curro jimenez
Muerto por dentro
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[h=3]Eloy Gonzalo, el héroe de Cascorro[/h]
Aquella fría noche del 1 de diciembre de 1868, alguien dejó un pequeño bulto a la puerta de una inclusa en Madrid. El pequeño, recién nacido, llevaba una simple manta que lo envolvía y una nota como única explicación :
"Se llama Eloy Gonzalo García está sin bautizar y es hijo de Luisa García"
Eloy Gonzalo pasó pocos días en la inclusa. Diez días después el pequeño es adoptado por el matrimonio formado por Francisco Díaz Reyes y Braulia Miguel.
Por la profesión del padre, que es guardia civil, el niño pasa sus primeros años entre San Bartolomé, Robledo de Chavela y Chapinería. Dicen las malas lenguas que la pareja lo cuidó hasta que dejó de percibir la renta que recibían mensualmente de la inclusa para su manutención, momento en que fue de nuevo abandonado. Pero lo más probable es que lamentablemente los padres adoptivos murieron y Eloy se quedó otra vez solo.
Aprendió algunos oficios para subsistir, pero finalmente sólo vio una salida en el ejército en el año 1889. Sería aquí donde desarrollaría su carrera, de esta manera en 1891 ya era cabo.
No terminaron aquí sus desventuras puesto que años después descubrió que su novia, cuya boda estaba próxima pues había solicitado el pertinente permiso militar para contraer matrimonio, le era infiel con su teniente, al que amenazó con un arma; el Consejo de Guerra le condena el 25 de Abril de aquel año a 12 años y un día de prisión militar mayor, ingresando en el Presidio Militar de Valladolid.
Tuvo la oportunidad de salir de la cárcel poco tiempo después ya que se benefició del Real Decreto que permitía alistar presos, y es que España en esta época necesitaba hombres para su guerra en Cuba.
De esta manera, Eloy fue destinado al Regimiento de Infantería María Cristina núm. 63 y cruzó el Atlántico llegando a la provincia de Camagüey, en abril de 1896, al puesto de Cascorro, formado por unos fuertes que defendían la población con el mismo nombre.
El 22 de septiembre comienzan las hostilidades en este punto, pues el fuerte queda cercado por los mambises (El término Mambises (mambí, en singular) se utiliza para referirse a los guerrilleros antiespañoles de Cuba, soldados que en el siglo XIX participaron en las guerras por la independencia.) 3.000 rebeldes sitiaron a 170 españoles hostigándoles con cañones. El bombardeo era constante y a pesar de la petición por parte del enemigo de que rindieran la plaza, los españoles deciden resistir con su capitán Francisco Neila al frente.
(Poco habituados a las condiciones del clima tropical, especialmente durante el verano, los soldados españoles destacados en Cuba sufrieron numerosas bajas por enfermedades. Merece la pena hacer clic en esta foto de la época.)
El principal problema del asedio es que este se estaba haciendo desde la misma población de Cascorro, algunas casas cercanas pudieron ser destruidas o desalojadas, pero otras seguían siendo el principal foco del ataque, por lo que el Capitán Neila tomó la determinación de pedir voluntarios para incendiarlas.
Para ser el elegido, Eloy Gonzalo aduce ser huérfano y soltero y por lo tanto no tener a nadie a su cargo.
Pidió una lata de petroleo para incendiar la casa y una cuerda para que le atasen y que cuando cayera muerto su cuerpo pudiera ser recuperado por sus compatriotas.
Salió del fuerte corriendo todo lo que pudo mientras las balas silbaban a su alrededor, logró llegar a la casa y utilizar el combustible para provocar un enorme incendio que la devoraría en poco tiempo, aún así pudo salir de aquel infierno y regresar a duras penas al fuerte.
Tal acción hace que la moral de sus compañeros se eleve pese a lo complicado de la situación y provoca un contraataque. Pocos días después una columna española al mando del general Adolfo Jiménez Castellanos liberó la posición consiguiendo romper el cerco de los mambises que tuvieron que abandonar finalmente Cascorro.
Por su valiente acción Eloy Gonzalo recibiría la Cruz de Plata al Mérito Militar pensionada con 7,50 pesetas mensuales y el capitán Neila la Laureada de San Fernando. No por ello dejaron de combatir hasta el final, de tal manera que nuestro héroe moriría en Cuba víctima de la disentería en el Hospital Militar de Matanzas en 1897. Otras fuentes indican que la causa de su muerte fue la malaria, o incluso fiebres tropicales.
Tras la derrota final del 98 sus restos fueron repatriados y fue enterrado en el madrileño cementerio de La Almudena junto a otros destacados militares de las guerras de Cuba y Filipinas.
La gesta de Eloy Gonzalo apenas tuvo relevancia militar en la guerra. Sin embargo, la figura del héroe de Cascorro se hizo muy popular en Madrid probablemente por su condición de expósito y por la necesidad de exaltar un rasgo de heroísmo individual en una guerra.
