreta todas estas medidas de Praga como una violación de los acuerdos de Munich, donde él reconoció las nuevas fronteras checas bajo la condición expresa de que «los checos solucionaran la cuestión de sus minorías nacionales por vías pacificas y legales, y sin opresión». Por eso, con el apoyo político de Berlín, el 14 de mano, las tropas húngaras entran en la región Cárpatoucraniana. También Eslovaquia proclama su independencia estatal. Y Polonia vuelve a concentrar sus tropas en Téscheno.


Monseñor Volozin, acompañado de los miembros de su Gobierno, visita al cónsul de Alemania en Chust y le informa de que «Ucrania Transcarpática (Rutenia) ha proclamado su independencia, colocándose bajo la protección del Reich». Unas horas después, la Dieta de Bratislava autoriza a monseñor Tisso para que mande a Goering un telegrama redactado así:
«Le ruego ponga en conocimiento del Führer lo siguiente: El Estado eslovaco se coloca bajo vuestra protección, y os ruega que os dignéis asumir el papel de protector.» Hitler acepta en el acto.
En vista de la agravación de la situación, el doctor Hacha y su ministro de Asuntos Exteriores, Chavlkovski, solicitan ser recibidos en la Cancillería del Reich.

Hitler le expone todas las incorrecciones y faltas a su palabra cometidas por el Gobierno de Praga con relación a sus minorías nacionales y le anuncia que, a las primeras horas de la mañana siguiente, las tropas alemanas entrarán en Bohemia-Moravia. Hacha se desmaya al oír estas palabras. El propio médico de Hitler le atiende. Al volver en sí, su primera medida es ponerse al habla con Praga para ordenar que no se ofrezca resistencia a la Wehrmacht.
El mismo día, el doctor Hacha firma un documento según el cual «pone en las manos del Führer de Alemania, el destino de la nación y del pueblo checo». Hitler se compromete a «acoger al pueblo checo bajo la protección del Reich y garantizar un desarrollo autónomo inherente a sus peculiaridades nacionales» .

Unas horas después, las tropas alemanas, al mando de los generales Von Blaskowitz y List cruzan la frontera checa. No se dispara un solo tiro. Bohemia y Moravia, que durante más de mil años formaron parte integrante de estados alemanes, entra a formar parte del Reich en calidad de «Protectorado». La Wehrmacht se apodera de una fabulosa cantidad de armamento. Dos mil cañones y cuarenta y cinco mil ametralladoras -que nunca fueron poseídas por el «Ejército de cien mil hombres» autorizado a la Alemania prehitleriana-, pasan a ser propiedad de los arsenales del Reich.

André François Poncet, al que es imposible calificar de germanófilo, ha escrito: «Los eslovacos y los rutenos habían obtenido la autonomía que les permitía la propia Constitución del Estado checoslovaco. Pero los checos rehusaron considerarles como entidades autónomas. A Hitler, para borrar del mapa a Checoslovaquia, le bastaba con tomar partido por los eslovacos, y cuando el padre Tisso y monseñor Volozin -representando a los rutenos- se pusieron bajo la protección de Berlín, los checos se encontraron, legal y efectivamente, solos. «Es pues evidente que los acuerdos de Munich fueron violados, en primer lugar, por Praga, y no por Berlín».

Pero, como indica muy bien Paul Rassinier, «los acuerdos de Munich habían sido complementados por un pacto angloalemán (30 de septiembre de 1938) y otro francoalemán (16 de noviembre de 1938), por el que las tres potencias se comprometían a consultarse para la solución de cuestiones de interés común. Hitler debía, pues, antes de admitir bajo su protección a eslovacos y rutenos, consultar con Inglaterra y Francia. Cuando se apercibió - y luego quedaría plenamente demostrado -que la violación de los acuerdos de Munich era teledirigida desde Londres por Benes, y desde Moscú por Gottwald, debió convocar a los primeros ministros inglés y francés. Y cuando eslovacos y rutenos se colocaron bajo su protección, debió hacerles patente que tenían que colocarse bajo la protección de ingleses y franceses también, y no solamente la suya».

¿Qué hubiera sucedido entonces? Creemos que hubiese sido difícil para los Gobiernos inglés y francés dejar que la situación se eternizara, e ignorar las quejas de Hitler, Tisso y Volozin sin «perder la cara» ante el mundo.
En vez de ello, Hitler solucionó el problema a su manera: las tropas alemanas penetraron en Checoslovaquia y ocuparon Bohemia y Moravia, sin resistencia. Eslovaquia fue proclamada independiente bajo la protección del Reich. Rutenia pasó, como región autónoma, bajo soberanía húngara; al doctor Hacha se le obligó a declarar que «colocaba al pueblo y al territorio checo bajo la protección del Reich alemán», dotándose a Bohemia y Moravia de un «staathalter» (protector, residente en Praga (Herr von Neurath).

Creemos, con Rassinier, que el «salto a Praga» fue un error. Hitler recordó - y era verdad - que en Praga vivían muchos alemanes y que allí se había creado la más antigua Universidad germánica, pero ello no soslayaba el problema de que Bohemia y Moravia ya no podían considerarse territorios alemanes. Más que una injusticia para con los checos, el salto a Praga fue un error, pues ya, a partir de entonces, no pudo Hitler presentarse como un defensor de la libre determinación de los pueblos.

Chamberlain declaró en los Comunes que «el Estado cuyas fronteras tratamos de garantizar se ha desmoronado desde dentro». En consecuencia, el Gobierno de Su Majestad «no se considera por más tiempo obligado con respecto a Praga».[/QUOTE]


Esa entelequia llamada Alemania, creada manu militari
en el siglo XIX por los descendientes de los caballeros teutones, sobre unos países que ni siquiera hablaban un idioma común (las diferencias dialectales hacían que el alemán de Hamburgo y el de Munich fueran mutuamente ininteligibles).

:face:

Vaya argumento, por esa regla de 3 casi todos los países son una entelequia, y de las diferenias dialectales en España... aunque claro, segun tu razonamiento, esa entelequia llamada España creada manu militari por los descendientes de los godos sobre unos países que ni siquiera hablaban un idioma común(las diferencias dialectales hacían que el español de ovieu y el de Zeviya fueran mutuamente ininteligibles...


Los mismos que tenían las santas narices de autodenominarse con el nombre de una de las etnias bálticas que esclavizaron en el siglo XIII, los prusianos. No deja de ser curioso que los übermensch teutones se pusieran el nombre de una de esas tribus de untermensch a las que tanto despreciaban.

Oh por dios, eso nunca había pasado...
Pero yo estoy hablando de alemania, no de Prusia.

Claro, como que Chamberlain y Daladier, después de entregarle media Checoslovaquia a Alemania, no tenían nada mejor que hacer que declararle la guerra a Polonia por un pedacito minúsculo de lo que había sobrado del latrocinio germano.

A lo mejor Hitler, tan buena persona como era, podría haber hecho algo para defender a los checos de la infame agresión polaca. Sería por eso que atacó a Polonia en el 39.

No, la atacó para defender a los alemanes.



¿Defenderse de quién o de qué? ¿Es que los checos y los polacos no eran europeos?

Tambien tu, y mira como te tiras contra Europa.


En 1683, la caballería polaca, con el rey Juan Sobieski al frente, salvó a Viena de los invasores turcos. Un siglo después el rey de Prusia y los emperadores de Austria y Rusia se repartieron el reino de Polonia del mismo modo que una cuadrilla de ladrones se reparte el botín de sus fechorías.


En 1920 una Polonia renacida salvó a Europa de la invasión bolchevique. Sin el "milagro del Vístula" el ejército rojo se habría plantado en Berlín veinticinco años antes. Ya sabemos de qué forma lo agradeció Alemania.



La democracia alemana no murió, como más tarde pretendería la « jurisprudencia» de Nuremberg, a causa de las ansias de revancha del militarismo prusiano. Fue asesinada por las propias democracias occidentales, que incumplieron clamorosamente la totalidad de los compromisos dictados por ellas mismas en Versalles; la agredieron y expoliaron en Renania; animaron al «ganso polaco» a que violara las fronteras de Silesia; la rodearon de una serie de pseudonaciones armadas hasta los dientes y no cesaron, durante quince años, de someterla a toda suerte de humillaciones, e injusticias que, forzosamente, debían desprestigiar a los ojos del pueblo alemán, al régimen que soportaba, sin protesta, tal estado de cosas.


El nacionalsocialismo fue a la postre el mejor instrumento de la expansión del comunismo en Europa.

Fue el último intento de Europa por defenderse de la tiranía oriental que planeaba por el este y el oeste.


Lo más irónico de todo es que un nancy como tú sea incapaz de comprender por qué los pueblos eslavos no encontraban atractivo el destino de esclavitud que el bondadoso Hitler les ofrecía.

Lo sarcástico del asunto es que so sepas ver que los pueblos eslavos estaban más que decididos a echarse en los brazos de Hitler, pero el muy ceporro tenía otros planes, y así le fue.





Los superhombres no lloran. Hasta ahí podíamos llegar, hombre.[/QUOTE]

Si eso es lo que te decía tu madre, se equivocaba.

Hugo Preuß - Wikipedia, the free encyclopedia
Mira, este judío es el responsable de la constitución de la república de weimar, sí, esa que urdieron en versalles los representantes de alemania y de EEUU, que sucede que eran hermanos, ¿puedes imaginarlo? la madre de todas las batallas y arreglan el asunto entre 2 hermanos, el director de la FED, Paul Warburg y en la otra esquina, con 66 kilos de peso, como representante de la banca, los servicos secretos y el gobierno alemáaaaaaaan: Misterrr Max Warburg

En la delegación americana iban tambien Louis Marshall, el juez Julian Mack, el coronel Harry Cutler, Jacobo de Haas, el rabino B. L. Levinthal, Joseph Banrondess Nachman, Syrkin, Leopold Benedict, Bernard Richards y Stephen Wise. En la alemana Ratheanu, Wassermann, Mendelson, Bartoldy, Max Warburg, Oscar Oppenheimer y Deutsch. Vamos que, dos naciones dirimen un asunto de capital importancia y los encargados de hacerlo, representando a ambas naciones, son de una tercera nación que es sabido que metió a una de ellas, EEUU, en la guerra(de lo cual e jactan), pero se sospecha que a la otra tambien, habiendo desencadenado dicha guerra para acabar cambiando de bando a la mitad. Pero nada, tu tranquilo, su influencia fue marginal.



















condrossam rebuznó:
:rolleyes: Claro, de todos es sabido que los pueblos de la Europa mediterránea son los parientes más cercanos de los übermensch teutones y que por las venas germanas no corre una sola gota de impura sangre eslava.

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Al parecer, sólo el herrenvolk alemán tenía el derecho:lol: a invadir y sojuzgar a otros pueblos.
A tu führer le importaban tres pepiños los eslovacos y las minorías húngaras, polacas y ucranianas, excepto como instrumentos de su política imperial. Y no me pongas lo del arbitraje de Viena como ejemplo de la "benevolencia nancy", que te veo venir. Aún tendrás los santos cojones de justificar la invasión de lo poco que quedaba de Checoslovaquia, sólo seis meses después del pacto de Munich y la consiguiente cesión de los Sudetes a Alemania.




Ucrania no era un país independiente en aquella época.
¿Quién se supone que presentó quejas en su nombre?¿La URSS del camarada Stalin?¿Pretendes que los habitantes de la Rutenia transcarpática vivían peor que los de la República Socialista Soviética de Ucrania?



FAIL.
Los polacos ocuparon ese territorio DOS DÍAS DESPUÉS del Pacto de Munich.
No hicieron más que sacar tajada de una situación provocada por Hitler.



Esa entelequia llamada Alemania, creada manu militari
en el siglo XIX por los descendientes de los caballeros teutones, sobre unos países que ni siquiera hablaban un idioma común (las diferencias dialectales hacían que el alemán de Hamburgo y el de Munich fueran mutuamente ininteligibles).
Los mismos que tenían las santas narices de autodenominarse con el nombre de una de las etnias bálticas que esclavizaron en el siglo XIII, los prusianos. No deja de ser curioso que los übermensch teutones se pusieran el nombre de una de esas tribus de untermensch a las que tanto despreciaban.




:face:

Claro, como que Chamberlain y Daladier, después de entregarle media Checoslovaquia a Alemania, no tenían nada mejor que hacer que declararle la guerra a Polonia por un pedacito minúsculo de lo que había sobrado del latrocinio germano.
A lo mejor Hitler, tan buena persona como era, podría haber hecho algo para defender a los checos de la infame agresión polaca. Sería por eso que atacó a Polonia en el 39.

:lol:



¿Defenderse de quién o de qué? ¿Es que los checos y los polacos no eran europeos?
En 1683, la caballería polaca, con el rey Juan Sobieski al frente, salvó a Viena de los invasores turcos. Un siglo después el rey de Prusia y los emperadores de Austria y Rusia se repartieron el reino de Polonia del mismo modo que una cuadrilla de ladrones se reparte el botín de sus fechorías.
En 1920 una Polonia renacida salvó a Europa de la invasión bolchevique. Sin el "milagro del Vístula" el ejército rojo se habría plantado en Berlín veinticinco años antes. Ya sabemos de qué forma lo agradeció Alemania.
El nacionalsocialismo fue a la postre el mejor instrumento de la expansión del comunismo en Europa.


Lo más irónico de todo es que un nancy como tú sea incapaz de comprender por qué los pueblos eslavos no encontraban atractivo el destino de esclavitud que el bondadoso Hitler les ofrecía.




