curro jimenez
Muerto por dentro
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Hoy vamos a hablar del unico español que estuvo presente en el desfile de la victoria junto a George Washington, de un personaje que puede puede pasar a formar parte de un club muy selecto si es nombrado Ciudadano Honorario de los Estados Unidos, por su papel en la Guerra de la Independencia y su ayuda a las colonias.
El posible nombramiento está siendo tramitado en el Congreso estadounidense, tras haberlo solicitado el congresista por Florida Jeff Miller, según ha explicado a Efe la cónsul honoraria de España en Pensacola (Estados Unidos), María Dolores Davis.
Los promotores de la iniciativa esperan que la tramitación termine a finales de este año, y, si prospera, Gálvez pasará a tener un reconocimiento que solo se ha concedido a ocho personas en toda la historia, entre ellos Winston Churchill, la Madre Teresa de Calcuta y el marqués de La Fayette.
En Florida están "muy orgullosos" del general Gálvez, que en Estados Unidos está considerado como un héroe por el papel que jugó en la Guerra de la Independencia, en la que derrotó a los británicos en Pensacola.
Según los historiadores,la toma de Pensacola por parte de Gálvez en 1871 fue decisiva para el desarrollo del conflicto, pero antes ya había derrotado a los británicos en Mobile en 1780, después de que en 1779 ya arrebatara a estos los fuertes de Manchac, Baton Rouge y Paumure de Natchez, entre otros hechos notables de armas.
Además, ayudó con armas y dinero a los rebeldes de las 13 colonias, lo que propició que participara en el desfile de la victoria el 4 de julio al lado de George Washington.
De hecho, en el país hay varios monumentos dedicados al general español, entre ellos una estatua ecuestre en Washington ubicada cerca del Congreso de los Estados Unidos.
"Es impresionante: hay estatuas de Gálvez en Nueva Orleans, Mobile, Pensacola, Washington, en todos los sitios hay estatuas de Bernardo de Gálvez", ha comentado en declaraciones a Efe el alcalde de Macharaviaya, Antonio Campos Garín, quien ha lamentado que en contraposición "en España no hay ninguna".
Bernardo de Gálvez nació el 23 de julio de 1746 en Macharaviaya, donde sus paisanos celebran desde hace unos años una fiesta en memoria de su antepasado el 4 de julio. Hacen coincidir la celebración con el fin de semana, por lo que este año se celebrará el próximo sábado, 6 de julio, según ha informado el alcalde.
En cualquier caso, este próximo jueves harán undesfile en Málaga capital con un regimiento de granaderos de Gálvez con banda de música, ataviados con uniformes de época, para promocionar el Día de Gálvez.
"Las tropas de Macharavialla tomaremos Málaga el 4 de julio", enfatiza Campos, quien hace referencia a laimportancia como militar de su ilustre paisano y relata algunas de sus anécdotas, como cuando con 20 años estuvo luchando contra los indios apaches, que incluso en una ocasión lo dieron por muerto.
No deja de poner de manifiesto su asombro por el recuerdo que se tiene de su paisano dieciochesco en Estados Unidos, doscientos años más tarde. Lo pudo confirmar el año pasado cuando asistió a la celebración del Día de Gálvez en Pensacola.
"En todas las calles de Pensacola había banderas de España y de Estados Unidos, como si hubieran ido los reyes de España: se gastaron más de 30.000 dólares (23.000 euros) en banderas", ha subrayado Antonio Campos.
YO SOLO: Don Bernardo de Gálvez.
Así reza el escudo de armas de D. Bernardo de Gálvez, por deseo expreso de su Majestad el Rey Carlos III, el único Borbón que, a mi entender, ha sido beneficioso para España (tal vez porque no debió de ser el Rey).
Gálvez se ganó el derecho a llevar esta leyenda en su escudo por sus hechos de armas en la Guerra de Independencia de América (la del Norte me refiero). Tras la Guerra de los siete años la declinante España había quedado en una peligrosa situación, con demasiados territorios perdidos y los ganados en un precario equilibrio. Entre los territorios perdidos estaba la Florida (bastante más extensa que en la actualidad), y entre los ganados la imprecisa Luisiana de nunca bien marcadas fronteras, demasiado territorio inexplorado y, hasta ese momento, francesa.
