Benito, tú no sabes cómo se juegan los cuartos esas mujeres, son peligrosas. No tienen nada que perder, te montan unos espectáculos que para qué y destruyen la familia. La famosa noche del bofetón me di la vuelta y la miré y le dije te voy a hundir hijaputa, pues la cubana cogió el coche de mi padre y se fue a las 2 de la mañana en un inesperado giro de los acontecimientos a matarse por ahí decía. Hacía trompos con el coche, que salían las ginetas corriendo, me mato, me mato y se fue quemando rueda bajando el puerto, que mi padre me decía como le pase algo la culpa será tuya, "espero que no esté muerta". Y no volvía la cubana en toda la noche. Qué mala noche.
Qué se va a despeñar ni que niño muerto, si apareció a las 6 de la mañana como si nada, porque no tienen alma, "me fui a pensar porque tu hija me hiso daño".
No descansan. Esa misma mañana, volvió a provocarme, haciendo cambiar a mi padre el cabecero de la camas de las habitaciones de este a oeste, para que no me poseyeran malas energías decía, escalofriantes rituales de santería y mi padre allí como un mendrugo liado con el taladro que no ve tres en un burro.
Yo no sé qué les hacen, qué les dan, bueno sí lo sé, si los escuchaba yo alguna noche, que yo pensé que me lo mataba. Yo pensé que me lo encontraba cadáver por la mañana.
En sacarle 5000 euros a mi padre de la cuenta y cambiarlos de este a oeste también pensó la cubana, para no volver a dar señales de vida, como la coja la mato. Son mis duros de la herencia.