, y de su estupidez congénita, que les incapacitaba para comprender que su destino natural era el ser para los superhombres arios lo que los congoleños eran para los belgas.
Que no me venga un apologista del Tecer Reich a hablar de injusticias históricas, opresión y derechos de los pueblos. Los superhombres no lloran.

Hasta ahí podíamos llegar, hombre.

condrossam rebuznó:
Al parecer, sólo el herrenvolk alemán tenía el derecho:lol: a invadir y sojuzgar a otros pueblos.

No mi rei no, es al reves, al parecer solo Alemania no tenía derecho a invadir a nadie. Porque los aliados eran todos potencias coloniales que cometían genocidios a lo largo y ancho del mundo entero al que tenían sojuzgado, antes, durante y despues de la guerra.


A tu führer le importaban tres pepiños los eslovacos y las minorías húngaras, polacas y ucranianas, excepto como instrumentos de su política imperial.

So what? Pero le importaban las minorías alemanas.

"Si el principio de libre determinación hubiera sido lealmente empleado con Alemania, los Sudetes, Austria, Dantzig, el Corredor y diversas partes de Polonia hubieran debido ser incorporadas al Reich".
Lord Lothian

Philip Kerr, 11th Marquess of Lothian - Wikipedia, the free encyclopedia



Ucrania no era un país independiente en aquella época.
¿Quién se supone que presentó quejas en su nombre?

Una nación no independiente puede hacer muchas cosas, hasta puede declararle la guerra a la primera potencia mundial:

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Qué atrevidos ¿no? Qué valientes, siempre de frente y en desventaja, como en los tiempos de David el gnomo.



FAIL.
Los polacos ocuparon ese territorio DOS DÍAS DESPUÉS del Pacto de Munich.
No hicieron más que sacar tajada de una situación provocada por Hitler.

Curioso enfoque, nada tendencioso.
Checoslovaquia fue creada en Versalles. Para formar el extraño «salchichón» checoslovaco fue necesario colocar a 3.600.000 alemanes, 800.000 húngaros, 500.000 ucranianos, 806.000 polacos y 2.500.000 eslovacos bajo la despótica soberanía de 6.000.000 de checos, que representaban aproximadamente el 43% de la población del artificial Estado y ocupaban un territorio equivalente al 40 % del área total del mismo.

Checoslovaquia había sido creada con una única finalidad: servir de portaaviones contra Alemania. No se trata de una simple frase de propaganda alemana: en la Memoria 1ª de la delegación Checa en Versalles, se decía, sin tapujos: «La situación especial de Checoslovaquia convierte a esta, necesariamente, en la enemiga mortal de Alemania». Clemenceau, Poincaré, Briand y Pierre Cot, ministro francés del Aire, habían en diversas ocasiones manifestado que Checoslovaquia estaba destinada, en caso de guerra, a servir de base desde la que se podría bombardear, con toda facilidad, a Alemania.
Lloyd George fue el primer político en reconocer (Discurso pronunciado en el Guildhall, de Londres, el 7 de octubre de 1928) que "toda la documentación que nos fue proporcionada por ciertos aliados nuestros en Versalles, era falsa y tendenciosa. Sobre todo, en los casos checoslovaco y polaco, dictaminamos basándonos en flagrantes falsificaciones".


Alemania y Austria, así como Hungría, se habían negado siempre a reconocer las fronteras checoslovacas, y el Consejo Nacional de Ucrania había reclamado, repetidamente, a Benes, que reconociera el derecho de autodeterminación a la Rutenia Transcarpática. Polonia, por su parte, presentó varias reclamaciones a propósito de la comarca de Téscheno. En cuanto a los eslovacos, cordiales enemigos históricos de los checos, reclamaban igualmente su autonomía interna y hasta su separación pura y simple del artificial Estado en que habían sido integrados por la fuerza. El mismo Massaryk reconocía (Jan Massaryk: La résurreetion d´un état.) que, mientras una minoría de eslovacos deseaban ser incorporados a Rusia o a Hungría, la gran mayoría aspiraba a la independencia nacional, pero que, de hecho, el eslovaco partidario de una unión con Chequia (Bohemia y Moravia) era una especie muy rara.

Preciso es rendirse a la evidencia de que, de entre las muchas arbitrariedades cometidas en Versalles, la invención del Estado checoslovaco ocupaba, al lado del «Corredor» de Dantzig, el lugar de honor. El mismo Tardieu, el más acérrimo defensor de las secuelas de Versalles reconocerá (Gringoire, 23 noviembre 1938):
«Los Aliados no crearon a Checoslovaquia por sí misma, sino para levantar una barrera contra el germanismo.»
Y Lansing, secretario de Estado norteamericano, dirá, el 1º de abril de 1919, en Versalles:
«La delimitación de las fronteras en función de su valor estratégico y bélico, como se ha hecho en los casos checoslovaco y polaco, se opone al espíritu esencial de la Sociedad de Naciones y de la política de los Estados Unidos, según ha sido expresada por boca del presidente Wilson».


La propaganda de Benes y Massaryk, apoyados por la Prensa anglofrancesa pretendió demostrar que las reivindicaciones alemanas sobre los Sudetes no tenían otro fundamento que las invenciones hitlerianas. Nada más falso. Ya en 1880, los alemanes sudetes, entonces bajo soberanía austrohúngara, habían reclamado su Anschluss con el Reich, molestos por la política proeslava del emperador Francisco-José. En 1931, Conrad von Heinlein, organizó el frente nacional de los Sudetes, que reclamaban el cumplimiento de las promesas hechas por Benes cuando, en 1919, garantizaba la autonomía interna a las minorías nacionales de Checoslovaquia (recordemos que tales minorías representan, juntas, el 57% de la población y ocupan las dos terceras partes del territorio), promesa ratificada legalmente en la Constitución del Estado checoslovaco.

Heinlein que, al igual que su contemporáneo en Austria, Seyss-Inquart, no era miembro del N.S.D.A.P., había logrado constituir un Partido político que, con sus 57 diputados y más de 200.000 afiliados era, con mucho, el primer Partido político de Checoslovaquia. Esa fuerza política se había constituido a pesar de las medidas arbitrarias e ilegales de los señores Benes y Massaryk y de las represiones de la soldadesca checa. El 4 de marzo de 1919, por orden personal de Benes, las tropas ametrallaron a las manifestantes alemanes que reclamaban su derecho a estar legalmente representados en el Parlamento (Praga había invalidado las elecciones, que habían representado un triunfo para Heinlein).

Cincuenta y dos alemanes sudetes fueron asesinados, sin que la conciencia universal encontrara motivo suficiente para sus llantos. ¡Paradójica situación en verdad! Los alemanes sudetes, amparándose en la Constitución del Estado checoslovaco, solicitan la autonomía interna. El tal Estado se niega. Se celebran las elecciones generales, y el frente nacional de los Sudetes logra una mayoría aplastante en su región -el 93% de los votos emitidos- y la mayoría relativa en todo el territorio del Estado. A Conrad von Heinlein le corresponde presidir el nuevo Gobierno, los alemanes de Checoslovaquia deben administrarse a sí mismos. Esto es pura democracia. Pues bien: el democrático Benes anula las elecciones, y cuando los alemanes se manifiestan en protesta pacífica, la soldadesca checa dispara contra la multitud.

El dictador Hitler pide que se respeten los resultados de las elecciones, y los políticos democráticos de Londres, París y Moscú, apoyan a Benes. Los alemanes de los Sudetes envían veintidós notas de protesta a la Sociedad de Naciones, que se limita a archivarlas sin tomar resolución alguna.
En Praga «reina», el déspota absoluto, Votja Benes, el artífice de la pequeña Entente. Su historia política está jalonada de favores al bolchevismo, En 1920, en ocasión del ataque de la U.R.S.S. contra Polonia, Benes que, por otra parte, suministraba armamentos a los soviéticos, prohibió el paso a través de Checoslovaquia de los convoyes de armas y municiones enviados por el almirante Horthy desde Hungría: si Rumania no hubiera permitido el tránsito y contribuido con su propia ayuda, la contraofensiva de Pilsudski a las puertas de Varsovia hubiera fracasado, y Polonia hubiera sido bolchevizada ya entonces.

Más adelante, Benes es, con Titulesco, el artífice de la admisión de la U.R.S.S. en la Sociedad de Naciones... Después, ayudará a limar aristas entre Litvinoff y el ministro francés Alexis Léger, facilitando la firma del pacto francosoviético. El 16 de mayo de 1935, firmará con el judío Alexandrowski, embajador soviético en Praga, un tratado de asistencia mutua entre Checoslovaquia y la U.R.S.S., calcado del pacto suscrito entre Léger y Litvinoff unos meses atrás. Finalmente, Benes morirá a manos de los verdugos soviéticos, que él más que nadie contribuyó a instalar en Praga. ¡Así paga Moscú! El 24 de abril de 1938, Conrad Heinlein anunció, en Carlsbad, las reivindicaciones de los alemanes sudetes, las cuales, por otra parte, no contenían nada que no estuviese garantizado por la Constitución checa. Benes, que debe afrontar las demandas de las minorías húngara y ucraniana, aparte de la presión exterior de Polonia sobre Téscheno y el malhumor de los eslovacos quiere salvar la situación, aplazando las elecciones hasta el 22 de mayo. Pretende, durante este tiempo ganado, obtener garantías formales por parte de Francia, Inglaterra y la U.R.S.S. Stalin es formal en su respuesta: ayudará a Checoslovaquia si los Estados occidentales lo hacen a su vez. El zar rojo no quiere la guerra con Alemania, y menos si debe hacerla sólo, pero no le desagrada la idea de que Inglaterra y Francia se metan en el avispero checo y se enzarcen en una lucha a muerte con el Reich.

Massaryk y Benes declaran al Times de Londres -que, aún en el caso de que el 100 % de los alemanes sudetes pidan, democráticamente, el Anschluss con Alemania, Checoslovaquia se opondrá a ello, con las armas, si es preciso. La respuesta de Hitler es inmediata. Invita a los Gobiernos británico, francés e italiano a hacer de árbitros en la cuestión. Significativamente, Hitler deja fuera de tal arbitraje a Moscú.

Chamberlain, Primer Ministro británico, acepta en el acto la propuesta del Führer. Chamberlain es, probablemente, el último Premier auténticamente británico que tendrá Inglaterra, en el sentido de que para él sólo cuenta el interés de las Islas. Político realista, siente el máximo desprecio por las transitorias ideologías; no tiene ningún interés en organizar «cruzadas antifascistas», de las que entrevé que el único beneficiario será el comunismo. Hablando en los Comunes de la cuestión checa, Chamberlain dirá que, en buena lógica democrática, no puede negarse a los alemanes de los Sudetes el derecho a disponer de sí mismos de la manera que mejor les plazca. Las demandas de Hitler se basan no sólo en una razonable lógica y en principios absolutamente democráticos, sino incluso en los términos del propio Tratado de Versalles, cuyo articulo 19 prevé la solución de los conflictos que se planteen mediante el recurso de los plebiscitos populares".

Hitler y Chamberlain se entrevistan en Berchtesgaden. El Premier británico recibe, días más tarde, en Londres, al presidente del Consejo de Ministros francés, Daladier, y a su ministro de Asuntos Exteriores, Bonnet, para estudiar en común el caso checo. Chamberlain y Daladier publican un comunicado conjunto, en el que, entre otras cosas, se manifiesta que «...estamos de acuerdo en que, después de los recientes acontecimientos, se ha llegado a un punto en el cual... ya no puede continuar efectivamente la permanencia de los territorios Sudetes dentro del Estado Checoslovaco, sin poner en serio peligro la paz de Europa. Ambos Gobiernos han llegado a la consideración final de que el mantenimiento de la paz y la seguridad de los intereses vitales de Checoslovaquia no pueden ser garantizados a no ser que la región de los Sudetes sea incorporada al Reich».

Al día siguiente, estas proposiciones francobritánicas se transmiten a Praga, que las acepta «con el corazón dolorido».
Hitler y Chamberlain celebran una segunda entrevista en Godesberg. Chamberlain propone unos plazos de entrega muy largos. La región de los Sudetes deberá ser cedida a Alemania al cabo de varios meses. Hitler no acepta. Teme que Benes utilice a los civiles de los Sudetes como rehenes; en los últimos días se han producido violentos choques entre el Ejército y la policía checos y la población civil en Carlsbad. Más de cincuenta mil alemanes han abandonado sus hogares. Hitler, acusa a Benes de tergiversar, una vez ha dado su acuerdo para la devolución de los Sudetes al Reich.

El Führer escribe a Chamberlain:
«Su Excelencia me confirma que la base del acuerdo de la cesión de los territorios de los Sudetes alemanes ha sido débilmente aceptada. Lamento tener que recordar a Su Excelencia que el reconocimiento teórico de derechos, a nosotros, los alemanes, se nos ha efectuado en numerosas ocasiones anteriores a ésta. En 1918 se firmó el Armisticio sobre la base de la aceptación de los catorce puntos del presidente Wilson que fueron reconocidos fundamentalmente por todos. Pero más tarde fueron violados de un modo humillante al llevarlos a la práctica. Lo que a mí, me interesa, Excelencia, no es el reconocimiento de unos derechos y de que estas regiones sean cedidas al Reich, sino solamente la puesta en práctica del acuerdo que ponga fin a los sufrimientos de las desgraciadas víctimas de la tiranía checa, que esto se haga lo más pronto posible y que, por otra parte, se cumpla con la dignidad de una gran potencia.»
Chamberlain se entrevista nuevamente con Hitler. Cuando se hallan en plena discusión, llega un telegrama anunciando que Benes acaba de dar, por radio, la orden de movilización general del Ejército checoslovaco. El Consulado británico en Praga interviene, y es retirada la orden de movilización, pero esto no anula los efectos de la «gaffe» de Benes. Éste intenta un nuevo aplazamiento de las elecciones generales, pero Chamberlain le aconseja desistir, pues, de lo contrario, no puede asegurar que logrará frenar la impaciencia de Hitler. Las elecciones tienen lugar en los días fijados: el éxito de los alemanes sudetes es total. A pesar de las medidas coercitivas empleadas por el Gobierno checo, logran el 91,5 % de los votos alemanes. El 70 % de la población eslovaca ha votado por los nacionalistas del padre Tisso; en Rutenia y Teschen, donde las minorías ucraniana, húngara y polaca no presentaban candidaturas propias, las abstenciones son del orden del 60%. A pesar de que la importante minoría israelita ha votado en bloque por el Partido gubernamental, el fracaso del dúo Benes-Massaryk es absoluto.