A este territorio llega como gobernador un joven Bernardo de Gálvez, de Macharaviaya en Málaga, con familia de larga tradición militar. Bernardo, a pesar de ser de buena familia, lleva en la brecha desde los 16 años, habiendo participado en diversas campañas, recibiendo casi tantos ascensos como heridas (lo cual es raro en la España época). Al llegar a la Luisiana se casa en secreto, de manera ilegal por necesitar el permiso real, con una criolla de Nueva Orleáns, Doña María Feliciana de Saint-Maxent.
Y en estas estaba cuando las colonias americanas deciden enviar misiva de hasta aquí llegamos al buen rey de la pérfida albión (lamento el ser aquí tan parcial, pero esos piratas nunca han sido santo de mi devoción)..
Francia y España, unidos por los pactos de familia, entran en juego por aquello de devolverle la pelota histórica a los iritis, y Bernardo, en un correcto análisis de la situación, ve la clave de la lucha en la zona sur en el control de la parte baja del gran río Missisipi. Decide avanzar hacia Baton Rouge, lo cual es difícil pues no cuenta con soldados para tal empresa. De esta guisa hace lo que a todos los españoles les va bien. Improvisa. Con cuatrocientos españoles, otros tantos criollos, negros, indios y mulatos varios, sorprende a las también escasas fuerzas británicas tomando todas las posiciones en las riberas del río caen, abriendo una vía de abastecimiento para los rebeldes y forzando a los británicos a reforzar el frente sur.
Pero no es Bernardo de los que se quedan sentados en los laureles, así que se lanza hacia Mobile, formando una escuadra para tomarla. Siendo las naves dispersadas por una tormenta a punto está de no poder lograr su objetivo, pero demostrando de nuevo unas sobresalientes dotes de mando se reorganiza con rapidez y toma Mobile antes de que los refuerzos de los ingleses puedan intervenir. Tiene Bernardo de Gálvez 33 añitos y ya es Mariscal de Campo por méritos de guerra. Pero su carrera aún ha de seguir camino glorioso.
Para recuperar la Florida solo queda por lograr un objetivo, eso sí imponente por sus defensas: el puerto de Pensacola, defendido por un imponente y moderno fuerte. Pero, como hábil militar, se da cuenta que con sus pobres medios no podrá lograr este objetivo, así que no le queda ,más remedio que pedir refuerzos a la flota y fuerzas de La Habana, donde su carrera meteórica ha despertado las típicas envidias hispanas. Solo la intervención directa de Carlos III conseguirá la implicación de las fuerzas de La Habana, consiguiendo reunir hacia 1781 las fuerzas necesarias para la expedición.
Pero para tomar en Pensacola hay librar un doble escollo, el fuerte británico y la Isla de Santa Rosa, fortifica y artillada. Esta isla es tomada, pero el buque insignia español queda desabordado en el esfuerzo, lo que hace que el almirante al mando de la Escuadra Clavo Irizábal, prohibiera a los buques españoles entrar en la bahía, por miedo a los cañones del fuerte inglés.
Estando así las cosas la toma de Pensacola está a punto de suspenderse cuando, sin encomendarse a Dios o al Diablo, Don Bernardo de Gálvez sube a borde de su buque, el Galveztown, izando en el la insignia de almirante. Envía a Calvo un curioso presente, una bala de cañón con la siguiente misiva:
“Una bala de a treinta y dos recogida en el campamento, que conduzco y presento, es de las que reparte el Fuerte de la entrada. El que tenga honor y valor que me siga. Yo voy por delante con el Galveztown para quitarle el miedo.
Así dicho y hecho, en fila, con su buque adelantado, los cuatro barcos a su mando directo se cuelan en la bahía, bajo el fuego del fuerte inglés. Para sorpresa de la escuadra apenas sufren daño del vivo fuego inglés, con lo que el resto de la escuadra se cuela también entre el alborozo de las fuerzas de sitio que ven con ello próxima la caída de Pensacola. Bueno, no todos los buques cruzan. Calvo de Irizábal ordena a su barco regresar a La Habana, seguramente rabioso, furioso y envidioso.
