stavroguin 11
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- 14 Oct 2010
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Escribo con resacón y malestar anímico. Una situación que en mi caso particular es habitual después de cada exceso nocturno, ahora muy escasos. Pero ayer fue una excepción, porque me fui de boda con gente del trabajo. Y pude constatar, aparte de otras cuestiones menores (ya nadie usa chaleco bajo el traje, hay drones grabado a los invitados, boda en Galicia sigue equivaliendo a orgía de crustáceos) el hecho que me llevó a abrir este hilo y que ya considero una realidad inamovible: en este país no tengo la menor posibilidad de practicar sexo con una mujer que me resulte atractiva, ni siquiera cuando están maceradas en alcohol. Se me insinuaron, eso sí, un par de charos vomitivas. Fue el último clavo en un ataúd que ya se venía cerrando, tanto en mi vida cotidiana como en las webs de contactos.
El hecho de mi fealdad nunca fue una barrera insalvable para follar, gracias a una sofisticada técnica de caza y a encapriches ocasionales de mujeres atractivas. Pero la losa de los años fue cegando ese manantial. Y luego estaban las putas...
Pero el caso es que todo cansa, que llevo 2 años sin pagar a una puta por hastío de ese mundo y que no voy a volver a él, decisión firme que no va a cambiar de momento. El turismo sexual también descartado: demasiados fondos marinos pendientes para perder el tiempo con zorrones y ladyboys.
Exploré durante un tiempo el filón de las páginas de ligue en otros países, concretamente en Filipinas. Chateé, a veces durante meses, con buenas chicas, familiares e inteligentes, que podrían haber sido excelentes parejas. Pero el hecho de ir a verlas me daba pereza infinita y lo de traérmelas y meterlas en casa bastante precaución, así que daba largas hasta que se cansaban.
La abstinencia tiene su parte buena: ahorras energías y te sientes más lúcido en el trabajo y en tus decisiones vitales. Pero empieza a pesarme con una losa y un futuro de años con pajas de descarga puntuales me parece un poco sórdido. No encuentro ninguna solución, que no sea follarme menopáusicas o volver a las putas para evitarla.
Estoy, en suma, ante una situación sin salida en la que aceptaré consejos inteligentes por parte de ustedes.
El hecho de mi fealdad nunca fue una barrera insalvable para follar, gracias a una sofisticada técnica de caza y a encapriches ocasionales de mujeres atractivas. Pero la losa de los años fue cegando ese manantial. Y luego estaban las putas...
Pero el caso es que todo cansa, que llevo 2 años sin pagar a una puta por hastío de ese mundo y que no voy a volver a él, decisión firme que no va a cambiar de momento. El turismo sexual también descartado: demasiados fondos marinos pendientes para perder el tiempo con zorrones y ladyboys.
Exploré durante un tiempo el filón de las páginas de ligue en otros países, concretamente en Filipinas. Chateé, a veces durante meses, con buenas chicas, familiares e inteligentes, que podrían haber sido excelentes parejas. Pero el hecho de ir a verlas me daba pereza infinita y lo de traérmelas y meterlas en casa bastante precaución, así que daba largas hasta que se cansaban.
La abstinencia tiene su parte buena: ahorras energías y te sientes más lúcido en el trabajo y en tus decisiones vitales. Pero empieza a pesarme con una losa y un futuro de años con pajas de descarga puntuales me parece un poco sórdido. No encuentro ninguna solución, que no sea follarme menopáusicas o volver a las putas para evitarla.
Estoy, en suma, ante una situación sin salida en la que aceptaré consejos inteligentes por parte de ustedes.
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