Benes se muestra, ahora, dispuesto a entrevistarse con Chamberlain y su ministro de Asuntos Exteriores, Runciman, que, primero, visitan a Hitler en Berchtesgaden. El Führer se limita a pedir que los demócratas de Praga cumplan con su propio credo político y apliquen los resultados de los sacrosantos comicios populares. Afirma que ya ha tenido demasiada paciencia con los señores Benes y Massaryk y que no piensa seguir tolerando que los checos continúen asesinando indefensos civiles alemanes. No obstante, acepta los buenos oficios de Inglaterra para que ésta convenza al Gobierno checo de la necesidad de devolver, de una vez, los Sudetes a Alemania. Simultáneamente, Polonia y Hungría presentan sus reivindicaciones a Praga. El Consejo Nacional de Ucrania pide la autonomía interna para la Rutenia Transcarpática El artificial Estado inventado en Versalles hace aguas por todas partes. Pero Benes, hombre de recursos inagotables, pretende todavía ganar tiempo. Ahora propone a Hitler y a Chamberlain que la cuestión de los Sudetes sea llevada ante el Tribunal Permanente de Justicia Internacional de La Haya. El embajador británico, Sir Basil Newton, visita a Benes en su domicilio y le notifica que, si a consecuencia de la actitud equívoca de su Gobierno estalla un conflicto europeo, Inglaterra considerará que no se halla obligada a asistir a Checoslovaquia, a pesar del Tratado de mutua ayuda que las une. Benes recibe, a continuación, a los jefes del Ejército checoslovaco, que le traen malas noticias. Hitler se ha entrevistado con el presidente del Consejo de Hungría, Bela Imredy, mientras Goering y el regente Horthy se encontraban en Raminden. El gobierno polaco ha enviado una nota a Londres, París, Roma Y Berlín. haciendo saber que reivindica la posesión de la Silesia de Tescheno. En caso de conflicto, Checoslovaquia sería atacada desde tres lados diferentes, mientras, en el interior, la actitud de los ucranianos de Rutenia y de los propios eslovacos es cada vez más hostil. Los militares aconsejan pues la aceptación del plan anglofrancés que ya ha sido aprobado por Hitler. Checoslovaquia perderá los Sudetes y concederá amplia autonomía interna a las zonas fronterizas con Hungría y Polonia. Benes accede. Mejor dicho, lo hace ver.

Una vez aceptado el principio de la devolución del territorio de los montes Sudetes a Alemania, Chamberlain y Hitler se entrevistan de nuevo, en Godesberg, con objeto de fijar los límites exactos de la nueva frontera. El Führer propone que se celebre un nuevo plebiscito y que sea éste quien decida. Una vez celebrados los comicios, la Wehrmacht procederá a ocupar los territorios que se hayan pronunciado por el Anschluss con Alemania.
Chamberlain propone en Godesberg, que la ocupación de los territorios en litigio no se realice inmediatamente, para dar tiempo a la minoría checa de los Sudetes y a los funcionarios del Estado checoslovaco a partir, si así lo desean. Pero cuando Hitler y Chamberlain parecen a punto de llegar a un acuerdo, surge una nueva maniobra de Praga. El Gabinete Hodza dimite y Benes asume legalmente, los plenos poderes.

La primera medida de Benes desde su nuevo cargo consiste en rechazar el proyecto Chamberlain, que ya había sido aceptado por todos los interesados. incluyendo el anterior Gobierno de Praga. He aquí un nuevo motivo para que Hitler insista en sus pretensiones de ocupación inmediata. Si se pierde más tiempo, Benes y su Gobierno complicarán aún más la situación y sin duda utilizarán como rehenes a los civiles alemanes de Checoslovaquia. En vano protesta Chamberlain de su buena fe, «Su buena fe es una cosa, y su influencia sobre Benes es otra, mi querido Primer Ministro», le responde Hitler. Ante la estupefacción de la delegación británica que acompaña a Chamberlain, Hitler hace oír a sus huéspedes los discos en que se han registrado las conversaciones habidas entre Benes y el embajador soviético en París, Rossenberg. Resulta que la política exterior de Praga es dirigida telefónicamente, por los señores del Kremlin, vía París. He aquí por qué Hitler quiere terminar de una vez el «affaire» checoslovaco. Chamberlain acepta. ahora, «casi» todo. Pero existe una discrepancia: Hitler exige un plebiscito en todo el territorio checo, y no solamente en la región de los montes Sudetes. Como los checos sólo representan el 43% de la población de «su» Estado, el plebiscito en todo el territorio significa el fin de Checoslovaquia. Pero significa también la estricta aplicación de los principios democráticos. Chamberlain pregunta a Hitler qué porcentaje de votos consideraría él necesarios para adjudicar un territorio checoslovaco a uno de los Estados reclamantes, es decir, Alemania, Polonia y Hungría. Sin contar a los nacionalistas ucranianos y eslovacos. El Führer responde que se halla muy sorprendido de que tal pregunta se la formule un estadista democrático. Para él, de toda evidencia la mitad más uno de los votos son suficientes. Aparece, así, como muy probable, que los partidarios de la intangibilidad del Estado checoslovaco serán puestos en minoría incluso en Praga, la capital del Estado, donde residen muchos alemanes, ucranianos y eslovacos.

Pero la desaparición de Checoslovaquia, que sería una catástrofe para Moscú, representada, igualmente, un durisimo golpe para la City, muy interesada en las grandes fábricas de armamento checas y en el complejo industrial Skoda. Por eso Chamberlain intenta ahora poner en práctica el viejo sistema político inglés consistente en alternar las zalamerías con las amenazas. Pero Hitler le responde:
«Lo que me interesa a mí, Excelencia, no es el reconocimiento del principio que concede a Alemania la devolución de ese territorio, sino únicamente la realización de ese principio... Yo no pido un favor a nadie, yo pido a unos gobernantes que se dicen demócratas que apliquen su propio credo político y a los gobernantes de Checoslovaquia que apliquen los principios de su propia Constitución referente a sus minorías nacionales... Yo, querido Primer Ministro, no regateo unos kilómetros cuadrados de territorios; tampoco sugiero que tres millones y medio de ingleses sean arbitrariamente colocados bajo la tiranía del señor Benes; únicamente exijo que tres millones y medio de alemanes vuelvan a la soberanía alemana».


Georges Champeaux, en el tomo II de La Croisade des Démocraties, comenta:
"El Chamberlain que, el 22 de septiembre se encaminaba al Hotel Dreesen para entrevistarse con Hitler era un árbitro soberano -o creía serlo - en razón de un derecho hasta entonces indiscutido para Inglaterra. Era el digno sucesor de Lord Palmerston, aquél Primer Ministro que envío un ultimátum al rey de Grecia, culpable de haber dejado saquear, en Atenas, la tienda del judío Pacifico; de aquél Disraelí que le comunicaba a Rusia que el Tratado de San Stéfano, impuesto por aquélla a Turquía, no era del agrado del Gobierno británico; de aquél Lloyd-George que, en 1919, obligaba al Japón abandonar sus conquistas en el Chang-Tung. Pero Hitler le hizo notar desde el principio, que el tiempo de Palmerston, Disraelí y Lloyd-George había pasado, y que Alemania se consideraba con derecho a tratarla de igual a igual. Por primera vez desde Waterloo, un jefe de Estado europeo rehusaba inclinarse ante el dogma de la supremacía política de Londres".

Hitler envía un ultimátum a Benes. El 1º de octubre de 1938, los Sudetes deben haber sido devueltos a Alemania. En caso contrario, la Wehrmacht entrará en acción. Praga responde con la movilización general. Y, el 28 de septiembre, Hitler ordena, a su vez, la concentración del grueso de sus tropas ante las fronteras checas. Un día antes, en Inglaterra, Su Majestad Jorge V decreta el estado de excepción, el Ministerio de la Marina anuncia la movilización de la Armada, que se encuentra ya en estado de alerta. El día 28, se anuncia la movilización de las reales fuerzas aéreas y de la milicia territorial femenina. Por su parte, Mussolini publica un comunicado anunciando que sostendrá a Alemania pase lo que pase y coloca a sus fuerzas armadas en pie de guerra. Hungría llama a filas a tres reemplazos y concentra tropas ante las fronteras checas. Desde Varsovia informan que se han producido incidentes antipolacos en la región de Téscheno y se rumorea que Polonia va a romper sus relaciones diplomáticas con Checoslovaquia.

En Francia, el generalísimo Gamelin y el almirante Darlan, comunican a Daladier Primer Ministro, que el Ejército y la flota están preparados.
No así el general Vuillemin, jefe del Estado Mayor de las fuerzas aéreas, que afirma que sería ridículo pretender enfrentar a la aviación francesa con la Luftwaffe. Inmediatamente, se acusa a Vuillemin de ser un agente de Hitler. LíHumanité es el portaestandarte de esta acusación absurda.

La psicosis de guerra se ha apoderado de todas las Cancillerías. Su Santidad el Papa dirige un llamamiento a los estadistas para que eviten una guerra que será fatal para todos los que en ella tomen parte.

En tan dramática situación, una iniciativa de Mussolini salva la paz. Propone a Chamberlain, Daladier y Hitler, una reunión, en Munich, para decidir, de una vez, el problema checo. Mussolini asistirá también, pero no así Benes. Sin asistir el principal interesado, se decidirá de la suene del artificial Estado checoslovaco. Hitler cede en varios puntos. Renuncia a un proceder unilateral por parte de Alemania y se muestra de acuerdo en que una organización internacional, por ejemplo, la Sociedad de Naciones, controle la ejecución de los acuerdos. Checoslovaquia cederá a Alemania toda población donde el frente nacional sudete haya obtenido la mayoría absoluta de votos en las últimas elecciones. Así mismo, se firma un acuerdo naval germanobritánico, cuyas cláusulas aseguraban a Inglaterra su hegemonía marítima. Hitler pretende demostrar, así, su voluntad de dirigirse hacia el Este, hacia la Rusia soviética, voluntad ya impresa en el «Mein Kampf». Para una tal contienda no se precisaba una gran flota. Eso debía tranquilizar a los belicistas ingleses, con Churchill, Eden y Attlee a la cabeza.

Chamberlain y Daladier fueron entusiásticamente recibidos a su retorno a Londres y París. La paz había sido salvada, y no existía ningún inglés ni ningún francés que deseara ir a la guerra por defender a un pequeño tirano, como Benes. Churchill refiere, en sus Memorias que «... turbas vociferantes aplaudieron a Chamberlain y a Daladier a su regreso de Munich».

La pérdida de los Sudetes representaba, para Checoslovaquia, prácticamente, el fin de su existencia como Estado soberano. El cuarenta por ciento de la industria se hallaba concentrado allí, lo mismo que un tercio -el mas activo- de la población. En cuanto a Benes, demolido por la pérdida de los territorios alemanes de «su» Estado, había caído en el ostracismo político.

Inmediatamente, Polonia se ponía en movimiento y, sin previa declaración de guerra, ocupaba «manu militari», la región de Téscheno donde, si es cierto que habitaban ochenta mil polacos, no es menos cierto que con ellos convivían ciento cincuenta mil ucranianos, alemanes, eslovacos, húngaros y checos. En París esto causa un disgusto mayúsculo. Y, en seguida, se acusa a los gobernantes de Varsovia -que las exigencias de la alta coyuntura política exigirán sean presentados como demócratas y como mártires unos meses más tarde- de ser unos reaccionarios fascistas y unos fanáticos antisemitas.

Hungría procede de modo menos violento que Polonia, y deja al arbitraje de Mussolini y Hitler, representados por sus ministros de Asuntos Exteriores Ciano y Ribbentrop, la decisión de la delimitación exacta de sus fronteras con Checoslovaquia. El 6 de octubre, Eslovaquia proclama su autonomía, dentro del Estado checoslovaco. Praga reconoce al Gobierno eslovaco, presidido por el padre Tisso. Días después se forma, en Uzhorod, un Gobierno autónomo cárpato-ucraniano, presidido por Andrej Brody, que también es reconocido, de momento, por Praga. Pero al cabo de una semana Brody es detenido por la policía checa. El doctor Hacha, que ha sustituido a Benes al frente del Gobierno checoslovaco, envía a un general checo, Leo Prchala, a Bratislava, nombrándole miembro del Gobierno autónomo eslovaco. Esta medida es anticonstitucional.

El 10 de marzo, Praga descarga otro golpe contra Ucrania Transcarpática, anulando su régimen autónomo. Simultáneamente, el padre Tisso y sus ministros Adalbert Tuka y Alexander Mach, son detenidos por la policía checa. Estalla la crisis política. Praga libera a Tisso, encargándole que forme Gobierno en Bratislava, pero éste se niega a actuar bajo la presión policiaca. Tres gobiernos constituidos por Hacha se derrumban en el espacio de unas semanas.

