Pues verá señor Fdez, fetiches tengo varios, a cada cual más raro o degenerado, vamos, como todo el mundo en este foro. A mi particularmente me pone someter a las puercas, exhibirlas (como ya he contado. Con la Robocop por ejemplo) y en definitiva humillarlas. Pero me gusta que a ellas les guste sentirse humilladas y que sean atrevidas. No me mola que lo pasen mal y hacerles daño a mala sangre, me gusta que sean unas requeteputas sumisas, eso es todo. Dentro de esta vertiente me pone especialmente mearles en el jeto y en la boca, pero esta práctica (en mi caso al menos) resulta bastante difícil de conseguir realizar la mayoría de las veces.
Tuve una época que creo que ya he citado que fue cuando me enganché a los chats, porque acababa de descubrir la internec y tal. De ahí puedo contar varias anécdotas loleantes, y creo que voy a empezar con la de la asturiana marrana.
Resulta que un día estoy chateando, fumado perdido, con una tipa de Gijón en el chat de Terra. La colega era más o menos de mi edad y también le gustaba el ruoc an rol, así que empezamos a hablar de grupos patrios y todo eso. Como los Doctor Explosion son de allí de Xixón pues por ahí que le entré. Total, que blao blao blao durante diez días o así y la tía me dice que quiere venir a Sevilla a conocerme.
Yo, que vi la oportunidad de follar gratis y encima viajando ella, le di luz verde de inmediato. Presta y veloz, la asturiana marrana sacó un billete de avión para ese mismo fin de semana con la intención de vaciarme los gûebos de sabo.
Durante los días que faltaban para su llegada nos dedicamos a caldear el ambiente vía Messenger y la cosa llegó a hacernos comentarios del tipo:
Yo: ¿Y me dejarás mearte en la cara?
Ella: Mmmm... Ya veremos. Si te portas bien, igual sí.
Yo: ¿Pero te vas a sacar las tetas en el asiento del copiloto de mi coche y nos vamos a poner al lado de otros coches en los semáforos?
Ella: Cuenta con eso.
El día llegó y la cochina apareció en la sala de llegadas del aeropuerto de San Pablo con una camiseta de los Ramones, unos pantalones de cuero y unas botas de puta (no he dicho que era del montón. Ni pivón ni cardo borriquero, pero perfectamente follable). La cosa pintaba bien.
No me voy a extender en el relato de lo que hicimos o dejamos de hacer durante todo un fin de semana, ¿a quién coño le importa dónde fuimos a jalar o qué menumentos la llevé a ver?, voy a señalar simplemente tres experiencias.
1- Después de pasar la primera noche, en el hotel Abba Sevilla, fumando porros, comiendo chocolate y follando, nos quedamos sobaos. Por la mañana me despierto y veo que está en el baño. Oigo que me llama y voy presto; una vez allí la tía me pide que le mee. Se mete en la bañera en pelotas y se pone de rodillas, yo me subo al rellano típico donde se ponen los geles y eso, y con una perspectiva de halcón sobre ella la meo entera desde el pelo a los pies. Además un meao mañanero apestoso que te cagas. La tía lo recibió descojonándose y pegando grititos.
Se duchó, me duché y nos fuimos a dar un rulo y a los baños árabes del barrio de Santa Cruz.
2- Baños árabes. Pagamos por un circuito de baños mas quince minutos de masaje. Una vez allí comenzamos a probar las piscinas de distintas temperaturas y las diferentes pollas en vinagre que había allí. Resulta que había muy poca peña y cuando entramos en el yacusi solo había un menda allí, solo como Manolo, en medio de las burbujas. Nosotros nos pusimos en frente suya, y la asturiana marrana me empieza a tocar el nabo. Yo le digo al oído: "A que no eres capaz de ponerte al lado del nota ese y hacerle una paja", y ella me dice: "¿Que no?".
Se coloca al lado del tío, el tío me mira y yo le miro, y como el agua nos llegaba por el cuello a los tres yo no veía qué pasaba, solo sus caras.
Empieza a poner caras como de estar teniendo retortijones y ella mientras se reía levemente. Entonces suelta de golpe: "Aaaaaaaaaaahhh! aaaaaaah! ah!", onomatopeyas a las que siguieron un suspiro del calibre del que soltaría cualquiera si se hubiese librado in situ de ser atropellado por un coche o algo asín. Nos levantamos y nos fuimos a lo del masaje. No nos volvimos a cruzar al tío.
3- En un último arrebato morboso, la asturiana marrana quiso hablar con su ex marido, el cual lampaba por volver con ella y ella pasaba de él. Quiso llamarle y poner el moviladi en manos libres para que se le oyera. Mientras tanto, me estaría comiendo el carajo. Lo mejor de esto es que cuando lo estábamos haciendo, yo reparé en el control que tenía la tía para que no se coscara el otro mientras chupaba y hablaba. Siempre se puede escapar un "chup" o una arcada o un gemido, pero no, la tía chupando y hablando con el ex marido de dinero, del qué iban a hacer con el piso y de cosas de esas. El nota, que debía ser un pagafantas profesional o estar muy traumatizado con dicha zorra, le decía "te quiero" mientras ella chupaba a todo gas usando boca y mano. Estaba claro que lo había hecho en multitud de ocasiones antes.
Si os fijáis apenas hubo humillación femenina. Solo pude llevar a cabo la meada, pero lo atrevida que era esa tía, lo loca que estaba y lo morbosa que era hizo que la elevara a mi olimpo personal de fulanas conquistadas.
El domingo sobre las cinco de la tarde se metió en el avión y adiós muy buenas. Nunca la volví a ver. Quise repetir aquello por tierras astures, pero ella decía que aquello era su zona y pasaba de desmelenarse de esa manera por lo que pudiera pasar. Claro, yo por menos de lo que experimenté en Sevilla no me iba a cruzar Hispania entera, así que le terminaron dando por el ano.
Bueno, espero que les haya entretenido, señores conforeros, este relato de amor. De lo contrario ya saben, peñascazo en la cabeza y cambio de tema, o Ban, o lo que haga falta. Siempre a la entera disposición del foro.