Puto viaje
Hace tiempo follaba con una chica venezolana en en club que estaba muy buena, maciza, exhuberante, explosiva. Ella quería enrrollarse conmigo yo confieso que estaba algo enchochado. Planeamos un viaje, me las prometía muy felices. Un fin de semana en una ciudad a 4 horas de coche de la nuestra.
Reservo un hotel y quedo de recogerla en su apartamento el sábado a las 13 horas. Ella había trabajado el viernes en el Club.
Puntual acudo a la cita, la llamo por teléfono y no contesta, insisto varias veces y medio dormida dice !aló! dice que ha tenido una mala noche y necesita dormir más, que la vuelva a llamar más tarde pero no es seguro que me acompañe. Sigo insistiendo y adormilada todavía me dice que se encuentra mal pero que salimos. Tarda en bajar unos 45 minutos y aparece con un pantalón vaquero ajustadísimo y un corpiño ,enseñando el ombligo y con una bolsa de aseo como único equipaje. Estamos en le mes de marzo y la temperatura era algo fresca todavía.
Se sube al coche y empieza a quejarse que le dolían los ovarios, que había pasado mala noche, que no se encontraba bien, que tenía que tomar unas pastillas muy buenas para eso pero no tenía la receta.
Paramos en un bonito pueblo marinero a comer y por suerte había un mercadillo callejero y se compró una cazadora para abrigarse (pagó ella).
La comida no muy agradable porque ella estaba insoportable. Seguimos viaje. Paramos en una gasolinera y quería ir a la máquina a sacar varios botes de refrescos, discusión, porque me fastidian estas costumbres de las lumis de aparentar y gastar, simplemente se para en un supermercado en el pueblo de al lado y se compra por menos de la mitad del precio.
Llegamos al destino y nos vamos al hotel. Después de un viaje bastante desagradable y doliéndole los ovarios no se podía hacer nada de lo que uno estaba pensando, por lo tanto ducha y nada más. Ella ni eso.
Vamos al casco histórico, ciudad monumental, tuistas admirando piedras y monumentos y sacando fotos. Ella despreciando todo eso a lo sumo se fijaba en algún vulgar escaparate. Entramos en una cafetería a tomar algo y se pone a hablar por teléfono con su país, tema, el de siempre en estas, el dinero.
Ya al oscurecer me seguía apateciendo andar por la zona monumentaal que estaba muy bien, ella no quería pasear, ahora le dolían los pies, le propongo ir a algún sitio para que estuviera sentada y no hay manera, quiere entrar en un bingo. Yo nunca había entrado en un local de estos incluso creo que hay que tener carnet. Me negué. Se pone histérica y me dice que volvamos a nuestra casa,(cuatro horas de viaje), digo que no y se pone a llamar por teléfono a un taxista conocido para que la vaya a buscar. El taxista naturalmente no accede y nos vamos al hotel. Está enfurecida. Yo como estaba cansado me tiro en la cama y consigo dormir unas tres horas, ella despierta ,refunfullando y gimoteando. Me despierto y me exige que la vuelva a su casa. No aguanto más, serían las 3 de la madrugada,cojo mis bártulos, pago el hotel, nos subimos en el coche y rumbo a casa, 4 horas de viaje, no pronuncio una sola palabra, la dejo en su portal sobre las 7 de la mañana del domingo y sigo sin abrir la boca ni para despedirla.No más contactos con ella hasta que unos tres meses más tarde me llama para pedirme disculpas, o sea, para enrrollarse.
Esta ha sido una de mis experiencias viajeras, he tenido más, yan os contaré.
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