A pesar de representar a un importante núcleo de población, el secretario de Estado, Karmassin, representante de la minoría alemana en Eslovaquia, no es llamado para ocupar ningún cargo en los tres gobiernos.

Hitler interpreta todas estas medidas de Praga como una violación de los acuerdos de Munich, donde él reconoció las nuevas fronteras checas bajo la condición expresa de que «los checos solucionaran la cuestión de sus minorías nacionales por vías pacificas y legales, y sin opresión». Por eso, con el apoyo político de Berlín, el 14 de mano, las tropas húngaras entran en la región Cárpatoucraniana. También Eslovaquia proclama su independencia estatal. Y Polonia vuelve a concentrar sus tropas en Téscheno.


Monseñor Volozin, acompañado de los miembros de su Gobierno, visita al cónsul de Alemania en Chust y le informa de que «Ucrania Transcarpática (Rutenia) ha proclamado su independencia, colocándose bajo la protección del Reich». Unas horas después, la Dieta de Bratislava autoriza a monseñor Tisso para que mande a Goering un telegrama redactado así:
«Le ruego ponga en conocimiento del Führer lo siguiente: El Estado eslovaco se coloca bajo vuestra protección, y os ruega que os dignéis asumir el papel de protector.» Hitler acepta en el acto.
En vista de la agravación de la situación, el doctor Hacha y su ministro de Asuntos Exteriores, Chavlkovski, solicitan ser recibidos en la Cancillería del Reich.

Hitler le expone todas las incorrecciones y faltas a su palabra cometidas por el Gobierno de Praga con relación a sus minorías nacionales y le anuncia que, a las primeras horas de la mañana siguiente, las tropas alemanas entrarán en Bohemia-Moravia. Hacha se desmaya al oír estas palabras. El propio médico de Hitler le atiende. Al volver en sí, su primera medida es ponerse al habla con Praga para ordenar que no se ofrezca resistencia a la Wehrmacht.
El mismo día, el doctor Hacha firma un documento según el cual «pone en las manos del Führer de Alemania, el destino de la nación y del pueblo checo». Hitler se compromete a «acoger al pueblo checo bajo la protección del Reich y garantizar un desarrollo autónomo inherente a sus peculiaridades nacionales» .

Unas horas después, las tropas alemanas, al mando de los generales Von Blaskowitz y List cruzan la frontera checa. No se dispara un solo tiro. Bohemia y Moravia, que durante más de mil años formaron parte integrante de estados alemanes, entra a formar parte del Reich en calidad de «Protectorado». La Wehrmacht se apodera de una fabulosa cantidad de armamento. Dos mil cañones y cuarenta y cinco mil ametralladoras -que nunca fueron poseídas por el «Ejército de cien mil hombres» autorizado a la Alemania prehitleriana-, pasan a ser propiedad de los arsenales del Reich.

André François Poncet, al que es imposible calificar de germanófilo, ha escrito: «Los eslovacos y los rutenos habían obtenido la autonomía que les permitía la propia Constitución del Estado checoslovaco. Pero los checos rehusaron considerarles como entidades autónomas. A Hitler, para borrar del mapa a Checoslovaquia, le bastaba con tomar partido por los eslovacos, y cuando el padre Tisso y monseñor Volozin -representando a los rutenos- se pusieron bajo la protección de Berlín, los checos se encontraron, legal y efectivamente, solos. «Es pues evidente que los acuerdos de Munich fueron violados, en primer lugar, por Praga, y no por Berlín».

Pero, como indica muy bien Paul Rassinier, «los acuerdos de Munich habían sido complementados por un pacto angloalemán (30 de septiembre de 1938) y otro francoalemán (16 de noviembre de 1938), por el que las tres potencias se comprometían a consultarse para la solución de cuestiones de interés común. Hitler debía, pues, antes de admitir bajo su protección a eslovacos y rutenos, consultar con Inglaterra y Francia. Cuando se apercibió - y luego quedaría plenamente demostrado -que la violación de los acuerdos de Munich era teledirigida desde Londres por Benes, y desde Moscú por Gottwald, debió convocar a los primeros ministros inglés y francés. Y cuando eslovacos y rutenos se colocaron bajo su protección, debió hacerles patente que tenían que colocarse bajo la protección de ingleses y franceses también, y no solamente la suya» .

¿Qué hubiera sucedido entonces? Creemos que hubiese sido difícil para los Gobiernos inglés y francés dejar que la situación se eternizara, e ignorar las quejas de Hitler, Tisso y Volozin sin «perder la cara» ante el mundo.
En vez de ello, Hitler solucionó el problema a su manera: las tropas alemanas penetraron en Checoslovaquia y ocuparon Bohemia y Moravia, sin resistencia. Eslovaquia fue proclamada independiente bajo la protección del Reich. Rutenia pasó, como región autónoma, bajo soberanía húngara; al doctor Hacha se le obligó a declarar que «colocaba al pueblo y al territorio checo bajo la protección del Reich alemán», dotándose a Bohemia y Moravia de un «staathalter» (protector, residente en Praga (Herr von Neurath). Creemos, con Rassinier, que el «salto a Praga» fue un error. Hitler recordó - y era verdad - que en Praga vivían muchos alemanes y que allí se había creado la más antigua Universidad germánica, pero ello no soslayaba el problema de que Bohemia y Moravia ya no podían considerarse territorios alemanes. Más que una injusticia para con los checos, el salto a Praga fue un error, pues ya, a partir de entonces, no pudo Hitler presentarse como un defensor de la libre determinación de los pueblos.

Chamberlain declaró en los Comunes que «el Estado cuyas fronteras tratamos de garantizar se ha desmoronado desde dentro». En consecuencia, el Gobierno de Su Majestad «no se considera por más tiempo obligado con respecto a Praga».
condrossam rebuznó:
condrossam rebuznó:
Esa entelequia llamada Alemania, creada manu militari
en el siglo XIX por los descendientes de los caballeros teutones, sobre unos países que ni siquiera hablaban un idioma común (las diferencias dialectales hacían que el alemán de Hamburgo y el de Munich fueran mutuamente ininteligibles).


Vaya argumento, por esa regla de 3 casi todos los países son una entelequia, y de las diferenias dialectales en España... aunque claro, segun tu razonamiento, esa entelequia llamada España creada manu militari por los descendientes de los godos sobre unos países que ni siquiera hablaban un idioma común(las diferencias dialectales hacían que el español de ovieu y el de Zeviya fueran mutuamente ininteligibles...

condrossam rebuznó:
¿Defenderse de quién o de qué? ¿Es que los checos y los polacos no eran europeos?

Tambien tu, y mira como te tiras contra Europa.

condrossam rebuznó:
En 1683, la caballería polaca, con el rey Juan Sobieski al frente, salvó a Viena de los invasores turcos. Un siglo después el rey de Prusia y los emperadores de Austria y Rusia se repartieron el reino de Polonia del mismo modo que una cuadrilla de ladrones se reparte el botín de sus fechorías.

El imperialismo polaco, haciendo pinza con el imperalismo ruso, nunca dejó levantar cabeza al noble pueblo ucraniano, siempre se los repartieron como una cuadrilla de ladrones se reparten el botín de sus fechorías.

La democracia alemana no murió, como más tarde pretendería la « jurisprudencia» de Nuremberg, a causa de las ansias de revancha del militarismo prusiano. Fue asesinada por las propias democracias occidentales, que incumplieron clamorosamente la totalidad de los compromisos dictados por ellas mismas en Versalles; la agredieron y expoliaron en Renania; animaron al «ganso polaco» a que violara las fronteras de Silesia; la rodearon de una serie de pseudonaciones armadas hasta los dientes y no cesaron, durante quince años, de someterla a toda suerte de humillaciones, e injusticias que, forzosamente, debían desprestigiar a los ojos del pueblo alemán, al régimen que soportaba, sin protesta, tal estado de cosas.

condrossam rebuznó:
En 1920 una Polonia renacida salvó a Europa de la invasión bolchevique. Sin el "milagro del Vístula" el ejército rojo se habría plantado en Berlín veinticinco años antes. Ya sabemos de qué forma lo agradeció Alemania.

En 1920, en ocasión del ataque de la U.R.S.S. contra Polonia, Votja Benes que, por otra parte, suministraba armamentos a los soviéticos, prohibió el paso a través de Checoslovaquia de los convoyes de armas y municiones enviados por el almirante Horthy desde Hungría: si Rumania no hubiera permitido el tránsito y contribuido con su propia ayuda, la contraofensiva de Pilsudski a las puertas de Varsovia hubiera fracasado, y Polonia hubiera sido bolchevizada ya entonces


condrossam rebuznó:
El nacionalsocialismo fue a la postre el mejor instrumento de la expansión del comunismo en Europa.

Fue el último intento de Europa por defenderse de la tiranía oriental que planeaba por el este y el oeste.

Eso no quita que acabasen siendo tal instrumento ¿tu que opinas, consciente o inconscientemente?

condrossam rebuznó:
Lo más irónico de todo es que un nancy como tú sea incapaz de comprender por qué los pueblos eslavos no encontraban atractivo el destino de esclavitud que el bondadoso Hitler les ofrecía

Lo sarcástico del asunto es que un lo que seas no sepa ver que los pueblos eslavos estaban más que decididos a echarse en los brazos de Hitler, pero el muy ceporro tenía otros planes, y así le fue.

condrossam rebuznó:
Los superhombres no lloran. Hasta ahí podíamos llegar, hombre.

Si eso es lo que te decía tu madre, se equivocaba.

condrossam rebuznó:
Seguro que la culpa fue de los juden, que les lavaron el cerebro.

Hugo Preuß - Wikipedia, the free encyclopedia
Mira, este judío es el responsable de la constitución de la república de weimar, sí, esa que urdieron en versalles los representantes de alemania y de EEUU, que sucede que eran hermanos, ¿puedes imaginarlo? la madre de todas las batallas y arreglan el asunto entre 2 hermanos, el director de la FED, Paul Warburg y en la otra esquina, con 66 kilos de peso, como representante de la banca, los servicos secretos y el gobierno alemáaaaaaaan: Misterrr Max Warburg

En la delegación americana iban tambien Louis Marshall, el juez Julian Mack, el coronel Harry Cutler, Jacobo de Haas, el rabino B. L. Levinthal, Joseph Banrondess Nachman, Syrkin, Leopold Benedict, Bernard Richards y Stephen Wise. En la alemana Ratheanu, Wassermann, Mendelson, Bartoldy, Max Warburg, Oscar Oppenheimer y Deutsch. Vamos que, dos naciones dirimen un asunto de capital importancia y los encargados de hacerlo, representando a ambas naciones, son de una tercera nación que es sabido que metió a una de ellas, EEUU, en la guerra(de lo cual e jactan), pero se sospecha que a la otra tambien, habiendo desencadenado dicha guerra para acabar cambiando de bando a la mitad. Pero nada, tu tranquilo, su influencia fue marginal.
 
BAILARÉ SOBRE TU TUMBA rebuznó:
No mi rei no, es al reves, al parecer solo Alemania no tenía derecho a invadir a nadie. Porque los aliados eran todos potencias coloniales que cometían genocidios a lo largo y ancho del mundo entero al que tenían sojuzgado, antes, durante y despues de la guerra.

Lo que son las cosas: Alemania perdió la guerra y ahora es la mayor potencia económica y política de Europa. La pérfida Albión y Francia ganaron, perdiendo por el camino sus respectivos imperios coloniales.




So what? Pero le importaban las minorías alemanas.

"Si el principio de libre determinación hubiera sido lealmente empleado con Alemania, los Sudetes, Austria, Dantzig, el Corredor y diversas partes de Polonia hubieran debido ser incorporadas al Reich".
Lord Lothian

Philip Kerr, 11th Marquess of Lothian - Wikipedia, the free encyclopedia

Me parece que el concepto que tienes de lo que significa el derecho de autodeterminación difiere del mío y del de casi todo el mundo. En buena lógica el concepto de "autodeterminación de los pueblos" sirve para dotar de un Estado a aquellas naciones que carecen de uno propio, como era el caso de Polonia y Checoslovaquia antes de 1918. Los alemanes ya disponían no de uno, sino de dos (y a veces tres), antes, durante y después de las dos guerras mundiales.





Una nación no independiente puede hacer muchas cosas, hasta puede declararle la guerra a la primera potencia mundial:

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Qué atrevidos ¿no? Qué valientes, siempre de frente y en desventaja, como en los tiempos de David el gnomo.

Te repites más que el ajo. La portada de diario esta ya nos lo has restregado por las narices un par de millones de cientos de veces.
Además, ¿que cojones tiene esto que ver con los ucranianos?




Hay cosas que no se pueden explicar con uno o dos párrafos:
Checoslovaquia fue creada en Versalles. Para formar el extraño «salchichón» checoslovaco fue necesario colocar a 3.600.000 alemanes, 800.000 húngaros, 500.000 ucranianos, 806.000 polacos y 2.500.000 eslovacos bajo la despótica soberanía de 6.000.000 de checos, que representaban aproximadamente el 43% de la población del artificial Estado y ocupaban un territorio equivalente al 40 % del área total del mismo.

