El otro día vi un breve vídeo de una belleza rubia post adolescente de estas que van por la vida creyéndose que todo es rosa y lila. Estaba en la india y explicaba las diferentes formas en que los indios asienten con la cabeza.
Es evidente que la inmensa mayoría de la gente es inofensiva y bienintencionada, pero joder, me daba angustia verla alla rodeada de indios, que parecía la margarita en en fondo de la letrina.
Que un indio allá solo ve ese nivel de belleza y esos centímetros de piel blanca expuesta cuando se desorienta en Tik Tok.
Hasta hace unos pocos años todo lo que se podía ver de la India era una imagen idealizada e intencionadamente maquillada, porque los documentales de la tele, los youtubers, los blogueros y los viajeros influencers lo que quieren es transmitir una imagen de piruleta.
Por suerte de un tiempo a esta parte algunos se han dado cuenta de que también hay un trozo de pastel para quienes enseñan la realidad de países así. Lo cual por cierto deja en evidencia a los del primer grupo, que no venden más que una mentira.