Hace poco contraté a una chica muy joven y super pija para un puesto de auxiliar de márketing. La verdad es que era buena gente, aunque era como un clon de la hija pequeña de la Preysler, esa que habla con el "oseeea, ¿sabes?".
La chiquilla daba loles como soles tan solo oirla hablar y ver como se comportaba. Su padre era un alto cargo en el ministerio de trabajo y su madre era cirujano. Ella venía a trabajar en el coche que había heredado de momó (un mercedes clk coupé bastante chulo), y sus anecdotas eran LOL puro tanto por las situaciones que vivía a diario, como por como las contaba, o sea.
Como toda buena chiquilla joven, vivía pegada al móvil, hasta el punto que apenas trabajaba porque no paraba de enviar wassaps y hacer video conferencias con sus colegas, por lo que le dije que el movil en el trabajo NO. Que para una urgencia vale, pero que no podía estar todo el día enganchada. Que el movil era una herramienta para una emergencia, no para usarlo de entretenimiento mientras trabajaba.
Al principio la obligué a tener unos días el móvil a la vista, sobre su mesa, y como podía verla desde mi despacho, así podía controlarla. Como eso no fue suficiente y seguía usándolo, le dije que en vista de que no hacía caso, el móvil debía dejarlo en otra mesa, lejos de la suya y justo enfrente de la ventana de mi despacho.
No he visto nunca a nadie sufrir tanto por nada. Miraba a su móvil haciendo pucheros (literales) y me miraba a mi con cara de odio asesino. Cuando el móvil emitía algún sonido, ella levantaba las orejas como un gato, y se desesperaba.
Como no podía ser de otra manera, al día siguiente me dijo que se iba, que en ninguna empresa la habían tratado tan mal como en la nuestra. Que era un ser humano. Que su movil era su vida.
Si, lo se, soy un ser deleznable.