El 9 de mayo de 1781 Pensacola cae pudiendo España considerar la Florida recuperada. Esta derrota da mucha fuerza a los rebeldes que se pueden concentrar de manera más eficaz, terminando la contienda en 1783 con el Tratado de Versalles, donde se reconocía la independencia de Norteamérica y la soberanía española en la Florida.
Don Bernardo de Gálvez, ascendido al cargo de Teniente General definitivo, se le da el título de vizconde de Gálvezton (actual Galveston en Texas). En 1785 es nombrado como virrey de Nueva España en sustitución de su fallecido padre, falleciendo el mismo al año siguiente con 40 años de vida, e imborrable recuerdo en nuestra España 8eso espero al menos). YO SOLO, rezará por siempre su escudo… toda una metáfora de nuestro nación.
En 1746 había nacido en la pequeña localidad montañosa de Macharaviaya (Málaga), siendo el primogénito del general Matias de Gálvez y Gallardo y de Josefa de Madrid. Muy pronto sintió la vocación familiar. Estudió la carrera militar en la Academia de Ávila y con tan sólo dieciséis años toma parte en la invasión de Portugal (aliado de Gran Bretaña) como voluntario, consiguiendo el grado de teniente de Infanteria.
Poco después está destinado en Nueva España como capitán, llevando a cabo una campaña contra los Apaches. Hay que decir que el Virreinato de Nueva España es el antecedente histórico inmediato del cual surgió México, pero por aquel entonces (finales del S.XVIII) tenían una enorme trascendencia sus enormes territorios para la Corona española, ya que se extendía desde los estados de Arizona, California, Colorado, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Montana, Nevada, Nuevo México, Texas, Oklahoma, Wyoming y Utah en los Estados Unidos hasta Guatemala en Centroamérica, estando bajo su dominio, la Capitanía General de Cuba, la Capitanía General de Guatemala, la Capitanía General de Filipinas y los Territorios de Florida, Louisiana y Nootka, teniendo su capital en la Ciudad de México. Nueva España no sólo administraba las tierras comprendidas entre estos límites sino también el archipiélago de las Filipinas en Asia y varias islas menores en Oceanía como Guam.
En la campaña contra los apaches Gálvez recibió multiples heridas, algunas muy serias, lo que no impidió que en 1770 -con veinticuatro años- fuera ascendido a Comandante de Armas de Nueva Vizcaya y Sonora (esto es al norte de Nueva España, el actual Nuevo México).
En 1775 regresa a España con destino en Sevilla y participa en la desastrosa expedición de O’Reilly a Argel, a pesar de lo cual cumplió la operación que se le habían encomendado, nuevas y graves heridas, un nuevo ascenso (teniente coronel) y el nombramiento como profesor en la Academia de Ávila.
Es destinado otra vez a América en 1776 como coronel del Regimiento Fijo de la Luisiana y posteriormente se le concede el cargo de gobernador, del cual toma posesión el 1 de enero de 1777. Inmediatamente se apresta a tomar medidas para atajar la amenaza britanica a la par que favorece la causa de la Guerra de Independencia de las colonias norteamericanas. En ese mismo año de 1777 se casó con una criolla de Nueva Orleans, Felicitas de Saint Maxent, viuda de Jean Baptiste Honoré d´Estrehan, antiguo tesorero del rey de Francia.
Durante 1778, refuerza la presencia española en la provincia fundando colonias (como por ejemplo la ciudad de Galveston, al sureste de la actual Texas) y continúa con la ayuda a los norteamericanos. En 1779 conquista a los ingleses los fuertes de Manchac sin una sola baja y de Baton Rouge, liberando la cuenca baja del río Mississipi de fuerzas inglesas que pudieran hostigar su capital Nueva Orleans.
En 1779 la guerra con Gran Bretaña se prevee inminente. A través de unos informes secretos conoce que los ingleses se aprestan a invadir la provincia y pasa rápidamente a la acción: refuerza sus defensas y al tener noticia del estallido de la guerra (la declaración formal fue 21 de junio), toma por sorpresa los puestos ingleses del Mississippi. Por estos méritos es ascendido a mariscal de campo con 33 años.