En el mismo año 1897 el Ayuntamiento de Madrid decidió homenajear a este héroe. Para ello, le dedicó una calle (la calle de Eloy Gonzalo) y El Rey Alfonso XIII, el 5 de Junio de 1902, descubriría la estatua de Eloy Gonzalo, en la plaza de Nicolás Salmerón, a la que los madrileños no conocen sino por plaza de Cascorro, junto al Rastro.
Curiosidades :
» La estatua es obra de Aniceto Marinas, al que se le pagan 25.000 pesetas, habiendo sido elegido su proyecto en competencia con ocho más. Tiene una altura de 2,30 metros, realizada en bronce donado por el Ministerio de la Guerra. El héroe de Cascorro está vestido con el traje de rayadillo que se usaba en campaña, lleva colgado con una correa del hombro derecho el fusil Mauser reglamentario con bayoneta calada y en esa misma mano una tea para incendiar la casa desde la que los insurrectos cubanos disparaban a su unidad; bajo el brazo izquierdo sujeta una lata de petróleo que descansa sobre la mano de ese brazo y en ella puede verse la cuerda, que también se le enrolla en el cuerpo, y que había de servir para rescatar su cuerpo si llegaba a perecer en acción tan temible y arriesgada. La actitud es aguerrida y valiente.
El pedestal, obra de José López Sallaberry (al que se le pagan 12.694,82 ptas.) lo forman tres escaños de granito, sobre ellos va un cuadro de mármol anaranjado y un rectángulo de piedra blanca labrada con recuadros de mármol gris, en dorado se lee:
frente:
“El Ayuntamiento de Madrid a Eloy Gonzalo, 1901″
espalda :
"Cascorro 1897"
En los laterales está el Escudo de Madrid con unos adornos de bronce.
» Con ocasión de esta inauguración diría Mariano de Cavia:
“Nuestro héroe al fin puede contar con una madre, la Diputación Provincial de Madrid; y un padre, el Ayuntamiento, que así dejan patente que no le olvidan”.
» El monumento alcanzó tal popularidad que hasta hubo de ser modificado el nombre de la plaza donde se instaló, entonces Nicolás Salmerón, puesto que los madrileños pasaron a llamarla inmediatamente Plaza de Cascorro, hecho que aconsejó al Ayuntamiento cambiar el nombre de la plaza al actual de Cascorro, lo que se realizó oficialmente en 1913.
» Se llama Eloy, porque ese era el santo del día en que nació.
Aquella fría noche del 1 de diciembre de 1868, alguien dejó un pequeño bulto a la puerta de una inclusa en Madrid. El pequeño, recién nacido, llevaba una simple manta que lo envolvía y una nota como única explicación :
"Se llama Eloy Gonzalo García está sin bautizar y es hijo de Luisa García"
Eloy Gonzalo pasó pocos días en la inclusa. Diez días después el pequeño es adoptado por el matrimonio formado por Francisco Díaz Reyes y Braulia Miguel.
Por la profesión del padre, que es guardia civil, el niño pasa sus primeros años entre San Bartolomé, Robledo de Chavela y Chapinería. Dicen las malas lenguas que la pareja lo cuidó hasta que dejó de percibir la renta que recibían mensualmente de la inclusa para su manutención, momento en que fue de nuevo abandonado. Pero lo más probable es que lamentablemente los padres adoptivos murieron y Eloy se quedó otra vez solo.
Aprendió algunos oficios para subsistir, pero finalmente sólo vio una salida en el ejército en el año 1889. Sería aquí donde desarrollaría su carrera, de esta manera en 1891 ya era cabo.
No terminaron aquí sus desventuras puesto que años después descubrió que su novia, cuya boda estaba próxima pues había solicitado el pertinente permiso militar para contraer matrimonio, le era infiel con su teniente, al que amenazó con un arma; el Consejo de Guerra le condena el 25 de Abril de aquel año a 12 años y un día de prisión militar mayor, ingresando en el Presidio Militar de Valladolid.
Tuvo la oportunidad de salir de la cárcel poco tiempo después ya que se benefició del Real Decreto que permitía alistar presos, y es que España en esta época necesitaba hombres para su guerra en Cuba.
De esta manera, Eloy fue destinado al Regimiento de Infantería María Cristina núm. 63 y cruzó el Atlántico llegando a la provincia de Camagüey, en abril de 1896, al puesto de Cascorro, formado por unos fuertes que defendían la población con el mismo nombre.
El 22 de septiembre comienzan las hostilidades en este punto, pues el fuerte queda cercado por los mambises (El término Mambises (mambí, en singular) se utiliza para referirse a los guerrilleros antiespañoles de Cuba, soldados que en el siglo XIX participaron en las guerras por la independencia.) 3.000 rebeldes sitiaron a 170 españoles hostigándoles con cañones. El bombardeo era constante y a pesar de la petición por parte del enemigo de que rindieran la plaza, los españoles deciden resistir con su capitán Francisco Neila al frente.