Checoslovaquia había sido creada con una única finalidad: servir de portaaviones contra Alemania. No se trata de una simple frase de propaganda alemana: en la Memoria 1ª de la delegación Checa en Versalles, se decía, sin tapujos: «La situación especial de Checoslovaquia convierte a esta, necesariamente, en la enemiga mortal de Alemania». Clemenceau, Poincaré, Briand y Pierre Cot, ministro francés del Aire, habían en diversas ocasiones manifestado que Checoslovaquia estaba destinada, en caso de guerra, a servir de base desde la que se podría bombardear, con toda facilidad, a Alemania.
Lloyd George fue el primer político en reconocer (Discurso pronunciado en el Guildhall, de Londres, el 7 de octubre de 1928) que "toda la documentación que nos fue proporcionada por ciertos aliados nuestros en Versalles, era falsa y tendenciosa. Sobre todo, en los casos checoslovaco y polaco, dictaminamos basándonos en flagrantes falsificaciones".


Alemania y Austria, así como Hungría, se habían negado siempre a reconocer las fronteras checoslovacas, y el Consejo Nacional de Ucrania había reclamado, repetidamente, a Benes, que reconociera el derecho de autodeterminación a la Rutenia Transcarpática. Polonia, por su parte, presentó varias reclamaciones a propósito de la comarca de Téscheno. En cuanto a los eslovacos, cordiales enemigos históricos de los checos, reclamaban igualmente su autonomía interna y hasta su separación pura y simple del artificial Estado en que habían sido integrados por la fuerza. El mismo Massaryk reconocía (Jan Massaryk: La résurreetion d´un état.) que, mientras una minoría de eslovacos deseaban ser incorporados a Rusia o a Hungría, la gran mayoría aspiraba a la independencia nacional, pero que, de hecho, el eslovaco partidario de una unión con Chequia (Bohemia y Moravia) era una especie muy rara.

Preciso es rendirse a la evidencia de que, de entre las muchas arbitrariedades cometidas en Versalles, la invención del Estado checoslovaco ocupaba, al lado del «Corredor» de Dantzig, el lugar de honor. El mismo Tardieu, el más acérrimo defensor de las secuelas de Versalles reconocerá (Gringoire, 23 noviembre 1938):
«Los Aliados no crearon a Checoslovaquia por sí misma, sino para levantar una barrera contra el germanismo.»
Y Lansing, secretario de Estado norteamericano, dirá, el 1º de abril de 1919, en Versalles:
«La delimitación de las fronteras en función de su valor estratégico y bélico, como se ha hecho en los casos checoslovaco y polaco, se opone al espíritu esencial de la Sociedad de Naciones y de la política de los Estados Unidos, según ha sido expresada por boca del presidente Wilson».


La propaganda de Benes y Massaryk, apoyados por la Prensa anglofrancesa pretendió demostrar que las reivindicaciones alemanas sobre los Sudetes no tenían otro fundamento que las invenciones hitlerianas. Nada más falso. Ya en 1880, los alemanes sudetes, entonces bajo soberanía austrohúngara, habían reclamado su Anschluss con el Reich, molestos por la política proeslava del emperador Francisco-José. En 1931, Conrad von Heinlein, organizó el frente nacional de los Sudetes, que reclamaban el cumplimiento de las promesas hechas por Benes cuando, en 1919, garantizaba la autonomía interna a las minorías nacionales de Checoslovaquia (recordemos que tales minorías representan, juntas, el 57% de la población y ocupan las dos terceras partes del territorio), promesa ratificada legalmente en la Constitución del Estado checoslovaco.

Heinlein que, al igual que su contemporáneo en Austria, Seyss-Inquart, no era miembro del N.S.D.A.P., había logrado constituir un Partido político que, con sus 57 diputados y más de 200.000 afiliados era, con mucho, el primer Partido político de Checoslovaquia. Esa fuerza política se había constituido a pesar de las medidas arbitrarias e ilegales de los señores Benes y Massaryk y de las represiones de la soldadesca checa. El 4 de marzo de 1919, por orden personal de Benes, las tropas ametrallaron a las manifestantes alemanes que reclamaban su derecho a estar legalmente representados en el Parlamento (Praga había invalidado las elecciones, que habían representado un triunfo para Heinlein).

Cincuenta y dos alemanes sudetes fueron asesinados, sin que la conciencia universal encontrara motivo suficiente para sus llantos. ¡Paradójica situación en verdad! Los alemanes sudetes, amparándose en la Constitución del Estado checoslovaco, solicitan la autonomía interna. El tal Estado se niega. Se celebran las elecciones generales, y el frente nacional de los Sudetes logra una mayoría aplastante en su región -el 93% de los votos emitidos- y la mayoría relativa en todo el territorio del Estado. A Conrad von Heinlein le corresponde presidir el nuevo Gobierno, los alemanes de Checoslovaquia deben administrarse a sí mismos. Esto es pura democracia. Pues bien: el democrático Benes anula las elecciones, y cuando los alemanes se manifiestan en protesta pacífica, la soldadesca checa dispara contra la multitud.

El dictador Hitler pide que se respeten los resultados de las elecciones, y los políticos democráticos de Londres, París y Moscú, apoyan a Benes. Los alemanes de los Sudetes envían veintidós notas de protesta a la Sociedad de Naciones, que se limita a archivarlas sin tomar resolución alguna.
En Praga «reina», el déspota absoluto, Votja Benes, el artífice de la pequeña Entente. Su historia política está jalonada de favores al bolchevismo, En 1920, en ocasión del ataque de la U.R.S.S. contra Polonia, Votja Benes que, por otra parte, suministraba armamentos a los soviéticos, prohibió el paso a través de Checoslovaquia de los convoyes de armas y municiones enviados por el almirante Horthy desde Hungría: si Rumania no hubiera permitido el tránsito y contribuido con su propia ayuda, la contraofensiva de Pilsudski a las puertas de Varsovia hubiera fracasado, y Polonia hubiera sido bolchevizada ya entonces.

Más adelante, Benes es, con Titulesco, el artífice de la admisión de la U.R.S.S. en la Sociedad de Naciones... Después, ayudará a limar aristas entre Litvinoff y el ministro francés Alexis Léger, facilitando la firma del pacto francosoviético. El 16 de mayo de 1935, firmará con el judío Alexandrowski, embajador soviético en Praga, un tratado de asistencia mutua entre Checoslovaquia y la U.R.S.S., calcado del pacto suscrito entre Léger y Litvinoff unos meses atrás. Finalmente, Benes morirá a manos de los verdugos soviéticos, que él más que nadie contribuyó a instalar en Praga. ¡Así paga Moscú! El 24 de abril de 1938, Conrad Heinlein anunció, en Carlsbad, las reivindicaciones de los alemanes sudetes, las cuales, por otra parte, no contenían nada que no estuviese garantizado por la Constitución checa. Benes, que debe afrontar las demandas de las minorías húngara y ucraniana, aparte de la presión exterior de Polonia sobre Téscheno y el malhumor de los eslovacos quiere salvar la situación, aplazando las elecciones hasta el 22 de mayo. Pretende, durante este tiempo ganado, obtener garantías formales por parte de Francia, Inglaterra y la U.R.S.S. Stalin es formal en su respuesta: ayudará a Checoslovaquia si los Estados occidentales lo hacen a su vez. El zar rojo no quiere la guerra con Alemania, y menos si debe hacerla sólo, pero no le desagrada la idea de que Inglaterra y Francia se metan en el avispero checo y se enzarcen en una lucha a muerte con el Reich.

Massaryk y Benes declaran al Times de Londres -que, aún en el caso de que el 100 % de los alemanes sudetes pidan, democráticamente, el Anschluss con Alemania, Checoslovaquia se opondrá a ello, con las armas, si es preciso. La respuesta de Hitler es inmediata. Invita a los Gobiernos británico, francés e italiano a hacer de árbitros en la cuestión. Significativamente, Hitler deja fuera de tal arbitraje a Moscú.

Chamberlain, Primer Ministro británico, acepta en el acto la propuesta del Führer. Chamberlain es, probablemente, el último Premier auténticamente británico que tendrá Inglaterra, en el sentido de que para él sólo cuenta el interés de las Islas. Político realista, siente el máximo desprecio por las transitorias ideologías; no tiene ningún interés en organizar «cruzadas antifascistas», de las que entrevé que el único beneficiario será el comunismo. Hablando en los Comunes de la cuestión checa, Chamberlain dirá que, en buena lógica democrática, no puede negarse a los alemanes de los Sudetes el derecho a disponer de sí mismos de la manera que mejor les plazca. Las demandas de Hitler se basan no sólo en una razonable lógica y en principios absolutamente democráticos, sino incluso en los términos del propio Tratado de Versalles, cuyo articulo 19 prevé la solución de los conflictos que se planteen mediante el recurso de los plebiscitos populares".

Hitler y Chamberlain se entrevistan en Berchtesgaden. El Premier británico recibe, días más tarde, en Londres, al presidente del Consejo de Ministros francés, Daladier, y a su ministro de Asuntos Exteriores, Bonnet, para estudiar en común el caso checo. Chamberlain y Daladier publican un comunicado conjunto, en el que, entre otras cosas, se manifiesta que «...estamos de acuerdo en que, después de los recientes acontecimientos, se ha llegado a un punto en el cual... ya no puede continuar efectivamente la permanencia de los territorios Sudetes dentro del Estado Checoslovaco, sin poner en serio peligro la paz de Europa. Ambos Gobiernos han llegado a la consideración final de que el mantenimiento de la paz y la seguridad de los intereses vitales de Checoslovaquia no pueden ser garantizados a no ser que la región de los Sudetes sea incorporada al Reich».

Al día siguiente, estas proposiciones francobritánicas se transmiten a Praga, que las acepta «con el corazón dolorido».
Hitler y Chamberlain celebran una segunda entrevista en Godesberg. Chamberlain propone unos plazos de entrega muy largos. La región de los Sudetes deberá ser cedida a Alemania al cabo de varios meses. Hitler no acepta. Teme que Benes utilice a los civiles de los Sudetes como rehenes; en los últimos días se han producido violentos choques entre el Ejército y la policía checos y la población civil en Carlsbad. Más de cincuenta mil alemanes han abandonado sus hogares. Hitler, acusa a Benes de tergiversar, una vez ha dado su acuerdo para la devolución de los Sudetes al Reich.

El Führer escribe a Chamberlain:
«Su Excelencia me confirma que la base del acuerdo de la cesión de los territorios de los Sudetes alemanes ha sido débilmente aceptada. Lamento tener que recordar a Su Excelencia que el reconocimiento teórico de derechos, a nosotros, los alemanes, se nos ha efectuado en numerosas ocasiones anteriores a ésta. En 1918 se firmó el Armisticio sobre la base de la aceptación de los catorce puntos del presidente Wilson que fueron reconocidos fundamentalmente por todos. Pero más tarde fueron violados de un modo humillante al llevarlos a la práctica. Lo que a mí, me interesa, Excelencia, no es el reconocimiento de unos derechos y de que estas regiones sean cedidas al Reich, sino solamente la puesta en práctica del acuerdo que ponga fin a los sufrimientos de las desgraciadas víctimas de la tiranía checa, que esto se haga lo más pronto posible y que, por otra parte, se cumpla con la dignidad de una gran potencia.»
Chamberlain se entrevista nuevamente con Hitler. Cuando se hallan en plena discusión, llega un telegrama anunciando que Benes acaba de dar, por radio, la orden de movilización general del Ejército checoslovaco. El Consulado británico en Praga interviene, y es retirada la orden de movilización, pero esto no anula los efectos de la «gaffe» de Benes. Éste intenta un nuevo aplazamiento de las elecciones generales, pero Chamberlain le aconseja desistir, pues, de lo contrario, no puede asegurar que logrará frenar la impaciencia de Hitler. Las elecciones tienen lugar en los días fijados: el éxito de los alemanes sudetes es total. A pesar de las medidas coercitivas empleadas por el Gobierno checo, logran el 91,5 % de los votos alemanes. El 70 % de la población eslovaca ha votado por los nacionalistas del padre Tisso; en Rutenia y Teschen, donde las minorías ucraniana, húngara y polaca no presentaban candidaturas propias, las abstenciones son del orden del 60%. A pesar de que la importante minoría israelita ha votado en bloque por el Partido gubernamental, el fracaso del dúo Benes-Massaryk es absoluto.

Benes se muestra, ahora, dispuesto a entrevistarse con Chamberlain y su ministro de Asuntos Exteriores, Runciman, que, primero, visitan a Hitler en Berchtesgaden. El Führer se limita a pedir que los demócratas de Praga cumplan con su propio credo político y apliquen los resultados de los sacrosantos comicios populares. Afirma que ya ha tenido demasiada paciencia con los señores Benes y Massaryk y que no piensa seguir tolerando que los checos continúen asesinando indefensos civiles alemanes. No obstante, acepta los buenos oficios de Inglaterra para que ésta convenza al Gobierno checo de la necesidad de devolver, de una vez, los Sudetes a Alemania. Simultáneamente, Polonia y Hungría presentan sus reivindicaciones a Praga.

El Consejo Nacional de Ucrania pide la autonomía interna para la Rutenia Transcarpática. El artificial Estado inventado en Versalles hace aguas por todas partes. Pero Benes, hombre de recursos inagotables, pretende todavía ganar tiempo. Ahora propone a Hitler y a Chamberlain que la cuestión de los Sudetes sea llevada ante el Tribunal Permanente de Justicia Internacional de La Haya. El embajador británico, Sir Basil Newton, visita a Benes en su domicilio y le notifica que, si a consecuencia de la actitud equívoca de su Gobierno estalla un conflicto europeo, Inglaterra considerará que no se halla obligada a asistir a Checoslovaquia, a pesar del Tratado de mutua ayuda que las une. Benes recibe, a continuación, a los jefes del Ejército checoslovaco, que le traen malas noticias. Hitler se ha entrevistado con el presidente del Consejo de Hungría, Bela Imredy, mientras Goering y el regente Horthy se encontraban en Raminden. El gobierno polaco ha enviado una nota a Londres, París, Roma Y Berlín. haciendo saber que reivindica la posesión de la Silesia de Tescheno. En caso de conflicto, Checoslovaquia sería atacada desde tres lados diferentes, mientras, en el interior, la actitud de los ucranianos de Rutenia y de los propios eslovacos es cada vez más hostil. Los militares aconsejan pues la aceptación del plan anglofrancés que ya ha sido aprobado por Hitler. Checoslovaquia perderá los Sudetes y concederá amplia autonomía interna a las zonas fronterizas con Hungría y Polonia. Benes accede. Mejor dicho, lo hace ver.