Su siguiente misión será tomar Mobila y Pensacola, capital ésta última de Florida, consiguiendo el primer objetivo el 13 de marzo de ese año. Realizó dos expediciones a Pensacola sin éxito. La tercera expedición contra Pensacola salió de La Habana el 28 de febrero de 1781 y culminó con la victoria el 8 de mayo.
“Una bala de a treinta y dos recogida en el campamento, que conduzco y presento, es de las que reparte el Fuerte de la entrada. El que tenga honor y valor que me siga. Yo voy por delante con el Galveztown para quitarle el miedo.”.
Tras lo cual toda la flota le siguió y comenzó a hostigar a los ingleses. Poco después la ciudad capituló y fueron hechos prisioneros el general Campbell y el almirante Chester.
Ello supuso para España las recuperación de las dos Floridas y que los ingleses se quedaran sin plazas en el Golfo de México, exceptuando la isla de Jamaica.
El 19 de octubre de 1781 se rendía el militar y gobernador colonial inglés Charles Cornwallis en Yorktown, siendo una de las batallas definitivas de la guerra de independencia norteamericana.
En el año 1783 Gálvez regresó a España para ser consultado sobre las futuras relaciones con los EE.UU. y recibir los titulos de vizconde de Galveston y conde de Gálvez. Carlos III le concede como cimera en su escudo nobiliario la leyenda “YO SOLO” además de añadir el bergantín Galveztown a su escudo de armas, ya que gracias a su campaña el Tratado de Paz de Versalles (1783) sanciona sus conquistas recuperando España La Florida perdida en 1763.
Es nombrado virrey de Nueva España en 1785, como sucesor de su padre. Actúo como un verdadero prototipo de ilustrado. De trato sencillo, amable y franco, el virrey Gálvez llegó a ser muy popular Baste decir en su favor que la Audiencia criticó de él su carácter “poco formal”, simplemente porque cuando hubo heladas y hambruna, de su propio dinero y de otro que obtuvo prestado compró maíz y frijol para dar a los necesitados.
Durante su mandato se emprendieron obras públicas para dar trabajo a la gente, reconstruyó el castillo de Chapultepec, comenzó la instalación del alumbrado público y la construcción de las torres de la catedral, así como la continuación de las obras del camino a Acapulco. Como supiera que los indios eran llevados a ese trabajo a grandes distancias y sin abonarles jornal, dispuso que se impidiesen tales abusos. Además ordenó destinar a beneficencia el 16% del producto de la Real Lotería y otros fondos de multas y promovió el apoyo a la ciencia. Se ocupó de intensificar las labores en los campos para aumentar la producción y evitar la escasez de maíz y frijol.
Y a pesar de todo ello Gálvez no contaba con el beneplácito de la Audiencia para quien la popularidad del virrey era molesta y sospechosa. Se le acusó de que podría alzarse contra la Nueva España y fue reprendido severamente por la Corte en los momentos en que D. Bernardo de Gálvez era presa de una enfermedad nerviosa, probablemente de origen hereditario. El día 30 de noviembre de 1786 muere a los 40 años de edad. Sus restos fueron depositados en la iglesia de San Fernando de la ciudad de México, junto a las cenizas de su padre y posteriormente trasladados a la metrópoli. Hoy reposan en el Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando (Cádiz).
Aunque poco se haya escuchado sobre él, Bernardo de Gálvez fue un brillante general español, humanitario gobernante y uno de los grandes líderes que contribuyó a ganar la Guerra de la Revolución a los Estados Unidos.
En 1976 nuestro Juan Carlos I descubría un monumento a Gálvez en la ciudad de Washington. En su discurso, el monarca alabó su reconquista de Florida como una obra maestra de estrategia militar y recordó que su antepasado Carlos III ennobleció al marino con el título de conde de Gálvez y el derecho a utilizar en su escudo la leyenda “Yo solo”, en reconocimiento de su valiente hazaña en Pensacola.
Gálvez, héroe compartido de la patria norteamericana, figura por derecho propio en el olimpo de los soldados esforzados, aquellos que con desprecio de su vida y a costa de peligros y penalidades ayuda al progreso de las naciones en busca de su independencia y libertad.