(Poco habituados a las condiciones del clima tropical, especialmente durante el verano, los soldados españoles destacados en Cuba sufrieron numerosas bajas por enfermedades. Merece la pena hacer clic en esta foto de la época.)
El principal problema del asedio es que este se estaba haciendo desde la misma población de Cascorro, algunas casas cercanas pudieron ser destruidas o desalojadas, pero otras seguían siendo el principal foco del ataque, por lo que el Capitán Neila tomó la determinación de pedir voluntarios para incendiarlas.
Para ser el elegido, Eloy Gonzalo aduce ser huérfano y soltero y por lo tanto no tener a nadie a su cargo.
"Soy inclusero y no dejo a nadie que me llore o me precise"
Pidió una lata de petroleo para incendiar la casa y una cuerda para que le atasen y que cuando cayera muerto su cuerpo pudiera ser recuperado por sus compatriotas.
Salió del fuerte corriendo todo lo que pudo mientras las balas silbaban a su alrededor, logró llegar a la casa y utilizar el combustible para provocar un enorme incendio que la devoraría en poco tiempo, aún así pudo salir de aquel infierno y regresar a duras penas al fuerte.
Tal acción hace que la moral de sus compañeros se eleve pese a lo complicado de la situación y provoca un contraataque. Pocos días después una columna española al mando del general Adolfo Jiménez Castellanos liberó la posición consiguiendo romper el cerco de los mambises que tuvieron que abandonar finalmente Cascorro.
Por su valiente acción Eloy Gonzalo recibiría la Cruz de Plata al Mérito Militar pensionada con 7,50 pesetas mensuales y el capitán Neila la Laureada de San Fernando. No por ello dejaron de combatir hasta el final, de tal manera que nuestro héroe moriría en Cuba víctima de la disentería en el Hospital Militar de Matanzas en 1897. Otras fuentes indican que la causa de su muerte fue la malaria, o incluso fiebres tropicales.
Tras la derrota final del 98 sus restos fueron repatriados y fue enterrado en el madrileño cementerio de La Almudena junto a otros destacados militares de las guerras de Cuba y Filipinas.
La gesta de Eloy Gonzalo apenas tuvo relevancia militar en la guerra. Sin embargo, la figura del héroe de Cascorro se hizo muy popular en Madrid probablemente por su condición de expósito y por la necesidad de exaltar un rasgo de heroísmo individual en una guerra.
En el mismo año 1897 el Ayuntamiento de Madrid decidió homenajear a este héroe. Para ello, le dedicó una calle (la calle de Eloy Gonzalo) y El Rey Alfonso XIII, el 5 de Junio de 1902, descubriría la estatua de Eloy Gonzalo, en la plaza de Nicolás Salmerón, a la que los madrileños no conocen sino por plaza de Cascorro, junto al Rastro.
Curiosidades :
» La estatua es obra de Aniceto Marinas, al que se le pagan 25.000 pesetas, habiendo sido elegido su proyecto en competencia con ocho más. Tiene una altura de 2,30 metros, realizada en bronce donado por el Ministerio de la Guerra. El héroe de Cascorro está vestido con el traje de rayadillo que se usaba en campaña, lleva colgado con una correa del hombro derecho el fusil Mauser reglamentario con bayoneta calada y en esa misma mano una tea para incendiar la casa desde la que los insurrectos cubanos disparaban a su unidad; bajo el brazo izquierdo sujeta una lata de petróleo que descansa sobre la mano de ese brazo y en ella puede verse la cuerda, que también se le enrolla en el cuerpo, y que había de servir para rescatar su cuerpo si llegaba a perecer en acción tan temible y arriesgada. La actitud es aguerrida y valiente.
El pedestal, obra de José López Sallaberry (al que se le pagan 12.694,82 ptas.) lo forman tres escaños de granito, sobre ellos va un cuadro de mármol anaranjado y un rectángulo de piedra blanca labrada con recuadros de mármol gris, en dorado se lee:
frente:
“El Ayuntamiento de Madrid a Eloy Gonzalo, 1901″
espalda :
"Cascorro 1897"
En los laterales está el Escudo de Madrid con unos adornos de bronce.
» Con ocasión de esta inauguración diría Mariano de Cavia:
“Nuestro héroe al fin puede contar con una madre, la Diputación Provincial de Madrid; y un padre, el Ayuntamiento, que así dejan patente que no le olvidan”.
» El monumento alcanzó tal popularidad que hasta hubo de ser modificado el nombre de la plaza donde se instaló, entonces Nicolás Salmerón, puesto que los madrileños pasaron a llamarla inmediatamente Plaza de Cascorro, hecho que aconsejó al Ayuntamiento cambiar el nombre de la plaza al actual de Cascorro, lo que se realizó oficialmente en 1913.
» Se llama Eloy, porque ese era el santo del día en que nació.