Una vez aceptado el principio de la devolución del territorio de los montes Sudetes a Alemania, Chamberlain y Hitler se entrevistan de nuevo, en Godesberg, con objeto de fijar los límites exactos de la nueva frontera. El Führer propone que se celebre un nuevo plebiscito y que sea éste quien decida. Una vez celebrados los comicios, la Wehrmacht procederá a ocupar los territorios que se hayan pronunciado por el Anschluss con Alemania.
Chamberlain propone en Godesberg, que la ocupación de los territorios en litigio no se realice inmediatamente, para dar tiempo a la minoría checa de los Sudetes y a los funcionarios del Estado checoslovaco a partir, si así lo desean. Pero cuando Hitler y Chamberlain parecen a punto de llegar a un acuerdo, surge una nueva maniobra de Praga. El Gabinete Hodza dimite y Benes asume legalmente, los plenos poderes.

La primera medida de Benes desde su nuevo cargo consiste en rechazar el proyecto Chamberlain, que ya había sido aceptado por todos los interesados. incluyendo el anterior Gobierno de Praga. He aquí un nuevo motivo para que Hitler insista en sus pretensiones de ocupación inmediata. Si se pierde más tiempo, Benes y su Gobierno complicarán aún más la situación y sin duda utilizarán como rehenes a los civiles alemanes de Checoslovaquia. En vano protesta Chamberlain de su buena fe, «Su buena fe es una cosa, y su influencia sobre Benes es otra, mi querido Primer Ministro», le responde Hitler.

Ante la estupefacción de la delegación británica que acompaña a Chamberlain, Hitler hace oír a sus huéspedes los discos en que se han registrado las conversaciones habidas entre Benes y el embajador soviético en París, Rossenberg. Resulta que la política exterior de Praga es dirigida telefónicamente, por los señores del Kremlin, vía París. He aquí por qué Hitler quiere terminar de una vez el «affaire» checoslovaco. Chamberlain acepta. ahora, «casi» todo. Pero existe una discrepancia: Hitler exige un plebiscito en todo el territorio checo, y no solamente en la región de los montes Sudetes. Como los checos sólo representan el 43% de la población de «su» Estado, el plebiscito en todo el territorio significa el fin de Checoslovaquia. Pero significa también la estricta aplicación de los principios democráticos. Chamberlain pregunta a Hitler qué porcentaje de votos consideraría él necesarios para adjudicar un territorio checoslovaco a uno de los Estados reclamantes, es decir, Alemania, Polonia y Hungría. Sin contar a los nacionalistas ucranianos y eslovacos. El Führer responde que se halla muy sorprendido de que tal pregunta se la formule un estadista democrático. Para él, de toda evidencia la mitad más uno de los votos son suficientes. Aparece, así, como muy probable, que los partidarios de la intangibilidad del Estado checoslovaco serán puestos en minoría incluso en Praga, la capital del Estado, donde residen muchos alemanes, ucranianos y eslovacos.

Pero la desaparición de Checoslovaquia, que sería una catástrofe para Moscú, representada, igualmente, un durisimo golpe para la City, muy interesada en las grandes fábricas de armamento checas y en el complejo industrial Skoda. Por eso Chamberlain intenta ahora poner en práctica el viejo sistema político inglés consistente en alternar las zalamerías con las amenazas. Pero Hitler le responde:
«Lo que me interesa a mí, Excelencia, no es el reconocimiento del principio que concede a Alemania la devolución de ese territorio, sino únicamente la realización de ese principio... Yo no pido un favor a nadie, yo pido a unos gobernantes que se dicen demócratas que apliquen su propio credo político y a los gobernantes de Checoslovaquia que apliquen los principios de su propia Constitución referente a sus minorías nacionales... Yo, querido Primer Ministro, no regateo unos kilómetros cuadrados de territorios; tampoco sugiero que tres millones y medio de ingleses sean arbitrariamente colocados bajo la tiranía del señor Benes; únicamente exijo que tres millones y medio de alemanes vuelvan a la soberanía alemana».


Georges Champeaux, en el tomo II de La Croisade des Démocraties, comenta:
"El Chamberlain que, el 22 de septiembre se encaminaba al Hotel Dreesen para entrevistarse con Hitler era un árbitro soberano -o creía serlo - en razón de un derecho hasta entonces indiscutido para Inglaterra. Era el digno sucesor de Lord Palmerston, aquél Primer Ministro que envío un ultimátum al rey de Grecia, culpable de haber dejado saquear, en Atenas, la tienda del judío Pacifico; de aquél Disraelí que le comunicaba a Rusia que el Tratado de San Stéfano, impuesto por aquélla a Turquía, no era del agrado del Gobierno británico; de aquél Lloyd-George que, en 1919, obligaba al Japón abandonar sus conquistas en el Chang-Tung. Pero Hitler le hizo notar desde el principio, que el tiempo de Palmerston, Disraelí y Lloyd-George había pasado, y que Alemania se consideraba con derecho a tratarla de igual a igual. Por primera vez desde Waterloo, un jefe de Estado europeo rehusaba inclinarse ante el dogma de la supremacía política de Londres".

Hitler envía un ultimátum a Benes. El 1º de octubre de 1938, los Sudetes deben haber sido devueltos a Alemania. En caso contrario, la Wehrmacht entrará en acción. Praga responde con la movilización general. Y, el 28 de septiembre, Hitler ordena, a su vez, la concentración del grueso de sus tropas ante las fronteras checas. Un día antes, en Inglaterra, Su Majestad Jorge V decreta el estado de excepción, el Ministerio de la Marina anuncia la movilización de la Armada, que se encuentra ya en estado de alerta. El día 28, se anuncia la movilización de las reales fuerzas aéreas y de la milicia territorial femenina. Por su parte, Mussolini publica un comunicado anunciando que sostendrá a Alemania pase lo que pase y coloca a sus fuerzas armadas en pie de guerra. Hungría llama a filas a tres reemplazos y concentra tropas ante las fronteras checas. Desde Varsovia informan que se han producido incidentes antipolacos en la región de Téscheno y se rumorea que Polonia va a romper sus relaciones diplomáticas con Checoslovaquia.

En Francia, el generalísimo Gamelin y el almirante Darlan, comunican a Daladier Primer Ministro, que el Ejército y la flota están preparados.
No así el general Vuillemin, jefe del Estado Mayor de las fuerzas aéreas, que afirma que sería ridículo pretender enfrentar a la aviación francesa con la Luftwaffe. Inmediatamente, se acusa a Vuillemin de ser un agente de Hitler. LíHumanité es el portaestandarte de esta acusación absurda.

La psicosis de guerra se ha apoderado de todas las Cancillerías. Su Santidad el Papa dirige un llamamiento a los estadistas para que eviten una guerra que será fatal para todos los que en ella tomen parte.

En tan dramática situación, una iniciativa de Mussolini salva la paz. Propone a Chamberlain, Daladier y Hitler, una reunión, en Munich, para decidir, de una vez, el problema checo. Mussolini asistirá también, pero no así Benes. Sin asistir el principal interesado, se decidirá de la suene del artificial Estado checoslovaco. Hitler cede en varios puntos. Renuncia a un proceder unilateral por parte de Alemania y se muestra de acuerdo en que una organización internacional, por ejemplo, la Sociedad de Naciones, controle la ejecución de los acuerdos. Checoslovaquia cederá a Alemania toda población donde el frente nacional sudete haya obtenido la mayoría absoluta de votos en las últimas elecciones. Así mismo, se firma un acuerdo naval germanobritánico, cuyas cláusulas aseguraban a Inglaterra su hegemonía marítima. Hitler pretende demostrar, así, su voluntad de dirigirse hacia el Este, hacia la Rusia soviética, voluntad ya impresa en el «Mein Kampf». Para una tal contienda no se precisaba una gran flota. Eso debía tranquilizar a los belicistas ingleses, con Churchill, Eden y Attlee a la cabeza.

Chamberlain y Daladier fueron entusiásticamente recibidos a su retorno a Londres y París. La paz había sido salvada, y no existía ningún inglés ni ningún francés que deseara ir a la guerra por defender a un pequeño tirano, como Benes. Churchill refiere, en sus Memorias que «... turbas vociferantes aplaudieron a Chamberlain y a Daladier a su regreso de Munich».

La pérdida de los Sudetes representaba, para Checoslovaquia, prácticamente, el fin de su existencia como Estado soberano. El cuarenta por ciento de la industria se hallaba concentrado allí, lo mismo que un tercio -el mas activo- de la población. En cuanto a Benes, demolido por la pérdida de los territorios alemanes de «su» Estado, había caído en el ostracismo político.

Inmediatamente, Polonia se ponía en movimiento y, sin previa declaración de guerra, ocupaba «manu militari», la región de Téscheno donde, si es cierto que habitaban ochenta mil polacos, no es menos cierto que con ellos convivían ciento cincuenta mil ucranianos, alemanes, eslovacos, húngaros y checos. En París esto causa un disgusto mayúsculo. Y, en seguida, se acusa a los gobernantes de Varsovia -que las exigencias de la alta coyuntura política exigirán sean presentados como demócratas y como mártires unos meses más tarde- de ser unos reaccionarios fascistas y unos fanáticos antisemitas.

Hungría procede de modo menos violento que Polonia, y deja al arbitraje de Mussolini y Hitler, representados por sus ministros de Asuntos Exteriores Ciano y Ribbentrop, la decisión de la delimitación exacta de sus fronteras con Checoslovaquia. El 6 de octubre, Eslovaquia proclama su autonomía, dentro del Estado checoslovaco. Praga reconoce al Gobierno eslovaco, presidido por el padre Tisso. Días después se forma, en Uzhorod, un Gobierno autónomo cárpato-ucraniano, presidido por Andrej Brody, que también es reconocido, de momento, por Praga. Pero al cabo de una semana Brody es detenido por la policía checa. El doctor Hacha, que ha sustituido a Benes al frente del Gobierno checoslovaco, envía a un general checo, Leo Prchala, a Bratislava, nombrándole miembro del Gobierno autónomo eslovaco. Esta medida es anticonstitucional.

El 10 de marzo, Praga descarga otro golpe contra Ucrania Transcarpática, anulando su régimen autónomo. Simultáneamente, el padre Tisso y sus ministros Adalbert Tuka y Alexander Mach, son detenidos por la policía checa. Estalla la crisis política. Praga libera a Tisso, encargándole que forme Gobierno en Bratislava, pero éste se niega a actuar bajo la presión policiaca. Tres gobiernos constituidos por Hacha se derrumban en el espacio de unas semanas.

A pesar de representar a un importante núcleo de población, el secretario de Estado, Karmassin, representante de la minoría alemana en Eslovaquia, no es llamado para ocupar ningún cargo en los tres gobiernos.

Hitler interpreta todas estas medidas de Praga como una violación de los acuerdos de Munich, donde él reconoció las nuevas fronteras checas bajo la condición expresa de que «los checos solucionaran la cuestión de sus minorías nacionales por vías pacificas y legales, y sin opresión». Por eso, con el apoyo político de Berlín, el 14 de mano, las tropas húngaras entran en la región Cárpatoucraniana. También Eslovaquia proclama su independencia estatal. Y Polonia vuelve a concentrar sus tropas en Téscheno.


Monseñor Volozin, acompañado de los miembros de su Gobierno, visita al cónsul de Alemania en Chust y le informa de que «Ucrania Transcarpática (Rutenia) ha proclamado su independencia, colocándose bajo la protección del Reich». Unas horas después, la Dieta de Bratislava autoriza a monseñor Tisso para que mande a Goering un telegrama redactado así:
«Le ruego ponga en conocimiento del Führer lo siguiente: El Estado eslovaco se coloca bajo vuestra protección, y os ruega que os dignéis asumir el papel de protector.» Hitler acepta en el acto.
En vista de la agravación de la situación, el doctor Hacha y su ministro de Asuntos Exteriores, Chavlkovski, solicitan ser recibidos en la Cancillería del Reich.

Hitler le expone todas las incorrecciones y faltas a su palabra cometidas por el Gobierno de Praga con relación a sus minorías nacionales y le anuncia que, a las primeras horas de la mañana siguiente, las tropas alemanas entrarán en Bohemia-Moravia. Hacha se desmaya al oír estas palabras. El propio médico de Hitler le atiende. Al volver en sí, su primera medida es ponerse al habla con Praga para ordenar que no se ofrezca resistencia a la Wehrmacht.
El mismo día, el doctor Hacha firma un documento según el cual «pone en las manos del Führer de Alemania, el destino de la nación y del pueblo checo». Hitler se compromete a «acoger al pueblo checo bajo la protección del Reich y garantizar un desarrollo autónomo inherente a sus peculiaridades nacionales» .