- See more at: ?Yo solo?: Bernardo de Gálvez y la toma de Pensacolahermano_temblon | hermano_temblon
George Washington
George Washington
George Washington
El posible nombramiento está siendo tramitado en el Congreso estadounidense, tras haberlo solicitado el congresista por Florida Jeff Miller, según ha explicado a Efe la cónsul honoraria de España en Pensacola (Estados Unidos), María Dolores Davis.
Los promotores de la iniciativa esperan que la tramitación termine a finales de este año, y, si prospera, Gálvez pasará a tener un reconocimiento que solo se ha concedido a ocho personas en toda la historia, entre ellos Winston Churchill, la Madre Teresa de Calcuta y el marqués de La Fayette.
En Florida están "muy orgullosos" del general Gálvez, que en Estados Unidos está considerado como un héroe por el papel que jugó en la Guerra de la Independencia, en la que derrotó a los británicos en Pensacola.
Según los historiadores,la toma de Pensacola por parte de Gálvez en 1871 fue decisiva para el desarrollo del conflicto, pero antes ya había derrotado a los británicos en Mobile en 1780, después de que en 1779 ya arrebatara a estos los fuertes de Manchac, Baton Rouge y Paumure de Natchez, entre otros hechos notables de armas.
Además, ayudó con armas y dinero a los rebeldes de las 13 colonias, lo que propició que participara en el desfile de la victoria el 4 de julio al lado de George Washington.
De hecho, en el país hay varios monumentos dedicados al general español, entre ellos una estatua ecuestre en Washington ubicada cerca del Congreso de los Estados Unidos.
"Es impresionante: hay estatuas de Gálvez en Nueva Orleans, Mobile, Pensacola, Washington, en todos los sitios hay estatuas de Bernardo de Gálvez", ha comentado en declaraciones a Efe el alcalde de Macharaviaya, Antonio Campos Garín, quien ha lamentado que en contraposición "en España no hay ninguna".
Bernardo de Gálvez nació el 23 de julio de 1746 en Macharaviaya, donde sus paisanos celebran desde hace unos años una fiesta en memoria de su antepasado el 4 de julio. Hacen coincidir la celebración con el fin de semana, por lo que este año se celebrará el próximo sábado, 6 de julio, según ha informado el alcalde.
En cualquier caso, este próximo jueves harán undesfile en Málaga capital con un regimiento de granaderos de Gálvez con banda de música, ataviados con uniformes de época, para promocionar el Día de Gálvez.
"Las tropas de Macharavialla tomaremos Málaga el 4 de julio", enfatiza Campos, quien hace referencia a laimportancia como militar de su ilustre paisano y relata algunas de sus anécdotas, como cuando con 20 años estuvo luchando contra los indios apaches, que incluso en una ocasión lo dieron por muerto.
No deja de poner de manifiesto su asombro por el recuerdo que se tiene de su paisano dieciochesco en Estados Unidos, doscientos años más tarde. Lo pudo confirmar el año pasado cuando asistió a la celebración del Día de Gálvez en Pensacola.
"En todas las calles de Pensacola había banderas de España y de Estados Unidos, como si hubieran ido los reyes de España: se gastaron más de 30.000 dólares (23.000 euros) en banderas", ha subrayado Antonio Campos.
YO SOLO: Don Bernardo de Gálvez.
Así reza el escudo de armas de D. Bernardo de Gálvez, por deseo expreso de su Majestad el Rey Carlos III, el único Borbón que, a mi entender, ha sido beneficioso para España (tal vez porque no debió de ser el Rey).
Gálvez se ganó el derecho a llevar esta leyenda en su escudo por sus hechos de armas en la Guerra de Independencia de América (la del Norte me refiero). Tras la Guerra de los siete años la declinante España había quedado en una peligrosa situación, con demasiados territorios perdidos y los ganados en un precario equilibrio. Entre los territorios perdidos estaba la Florida (bastante más extensa que en la actualidad), y entre los ganados la imprecisa Luisiana de nunca bien marcadas fronteras, demasiado territorio inexplorado y, hasta ese momento, francesa.
A este territorio llega como gobernador un joven Bernardo de Gálvez, de Macharaviaya en Málaga, con familia de larga tradición militar. Bernardo, a pesar de ser de buena familia, lleva en la brecha desde los 16 años, habiendo participado en diversas campañas, recibiendo casi tantos ascensos como heridas (lo cual es raro en la España época). Al llegar a la Luisiana se casa en secreto, de manera ilegal por necesitar el permiso real, con una criolla de Nueva Orleáns, Doña María Feliciana de Saint-Maxent.
Y en estas estaba cuando las colonias americanas deciden enviar misiva de hasta aquí llegamos al buen rey de la pérfida albión (lamento el ser aquí tan parcial, pero esos piratas nunca han sido santo de mi devoción)..
Francia y España, unidos por los pactos de familia, entran en juego por aquello de devolverle la pelota histórica a los iritis, y Bernardo, en un correcto análisis de la situación, ve la clave de la lucha en la zona sur en el control de la parte baja del gran río Missisipi. Decide avanzar hacia Baton Rouge, lo cual es difícil pues no cuenta con soldados para tal empresa. De esta guisa hace lo que a todos los españoles les va bien. Improvisa. Con cuatrocientos españoles, otros tantos criollos, negros, indios y mulatos varios, sorprende a las también escasas fuerzas británicas tomando todas las posiciones en las riberas del río caen, abriendo una vía de abastecimiento para los rebeldes y forzando a los británicos a reforzar el frente sur.
Pero no es Bernardo de los que se quedan sentados en los laureles, así que se lanza hacia Mobile, formando una escuadra para tomarla. Siendo las naves dispersadas por una tormenta a punto está de no poder lograr su objetivo, pero demostrando de nuevo unas sobresalientes dotes de mando se reorganiza con rapidez y toma Mobile antes de que los refuerzos de los ingleses puedan intervenir. Tiene Bernardo de Gálvez 33 añitos y ya es Mariscal de Campo por méritos de guerra. Pero su carrera aún ha de seguir camino glorioso.
Para recuperar la Florida solo queda por lograr un objetivo, eso sí imponente por sus defensas: el puerto de Pensacola, defendido por un imponente y moderno fuerte. Pero, como hábil militar, se da cuenta que con sus pobres medios no podrá lograr este objetivo, así que no le queda ,más remedio que pedir refuerzos a la flota y fuerzas de La Habana, donde su carrera meteórica ha despertado las típicas envidias hispanas. Solo la intervención directa de Carlos III conseguirá la implicación de las fuerzas de La Habana, consiguiendo reunir hacia 1781 las fuerzas necesarias para la expedición.
Pero para tomar en Pensacola hay librar un doble escollo, el fuerte británico y la Isla de Santa Rosa, fortifica y artillada. Esta isla es tomada, pero el buque insignia español queda desabordado en el esfuerzo, lo que hace que el almirante al mando de la Escuadra Clavo Irizábal, prohibiera a los buques españoles entrar en la bahía, por miedo a los cañones del fuerte inglés.
Estando así las cosas la toma de Pensacola está a punto de suspenderse cuando, sin encomendarse a Dios o al Diablo, Don Bernardo de Gálvez sube a borde de su buque, el Galveztown, izando en el la insignia de almirante. Envía a Calvo un curioso presente, una bala de cañón con la siguiente misiva:
“Una bala de a treinta y dos recogida en el campamento, que conduzco y presento, es de las que reparte el Fuerte de la entrada. El que tenga honor y valor que me siga. Yo voy por delante con el Galveztown para quitarle el miedo.
Así dicho y hecho, en fila, con su buque adelantado, los cuatro barcos a su mando directo se cuelan en la bahía, bajo el fuego del fuerte inglés. Para sorpresa de la escuadra apenas sufren daño del vivo fuego inglés, con lo que el resto de la escuadra se cuela también entre el alborozo de las fuerzas de sitio que ven con ello próxima la caída de Pensacola. Bueno, no todos los buques cruzan. Calvo de Irizábal ordena a su barco regresar a La Habana, seguramente rabioso, furioso y envidioso.
El 9 de mayo de 1781 Pensacola cae pudiendo España considerar la Florida recuperada. Esta derrota da mucha fuerza a los rebeldes que se pueden concentrar de manera más eficaz, terminando la contienda en 1783 con el Tratado de Versalles, donde se reconocía la independencia de Norteamérica y la soberanía española en la Florida.