Unas horas después, las tropas alemanas, al mando de los generales Von Blaskowitz y List cruzan la frontera checa. No se dispara un solo tiro. Bohemia y Moravia, que durante más de mil años formaron parte integrante de estados alemanes, entra a formar parte del Reich en calidad de «Protectorado». La Wehrmacht se apodera de una fabulosa cantidad de armamento. Dos mil cañones y cuarenta y cinco mil ametralladoras -que nunca fueron poseídas por el «Ejército de cien mil hombres» autorizado a la Alemania prehitleriana-, pasan a ser propiedad de los arsenales del Reich.

André François Poncet, al que es imposible calificar de germanófilo, ha escrito: «Los eslovacos y los rutenos habían obtenido la autonomía que les permitía la propia Constitución del Estado checoslovaco. Pero los checos rehusaron considerarles como entidades autónomas. A Hitler, para borrar del mapa a Checoslovaquia, le bastaba con tomar partido por los eslovacos, y cuando el padre Tisso y monseñor Volozin -representando a los rutenos- se pusieron bajo la protección de Berlín, los checos se encontraron, legal y efectivamente, solos. «Es pues evidente que los acuerdos de Munich fueron violados, en primer lugar, por Praga, y no por Berlín».

Pero, como indica muy bien Paul Rassinier, «los acuerdos de Munich habían sido complementados por un pacto angloalemán (30 de septiembre de 1938) y otro francoalemán (16 de noviembre de 1938), por el que las tres potencias se comprometían a consultarse para la solución de cuestiones de interés común. Hitler debía, pues, antes de admitir bajo su protección a eslovacos y rutenos, consultar con Inglaterra y Francia. Cuando se apercibió - y luego quedaría plenamente demostrado -que la violación de los acuerdos de Munich era teledirigida desde Londres por Benes, y desde Moscú por Gottwald, debió convocar a los primeros ministros inglés y francés. Y cuando eslovacos y rutenos se colocaron bajo su protección, debió hacerles patente que tenían que colocarse bajo la protección de ingleses y franceses también, y no solamente la suya».

¿Qué hubiera sucedido entonces? Creemos que hubiese sido difícil para los Gobiernos inglés y francés dejar que la situación se eternizara, e ignorar las quejas de Hitler, Tisso y Volozin sin «perder la cara» ante el mundo.
En vez de ello, Hitler solucionó el problema a su manera: las tropas alemanas penetraron en Checoslovaquia y ocuparon Bohemia y Moravia, sin resistencia. Eslovaquia fue proclamada independiente bajo la protección del Reich. Rutenia pasó, como región autónoma, bajo soberanía húngara; al doctor Hacha se le obligó a declarar que «colocaba al pueblo y al territorio checo bajo la protección del Reich alemán», dotándose a Bohemia y Moravia de un «staathalter» (protector, residente en Praga (Herr von Neurath).

Creemos, con Rassinier, que el «salto a Praga» fue un error. Hitler recordó - y era verdad - que en Praga vivían muchos alemanes y que allí se había creado la más antigua Universidad germánica, pero ello no soslayaba el problema de que Bohemia y Moravia ya no podían considerarse territorios alemanes. Más que una injusticia para con los checos, el salto a Praga fue un error, pues ya, a partir de entonces, no pudo Hitler presentarse como un defensor de la libre determinación de los pueblos.

Chamberlain declaró en los Comunes que «el Estado cuyas fronteras tratamos de garantizar se ha desmoronado desde dentro». En consecuencia, el Gobierno de Su Majestad «no se considera por más tiempo obligado con respecto a Praga».
Si crees que alguien leerá ese ladrillo estás muy equivocado. Sospecho que ni tú mismo lo haces.

:lol:



Vaya argumento, por esa regla de 3 casi todos los países son una entelequia, y de las diferenias dialectales en España... aunque claro, segun tu razonamiento, esa entelequia llamada España creada manu militari por los descendientes de los godos sobre unos países que ni siquiera hablaban un idioma común(las diferencias dialectales hacían que el español de ovieu y el de Zeviya fueran mutuamente ininteligibles...

No me has entendido. A mí me importa un bledo como se construyeron Alemania, España, o cualquier otro país. Si son estados artificiales o no. Eso se lo dejo para el sector separatista del sucfloro. Sólo quería señalarte lo arbitrario que resulta motejar a determinados países de "entelequias", y a otros no. Fíjate lo que duraron el imperio austro-húngaro y el otomano, por ejemplo, y esos si que eran auténticas jaulas de grillos.


Oh por dios, eso nunca había pasado...
Pero yo estoy hablando de alemania, no de Prusia.

Los prusianos, o mejor dicho, los brandemburgueses, fueron los artífices de la unificación alemana, eso no creo que me lo discutas.


No, la atacó para defender a los alemanes.

Qué cuco fue. Tuvo que esperar a tener el "problema checo" resuelto para "defenderse" de los polacos. Es como en esas viejas películas en las que el espadachín bueno se cargaba a los malos de uno en uno, y a los malos nunca se les ocurría atacar al bueno todos a la vez, pese a ser muchos.



Lo sarcástico del asunto es que so sepas ver que los pueblos eslavos estaban más que decididos a echarse en los brazos de Hitler, pero el muy ceporro tenía otros planes, y así le fue.

¿Ves? al final me das la razón y todo. Ya era hora de que admitieras que en algo debió equivocarse Hitler.


Si eso es lo que te decía tu madre, se equivocaba.

Pues igual tendré que darte la razón en esto.

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:lol:

El imperialismo polaco, haciendo pinza con el imperalismo ruso, nunca dejó levantar cabeza al noble pueblo ucraniano, siempre se los repartieron como una cuadrilla de ladrones se reparten el botín de sus fechorías.

Pos fale.
¿y a mí qué? De todos modos los ucranianos no pertenecían a la civilización occidental, sino a la greco-ortodoxa.

Fue el último intento de Europa por defenderse de la tiranía oriental que planeaba por el este y el oeste.

Eso no quita que acabasen siendo tal instrumento ¿tu que opinas, consciente o inconscientemente?

No creo que entrase en los planes del Führer su propia aniquilación personal y la del régimen que dirigía. Me cuesta imaginármelo a él o a alguno de sus colaboradores directos como kamikazes judeobolcheviques, pero hay gente pa' to' y un fanático adecuadamente programado puede llegar a los mayores extremos para servir a su causa.

Hugo Preuß - Wikipedia, the free encyclopedia
Mira, este judío es el responsable de la constitución de la república de weimar, sí, esa que urdieron en versalles los representantes de alemania y de EEUU, que sucede que eran hermanos, ¿puedes imaginarlo? la madre de todas las batallas y arreglan el asunto entre 2 hermanos, el director de la FED, Paul Warburg y en la otra esquina, con 66 kilos de peso, como representante de la banca, los servicos secretos y el gobierno alemáaaaaaaan: Misterrr Max Warburg

En la delegación americana iban tambien Louis Marshall, el juez Julian Mack, el coronel Harry Cutler, Jacobo de Haas, el rabino B. L. Levinthal, Joseph Banrondess Nachman, Syrkin, Leopold Benedict, Bernard Richards y Stephen Wise. En la alemana Ratheanu, Wassermann, Mendelson, Bartoldy, Max Warburg, Oscar Oppenheimer y Deutsch. Vamos que, dos naciones dirimen un asunto de capital importancia y los encargados de hacerlo, representando a ambas naciones, son de una tercera nación que es sabido que metió a una de ellas, EEUU, en la guerra(de lo cual e jactan), pero se sospecha que a la otra tambien, habiendo desencadenado dicha guerra para acabar cambiando de bando a la mitad. Pero nada, tu tranquilo, su influencia fue marginal.

Maccari-Cicero.jpg


¿Hasta cuando, BSTT, seguirás abusando de nuestra paciencia?
 
condrossam rebuznó:

Lo digo en serio.

No digo que me crea todo, pero sí que es cierto que soy un tipo curioso y que investigando algunas de las cosas que se dicen en los documentos de BSTT se puede ver que son ciertas. Y hablo de fuentes poco sospechosas como Wikipedia...
 
condrossam rebuznó:
Lo que son las cosas: Alemania perdió la guerra y ahora es la mayor potencia económica y política de Europa. La pérfida Albión y Francia ganaron, perdiendo por el camino sus respectivos imperios coloniales.

Hoy en día esos tres países están infestados de turcos en un caso, y moros y negros en los otros, y poco de "alemán", "inglés" o "francés" quedará en ellos en unas décadas. Yo creo que todos perdimos, al final.

Por cierto, lo de que los gabachos "ganasen" es bastante discutible. Más bien se dejaron dar por culo por los alemanes y luego se quedaron ahí esperando a que Winstoncito y el Tío Sam vinieran a "rescatarles", pero bueno...
 
mecagoenSatán rebuznó:
Por cierto, lo de que los gabachos "ganasen" es bastante discutible. Más bien se dejaron dar por culo por los alemanes y luego se quedaron ahí esperando a que Winstoncito y el Tío Sam vinieran a "rescatarles", pero bueno...


¿En que sentido se dejaron dar? :roll:

No creo que tuviesen previsto que los boches bordeasen la Línea Maginot barriendo a las fuerzas anglo-francesas en 6 semanas y evitando enfrascarse en un Verdun 2.1

Los viejos mariscales y generales franceses creían que las tácticas de la IGM aun eran validas y la blitzkrieg les pillo con los calzones bajados

Otra cosa es que digas que hubo mucho más colaboracionismo del que se admite oficialmente.

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¿Quién es el picoleto de tu avathar?
 
1984 reload rebuznó:
¿En que sentido se dejaron dar? :roll:

No creo que tuviesen previsto que los boches bordeasen la Línea Maginot barriendo a las fuerzas anglo-francesas en 6 semanas y evitando enfrascarse en un Verdun 2.1

Los viejos mariscales y generales franceses creían que las tácticas de la IGM aun eran validas y la blitzkrieg les pillo con los calzones bajados

Otra cosa es que digas que hubo mucho más colaboracionismo del que se admite oficialmente.

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Solo era una forma de hablar, pero basicamente era esto último a lo que me refería: que por muy mitificada que este la Resistance, no deja de ser eso, un mito, y que el papel de Francia en esa guerra no fue muy glorioso, que digamos...

¿Quién es el picoleto de tu avathar?

Anthony V. Bologna, heroíco poli neoyorquino que saltó a la fama por haberle dado su merecido a los indiguarros de Wall Street, sin duda inspirado por algún antepasado suyo que debió combatir a las hordas marxistas en la vieja patria allá por los años 20:lol:
 
Olentzero rebuznó:
Lo digo en serio.

No digo que me crea todo, pero sí que es cierto que soy un tipo curioso y que investigando algunas de las cosas que se dicen en los documentos de BSTT se puede ver que son ciertas. Y hablo de fuentes poco sospechosas como Wikipedia...

Siempre y cuándo esos documentos no hayan sido encontrados en una caja de galletas de una cocina de un cuartel de Valdivostok, como aconstumbra a decir.

Ya en serio, podría decir simplemente que BSTT AKA cachupín no más que un tarado negacionista filonazi, y que la mayoría por no decir todo de las cosas que dice son falsas, mutiladas o manipuladas.

Su tesis parte de una premisa errónea: Alemania fue maltratada y traicionada por todo bicho viviente. Y para eso todo vale.
 
Detenido el rapero Pablo Hasél por apología del terrorismo

¿seguro que es por apologia del terrorismo?
Código:
VUELVO A DESMONTAR ESE CUENTO PARA NIÑOS DE QUE "EL REY PUSO FRENO AL FASCISMO"
EL REY HIZO LO QUE MÁS LE CONVENÍA A SU CUENTA BANCARIA Y LIMPIO EL SABLE A FRANCO DURANTE DEMASIADOS AÑOS.
NO ES UN HÉROE, SINO UN PEZ GORDO QUE SE ARRIMA A LA CORRIENTE CON MÁS PEZQUEÑINES QUE DEVORAR.

SU PODER HA MANIPULADO LA HISTORIA Y HA ELEVADO A LOS ALTARES A UNO DE LOS MAYORES LADRONES QUE HA DADO ESTE ESTADO.

TÚ DICES QUE ODIAS A LOS MOROS Y LUEGO ALABAS A JUANCA, ÍNTIMO DEL REY DE MARRUECOS.
ESE QUE TIENE A SU PUEBLO PASANDO HAMBRE MIENTRAS TIENE INCONTABLES PALACIOS Y LO ENVÍA AQUÍ.

SU MAJESTAD NO REPRESENTA A NUESTRA CLASE,
QUE CAIGAN LAS CORONAS Y ARDAN LOS DISFRACES

ASÍ QUE EXCELENTÍSIMA FAMILIA REAL DEL REINO DE CASPALANDIA,
TARDE O TEMPRANO RECOGEREIS LO QUE MERECEIS: RABIA

NO ME EXTRAÑA QUE TENGAIS TANTOS HIJOS CUANDO LOS MANTIENE LA PLEVE,
YA ME DUELE QUE OS IDOLATREN EN COLEGIOS DE PIJOS
PERO EN ESCUELAS PÚBLICAS ESTÁN VUESTROS RETRATOS.
OS CREEIS EL OMBLIGO DEL MUNDO COMO EL BOLSILLO DE RODRIGO RATO,
YO DIGO QUE ANTES QUE RESPETAROS ME MATO.
OS TENDRÍAMOS QUE OBLIGAR A DECIR "UNA REPÚBLICA POPULAR ES LO MÁS SENSATO Y BARATO"

APROVECHAIS ÉXITOS DEPORTIVOS PA HACEROS PROPAGANDA
Y COLGAROS MEDALLAS QUE NO HABEIS GANADO VOSOTROS,
EN ESTE ESTADO HAY MÁS DE UN DICTADOR QUE MANDA
CALLAR A QUIENES DENUNCIAMOS VUESTROS MÉTODOS BOCHORNOSOS.