Don Bernardo de Gálvez, ascendido al cargo de Teniente General definitivo, se le da el título de vizconde de Gálvezton (actual Galveston en Texas). En 1785 es nombrado como virrey de Nueva España en sustitución de su fallecido padre, falleciendo el mismo al año siguiente con 40 años de vida, e imborrable recuerdo en nuestra España 8eso espero al menos). YO SOLO, rezará por siempre su escudo… toda una metáfora de nuestro nación.
En 1746 había nacido en la pequeña localidad montañosa de Macharaviaya (Málaga), siendo el primogénito del general Matias de Gálvez y Gallardo y de Josefa de Madrid. Muy pronto sintió la vocación familiar. Estudió la carrera militar en la Academia de Ávila y con tan sólo dieciséis años toma parte en la invasión de Portugal (aliado de Gran Bretaña) como voluntario, consiguiendo el grado de teniente de Infanteria.
Poco después está destinado en Nueva España como capitán, llevando a cabo una campaña contra los Apaches. Hay que decir que el Virreinato de Nueva España es el antecedente histórico inmediato del cual surgió México, pero por aquel entonces (finales del S.XVIII) tenían una enorme trascendencia sus enormes territorios para la Corona española, ya que se extendía desde los estados de Arizona, California, Colorado, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Montana, Nevada, Nuevo México, Texas, Oklahoma, Wyoming y Utah en los Estados Unidos hasta Guatemala en Centroamérica, estando bajo su dominio, la Capitanía General de Cuba, la Capitanía General de Guatemala, la Capitanía General de Filipinas y los Territorios de Florida, Louisiana y Nootka, teniendo su capital en la Ciudad de México. Nueva España no sólo administraba las tierras comprendidas entre estos límites sino también el archipiélago de las Filipinas en Asia y varias islas menores en Oceanía como Guam.
En la campaña contra los apaches Gálvez recibió multiples heridas, algunas muy serias, lo que no impidió que en 1770 -con veinticuatro años- fuera ascendido a Comandante de Armas de Nueva Vizcaya y Sonora (esto es al norte de Nueva España, el actual Nuevo México).
En 1775 regresa a España con destino en Sevilla y participa en la desastrosa expedición de O’Reilly a Argel, a pesar de lo cual cumplió la operación que se le habían encomendado, nuevas y graves heridas, un nuevo ascenso (teniente coronel) y el nombramiento como profesor en la Academia de Ávila.
Es destinado otra vez a América en 1776 como coronel del Regimiento Fijo de la Luisiana y posteriormente se le concede el cargo de gobernador, del cual toma posesión el 1 de enero de 1777. Inmediatamente se apresta a tomar medidas para atajar la amenaza britanica a la par que favorece la causa de la Guerra de Independencia de las colonias norteamericanas. En ese mismo año de 1777 se casó con una criolla de Nueva Orleans, Felicitas de Saint Maxent, viuda de Jean Baptiste Honoré d´Estrehan, antiguo tesorero del rey de Francia.
Durante 1778, refuerza la presencia española en la provincia fundando colonias (como por ejemplo la ciudad de Galveston, al sureste de la actual Texas) y continúa con la ayuda a los norteamericanos. En 1779 conquista a los ingleses los fuertes de Manchac sin una sola baja y de Baton Rouge, liberando la cuenca baja del río Mississipi de fuerzas inglesas que pudieran hostigar su capital Nueva Orleans.
En 1779 la guerra con Gran Bretaña se prevee inminente. A través de unos informes secretos conoce que los ingleses se aprestan a invadir la provincia y pasa rápidamente a la acción: refuerza sus defensas y al tener noticia del estallido de la guerra (la declaración formal fue 21 de junio), toma por sorpresa los puestos ingleses del Mississippi. Por estos méritos es ascendido a mariscal de campo con 33 años.
Su siguiente misión será tomar Mobila y Pensacola, capital ésta última de Florida, consiguiendo el primer objetivo el 13 de marzo de ese año. Realizó dos expediciones a Pensacola sin éxito. La tercera expedición contra Pensacola salió de La Habana el 28 de febrero de 1781 y culminó con la victoria el 8 de mayo.
Fue en esta acción de la toma de Pensacola donde Gálvez cobró mayor fama, al forzar con su bergantin “Galveztown” la entrada de la bahia y demostrando a los oficiales marinos de la expedición que aquello era posible. El jefe de la Escuadra española se había negado a dirigir sus barcos a la ciudad por lo peligroso de la misión. Fue entonces cuando Bernardo de Gálvez izó la bandera de almirante en su bergantín y entró solo en la bahía para dar ejemplo a los demás barcos. El mensaje que envió al capitán Calvo de Irazábal fue éste:“Una bala de a treinta y dos recogida en el campamento, que conduzco y presento, es de las que reparte el Fuerte de la entrada. El que tenga honor y valor que me siga. Yo voy por delante con el Galveztown para quitarle el miedo.”.
Tras lo cual toda la flota le siguió y comenzó a hostigar a los ingleses. Poco después la ciudad capituló y fueron hechos prisioneros el general Campbell y el almirante Chester.
Ello supuso para España las recuperación de las dos Floridas y que los ingleses se quedaran sin plazas en el Golfo de México, exceptuando la isla de Jamaica.
El 19 de octubre de 1781 se rendía el militar y gobernador colonial inglés Charles Cornwallis en Yorktown, siendo una de las batallas definitivas de la guerra de independencia norteamericana.
En el año 1783 Gálvez regresó a España para ser consultado sobre las futuras relaciones con los EE.UU. y recibir los titulos de vizconde de Galveston y conde de Gálvez. Carlos III le concede como cimera en su escudo nobiliario la leyenda “YO SOLO” además de añadir el bergantín Galveztown a su escudo de armas, ya que gracias a su campaña el Tratado de Paz de Versalles (1783) sanciona sus conquistas recuperando España La Florida perdida en 1763.
Es nombrado virrey de Nueva España en 1785, como sucesor de su padre. Actúo como un verdadero prototipo de ilustrado. De trato sencillo, amable y franco, el virrey Gálvez llegó a ser muy popular Baste decir en su favor que la Audiencia criticó de él su carácter “poco formal”, simplemente porque cuando hubo heladas y hambruna, de su propio dinero y de otro que obtuvo prestado compró maíz y frijol para dar a los necesitados.
Durante su mandato se emprendieron obras públicas para dar trabajo a la gente, reconstruyó el castillo de Chapultepec, comenzó la instalación del alumbrado público y la construcción de las torres de la catedral, así como la continuación de las obras del camino a Acapulco. Como supiera que los indios eran llevados a ese trabajo a grandes distancias y sin abonarles jornal, dispuso que se impidiesen tales abusos. Además ordenó destinar a beneficencia el 16% del producto de la Real Lotería y otros fondos de multas y promovió el apoyo a la ciencia. Se ocupó de intensificar las labores en los campos para aumentar la producción y evitar la escasez de maíz y frijol.
Y a pesar de todo ello Gálvez no contaba con el beneplácito de la Audiencia para quien la popularidad del virrey era molesta y sospechosa. Se le acusó de que podría alzarse contra la Nueva España y fue reprendido severamente por la Corte en los momentos en que D. Bernardo de Gálvez era presa de una enfermedad nerviosa, probablemente de origen hereditario. El día 30 de noviembre de 1786 muere a los 40 años de edad. Sus restos fueron depositados en la iglesia de San Fernando de la ciudad de México, junto a las cenizas de su padre y posteriormente trasladados a la metrópoli. Hoy reposan en el Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando (Cádiz).
Aunque poco se haya escuchado sobre él, Bernardo de Gálvez fue un brillante general español, humanitario gobernante y uno de los grandes líderes que contribuyó a ganar la Guerra de la Revolución a los Estados Unidos.
En 1976 nuestro Juan Carlos I descubría un monumento a Gálvez en la ciudad de Washington. En su discurso, el monarca alabó su reconquista de Florida como una obra maestra de estrategia militar y recordó que su antepasado Carlos III ennobleció al marino con el título de conde de Gálvez y el derecho a utilizar en su escudo la leyenda “Yo solo”, en reconocimiento de su valiente hazaña en Pensacola.
Gálvez, héroe compartido de la patria norteamericana, figura por derecho propio en el olimpo de los soldados esforzados, aquellos que con desprecio de su vida y a costa de peligros y penalidades ayuda al progreso de las naciones en busca de su independencia y libertad.
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George Washington
George Washington
George Washington