TIRANOS EN FORMA DE MULTIMILLONARIOS CON LOS QUE HACEIS SUCIOS NEGOCIOS.
NO LLAMEIS DEMOCRACIA A ESA MAFIA AUNQUE MUCHO PUEBLO LO EVITE VER
MIENTRAS OS BURLAIS CON DESMEDIDA FRIVOLIDAD EN EL CLUB BILDERBERG

ESTO SON EVIDENCIAS, NO CONSPIRACIONES
LLEVO TATUADO EN MI CONCIENCIA, MUERTE A LOS BORBONES.

OYE VOY A TATUARME LA CARA DEL QUE MATE A JAIME PEÑAFIEL ¿ME OYES?
YO NO QUIERO SER SÚBDITO DE NINGUNA MONARQUÍA Y AÚN MENOS IMPUESTA A LA FUERZA POR LOS TIRANOS DE SIEMPRE. 
MIRA, LA GUARDIA REAL YA TIENE NUEVO HIMNO PARA DESFILAR:

Os presento a la familia con más cocainómanos
Gastando en un vestido lo que ganas en 10 años
Su institución medieval cualquier lógica desquicia
Como buscar científicos en el diario de patricia
Los presupuestos reales nunca han sido transparentes
Si eso es democrático, Aznar fue buen presidente
Multaron a los del jueves por una caricatura
A mi ya pueden fusilarme en el ministerio de incultura
La república será fea como la infanta Helena
Si es capitalista y no sirve a la clase obrera
Os invito a odiar a los personajes más caraduras
Que adornaron con consumismo una otra puta dictadura

Deberíamos mandarlos a recoger fruta
Por 3 euros la hora, a ver como especulan

Venga, venga, que de ser así De la Vega
Admitirá que tiene pene y que con España juega

JUANCA, JUANCA, NO ES AMIGO DEL PUEBLO
SINO DE LA BANCA, LA JUSTÍCIA ESTÁ DE DUELO
SUELO SOÑAR QUE VUELA POR LOS AIRES
ESO NO ES TERRORISMO ¡SE MERECE EL CIELO!

ME DA NÁUSEAS CONSTANTES EL REINO CASPOSOL
DONDE UN FARSANTE ES GRANDE POR LA GRACIA DE DIOS
NO ME REPRESENTA ESA PUTA BANDERA
PON UNA ESTRELLA ROJA Y SACA LA CORONA FUERA

Mercenarios los defienden con medios de manipulación o armas
Todos bien pagados para controlar lo que hablan
Censuran manifestaciones en su contra
La reina sofía es una listilla que se hace la tonta
Cuando llegan a una ciudad se pone todo bonito
Ocultando la realidad y protestar es casi relito
Antidisturbios nos acorralan a km de ellos
No sea que escuchen que no los queremos
Patético estado policial, venga todos al corral
A poner huevos pa que cerdos los puedan robar
Y para colmo exijan ser venerados
Ciudadanos somos números de resultado esclavos
Suma y sigue, fuma y creéte libre
Juanca: el más pirata falta en el libro Guiness
Pero ya os podeis olvidar, no se quien ganó el mundial
Jugadores gritan viva españa pensando viva el capital


Letizia la progre se pasó a la ultraderecha
Hay poco peor que convertir a una arpía en princesa
Monseñor Rouco Varela bautizó a sus niñas
Y ya tiene fantasías pajeras para toda la vida
Felipe está nervioso porque la falacia de su padre
Ya no le sirve a el aunque son capaces
De hacer que salve la capa de ozono
Con tal de que 100 familiares más chupen del trono
Este país esta lleno de lamedores de culos corruptos
Donde está la dignidad a diario me pregunto
Así señoras con pensiones de mierda
Le pondrían a juan carlos lacitos en la verga
Es el reino de la amnesia, quien recuerda que
Dice "aguanta la crisis" tras bajarse de su yate
Vamos, vamos, que si el rey abdica
Mariano rajoy reconocerá que es marica
       
Muerte a los borbones. Pablo Hasel
 
Olentzero rebuznó:
Lo digo en serio.

No digo que me crea todo, pero sí que es cierto que soy un tipo curioso y que investigando algunas de las cosas que se dicen en los documentos de BSTT se puede ver que son ciertas. Y hablo de fuentes poco sospechosas como Wikipedia...

¿Fuente poco sospechosa Wikipedia? Espero que te refieras a la versión en inglés (yo la consulto a diario) porque si te refieres a la que está en lengua castellana...

Por cierto, este era el artículo de portada el otro día:
wikipediaf.jpg
 
Graciasporvenir rebuznó:
Siempre y cuándo esos documentos no hayan sido encontrados en una caja de galletas de una cocina de un cuartel de Valdivostok, como aconstumbra a decir.

Ya en serio, podría decir simplemente que BSTT AKA cachupín no más que un tarado negacionista filonazi, y que la mayoría por no decir todo de las cosas que dice son falsas, mutiladas o manipuladas.

Su tesis parte de una premisa errónea: Alemania fue maltratada y traicionada por todo bicho viviente. Y para eso todo vale.

El problema es que tú ya estás de base cerrado a cualquier opinión. Y GPV, ya nos conocemos, no voy a empezar otra disputa por esto. Yo estoy abierto a nuevas ideas, siempre que se demuestren, y creo que con respecto a lo que paso antes, durante y después de la guerra se han dicho muchas cosas y no todas ciertas. Alemania no fue ni mala ni buena, fue un país y sus circunstancias en un momento determinado de la historia. Fin.

condrossam rebuznó:
¿Fuente poco sospechosa Wikipedia? Espero que te refieras a la versión en inglés (yo la consulto a diario) porque si te refieres a la que está en lengua castellana..

Si te soy sincero la primera que miro es la española, pero si veo que hay poca informacion o quiero leer algo más siempre leo también la inglesa y si me pongo tonto hasta la francesa o la italiana (aunque estas sean a duras penas).
 
Graciasporvenir rebuznó:
Su tesis parte de una premisa errónea: Alemania fue maltratada y traicionada por todo bicho viviente. Y para eso todo vale.


Alemania fue maltratada y mutilada, nadie, y menos los franceses, hizo el mínimo esfuerzo para sentar las bases para una paz duradera....y decir esto ni es justificación del nazismo ni negación de nada.

¿Hace una guerra de infames copipastes que no se lee nadie ? :lol:

De las muchas disposiciones del tratado, una de las más importantes y controvertidas estipulaba que Alemania y sus aliados aceptasen toda la responsabilidad moral y material de haber causado la guerra y, bajo los términos de los artículos 231-248,[1] deberían desarmarse, realizar importantes concesiones territoriales a los vencedores y pagar enormes indemnizaciones económicas a los Estados victoriosos. El Tratado de Versalles fue socavado tempranamente por acontecimientos posteriores a partir de 1922 y fue ampliamente violado en Alemania en los años treinta con la llegada al poder de Adolf Hitler.


¿seguro que es por apologia del terrorismo?

Este mentecato se ha pasado de listo y se ha llevado un sopapo

No te puedes meter con los Borbones y si no que se lo pregunten a Miquel Calçada y Olivella
 
Apenas aparece ya escasas veces por aquí, arrastrando y mostrando su bárbara decadencia de Rey caído. Aparece las mayores veces para hablar de mí, siendo raramente correspondido.

Hoy, a pesar de que no sea una de esas ocasiones, haré una excepción para analizarlo. Voy a hacerle un favor. Voy a inyectarle insulina. Voy a suministrarle un soplo de vida. Voy, yo, Slk, a responderle.

v-for-vendetta.jpg


Fue algo.

No podemos negar tal evidencia, aunque ojo, mucho ojo con ese "algo". La Putilla también es "algo": es "basura", "retrete", "subnormal" y un sinfín de negatividades.

Arisgo fue algo. Por mi parte fue un aplicado y estudioso bufón con ganas de agradar profesionalmente. No está nada mal. Eso ya es más que lo que es la Putilla, por ejemplo. Pero Arisgo murió, y nació Olav Gunnar.

Y aquí es cuando el desquicio empieza a apoderarse de ese subnormal que escribe tras los nicks Arisgo y Olav Gunnar.

Porque Olav Gunnar ya no tiene nada que perder, le da lo mismo mostrar que el 75% de sus mierda mensajes van destinados hacia mi persona. Como dije, vuelve roto, con sus ropas rasgadas, cual indigente.

Arisgo vuelve en un lamentable estado de forma bajo un personaje que por su bien nunca debió haber nacido. Vuelve en forma de caricatura.

Atrás quedó su avatar, nos guste o no, desafiante, varonil, enigmático y complejo. Hablo del de su avatar, el de la peli V de Vendetta, ya sabemos que el que escribe tras su nick no posee ninguna de esas cualidades, pero al menos se esforzaba en mantener las formas.

Ahora, en decadencia, ya no. Ahora muestra esto:


avatar224313_1.gif


"Olav Gunnar".

Su nombre de entrada ya da asco, si uno indaga en quién es realmente este Gunnar pues sentirá todavia más asco, pero lo básico es la foto, la imagen, el impacto visual.

Muy diferentemente a su ex user, estamos ante un macho epsilon. Es decir, un macho sumiso. De entrada calvo y feo, pero ahi no queda todo.

Nos imaginamos a este hombre fregando platos mientras su mujer está en una terraza con sus amigas. Sí. Está en una terraza con sus amigas, fumando un tabaco más fuerte que el que él fuma, gastándose el dinero que él ganó en trapitos y haciendo chistes feministas y/o declaraciones de cuarentona rebelde tipo "me tiraría de uno en uno a la mitad del cuerpo de los bomberos de la ciudad siempre y cuando tengan de 27 a 35 años jijiji".

Su mirada te dice que a sus 52 años sigue creyendo en la moraleja que te proponía "La bella y la bestia". Y no porque dicha moraleja soplara a su favor, que también, sino por puro retraso e inmadurez mental. Su mirada te dice que seis años después y tras 47 excusas diferentes, sigue confiando en que el listo del pueblo que le pidió prestados 500 euros algún día se los devolvera.

Esto es indiscutible. Este es el personaje con el que se identifica ahora ex-Arisgo, el baneado, no lo olvidemos. Digo esto porque aún hoy él utiliza la palabra "baneado" a modo de insulto.

Pues esto es lo que uno siente cuando ve a Arisgo asomarse con su nuevo juguete.

Es una sensación parecida a cuando de niño, en un restaurante, mis padres, ilusionados, me dijeron:

- Mira, Slk. Mira quién está ahí. Ve a saludarle, vamos a hacerte una foto con él.

Y cuando me giré vi a un viejo. Un viejo que yo no sabía quién cojones era hasta ese entonces. Se llamaba Ladislao Kubala. A mí no me decía nada. No tenía ningún significado para mí. Para mí tenía significado Michael Laudrup, Josep Guardiola o Hristo Stoichkov, con esos me hacía pajas, pero incluso tuve que fingir que estaba emocionado de contemplar a aquella momia viviente con un vaso de whisky entre las manos.
 
1984 reload rebuznó:
Alemania fue maltratada y mutilada, nadie, y menos los franceses, hizo el mínimo esfuerzo para sentar las bases para una paz duradera....y decir esto ni es justificación del nazismo ni negación nada.

Coño, esta cantinela me recuerda a algunos cuándo se burlan de los sudamericanos con la frase" nos robaron el oro"

Olentzero rebuznó:
El problema es que tú ya estás de base cerrado a cualquier opinión. Y GPV, ya nos conocemos, no voy a empezar otra disputa por esto. Yo estoy abierto a nuevas ideas, siempre que se demuestren, y creo que con respecto a lo que paso antes, durante y después de la guerra se han dicho muchas cosas y no todas ciertas. Alemania no fue ni mala ni buena, fue un país y sus circunstancias en un momento determinado de la historia. Fin.

Tienes razón, se han dicho muchas cosas y no ciertas: se llama negacionismo.

El negacionismo no puede, ni por asomo, pretender establecer una tesis a partir de un dato aislado, a lo sumo dos. Eso es lo que pretende.

Y no es estar cerrado a cualquier opinión. De hecho, estoy abierto a la de BSTT, por ejemplo, es la mejor forma de ridiculizarle y de paso, para conocer esa abobinable pseudociencia que es el negacionismo. Criticar el negacionismo, o si quieres, "ideas alternativas a lo oficialmente establecido", no tiene por qué venir de la simple negación de ideas: se puede criticar por que estés en absoluto desacuerdo con lo que propone, por falso y torticero.

Si critico al negacionismo con vehemencia es por que algo conozco y he leído.
 
A Arisgo lo que le pasa es que es un forero completamente demodé.

Su único interés está en la cuestión aberchales vs panderettos, y claro, con ETA siendo enganchada a las mulillas y problemas acuciantes que sepultan esas paletadas identitarias (paro, crisis total, pagapensiones...) el pobre se ha quedado sin su ecosistema y languidece entrando de vez en cuando a chafardear en el hilo de broncochat.

Debería desaparecer dignamente dejando un buén recuerdo, como Tom Bombadil, Pioneer y otros foreros de su quinta.
 
Slk repartiendo asco rebuznó:
. Voy a hacerle un favor. Voy a inyectarle insulina. Voy a suministrarle un soplo de vida. Voy, yo, Slk, a responderle.

¿Por qué?

¿Es diabético?

Si no, le vas a suministrar un soplo de vida por los cojones, gilipollas.

¿Ves como eres un subnormal sin remedio?:lol::lol:
 
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